Partida Rol por web

Lo siento, me despiste un poco mientras guardaba algunas cosas. Iba  a llamar a mis padres, pero al final he terminado perdiendo el tiempo. Siento haber tardado. replico mientras dejo las cosas a un lado. ¿como estan en el hospital? 

No me había levantado del sofá al oír el timbre y tampoco lo hice cuando vi entrar a Tarja en el piso. La salude con la cabeza y un "no hay problema" se me escurrió de entre los labios. Y miré a Antía...

Mientras la chica hablaba, yo parecía hundirme más y más en el sofá.
 

- Pues llamaron y ambos están bien, aunque Diego va a tener que quedarse un tiempo en el hospital...tiene un brazo destrozado... - le cuenta Antía a Tarja. - Por el resto creo que todos han dicho que venían para aquí esta noche...y también vendrá Brais... - dice ilusionada. - Así que podrás vengarte Perséfone de mí por ser mala persona... - sonríe mientras mira a su amiga.

Xandre timbra a los pocos minutos de llegar Tarja. Llega cargado con bolsas de la compra y se va directo hacia la cocina sin apenas saludar a Tarja. Empieza a colocar las cosas y parece que tiene pensado ponerse a preparar la comida ya que cuando lo volvéis a ver lo veis con un mandil de vaca (por el tamaño seguramente de Michi, ya que Xabi es más grande).

- Bueno chicas, alguna cosa que no os guste o que os pueda matar...es decir qué no os gusta y a qué sois alérgicas... - pregunta con una gran sonrisa mientras mira a Perséfone que está hundida en el sofá y le dice - ...no te quiero ver en ese plan así que directa a la cocina a ayudarme...

La mirada y la sonrisa se me afilaron tras las gafas cuando Antía habló de Brais; y pensaba replicar justo cuando el timbre sonó de nuevo. Salvada por la campana, bonita... y es que Xandre aparecía cargado de comida y yo seguía atenta desde el sofá cada uno de sus gestos. Cuando el chico volvió a aparecer en la puerta de la cocina con aquel delantal, me mordí el labio inferior intentando sujetar una sonrisa tierna que ya me coloreaba la cara. Fue una sonrisa fugaz, apenas un pestañeo.... Un pestañeo después volvía a sentirme engullir por el sofá.

Al principio pensé que no me hablaba a mí, hasta que conseguí enfocarle, parpadeé un par de veces y la voz y la sonrisa de Xandre fueron dos puñetazos. Uno en la frente. Otro en el pecho...

-Eeeehh.... - alternaba mis pupilas entre Antía y Tarja, Tarja y Antía, y entreabría los labios sorprendida.. -Sssí... sí, claro. Te... te ayudo...- me levanté del sofá sin saber muy bien qué hacer y, con un par de dedos, volví a subirme las gafas en el movimiento automático; volví a apartarme levemente el flequillo de los ojos - pero yo no sé cocinar muy bien, Xandre... siempre me acabo quemando...

Antes de seguir a Xandre a la cocina, fulminé a Antía con una mirada que era una mordaza.

- Tranquila que intentaremos que no quemes nada...haremos algo sencillo...una boloñesa con unos spaguettis...¿os parece bien? - grita al resto de personas que hay en la casa.

Le tiende un mandil de color verde claro a Perse y le ordena ponérselo:

- Póntelo que siempre hay alguna gota que salta...tengo muchas camisetas blancas que confirman esa teoría... - dice sonriendo y luego dice - Antía y Tarja si queréis podéis poner la mesa...o hacer lo que os apetezca.

Me encogí de hombros cuando Xandre nos propuso el plato. Sí, molaba. La pasta era relativamente sencilla, se echaba en el agua y ya... no? Con suerte no me quemaría, como siempre, y no haría el ridículo aún más.

Detenida en medio de la cocina estaba intentando imaginar en que armario estaría el bote de boloñesa y el paquete de pasta cuando vi a Xandre tendiéndome otro delantal. Y volví a parpadear perpleja y descolocada. Manchas?? El microondas no salpicaba... así que...

Algo nerviosa me aparté el flequillo con la punta de los dedos.

-Ah! es que la boloñesa no es de... bote... ?

Cogéis el bus por los pelos y llegáis a la zona vieja en unos veinte minutos porque la Línea 1 hace muchísimas paradas y más si casi sale lleno del Hospital. Silvia se quita de su cabeza a su ex, ahora no es el mejor momento para pensar en Álvaro...además de que todo ya terminó...¿o no? 

Ahora tenéis otras prioridades en la cabeza como son recoger vuestras cosas y llevarlas al piso de Xabi y Michi. Luego tendréis que intentar desvelar el porqué de esa maldita fijación que tiene ese psicópata con vuestra amiga Silvia...

- La boloñesa será auténtica...si no no tiene gracia mujer. - le contesta - Cocinar es fácil...si yo aprendí puede aprender todo el mundo.

Saca unas cebollas y unos dientes de ajo. Luego una tabla y un cuchillo cebollero y se los pone a Perséfone delante.

- Lo primero es picar unos dientes de ajo y un par de cebollas. Eso lo pocharemos y luego añadiremos la carne. ¿Entendido? - te pregunta con una gran sonrisa - Mientras tú picas la cebolla yo iré poniendo a cocer algunas zanahorias para el último paso.

Luego les grita a Tarja y Antía.

- ¿Vosotras qué vais a hacer?

-Auténtica... aaahaám... - Sujetando la sonrisa que asomaba en mi labio inferior con los dientes, me encogí de hombros mientras me calaba aquel delantal. Y sujeté el cuchillo con una mano mientras soplaba mi flequillo levemente, mientras observaba las cebollas como si fuera la primera vez que veía una de esas. -Ok.. pelar cebollas y picarlas, eso puedo hacerlo.... pero ya te advierto que yo en la cocina soy un arma de destrucción masiva - entorné la mirada para observarle un segundo antes de concentrarme en mi tarea, profundamente, un segundo después... Ok, picar cebollas, puedes hacerlo, Perse. No..metas... la... pata...

Antía, obviamente, no respondía a Xandre... y mientras yo intentaba no amputarme las falanges y practicaba mi particular carnicería sobre la tabla de cocina,  maldecía a mi amiga por aquella encerrona improvisada. Cómo debía estar disfrutando... la muy....

Pronto el escozor de ojos fue inaguantable, y empecé a llorar y moquear sin poder evitarlo. Por qué?? por qué me tenía que pasar a mí? Con el dorso de la mano y sin llegar a soltar el cuchillo, me limpié las mejillas. Tener el efluvio de las cebollas tan cerca solo empeoró las cosas así que me volví un poco para que Xandre no me viera vizquear y guiñar los ojos sin control, para que no me viera sorberme los mocos que siempre acompañan a las lágrimas...

-Jo... der... con las cebollas....

Había sido algo difícil, silvia vio apenas el bus y la verdad es que Ricardo no se esperó que ella pudiera correr tanto y aún así, al final, lo lograban tomar a pesar que por momentos eso parecía imposible. Era una suerte aunque en realidad, a él no le hubiese molestado esperar al siguiente, incluso a pesar de la situación extraña y peligrosa en la que se estaba involucrando, disfrutaba de la compañía de Silvia.

Pero mientras estaban en el bus, viajando tranquilamente todo parecía ser mas extraño para Ricardo, ettar rodeado de personas que estaban tranquilas, ver otras tantas por las ventanillas despreocupados, seguramente teniendo mas problemas por el frío que por las noticias.. Era como si luego de lo que pasó la noche anterior, toda aquella situación del intento de secuestro, se encontrara un mundo diferente e incluso, de no haberse involucrado, posiblemente su preocupación siguiera siendo como hacer que su madre no trabajara tanto.

Tendremos que tomar abrigo extra parece.

Comentaba casualmente distrayendo sus pensamientos, tenian que ir al hotel a buscar las cosas de Silvia, luego a su departamento y al final sería su panaderia... Aun no estaba seguro que decirle  uss madre, pero lo mas seguro es que ni le mencione lo que esta pasando realmente, no iba a preocuparla y al menos ya sabia como mantener el trabajo que hacía sin problemas. Solo le quedaba pensar que ropa llevar y que mas ademas de eso, dudaba que aquello terminara pronto, iba a ser como mudarse casi.

Despues de poner la mesa vere. Replico levantandome y caminando a la cocina para pararme en el quicio y mirarlos cocinar.Aunque si os apetece os hago un postre sueco, rollos de canela. Lo malo que pueden tardar un poco en hacerse y necesitare el horno, ademas de mucha paciencia

Me había girado, cuchillo en mano, al oír la voz de Tarja. Y guiñando los ojos enrojecidos la vi dibujada apenas en el dintel de la puerta. Tras de mí y mi cuchillo, las cebollas masacradas en la tabla de cocina.

-Sí... algo dulce mola... - entorné los ojos para mirar a Xandre un segundo y me giré para dejar el cuchillo en el mármol -yo no soy muy de canela, pero nunca he probado uno de esos...

Me lavé las manos con agua fría deseando lavarme la cara allí mismo. Quería arrancarme los ojos..

-Ea! mi trabajo está hecho y aún conservo todos los dedos... Voy a ayudar a Antía... si eso... con la mesa..- me teñí los labios con una sonrisa mientras salía de la cocina

Apenas salí de allí la sonrisa se volvió mueca. Y fue aún peor cuando miré a Antía llena de intención; y negué con la cabeza. Me mordisqueaba el labio inferior mientras me secaba las lágrimas con la manga y me tiraba en el sofá al lado de Antía.

-Vamos a tener rollos de canela.... de postre............ Y picar cebollas es una cabronada....

Primero pasaron por el hotel, para recoger las cosas que Silvia había llevado la noche anterior. Tras eso fueron a su apartamento. Nada más entrar, un escalofrío recorrió la espalda de la joven. Todo parecía estar tal y como lo había dejado, pero no podía quitarse de encima la sensación de estar siendo vigilada. Es una tontería, no puedo permitir que esta situación me controle. Se dijo mientras se dirigía a su dormitorio y empezaba a meter ropa en una maleta. 

No sabía cuántos días estarían en casa de Xabi. Esperaba que se solucionara pronto y poder regresar de nuevo. Pero por si acaso, prefirió llevar unas cuantas mudas además de la ropa que necesitaría para trabajar. Cogió su estuche de maquillaje y el perfume que solía ponerse. En un neceser metió el cepillo de pelo, el de dientes y alguna crema que tenía. Cogió el secador y la plancha de pelo y, al pasar por al lado del recibidor, se detuvo y se quedó un momento mirando fijamente el mueble. Dentro de uno de sus cajones tenía un pequeño spray de pimienta. Lo compró hace tiempo, tras lo que ocurrió hace tres años con su tocaya. Lo tenía guardado allí y nunca lo había necesitado. No le gustaban aquellas cosas y casi había olvidado su existencia. Pero... Podría llevarlo en el bolso durante unos días. Se dijo y finalmente lo cogió. 

Cuando ya estuvo preparada le hizo una señal a Ricardo. - Ya estoy, ¿vamos a tu casa? - Le dijo mientras arrastraba la maleta con ruedas. 

- ¿Canela?... - pregunta Xandre mientras pone cara rara. - No me gusta mucho su sabor, pero lo probaré de todas formas...es que tuve una mala experiencia por culpa de Xabi y su idea de una cucharada de canela y a ver si era capaz de tragarla...un sentido perverso del humor que tiene el chaval...

Hace gestos de toser exagerados para que os hagáis una idea de lo que le pasó al hacer el "experimento".

Mira la cebolla picada y luego le dice a Perséfone.

- Señorita que no hemos terminado, haga el favor de volver a su puesto de sous chef...

Antía mira a su amiga y le susurra:

- Vuelve a la cocina que no le gusta la canela...

En su voz susurrante puedes observar un tonito que no te gusta nada, y sólo deseas que llegue el momento en el que se lo puedas devolver multiplicado por diez.

Te ayuda a levantarte del sofá y susurra:

- Deja fluir el amor...puede que te sorprenda...y si no siempre puedes cargarte a la sueca ¿no?

Me rio y niego.
Te prometo que no te hare come una cucharada de canela en cada mordisco, solo es un poco para darle ese toque especiado que tiene y las hace unicas.

Miro a Persefone que se ha ido y la hago un gesto para que se vaya.
Deja, terminare de ayudarte yo a hacer la comida, asi me tendra un poco ocupada la mente y las manos.

Había empezado a levantarme del sofá en el que volvía a estar sentada junto a Antía cuando Tarja me hizo un gesto de la mano...

-Claro... cap problema. Todo tuyo.

Le dediqué una sonrisa y volví a dejarme caer en el sofá

Crucé los brazos sobre el pecho y encogí los hombros mientras miraba con cara de resignación a Antía. Las cosas eran así, siempre eran así. Que latina ni que canela de mierda?... Una rubia pibón siempre sería una rubia pibón.

Me cago en Suecia...

Empecé a considerar el asesinato como una verdadera opción y una sonrisa llena de intención me tiñó le gesto y el humor. Lo deseché pronto. Me grité un Vamos, Perse! y me desenfurruñé porque en realidad.. Bah! qué importaba? las cosas eran así... Siempre eran así...

Volví a centarme en Antía y sonreí con malicia.

-Y pasando de canelas y de suecas.- asquerosas suecas ultrarrubias.. .. -Cuando llegará Brais?