Partida Rol por web

—Señor Katrides, mis instrucciones eran llevar parte de la carga a Alfraim, cosa que se hizo, y traerle a usted la otra parte de la carga. Teníamos también que recoger algo de carga en Alfraim, pero nadie nos dijo que esa carga era para usted también. Alfraim sigue estando allí; si nos dice qué carga era la que teníamos que traerle, quizá todavía esto pueda arreglarse con sólo un pequeño retraso..

—Y además, señor Katrides, siguen con su posición reconocerá la oportunidad de negocio que se le abre. El asteroide sigue allí, vacío y listo para que se recoja su carga y cualquier otra carga que necesite y esté allí...

Mahmoud mira a Ariel, se rasca la perilla como meditando en lo que le acaba de decir, y responde:

Bien, que no se diga que no soy un hombre razonable. Consideraré el envío parcialmente completo, y ya buscaré a alguien para que explote Alfraim. Y ahora, capitán, soy un hombre ocupado. Suerte.

Europa (y no sé si alguien más, que se pronuncie quien vaya) sigue discretamente al par de estibadores sospechosos, quienes a su vez parecen seguir a un grupo de unos 10 trabajadores. Este grupo no se dirige a la zona del espacio-puerto, sino que gira hacia el otro sentido de la galería, y caminan hacia lo que sería el interior del asteroide.

La galería es amplia y está bien iluminada. Tendrá una altura de cuatro niveles, y a intervalos irregulares se abren puertas y callejones a los lados. Sin embargo, el grupo sigue sin desviarse, hablando entre ellos alegremente. Llegan al corazón de la estación, la Caverna de los Puentes: una gran agujero de cientos de metros donde se amontonan casuchas pegadas a las paredes junto a más sólidas casas de piedras. Incontables rampas y escaleras de madera o plástico cuelgan sobre el abismo permitiendo a los habitantes moverse entre las distintas zonas de la caverna. El ruido de los vendedores ambulantes no parece cesar nunca y el olor a tabak y arrash impregna el aire. Unos monitos bantam juguetean entre las cuerdas y rebuscan en el suelo algo de comer. 

Me levanto de la mesa, aliviado por cómo han terminado las cosas, y miro a mí alrededor... ¿Dónde está mi tripulación?

Mientras Hannibal se va del bar se cruza momentáneamente con Orias que le pregunta que ha pasado.

Visiblemente contrariado y con la rabia comenzándole a aparecer en el rostro se vuelve hacia ella y le dice.

Nada, no ha pasado nada, he vuelto a meter la pata - da un ultimo trago al vaso que no sabe por qué tiene aun en la mano, no sabe porque no la ha dejado en la mesa y lo deja con un porrazo en una barra colindante, maldita bebida - Seguro que el capitán lo arregla, no te preocupes. Ahora necesito un poco de aire, voy a dar una vuelta, me mantengo comunicado de todas formas. 

Hannibal sale del bar y se dirige al espacio-puerto con la intención de ver si en otros hangares de la estación está la nave de Bin Chalef

Tras terminar su bebida, Adhal se levanta y se va hacia la caverna a comentar con sus amigos locales que tiene una posibilidad de trabajo en una nave. En unas horas se presentará en la nave

Viendo que mi tripulación se ha pirado, me acerco al joven que escuché de pasada antes pedir trabajo...
—Joven, le escuché antes hablar de que necesitaba trabajo... Dígame, qué puede ofrecer a mi tripulación?

Me acerco a Ariel, saliendo de mi “escondite”. En voz baja le digo capitan el resto ha ido a la nave y a seguir a unos sospechosos”.

Salam Ariel, que los iconos te guarden.

Ghaamsa, su extrabajador es un conocido mio. Los tripulantes de naves nos conocemos entre nosotros. Al salir él la garuda me ha dicho que quizá buiscais trabajadores. Adhal Kareem para serviros. Se me dan bien las plataformas de carga, operar en cero G tanto con atmosfera y tengo buen ojo par aobservar el entorno por problemas en la nave o oportunidades en minería. Tengo conocimientos tambien de mecánica, peor hace algun tiempo que no practico ese oficio. Y bueno, puedo hacer lo que se me pida. Esoty acostumbrado a operar con pocas preguntas si el salario es bueno y se honra a los iconos. 

—y sabes disparar un arma? Si es así, estás contratado...¡Sígueme!

Orias se va a la nave con Ariel y el nuevo. No se fia mucho de desconocidos que se incorporen a la nave en este antro. 

Desde luego maese. Uno no crece en el rimwald reach sin saber apretar un gatillo. No soy el.mejor tirador del mundo, pero los hay peores.

Sigo las instrucciones del capitán y le sigo hacia la nave.

Adhal se fija en la dama de compañia de djachroum que va con el capitan. Meh, implantes; No es su tipo. Ghaamsa le ha dicho que el capitan estaba liado con Europa, con quien ya ha hablado. Quiza tienen una relacion liberal. Se encoje de hombros y sigue hacia la nave. No es algo que sea de su incumbecia dentro de quien bombea el capitan de la nave por unos birr (esa no debe cobrar demasiado) entre  misión y misión. 

Tras arreglar parcialmente las cosas con Katrides, Ariel descubre sorprendido que nadie de su tripulación, ni la invitada Orias, siguen en la cafetería. Se dirige a la Garuda, cuando en el camino ve Adhal, el recién llegado, conocido por Ghaamsa, que tiene interés en trabajar para él. Tras unas palabras, se dan la mano y Adhal entra en la tripulación de la Garuda.

En la nave también están Hannibal y Orias, quien desconfía de Adhal. 

Mientras tanto, Europa, sola, se interna más en el asteroide. Tras 20 minutos andando, llega al corazón de la estación, el Caverna de los Puentes.