Partida Rol por web

El troglodita que ha sido empujado reacciona golpeando con furia a Conan en su brazo derecho mientras pasa a su lado. A pesar del impacto, Conan agarra con fuerza su espada para no dejarla caer.

-Uuughhh....

-Vamos hermano, es hora de que nuestras hachas se beban su sangre!!!.

Repartiendo hachazos, como si fueran leñadores cortando árboles.

Atacan con ferocidad.

El cimmerio, apretó el paso y sorteó al primer troglodita, con la mala suerte de que descuidó su guardia, cosa que aprovechó el ser atávico para golpearlo...

El troglodita consigue evitar el primer golpe y hace sonar el cuerno. Luego recibe 7 ptos de daño del cimmerio, pero resiste en pie.

Se oye el sonido de otro cuerno en la lejanía, respondiendo a la llamada.

Maldición. Se me coló delante uno de estos tipos blandiendo su arma y dando saltos. Apreté los dientes, y cargué a dos manos con mi espada. Iba destriparlo y luego seguiría a por el resto.

-¡Atrás, Mennifir! Los demás, ¡despachadlos rápido! el bastardo del cuerno ha dado la alarma y ya le están respondiendo. Hay que regresar al barco cuanto antes!

Alwyn ataca....

 Tío, llevo tiempo sin contestar porque no me aclaro con los turnos y no sé que me toca. Ya me ha pasado en otras partidas. De todas formas no pasa nada.

Vista la suerte que tengo por internet prefiero que tires tú por mí, yo no hago más que sacar fracasos y así por lo menos podré echarle la culpa a alguien si muero. :-).

Los gemelos se acercan a apoyar al malherido Jayapakash, ambos golpean con furia la pierna izquierda con sus hachas, seccionándola. El troglodita cae como un árbol talado y antes de llegar al suelo ya está muerto.

Con un espectacular mandoble, Conan corta la cabeza del troglodita que quedaba en pie.

Conan siente un escalofrío que le recorre la médula, su sentido del peligro le avisa de que algo no va bien. Los demás también os habéis dando cuenta, se oyen gritos guturales que se aproximan, y véis los pájaros volar espantados por el ruido.

Os apresuráis a regresar al barco y mientras corréis sentís a los perseguidores, como si su aliento os diera en la nuca. Cuando estáis embarcando llegan los trogloditas a la orilla, son casi una veintena. Gritan y saltan, frustrados y enojados, más por no haberos alcanzado, que por la pérdida de sus compañeros. Lanzan piedras contra la embarcación pero sin éxito porque no llegan a tanta distancia.

Algunos de los marineros hacen gestos obscenos y gritan insultos a los cavernícolas. Luego Martina y Mennifir atienden a los heridos. Mennifir saca de su bául una botella con un extraño líquido, parecido al vino pero de color ligeramente dorado, Le da un trago a Jayapakash que es el que está más malherido. Jayapakash siente inmediatamente como un calor agradable recorre todo su cuerpo y se siente más sano y fuerte. Todos sóis vendados y os untan ungüentos en las heridas y también os sentís un poco aliviados.

Proseguís vuestro viaje remontando el río.....

Al cabo de unas horas alcanzáis el punto C del mapa. Allí hay un gran edificio ruinoso en la orilla sur, en peor estado que los que habéis visitado en la entrada del río.

Mientras que en la orilla norte están las ruinas de otros dos edificios (prácticamente sólo quedan los cimientos que sobresalen por encima de la vegetación, y no parece que quede nada de valor allí).

Las manos y los besos de Martina fueron mejor bálsamo que los potingues y ungüentos que saco mennifir. Me dolía la cabeza, y me encontraba enojado, más conmigo mismo que con esos pobres bárbaros.

-Qué tierra extraña esta, donde los hombres todavía no lo son. ¿Os imagináis a sus mujeres? Jajajaja! No me extraña que el viejo acabara loco si tuvo que liarse con una de ellas, jajajaja! -grité y rei con socarronería. Martina me miró mal, se dio la vuelta y se largo meneando mucho su bello trasero. Al menos no se puso a cantar.

No me encontraba con ganas de explorar nada más hoy. Di mi opinión:

-Me parece que hemos tenido bastante movimiento por hoy. Tal vez del alguna manera se estén comunicando esas tribus y sepan de nuestra presencia. No creo conveniente bajar, ¿qué pensáis vosotros?

Conan se tocó la herida, quemaba como si hubiese sido hecha con fuego, a cambio había sacado una bonita espada, tal vez hubiese merecido la pena.

-Estoy contigo, gunderio, por hoy hemos tenido de sobra. Vamos a lamer nuestras heridas y descansar un poco. Mañana veremos, no creo que esas bestias se conformen con quedarse en tierra. Deberíamos bien de volver a la mar o bien fondear en el lago, pero esto último me parece un suicidio esos mediohombres deben de tener canoas y otras embarcaciones, seguro que nos terminan atacando, por lo que mi voto es volver al mar, además, si nos están vigilando, que seguro que sí, pueden pensar que nos han derrotado y nos marchamos...

El cimmerio volvió a sus pensamientos, tenía que hablar con Mennifir de todo lo ocurrido...

Obsesionada por explorar las ruinas, protesta al principio, pero enseguida entra en razón ya que a ella tampoco le gustaría volver a encontrarse con esos humanoides atávicos.

- Conan, llevamos remontando el río desde el alba, y ya el sol está bastante alto. ¿No creerás que estoy dispuesta a dar marcha atrás ahora, o si?. Y seguro que los marineros no van a recibir bien la idea de remar de vuelta al mar.

Preferiría continuar nuestro viaje hacia el lago.

-Viajar hacia el lago ahora es una locura. Esos perros peludos van a venir como las moscas a la miel durante la noche y no creo que eso les sea más atractivo a los marineros. Si es necesario descansaremos un par de días y remontaremos el río durante la noche para pillar desprevenidos a esas bestias. Ahora bien, en la mano del capitán queda...

Por fin este memo del cimerio reconoce quien tiene inteligencia aquí.

- Esas criaturas son poco más que animales, no nos plantearán ninguna resistencia organizada. Además el lago es lo suficientemente grande para que fondeemos y no nos vean desde la orilla. Seguiremos adelante, fondearemos en el lago durante la noche y al día siguiente exploraremos la ciudad. -

Mientras acaricia su cernícalo, con su insoportable afectación habitual por su noble origen, contesta:

- No he invertido tanto dinero y tiempo para que ahora nos volvamos al mar con el rabo entre las piernas. Creo que cuanto antes lleguemos a esa maldita ciudad, antes alcanzaremos sus riquezas y podremos regresar a casa. Estoy cansándome de este viaje y empiezo a arrepentirme de haberme enrolado en tal empresa. Sólo espero que la recompensa merezca la pena.