Partida Rol por web

Samuel esta de buen humor, camina por la acera evitando pisar las líneas tranversales de las baldosas de hormigón, aunque eso aveces provoca algún pequeño choque con los transeuntes que le regalan improperios cuando chocan.

¡Que les jodan, ellos van pisando las putas rayas como si tal cosa!

Lo de las rayas es algo nuevo, sencillamente cuando salió esta mañana del metro no pudo pisarlas, tal vez porqueestan todas ordenadas, perfectas y colocadas. Sinplemente no pudo.

Tendré que hablar con el Doc. Layer de esto, joder es un fastidio andar asi por la calle.

De vez en cuando se para mirando hacia todos los lados`para ver si alguien le sigue, levantando las gafas de sol para mirar mejor, nada, de momento.

Kevin, ¿vas armado? ya te he dicho que ese trabajo tuyo puede ser peligroso. Si al menos me dejarás entrar en los quirófanos contigo...
Digo mientras caminamos hacia el hospital, cualquier instante que no lo tengo a la vista me parece peligroso y no me gusta el ambiente de su trabajo.
La mayoría de los que reciben un tiro en plena noche han hecho algo para merecérselo

camino entre el gentio con mis gafas de sol inteligentes ocultando mi mirada al resto de paseantes y esperando ni tan siquiera rozarme con tanto impresentables y apestosos en mi camino, esquivo como puedo a la muchedumbre siempre con mis sentidos alerta pues no me gusta demasiado las aglomeraciones, entro en una pequeña tienda que hay cerca y me voy a la zona de precocinados y cojo algunos de la mejor calidad que encuentro, luego algo de fruta fresca y alguna bebida refrescante, no gran cosa, quizas para tres dias, cuando lo tengo todo paso por la caja y con un gesto algo particular le indico al dueño que se cobre, luego salgo del estableciento y voy a la parada del autobus para regresar cuanto antes a la casa para guardar la comida y porque no dar una vuelta con la moto y asi quitarme esa sensacion de asfixia que me producen el autobus y el centro.

Mirando con incredulidad a mi fiel compañero, le digo

- Tío, crees que no te escucho cuando hablas. Claro que voy armado. Pero cosas ligeras. Ya sabes, hay que inspirar confianza a los "clientes"

Le digo sonriendo. Y continúo

- Y, compréndelo, no puedes entrar a los quirófanos. Son zonas limpias y para personal especializado. No te preocupes tanto

Otra mañana comienza, otro día de trabajo, aunque, afortunadamente, nada rutinario

- ¿Con qué tarados trabajaré hoy? - Me pregunto mientras atravieso las contaminadas calles atestadas de gente.

Y dándole un pequeño golpecito a Melkor

- ¿Qué tal te sientes tras la revisión de antes de ayer? Sí, ya sé que son un "rollo", pero tío, hay que estar preparado. Tú siempre me lo dices

Es una mañana normal en U-27. Igual de gris e igual de contaminada que el resto de mañanas. El cielo es plomizo, con nubes grises bajas que escupen una llovizna asquerosa. La atmósfera es asfixiante... A esa hora de la mañana todo está como de costumbre. La gente, alienada se dirige a sus trabajos, sin inmutarse por el tráfico más que lento y agobiante en la avenida de seis carriles en la que se desarrolla la escena. Las aceras están igualmente llenas de gente, con sus miradas perdidas, absolutamente seguros de que hacen con sus vidas lo que desean. Los rascacielos forman una muralla de cristal y hormigón en esta zona centro de la ciudad. La altura imponente de los rascacielos hace que las nubes aún parezcan más bajas, amenazando con aplastar la vida que queda bajo ellas. La contaminación ha provocado en todas las megaurbes del planeta que la iluminación de las calles sea continua veinticuatro horas al día. La ciudad emana ruido procedente de los coches, de los edificios, y de la vida electromecánica imperante...

En mitad de la calle, en medio de los carriles aparecen dos hombres... Están muy asustados. Sus ojos desorbitados miran en todas las direcciones buscando algo... Esas miradas solo pueden buscar una cosa, un punto de escape. Van aparentemente desarmados y sus ropas están estropeadas. Pirados peores que estos has visto miles de veces, pero hay algo que no cuadra. BAM! Reconoces muy bien ese sonido. El rugido violento y hambriento de carne de un arma de fuego. La bala impacta contra el cristal de uno de los vehículos parados en mitad de la calle. Las dos víctimas se echan al suelo, acobardadas, amilanadas. Algunos viandantes y conductores han escuchado el tiro... La tensión aumenta en el ambiente. BAM! En cuanto se mueven entre los coches resuena otro disparo. A unos 100 metros y en la otra acera aparecen dos individuos trajeados, cada uno empuñando un arma. Joder, esto no es normal. ¿Desde cuando se desarrolla un tiroteo entre agentes a saber de qué corporación o de qué servicio del gobierno o qué cojones, contra mendigos desarmados? Algo no encaja, esto no es normal. BAM, BAM, BAM! Un tercer pistolero entra en escena. Y lo hace con éxito. Un grito humano rasga la opresiva y tensa atmósfera. La bala ha impactado de lleno en la espalda de uno de los fugitivos. La energía cinética del impacto lanza hacia adelante a la víctima. Una salpicadiura de sangre aparece en el coche más cercano. JODER! Hijos de puta asesinos!!! Nooooooo!!! El gentío cercano a los tiradores se aparta. Éstos están parados esperando el siguiente movimiento de la siguiente víctima. Nada de carreras, no hay que alarmar en exceso a la población. Los conductores cercanos a los tiroteados esquivan lentamente y como pueden a las víctimas. La invasión de los carriles adyacentes provoca el sonido de unos cuantos claxons. BAM! Otro disparo. Uno de los fugitivos está a un metro escaso del abatido. ëste último vuelve a levantarse del suelo, bañado en sangre. Encara a los pistoleros y grita: - Corre Gill, CORREEEEEE!!! BAM, BAM, BAM!!! Tres balas, tres impactos. Sin mirar más atrás, Gill entiende el gesto heroico de su compañero, el milisegundo que le ha dado de ventaja... Y echa a correr, a correr...

rapidamente busco instintivamente mi arma en el inetrior de mi chaqueta y me preparo por si hubiera que usarla, dejandola dispuesta y apunto de ser usada con la mayor brevedad...intento ver si identifico a alguno de los pistoleros y calculo la ruta de huida del mendigo que parece aterrorizados ese tipo debe ser importante para que esos tres lo persigan y el otro haya hecho eso....parece que puede valer mucha pasta, no lo perdere de vista.

Abro la boca para responder a Kevin, pero el ruido de los disparos me hace reaccionar inmediatamente. Hago un gesto con el brazo izquierdo extendido a Kevin señalándole que se aparte un poco más de la trayectoria del "mendigo", mientras con la mano derecha saco mi pistola Colt. Con el paso de los años Kevin y yo hemos llegado a entendernos cuando hay problemas sin necesidad de decir palabra.
Cubro en parte con mi cuerpo a este, preguntándome quienes son esos tios y porque acribillan en medio de una calle a alguien desarmado.
Asesinos profesionales, me da igual cuanto cobren y quién sea ese tio. Hay normas.
Pienso mientras quito el seguro a mi arma y me preparo para cuando los trajeados pasen cerca mio.

El sonido de los disparos rompe el alboroto de las calles. Instintivamente me agacho un poco, para intentar ser un blanco menos claro para cualquier bala perdida. Sé que los disparos no van conmigo, pero también sé, y he visto continuamente los efectos, que las balas, perdidas o no, no distinguen entre a quien deberían dar y a quién no. Simplemente, impactan.

- Mierda de día! - Pienso de forma instintiva, aunque, realmente, no sé en qué se diferencia de cualquier otro.

Rápidamente intento captar cualquier cosa de las víctimas y de los pistoleros que me pueda ayudar a identificarlos..

- Tranquilo Melkor, parece que no va con nosotros. No rompas reglas. Deja que las rompan ellos - Le digo a mi amigo en relación a intervenir en una fiesta a la cual no nos han invitado.. de momento.

Samuel se tira al suelo al primer disparo, arrastrandose para buscar cobertura entre el mobiliario urbano.

Joder!, los perros consentidos del padre de Clarisse me han encontrado de nuevo. Piensa mientras desenfunda su pistola. De pronto uno de los fugitivos cae y Samuel razona dándose cuenta de que el no es el blanco de momento.

Sin embargo durante su penosa puesta en escena, al arrastrarse, a cruzado todas las malditas rayas transversales de las baldosas del suelo que llevaba todo el día esquivando. Abrumado por las terribles consecuencias que esto le pueda traer, Samuel se cabrea de verdad.

¡Josdeputa! me habeis hecho pisar las putas líneas, ¡Mamones, que os jodan! Alza el arma para disparar, aunque le asalta la duada de a quién. Cagonla! puede que tengan un buen motivo para disparar a esos mindundis y ellos tendrían la culpa por no estarse quietecitos, aunque puede que no y sólo sean unos matones hasta el culo de endorfinas que disparan en mitad de la calle haciendo que la gente normal se salte las putas rayas de la acera.

Tras oir a Kevin bajo un poco el arma UHMR gruño, tiene razon. No nos voy a poner en peligro sin motivo pero sigo esperando un motivo para volarle la cabeza a uno de esos agentes. Si tienen que matarlo hay otros lugares, otras formas. Odio a los pistoleros a los que no le importa quién pueda recibir un tiro por accidente.
Un dia una bala perdida dará en la persona equivocada y todos estos asesinos baratos lamentarán haber nacido.

¿Vas a abrir fuego? Confírmame la acción en privado...
Roleas de puta madre tio!!!

El tal Gill trastabilla entre los coches, en mitad de la calle. Está buscando la salida lateral más cercana. Estoy muerto, me han encontrado... La distancia con los pistoleros se agranda, así que también estos se ponen en marcha. BAM! Disparos sueltos hacen sentir a Gill que está perdido... Esto es el fin. Lo han conseguido. Un fugaz recuerdo del acto final de su amigo le hace apretar los dientes, implementando una dosis de furia a su alocada carrera para salvar su vida.

De repente, uno de los pistoleros se para en seco apenas iniciada la carrera. Se gira hacia la acera contraria sobre la que va corriendo y apunta en una nueva dirección. Una fracción de segundo y ...