Partida Rol por web

Precisamente por eso - Interrumpí a Lilith - Ellos podrían reconocerte tambien, tu te metiste en el barco... En cambio yo no, no digo hacerme pasar por otra, sino ir como barda, en busca de ayuda... - Digo mientras caminabamos, cada vez estabamos más cerca y debíamos decidirnos que hacer antes de llegar no fuera a ser demasiado tarde o nos vieran juntos.

Shinobu está totalmente bloqueada, así que tras buscar algo en el sótano opto por dar otra vez la murga a nuestros captores.

-¡Eh!, los de arriba, deberíais pensar algo mejor lo que vais a hacer, con vuestro jefe muerto, tendréis mucha pinta de culpables si además quemáis la casa

No quiero morir quemado. Eso no es morir, eso es algo peor.

-Tengo 800 monedas para el que nos deje salir y nos ayude a escapar

Usar el oro es rastrero para un mosquetero, pero lo estoy dejando...

“Pero lo estoy dejando” 
Ian, antiguo honorable mosquetero... 

En la casa de contratación del puerto. 
Ian y Shinobu estáis encerrados en el sótano, un sótano que si bien ha sido diseñado para evitar robos como celda no esta nada pero que nada mal. Los mosqueteros de arriba, que de mosqueteros solo tienen el nombre y que usan ese arma, porque honor no tienen ni un poco, estan preocupados y asustados, preocupados por que parece que hay algo en marcha, un ataque masivo, una masacre, un lo que sea que de momento se han librado porque estaban en transito entre puntos, para ellos bien podria ser que un ataque organizado haya acabado con todo el clan Zaffa y solo queden ellos como empleadillos medios de los que se han olvidado todos... 
Y asustados también por que hay una loca muy pero que muy loca chillando que la quemen viva ya en el sótano, que la quemen o los matara a todos... y aun si la queman volverá como fantasma a matarlos! Pero es que por primera vez en su vida Shinobu se siente sola, vulnerable y desesperada separada salvajemente, violentamente, de una manera muy antinatural y cruel, de la tierra, de la naturaleza, del todo del que siempre ha formado parte y del que ahora se siente arrancada y ultrajada! 
Ian, lamentando el no haber dejado a esta panda de locos antes, le hablas al único ser pensante de la sala aparte de ti, Lunarian el lobo que parece asentir pesaroso como si dijera “Loca no, lo siguiente, si yo te contara...” cuantas locuras de Shinobu habrá presenciado este animal... 

Mientras tanto, espantados los ladrones que iban tras Violed, se produce el reencuentro de esta con Durzo y Lilith y... nadie mas porque Ian y Shinobu están desaparecidos, muertos, presos o cambiados de bando... pero que bando querría a un tipo tan estirado como Ian o a una tan especial por llamarla algo, como Shinobu? No, están o muertos o presos... 
No tardáis en atar cabos, los llevarían a ver a su jefe y su jefe estaba en la casa que asalto Durzo, una casa simple `pero con buenos cerrojos, puertas recias y muros gruesos, perfecta para encerrar a alguien o resistir un pequeño asedio, es vuestra mejor opción para encontrarlos a ellos o a alguien que sepa donde están y que es de ellos. Por el camino vais pensando como actuar, el plan de Violed parece poco probable pero también el de Lilith, no es factible que una unidad militar por mercenaria que sea, en plena alerta, se detengan a ser caballerosos, sospecharan de todo y todos y la actuación de Violed solo serviría para confirmar que la bardo esta con los prisioneros, con lo que no parecen planes demasiado viables la verdad... pero con una docena de enemigos en la casa, lo de entrar por las bravas tampoco lo parece... 

En el interior de la casa Ian intentas que Shinobu se calle y de paso que te escuchen a ti, tu propuesta puede no ser la mas honorable del mundo pero seguro que les interesa... no pasa mucho tiempo hasta que uno de los matones abre una mirilla de la puerta y dice: -Donde esta ese dinero?- parece que el premio suena jugoso... 

Cuando llegáis a donde la casa, Violed, Lilith y Durzo os encontráis con que esta cerrada a cal y canto y en las ventanas delanteras se puede ver a dos soldados con mosquetes en la mano, están como si esperaran un asalto o un asedio en cualquier momento! Tensión al máximo. 
En un puesto cercano, ya que es la casa de contratación y aquí hay muchos negocios que se realizan a su alrededor, dos hombres empiezan a discutir y en un momento dado uno de ellos se lleva una mano al pecho, se pone pálido y cae muerto! Sus socios señalan al que discutía con el llamándolo asesino y el que discutía se defiende gritando que no hizo nada, los soldados miran hacia allí entre sorprendidos y asustados! Están a la que salta todo nerviosos! 
Aparte de eso, parece que hoy  es el día de venta de especias y tinturas... hay tintes y especias por todas partes en el mercado que rodea la casa... 

Derrota aparentemente en el arrodillado aspecto de la druida, cuando hablaron de oro, con un pusilánime gesto, cogió su bolsa y la lanzó a un lado de la celda, tal vez pensaron que por ser druida no tenía oro. La bolsa algo abierta, dejó que algunas monedas cayeran al suelo por el impacto "clink, crishhh". No parecía moverse a penas, estaba perdida en pensamientos que solo ella comprendía.

Una cadena en sus manos, y un silencio antinatural a su alrededor, los bosques no le hablaban, y las voces que si percibía no le importaban. Su respiracioón se apagaba, ni antes de ser druida se sentía tan sola.

No tardaron mucho, siguiendo las indicaciones de Durzo, en llegar a la casa, y en cuanto lo hicieron descubrió, escéptica, que sus temores se confirmaban y que cualquier plan que pudieran haber hablado, pensado o incluso rechazado en su mente, carecía de sentido. Durante un instante observó, y al hacer se dio cuenta de varias cosas:

Lo bueno, que es que habían dado con el sitio correcta, es decir, que tenía razón. Ian y Shinobu debían de estar, lo más probable, ahí, y además no debían de haber hablado todavía. 

Lo malo, que es que si no fuera suficiente el altercado en el barco y el tener dos prisioneros allí que no sabían para quien trabajaban, sino fuera suficiente con eso..., seguramente habrían encontrado el cuerpo del hombre al que había matado el asesino, y estaban, por tanto, en guardia, alertas y sobreaviso de que el lugar no era seguro. 

Casi se echó a reír. Claro que era seguro, la casa era una maldita fortaleza con un pequeño ejército que, encima, no se iba a dejar manipular por sus encantos porque, por supuesto, estaban a la que saltaban y acercarse tendría como resultado, seguramente, un tiro sin preguntar. 

Aunque estaban al lado de un mercado, no podrían disparar a cualquiera, era una locura. Eso les daba oportunidades, sólo que aún no tenía muy claro cuales. Desde donde estaba podía observar el alboroto que se había producido, y también observaba fascinada los miles de colores que se abrían ante ella, pensando en la cantidad de cosas que podría hacerle a sus trajes con esos tintes. 

Se golpeó la cabeza con la palma de la mano abierta, dándose un toque en la sien. 

_^<<Piensa idiota, piensa_^>>. Necesitaban un nuevo plan, no era momento de rediseñar sus vestidos. 

– Maldita sea, ¿se os ocurre algo? 

-La mayor parte del dinero lo tienen mis socios pero...-me agacho a coger el dinero que ha lanzado Shinobu y le enseño la bolsa -podéis considerar esto un adelanto.

Le entrego la bolsa por la mirilla.

-Espero que no lo tengas que repartir entre muchos.

Miro fijamente al hombre cuando le digo esas palabras.

-Es un buen botín entre seis, pero es mejor botín entre tres y nadie os reprochara retiraros con tantas bajas.

Se que es complicado que se cambien de bando, así que facilitarles una buena historia puede aclarar sus ideas.

-No tendreis una mejor oferta por un mosquetero desgraciado y una chica loca

Entre susurros se que el lobo nos escucha y espero que la druida tambien, no hay ningún plan, pero hay que dejar que repose la oferta y tener en cuenta que quien bos abra la puerta puede ser aliado

No tenía ni idea de como era la casa por dentro. Solo estuve allí un momento y no tuve demasiado tiempo para investigar, así que no sabía por donde podrían aparecer los guardias si intentábamos entrar.

Lo mejor en aquella situación era crear una distracción tal y como había sugerido Lillith.

Algo habrá en este mercado que podamos usar para improvisar una distracción. Lillth, ¿crees que podremos hacer algo con estos tintes?

Sonrió a Durzo.

– La verdad es que si. Tengo varias ideas...

Le guiñó un ojo.

–...Que harían que mi vestido de gala quedará a la altura del de una reina. Sólo necesitaría un par de colores y algunas joyas, pero después... – observó la cara del hombre, hizo una mueca de sorpresa, y al final se rió en voz baja en un tono suave y dulce –. Oh, ya, ya, no te referías a eso. Estaba de broma – ^_<<aunque es verdad^_>> –. La cosa es que no se me ocurre demasiado.

Se encogió de hombros, volvió a centrar su atención en el mercado, y pensó. Primero como una ladrona, pero después lo hizo como lo que era realmente, lo que siempre había sido: una dama.

– Bueno, sé por experiencia que los tintes suelen ser bastante molestos. Si los mezcláramos con agua caliente los vapores harían que cualquiera a quien se lo echáramos en la cara creyera estar en el infierno, al menos durante un par de minutos. Las especias, lo mismo, en grandes cantidades haría enrojecer los ojos y arder la garganta y la nariz a quien sea. Serviría para una distracción pero, la verdad, creo que una bala haría mejor el trabajo. Además de que no se me ocurre como lanzárselo a esos idiotas, y aunque lo lográramos, seguirían quedando unos cuantos dentro. 

Lo que me lleva a pensar que..., ¿pretenden quedarse ahí siempre? Seguramente saldrán en algún momento, o puede que estén esperando a alguien. Tal vez sea mejor idea preparar una emboscada y luego hacerse pasar por quien sea.

Lo que estaba claro era que, por la fuerza, no iban a lograr nada contra la casa, sobre todo cuando uno pensaba que sus principales "luchadores" eran, justo, los que estaban ahí encerrados. Tendrían que pensar, y, si al final no funcionaba, tendrían que hacer uso de sus mejores dotes. 

Había pocas opciones para asaltar la casa con garantías para todos. La opción de emboscar a los refuerzos que vinieran a la casa empezaba a ganar terreno. empecé a observar los alrededores de una forma diferente. En mi anterior visita a la casa, iba solo y no había vigilancia, así que un acercamiento directo fue la mejor opción. Ahora no. Ahora debíamos buscar un lugar para emboscar a un grupo y poder reducirlos sin hacer demasiado jaleo. No convenía que nos escucharan desde la casa.

Vamos a buscar un buen lugar para escondernos y emboscar a los refuerzos.

La idea de Lilith era buena, pero eran demasiados en cuanto estallara la primera bomba llegarían los demás, sería mejor ir poco a poco como parecía que ibamos a hacer. Yo simplemente escuchaba y asentía, lo mio no eran los planes, tampoco la accion, la verdad, no sabía bien que era lo mio o que podía aportar al plan más que mi espada dispuesta para salvar a nuestros compañeros... - Si primero nos quitamos a unos cuantos y luego hacemos la tactica de las bombas quizas tendríamos más posibilidades... Como lo veis?

Bueno, parece que el plan esta mas o menos claro. Emboscar a los refuerzos de la casa mientras intentáis averiguar cuantos hay dentro y si Ian y Shinobu están vivos, muertos o se han cambiado de bando... 
Es buena idea emboscar pero a estas callejas se puede llegar desde muchos sitios de manera que para hacer aquí una emboscada se necesitaría, primero, saber por donde van a venir y eso no es factible, a lo mas que se puede aspirar es a esperar e imaginar que vendrán desde el lado del barrio viejo que es donde están las mansiones de los ricachones y Durzo con eso en mente estableces así tu punto de emboscada, a ver si suena la flauta... 
Mientras tanto Lilith tienes un plan y la total y completa ausencia de experiencia con trampas, bombas, tintes o especias no van a hacer que este cambie, son pequeños detalles sin importancia! Crearas unas bombas con la ayuda de Violed y cuando lleguen los refuerzos serán cegados a base de polvos y colores! 
Y bueno, efectivamente al cabo de un rato aparecen por una de las calles que Durzo tiene controladas para su emboscada, cinco soldados, cuatro mosqueteros y un oficial con su pistola, su escudo y su espada, claramente mercenarios y claramente esperando que suceda algo... 
Y sucede! Les caen encima las bombas que... que... que.... 
Conocéis aunque sea por imágenes el festival Holi no? Bueno.... si no, os pongo aquí un alegre video hipsteriano del mismo: https://www.youtube.com/watch?v=Hh-o5g4tLVE
Inofensivos pero alegres y divertidos colorines caen sobre los soldados! Es todo bonito y colorido! Alegre y desenfadado! Y parece que os van a agradecer la tontería disparando a todo el mundo! :p 

Mientras tanto, Shinobu tenias un plan! Estrangular con la cadena al que entre y entonces escaparte por la casa, colarte en los conductos y tras matar a alguno dejarlo en el elevador con un mensaje escrito en la ropa: “Now i have a machine gun ho ho ho” no sabes que significa todo eso pero en tu mente ves que es lo correcto... 
Sin embargo Ian se adelanta con un plan alternativo que consiste en comprar a los mercenarios o al menos simular comprarlos. El que esta en la puerta, en la mirilla, escucha lo que se le dice pero no responde nada de nada... solo espera a que Ian termine y luego se marcha. Hará caso? No hará caso? Sufriréis represalias? Bueno peor que ahora no podéis estar... 
A los pocos minutos la puerta se abre y entran dos de los mercenarios y su jefe que lo hace diciendo: -No se que esta pasando allí fuera pero me gusta tu oferta soldado...- Parece que cuela. 
-Si nos traes las ochocientas monedas y nos garantizas paso franco hasta la puerta de la ciudad, os dejaremos ir...- Por lo que parece dan por sentado que ha habido algún tipo de golpe contra sus jefes y ahora solo quieren escapar lo mas indemnes y ricos que puedan: -Tienes una hora para ir, arreglarlo todo y volver...- Si claro y que sentido tiene eso? Quien iba a salir y luego volver? 
-Pero tendrás que jurarlo por tu honor... y si no vuelves mataremos a tu loca amiga de pelo blanco y su mascota...- Parece que el oficial sabe una o dos cosas sobre los mosqueteros, puede que el fuera uno... 

Latido, dos latidos, tres, la inercia le pedía lanzarse igualmente al cuello del que parecía el jefe, una mirada directa del azul mas intenso que su mirada había ofrecido antes mientras alzaba las manos ligeramente - o me quitas esta cadena ahora, o me matas tras su ida, porque si me dejáis con este asqueroso metal en las muñecas un minuto más viva o muerta os Perseguiré hasta mataros, ¡a vosotros! Y a quienquiera que se relacionen con vosotros, y cuando vuestras vidas sean segadas, le haré un favor a la naturaleza quemando ciudades y si lo hago como no-muerta, segando mi nueva y aberrante existencia.

La seriedad de su rostro, dejaba claro que si tenía ocasión se vengaría de todo ser humano del mundo, a menos que aquellos exaltantes y repulsivos grilletes le fueran quitados en ese instante, nunca le importó acompañarlos de buena fe, quiso ayudarles a su modo, tenían su oro, cosa que no le importaba en exceso, y aun así, habían osado profanar un tabú, la cólera de su pecho se hacia notar con las largas y controladas respiraciones que buscaban contener su ansia de aniquilar a aquellos entes, un brillo rojizo en su pupila no mostraba temor alguno por la muerte, viviría y moriría, pero si se atrevían a mantener aquella corrosiva cadena en sus muñecas, incluso no-muerta les perseguiría hasta el fin de sus días, antes de apartarse ella misma por "antinatural".

Aquello fue magnífico, hermoso, un festival de alegría y belleza en forma de decenas de colores diferentes que dejaron a los sorprendidos mercenarios confundidos en un mar arcoiris..., y nada más. El espectáculo fue grandioso, sin duda, pero en apenas unos instantes se dio cuenta de que había sido el dinero peor invertido de su historia, pues aunque ahora los soldados daban un aspecto mucho menos imponente vestidos con ropas rosas y turquesa, amarillos chillones dentro de intensos rojos, y verdes junto a un no muy bonito naranja, seguían teniendo pistolas, mosquetes, y otras armas de fuego que, confundidos ante el traicionero ataque, se dedicaron a disparar a todas partes, añadiendo el humo gris y el olor sulfuroso de la pólvora al radiante colorido y los intensos perfumes de los tintes y las especias, todo esto acompañado por el griterío generalizado de aquellos que estaban suficientemente cerca como para oír disparos y correr huyendo de ellos. 

Mientras todo aquello ocurría, ella miraba con los ojos entrecerrados la situación, sin saber muy bien que esperaba pero sabiendo que eso, no. Aún así, no la extrañaba, pues realmente si era sincera, es que había sido muy positiva. Sin pensarlo dos veces, sonrió.

– Os dije que prefería una bala a una cosa de estas – rió entre dientes –. Pero creo que ya que estamos, habrá responder, ¿no? 

Dicho, y hecho. No había acabado de decirlo cuando sacó una de sus hermosas pistolas, que se había preocupado en cargar en la casa, y disparó al más cercano. Primero una, y luego la otra. Recargar, y disparar. Era un trabajo sencillo que no requería pensar mucho, pero si estar atenta para esquivar y esconderse tras cada tiro. 

Nubes de colores flotaban por al aire a nuestro alrededor y de repente los mercenarios se volvieron locos y empezaron a disparar en todas direcciones sin mirar a donde. Eso hacía que no estuviéramos directamente en peligro, pero podríamos ser alcanzados por una bala perdida. Un ataque cuerpo a cuerpo en ese momento no sería la mejor idea, así que saqué la pistola que cogí del cuerpo muerto del contable y apunté al grupo.

Disparé varias veces. Alguno de los proyectiles impactaría.

Las agradables palabras de Shinobu me ayudan a mucho a pensar si, pero mis intenciones han funcionado, al fin y al cabo 800 piezas de oro es un gran botín para una leve jornada de trabajo.

-Está bien-digo observando el agresivo gesto de Shinobu-Os juro por mi honor, que regresaré con el dinero y luego podréis hacer lo que os plazca, no os daremos más problemas-vuelvo a mirar a Shinobu y esos ojos asesinos -no la hagáis caso, no va a haceros lo que dice, pero si pudierais quitarle los grilletes, estoy seguro que esperará pacientemente aquí hasta que regrese con el oro.

Incluso desde aquí se escucha el jaleo que hay fuera, lo cual me lleva a pensar que o vienen a liberarnos (cosa complicada) o lo tenemos aún peor de lo que pensaba.
-¿Podéis dejarme un arma?, no os pido mi estoque bueno, ese se queda como garantía, le tengo mucho cariño, pero si me vendría bien un acero y tal vez una pistola para poder cargar con el oro sin problemas, que parece que hay disturbios ahí fuera

Todos mis pasos suenan pesados. Accedan o no salgo de la casa después de jurar nuevamente que regresaré con el oro y busco con la mirada a mis compañeros. Conociendo a Lilith, llevará el dinero escondido, nunca lo dejaría en otro lugar que le forzara a regresar, no ella lo tiene que llevar todo encima y necesito mi parte con urgencia.

A cada metro que avanzo hacia los disparos y el extraño conjunto de colores me pregunto si sería capaz de dejar a Shinobu allí. No, eso nunca. Pero lo que tengo claro es que no puedo seguir haciendo las cosas como antes

La encerrona que habíamos preparado parecía más una broma que un ataque, pero cuanto menos podría servirme para una de mis canciones si saliamos vivos de esta... Sin esperar más, viendo que mis compañeros buscan refugio y comienzan a disparar saco mi ballesta ligera preparando los virotes para dispararles a ellos, sin duda, el fuego era menos impactante que el de mis compañeros, quizas debería buscar una de esas pistolitas en el futuro...

Disparaba y me cubria, busque resguardo cerca de mi compañera Lilith con una sonrisa.

Bueno han sido unos días muy complicados porque a ver, me quede sin mi ordenador y luego en el nuevo no tenia las contraseñas y sin la del mail no podía recuperar la de umbría y madre mía, he tardado unos cuantos días en arreglar esto. 

Pero ya esta, ya lo arregle a ver que sale. 

Imaginaros que fuerais unos mercenarios, duros y curtidos hombres de armas versados en combates de todo tipo, desde escaramuzas en callejones hasta batallas campales, seguro que nunca, nunca jamás pensarías que te iba a llover encima un ataque “flowerpowerhippiehapy” pero es lo que parece... 
La loca combinación de especias, colorantes y explosivo da lugar a una verdadera explosión de color y alegría en la calle! Locura! Los efectos no parecen ser especialmente perniciosos, pero si muy bonitos.. 
Y como dice el poema de Lorca 
“Anda jaleo, jaleo.  
ya se acabó el alboroto
y ahora empieza el tiroteo.” 
Tanto Lilth como Violed y Durzo tenéis claro que acercaros ahora es casi un suicidio y aprovechando pero también sufriendo la cobertura parcial que a todos y a todo os dan las nubes de color, empieza el lío.

Ian, tienes claro que vas a volver, con el dinero y que vas a sacar a Shinobu de esta. Has dado tu palabra y los mercenarios, en parte porque no saben que pasa y en parte porque no tienen claro con quien estar a buenas y con quien no, te dejan ir, al ser antiguos mosqueteros saben de sobra que si has dado la palabra la cumplirás, ellos lo harían y ni siquiera son ya mosqueteros, pero si nos quedamos sin palabra y honor... que queda? 
-Tendrás que apañarte con esto y con tu ingenio...- dice el oficial mientras te entrega una espada corta, aparentemente el único arma que están dispuestos a darte: -Si con eso no puedes espantar a unos ladrones es que no eres un verdadero soldado...- y esto es lo único que vas a sacar parece... 
Mientras tanto, una vez que Ian sale por la puerta, Shinobu les dejas claro lo que piensas de ellos y de sus grilletes con una amenaza que esperas no suene vacía a pesar de que lo que prometes siendo serios es algo muy pero que muy difícil que puedas cumplir ni aun si conocieras un nigromante que hiciera la parte mas complicada... pero tus palabras asustan y si no es solo eso, la presencia de Lunarian, gruñendo a tu lado, si que ayuda... el oficial te mira sin expresión en la cara y luego se marcha cerrando la puerta tras el... 
Pero a los pocos segundos se abre la mirilla y por ella arroja una llave, la llave de los grilletes: -No hagas que me arrepienta muchacha, no quiero tener que matarte..- parece que eso de que van a ganar un dinero considerable los ha vuelto un poco amables al menos.. 

Pero vamos con lo que pasa en la calle. Que tiene su gracia. 
Nubes de colorines otorgan cobertura parcial a mercenarios y aventureros, vosotros tenéis posiciones bien pensadas que os cubren y os permiten disparar, ellos tienen el entrenamiento y corren a esquinas y rebordes donde parapetarse. Mientras que Ian se acerca a lo que suena como una ensalada de disparos, lo que sucede allí es bastante increíble, Lilith disparas, Durzo disparas, Violed disparas, tu arma es la única que no hace ruido, los mercenarios disparan hacia donde han sonado vuestros tiros las nubes de pólvora se unen a las nubes de colores y todos estáis recargando como locos mientras se disipa los colores...  
Y según van desapareciendo las nubes de color todos podéis ver, con incredulidad en ambos bandos, que nadie le ha dado a nada! Los mercenarios os miran, vosotros a ellos, todo el mundo apresura mas la recarga, Violed acabas mucho antes que ellos, las armas de pólvora son muy lentas... 

Aun llena de ira, y más molesta por tener que sujetar esa llave también metálica, se apresura a quitarse los grilletes, los cuales vuelan hasta la pared más lejana. Envuelta en fuertes respiraciones, su pecho se va calmando, casi como si hubiera tenido serios problemas para respirar y de repente el oxígeno llegara por fin sin problemas. Apretó los dientes al sentir el aire viciado del lugar, pero por lo menos ya no tenía aquella desagradable contaminación en sus muñecas.

Se masajeó la zona apresada, sintiendo que aquel corrosivo olor no se iba a esfumar nunca, pero sin perder el tiempo besó el duro suelo susurrándole - ¿por que existe un material tan repulsivo? - miró a su compañero y lo abrazó, hasta ese instante sentía que algo desgarrador les separaba - gracias por no irte - su maestro le dijo que el metal ppodíallegar a distanciarles, y sin su hermano, Lunariian era lo único que le quedaba.

Intentó ignorar que aquella tal Lilith le había intentado matar, ella hubiera luchado por aquella mujer, siempre que sus intereses no fueran en contra de la naturaleza. Por otro lado el mosquetero y sus rasgos, le decían que "salvarla" solo era un efecto de salvarse a si mismo, puesto que su palabra la incluía.

El tipo nuevo parecía ser una marioneta de quien traicionó a la druida y le insultó ofreciendo metal como recompensa, y solo quedaba Violed, la cual parecía llevarse bien con la tal Lilith, ahí se cerraba el círculo de gente que conocía. Apretó un poco más el abrazo a su amigo, si no fuera por él, estaría sola. Tal vez se debería haber quedado en los campos, donde los niños le rodeaban y los padres de estos sonreían al ver a Lunarian jugar con los pequeños. Se levantó y revisó la celda, con sus manos al lado de las orejas, era agradable volver a escuchar el siseo del viento.

Se acercó a la puerta y en voz alta habló - el mosquetero os traerá vuestro dinero, a mi ya no me necesitáis, ya disponéis de mi metal, ¿por que no me devolvéis mi arma y me voy? Ya no tengo motivo para odiaros tras quitarme ese despojo negro - a los grilletes se refería - el metal para pagar en ciudades tampoco me sirve de nada - este debía ser el oro - creo que me iré de este despreciable lugar, ni la ciudad me gusta ni yo le gusto a ella. Este lugar es como quienes me abandonaron, molesto, ciego y lleno de desagradecidos. Tsk, ni siquiera me han agradecido que intentara salvar el cargamento,... es raro que sea humana, pues sin duda no entiendo a ninguno - miró a Lunarian un momento antes de acabar - tal vez sea un animal transformado en humano como castigo, en los cuentos que me contaban a los humanos los transformaban en animales, a lo mejor yo soy al revés ¿tu que crees?

Sin duda ella y su verdad, estaba claro que si era humana, todos estaban mal de la cabeza menos ella. Eran imposibles de comprender.

   Las volutas de humo, los polvos de colores y las nubes de especias seguían flotando en el aire, llenando el campo de batalla de una mezcla de olores, sabores y belleza digna de una de esas pinturas abstractas que algunos llamaban arte y que ella... bueno, al menos disfrutaba con las vivas tonalidades. En realidad, disfrutaba con ello más de lo que disfrutaba subida al tejado de un edificio de techo plano, parapetada tras un muro bajo, y recargando una pistola tras otra para seguir con aquél tiroteo que no había salido como se esperaba en un primer momento. Ni en un segundo. Ni realmente en ninguno de sus planteamientos para aquél combate. 

   La cosa es que se esforzaba en meter la pequeña bala de plomo dónde debía, cargar la cazoleta hasta el punto exacto, comprimir bien la pólvora, y todo esto mientras intentaba no perder demasiado de vista a los tiradores de abajo, a los que habían subestimado y que, de alargarse aquello, empezarían a tener ventaja.

   – Yo les entretendré con Violed – dijo a Durzo –. Seguramente no saben cuántos somos, y sólo estén disparando hacia dónde escuchan los tiros. Baja allí, y acaba con ellos mientras no saben a lo que se enfrentan, ¿podrás? 

   Sospechaba que el asesino iba a ser más útil matando de cerca a los desprevenidos soldados que allí, parapetado, disparando contra enemigos invisibles. Era hora de aprovechar la situación, si querían vivir alguna otra.