Partida Rol por web

Ambos recorréis el jardín bordeando la casa. Varios disparos suenan a vuestras espaldas. Los hombres han saltado el muro y se dirigen hacia donde os vais. Escucháis el sonido de un motor al arrancar y cómo las ruedas patinan sobre el asfalto antes de ponerse en movimiento por una brusca maniobra.

Galatea es mucho más rápida que el resto y se encuentra en el coche antes siquiera de que Sergei llegue a localizarlo. Cuando éste salta al coche otros tantos disparos alcanzan el vehículo. Los puntos rojos se dibujan en distintas partes del coche. Abrirán fuego otra vez.

Sergei arranca el coche y acelera intentando salir de allí antes de que le revienten el deposito o algo peor.

Galatea se encoge para no ver como destrozan su preciosa verja mientras mira aterrrada a Sergei... taaaaaaan decidido....

La pequeña mansión está completamente rodeada de jardín y patio. En la parte trasera hay un pequeño porche de madera donde se guardan antiguas cajas y muebles y donde también está el vehículo de Galatea. En la parte posterior la casa está a mayor altura que el resto de la calel ya que es cuesta abajo. Frente al coche hay una pequeña cuesta que desciende hasta la salida, ahora mismo cerrada por una gruesa puerta de hierro negro. Hace tiempo que no se abre, y un grueso candado sirve como cerradura.

Los hombres han entrado en el perímetro y se mueven cubriéndose entre ellos. Ya no suenan disparos al estar vosotros ocultos dentro del coche. Por el retrovisor veis cómo uno de ellos se parapeta tras un grueso tronco de un árbol del jardín. El láser se refleja por momentos en el cristal.

Sergei sopesó la situación un segundo. Todo iba muy deprisa, y él no era tan rápido como Galatea.

Frente a él se alzaba la vieja puerta cerrada con una cadena y un candado.

-¡Mierda! no estaba muy lejos de la puerta, pero esperaba que estuviese lo suficientemente lejos como para poder coger la velocidad necesaria para reventar el candado, o la cadena, lo que fuese más débil.

Hizo rugir el motor y aceleró al máximo contra la verja.

-Espero que tengas un buen seguro a todo riesgo

¡¡Haz lo que tengas que hacer, pero sacame de aqui!! - gritó desesperada mientras se escondía hudiéndose en el asiento del coche

El motor del coche ruge cuando Sergei lo enciende y fuerza la marcha acelerando al máximo. El vehículo se mueve aún cuando una de las puertas no está cerrada. Ésta se bambolea violentamente hasta que se cierra con un portazo en el momento en el que el coche impacta contra el metal. El tremendo golpe parte la cadena que sujetaba la reja y abre de par en par la puerta ahora destrozada. El coche está también muy dañado, con todo el frontal destrozado, incluído el cristal.

Los dos hombres que iban tras vosotros abren fuego. Los disparos alcanzan al coche cuando éste se precipita por la pequeña cuesta. Nuevamente golpeáis la parte baja del coche contra el asfalto. Por fortuna el motor aún suena con fuerza. Por vuestra derecha los faros de un coche alto os iluminan. Su motor suena también con fuerza, parece el todoterreno.

Sergei gira el volante con fuerza haciendo que el coche se encare hacia la calle abajo. El lateral derecho golpea contra un coche aparcado en frente haciendo estallar los cristales de la ventana que saltan hacia Galatea rajando su cara. La alarma del coche impactado comienza a sonar con fuerza. Durante un instante Sergei pierde el manejo del coche, momento en el que el gran todoterreno golpea por la parte trasera con fuerza.

El golpe de los vehículos es terrible. El enorme coche os impacta por detrás haciendo que vuestro coche se desestabilice en la parte trasera. Los cristales saltan por el interior y vuestros cuerpos son golpeados por todas partes. Por fortuna Sergei es capaz de mantener los nervios y tomar de nuevo los mandos del coche llevándolo al frente. El empujón incluso ha servido para conseguir cierta distancia con vuestros perseguidores. El todoterreno no para para recoger a sus dos hombres y os sigue aún calle abajo.

El coche está bastante golpeado aunque el motor no parece dañado. Tenéis el frontal aplastado y la mayoría de los cristales están rotos. El parachoques trasero se arrastra por el asfalto levantando chispas. En el silencio de la noche vuestro vehículo parece una bestia enloquecida.

Giro mi cuello y las vertebras de mi cuerpo crujen al realinearse, por suerte el golpe no ha sido más que una sacudida.

Estoy decidido a salir de allí con mi no-vida intacta, así que intento darles esquinazo.

El todoterreno recupera distancia acercándose bastante hasta vuestro coche. Los frenazos y golpes contra los elementos de los lados de la calzada son continuados. De pronto varios tiros desde detrás de vosotros golpean el coche rompiendo algunos cristales que aún quedaban. Las calles parecen estrecharse según continúa la persecución.