Partida Rol por web

Miro a la chica aparecer por la ventana y me giro hacia Lillith. No tenía ningún pudor ni nada en cambiarse delante de mí, cosa que agradecí. Las curvas de la mujer harían enloquecer a cualquiera. Moví la cabeza de lado a lado para despejar la visión de mi cabeza.

Oye, ¿aquella de allí no es amiga vuestra? Creo que tiene compañía. ¿Deberíamos bajar a ayudarla?

Mientras me recreo en el cuerpo de Lillith, intento articular palabras para reclamar su atención.

Aquellos dos tipos parecen que se van a echar encima de ella.

Mientras espero respuesta, me dirijo lentamente hacia la puerta para salir deprisa y pillar a los tipos desprevenidos. Seguramente huirían, pero debía estar preparado por si se volvían agresivos. Cogí el pomo de la puertsa con una mano, esperando que Lillith me dijera si salir a ayudarla o no. A mi la verdad, me daba igual.

Por alguna extraña razón que no acabo de entender no he muerto. Presentar batalla contra gente armada con mosquetes suele ser un buen asegurado, pero en este caso no había sido así para mi desgracia.

Me arrastran por el puerto hasta una casa cercana donde las cosas sin duda alguna se han estropeado o por lo menos eso dice un muerto y su expresión de preocupación.

Y entonces la druida habla...y yo retomo aliento que tras la paliza que me han dado ya lo iba necesitando.

"Si hacéis que deje de hablar os cuento lo que queráis" estoy apunto de decir, pero después de todo, entré en ese barco para sacarla de allí y mi honor lo estropeó todo, así que tal vez sea un poco injusto desearle eso a la pobre Shinobu que después de todo solo es una seguidora de una extraña religión.

-Todo esto es algo que por lo que veo nos supera a todos...-digo con voz ronca -así que supongo que lo mejor es que me peguéis un tiro cuanto antes y así podáis huir de todo este jaleo, ya que a vuestro pagador no le gustará saber que por culpa de una chica con un lobo y un mosquetero han atacado vuestra base y matado a vuestro jefe...

En parte espero ese disparo ya. Terminar con todo esto, huir como un cobarde de esta guerra sucia que atenta contra lo que esperaba.

-¿Teníais algo más de valor aquí?, solo por mera curiosidad...yo solo era la distracción

No tengo ni idea de lo que ha pasado en ese lugar, pero con lo que han dicho, intento recrear un posible plan que se hubiera planteado de antemano, aunque es algo arriesgado ya que ¿dejarían algo importante aquí sin protección?, probablemente no, pero el riesgo merece la pena.

No tenía vergüenza alguna en cambiarse frente a la ventana abierta, y no dudó un instante en hacerlo ni cuando se dio cuenta de que Durzo la miraba – porque decir espiar no sería justo si ella lo buscaba –, aunque sólo por mantener el interés, no por pudor, se permitió mantenerse en un ángulo en el cual sería difícil de apreciar su cuerpo.

Tras un rato, aunque no tardó mucho – pero si más de lo necesario –, terminó de quitarse las mojadas prendas, secarse un poco, y ponerse las nuevas ropas, uno de los últimos conjuntos que había comprado aquella misma mañana. Con una sonrisa pícara, se asomó entonces a la ventana, y apoyada en el marco, lo que ensalzó sus atributos, sacó la mano con la bolsa de oro en ella. 

– Creo que querías esto, ¿estabas aquí vigilando que no me fuera con el dinero? – preguntó, divertida, a sabiendas de que las monedas habían pasado a un segundo plano.

Iba a decir algo más, pero entonces la aparición de la bardo atrajo toda la atención. Caminando con nerviosismo por la calle, el asesino tenía razón: estaba siendo perseguida. No parecían ser los mismos del barco, pero tampoco tenían buenas intenciones; era necesario ayudarla.

– Adelante, vamos a hacer que esas ratas se arrepientan. Y Violed nos será de ayuda – guiñó un ojo al mercenario –. Tú primero, se un buen caballero. 

Maldicion... Me estaban persiguiendo si, sin duda, tras los quiebros seguian detras de mi y no parecían tener rumbo fijo a otro lugar... Bueno, si, a mi... Por lo que mi mano ya se posa sobre el pomo de mi espada lista para desenvainarla si es necesario, mientras busco con la mirada el local de reunion, pues no debería estar lejos... Si lograra llegar antes de que me alcanzaran...

Como desees, señorita - le sigo la broma a Lillith y me preparo con la espada corta en la mano. Sin esperar más, abro de un golpe la puerta y salgo con un movimiento rápido, esquivando a la chica que venía delante para encararme con los dos tipos que la seguían.

¿Tenéis algún problema? - Esperaba con todas mis ganas que se encararan conmigo.

Riendo por lo bajo, dejó a Durzo salir y hacerse el héroe, mientras ella terminaba de abrir la puerta y, desde ahí y sin intención de acercarse más, observaba lo que ocurría. Solo se movió, y apenas, para sonreír a Violed cuando la tuvo suficientemente cerca, y para recargar, con total tranquilidad y parsimonia, sus pistolas, usando para ello la pólvora nueva y seca que había recuperado de la casa.

– Veo que has traído amigos. Te siguen casi con tanto ahínco como a mi, ji, ji – apuntó entonces hacia ellos, aunque sin disparar si no hacían por acercarse a ella. Su gesto se volvió malicioso, y no quedó rastro de su amabilidad –. Pero tienes que empezar a traer gente de más clase, pequeña, estas ratas son sólo escoria que no nos merece. 

Aquí estas tu, Durzo, intentando mantenerte centrado y profesional mientras que Lilith se cambia de ropa de la manera mas y a la vez menos exhibicionista que puede, dejando claro a todo el mundo que esta haciéndolo en plan “Eh! Que estoy desnuda!” pero con la habilidad necesaria para que solo se pueda intuir sin llegar a ver nada, la ladrona es una experta en el arte de dejar la miel en los labios...

Pero incluso con semejante distracción no pierdes de vista el oro porque sabes que si lo haces desaparecerá, las manos de Lilith son increíblemente rápidas y hábiles...

Y ni todo esto os impide daros cuenta de que Violed esta acercándose, han escapado del muelle antes de que la pillaran con el resto, aunque no se ha librado de ciertos elementos indeseables...

Pero en serio. Alguien cree que dos rateros iban a jugársela? Ya mal que Violed lejos de salir corriendo conserve la suficiente entereza para llevar la mano a su arma, pero si a eso sumamos la llegada de dos evidentes asesinos como son Durzo y Lilith, es mas que suficiente para ellos que se retiran a la carrera por no decir que escapan como perros.

Y aquí estamos, vale, los tres juntos y con una misión clara, evitar que el desastre de la caída de Ian y Shinobu vaya a mas, sea asegurándoos que han muerto, rescatándolos o al menos estando seguros de que no cuenten nada de nada sobre Edmond y los Gaylord, cueste lo que cueste...

Pero por donde empezar?

Ian y Shinobu, el jefe de los matones no esta y uno de sus empleados esta muerto, la cosa no pinta bien y están nerviosos, vuestros razonamientos, raros y algo suicidas, no parecen convencerlos de nada y el jefe de la patrulla camina arriba y abajo por la casa confundido y furioso: -Silencio! Llevarlos a la celda!- Aunque por celda entendemos un sótano bastante húmedo, con paredes de piedra y una puerta muy recia de madera reforzada, eso si, no son tontos y antes de irse los que os bajan a la celda ponen unos pesados grilletes a Shinobu, metal, un metal negro y sucio que pesa mas de lo que parece y no solo por ser metal, también porque sientes que en este sótano y cargada con estas cadenas te roban la conexión con el mundo, con la tierra, con la naturaleza! Como Ian no parece tener capacidad mágica alguna y Lunarian mientras tengan a su compañera no intenta nada, no los sujetan mas, no parece ser necesario hacerlo. Mientras estáis aquí encerrados podéis escuchar como hablan entre ellos.

-Prepararlo todo, si hace falta prenderemos fuego a la casa.-

-Y los prisioneros?-

-Que ardan con ella... pero antes de eso seguro que mandan a alguien. Cuando vean que no tienen noticias del puerto mandaran a alguien, hasta entonces solo tenemos que aguantar y esperar...-

Por lo que parece el jefe del grupo decide encerrarse en esta casa y esperar refuerzos que tarde o temprano mandaran ya que han perdido contacto con esta casa... y mientras tanto se preparan para que los asedien... 

- ¡NOOOOOO! ¡MAALDITOSSS! ¡MADRE OS TRAAGUE EN EL SISMO MÁS GRANDE JAMÁS VISTOOOO! ¡KYYAAAAAAAAARRRRRGHHHHH! - como si se volviera totalmente loca, grita y maldice a quienes le ponen los grilletes, seguramente le miran un momento por el cambio masivo de temperamento, y de golpe calla, cae de rodillas y empieza a susurrar la misma frase - madre mátales, no les permitas esta aberración, libérame, deja que los mate, muertos los quiero muertos, jijijiji - realmente parece perder la cabeza, su mirada se fija en quienes osan cortar su vínculo - jijijiji haced que arda ya, viva o muerta, ya no tenéis escapatoria, viva o muerta os mataré jijijiji.

Una risa nerviosa y una respiración calmada pero sonora y constante - cuan lejos pueden huir, los que hoy me humillan, cuan lejos pueden huir, de la muerte y la tortura, encerrada en la cueva con blasfemia en sus manos, ve el gato al ratón huir como buenos bastardos, cuan lejos podéis huir ratones asustados, que con mi vida muerte tendréis y con mi muerte solo tortura. Jijijijiji.

En esos momentos separada por la fuerza de la naturaleza, su mirada de ojos azul penetrante sin parpadeos siquiera, pensando ya en como va a tomar venganza, como si hubiera dejado de ser humana, solo buscando libertad o muerte, y con ellas llevar a cabo su venganza.

Me derrumbo junto a una de las paredes magullado y cansado y entonces Shinobu empieza otra vez a hablar, lo que hace que la mire sorprendido por las cosas que dice.

-Esta chica tiene un grave problema...

Miro al lobo, que parece ser el único con el que me puedo entender-Tu compañera está muy mal, amigo-comento mientras cierro los ojos para descansar un instante.

Me ha fallado todo. Me han fallado todos, incluido yo mismo en cierto modo, pero las cosas podrían haber sido diferentes. Lilith podría perfectamente haber huido sin tener que matar a nadie y las cosas habrían sido distintas, pero no, se tiene que salir con la suya y hacer sus numeritos y sacando su beneficio.

-Tenía que haberos abandonado a todos...-susurro como una exalación dándome cuenta que mi error desde el principio fue pensar que podría mantener mi honor y mis códigos con unos compañeros y un pagador así. Tendría que haber llegado al cuartel y no haberme parado por culpa de aquel estúpido bicho. Tendría que haber hecho más guardias, más maniobras, participado en más batallas y más escaramuzas y tal vez en un tiempo habría sido recompensado, habría ahorrado lo suficiente para pagarme un puesto de oficial y tal vez entonces podría haber cortejado...

Me pongo en pie repentinamente, porque todo eso ya no es una posibilidad, así que revisto todo lo que hay en el sótano por si hay algo que nos pueda ayudar a escapar.

-Chica, calla de una vez y piensa qué es lo que puedes hacer para salir de aquí, no vas a volver de la tumba para vengarte de ellos, así que veamos cómo podemos rebanarles el pescuezo en esta vida

Al ver a mis compañeros en la puerta sonrio y parece ser que los que me perseguían, al mirar por el rabillo del ojo se habían marchado y respiro más tranquila quitando la mano de mi espada liberando la tension del momento - Estais bien? - Digo esbozando una sonrisa al ver que habían salido del barco y al parecer, sin demasiados rasguños aunque solo estaban Lilith y Durzo - Y los demás?

Su presencia había hecho huir a los bandidos como perros ante la amenaza de la fusta, y es que habían demostrado, al menos, algo de inteligencia al hacerlo. No les habría envidiado en nada si hubieran caído en sus manos, aunque si que le habría gustado que así fuera. Entretenerse un poco habría sido divertido, mostrar a Violed como podía ser el mundo si tomaba con fuerza las riendas..., pero habrían perdido tiempo, y no tenían ni un minuto de más. Sus posibilidades de rescatar – bonita manera de decir capturar –, o silenciar a Ian y Shinobu antes de que dijeran algo que no debían se iban enfriando con cada segundo que pasaban allí. No podían esperar más, y era hora de decidir un plan. Uno rápido, y que de verdad funcionara. 

– Es una lástima que no nos puedas decir tú que ha pasado. Yo escapé del barco cuando empezó a haber problemas por culpa de esos dos idiotas. No estoy seguro de si sólo son más tontos de lo que parece, o si nos han traicionado, pero son ahora nuestro objetivo.

Suspiró, puso los ojos en blanco, y volvió a resoplar. Luego miró a Durzo y a Violed de manera alterna.

– ¿Qué sabemos hasta ahora? Ian y Shinobu o bien han sido capturados, o bien se han pasado al otro bando. Como sea, no creo que haya zarpado el barco – y si lo hubiera hecho tampoco habría sido con los prisioneros –, sólo habrán dejado algo de vigilancia y habrán llevado a esos dos a algún lugar cercano dónde sacarles información sobre por qué estaban allí, qué querían, quién les pagaba y seguramente quien era yo. Debemos encontrar ese lugar e ir allí directamente. Cuando veamos la situación, planearemos como entrar – volvió a mirarles, esta vez sonriente –. ¿Se os ocurre algún lugar? ¿Qué me dices de la casa franca dónde encontraste el Libro de Cuentas, ¿podría servir para mantener cautivos?

Eso quería decir lo siguiente: ¿era un lugar apartado o en alguna zona dónde el sonido de gritos, disparos y otras actividades sospechosas pasaran inadvertidas? ¿estaba cerca del puerto? ¿podía ser fácilmente defendible, y a la vez tener alguna salida trasera por la que escapar si se complicaban las cosas?  

La casa no era nada del otro mundo. Una casa normal, de dos plantas. Intenté colarme por la parte de atrás, pero la cerradura era bastante buena. Cuando salí de allí, se quedó sin cerrar. Esperemos que no la hayan cerrado y podamos colarnos por allí de nuevo.

Me quedo mirando a las dos mujeres, una tras otra.

¿Pero qué demonios habéis liado en el barco? ¿De cuantos hombres estamos hablando en total?  - me quedo pensativo un momento - Cuando estaba vigilando la casa para colarme, vi que salían 6 marineros de la casa, avisados por el que estuve siguiendo. ¿Cuántos más había en el barco?

Tras meditarlo un segundo, asintió. La casa le valía para empezar a investigar, al menos era más probable que el barco. Si había servido de base para los soldados del rival de Gaylord, era un lugar que seguramente los vecinos no molestarían, ubn sitio dónde los disparos, las broncas y los gritos serían comunes. En definitiva, un lugar dónde podrían llevar a unos prisioneros sin ningún problema. Si no eran prisioneros, sino nuevos reclutas, entonces habría más problemas, sin duda, pero era mejor pensar esas cosas una a una. 

– Iremos allí entonces, parece un buen lugar dónde encontrar respuestas. Sin embargo...

Negó con la cabeza. La siguiente pregunta de Durzo tenía sentido, y además auguraba otro nuevo inconveniente: el número. Echó cuentas en su cabeza, calculó durante medio minuto más o menos, restó como mínimo al que había pegado un tiro y al final se encogió de hombros.

– Verás, en el barco habría unos ¿diez? ¿doce? Si te soy sincera, no tengo ni idea, sé que en la bodega había cuatro – rió –, bueno, tres cuando me fui. Pero me largué porque estaban llegando los de arriba..., o a lo mejor llegaron porque me fui. Bueno, por el tiro que pegué a uno cuando me iba, aunque en verdad intentaba dar a Shinobu – miró a Violed, a la que guiñó un ojo –. Una larga historia, te la contaré en otro momento con un vino en la mano. El caso, con esos que fueron desde la casa... Debemos suponer que habrá entre media y una docena de soldados en la casa. Vamos a tener que hacer las cosas sin llamar la atención. Pero lo veremos allí. Coged lo que necesitéis, nos vamos.

Las cuentas de Lillith nos dio un número bastante elevado de soldados. Además todos serían buenos tiradores e irían perfectamente armados. No era lo que me apeteciera hacer exactamente y por gente que ni siquiera conocía y no me debían nada, pero Gaylord los quería vivos y de vuelta o muertos si habían largado, así que no tenía mas remedio.

Te sigo.

Me sorprendo abriendo mucho los ojos con sorpresa tras toda la "aventura" que parece que tuvieron en el barco y niego con la cabeza... Tipico de Lilith... Pero me quedo pensando - Mmmm no me vieron a mi, no? Yo estaba en el puerto distrayendo a la gente y no me tendrían que relacionar con lo ocurrido en el barco... No? Y si... Trato tambien de hacer una distracción allí en la casa? Podría atraer a la gente a la puerta o algo... Y vosotros aprovechar para colaros... ¿Que os parece?

Mmmmm. - miro atentamente a Violed valorando la propuesta que hacía.

Podría servir, pero ten en cuenta que estaran sospechosos de cualquier cosa extraña que pase. Piensa que les han intentado robar en el puerto y estaran susceptibles a cualquier cosa que se salga de lo habitual que les pase.

La idea no era mala, pero tendríamos que inventar algo que no les hiciera sospechar en que fuera una trampa.

¿Qué tienes pensado?

Sino os tengo a vosotros no? - Digo pasando mi mirada por ambos "mercenarios" debería confiar en ellos? En Lilith la experiencía me había demostrado que aunque trataba de apartentar que solo le importaba ella, podía hacerlo... Pero no quería tampoco jugarme mi pescuezo sin ningun seguro...

Si, claro. Pero debemos ser prudentes y planearlo bien. Son muchos y tendremos problemas si descubren el truco.

No me gustaba jugármela, pero tenía que hacerse lo que tenía que hacerse. Si las dos habían conseguido huir del barco, fuera como fuese, quería decir que tenían recursos. Después de todo, puede que saliera bien la cosa.

Mientras caminaban con tranquilidad – no sabían quien podía estar vigilando, y era mejor no aparentar prisas sin necesidad – hacia el barco, fue escuchando el plan que iban empezando a tejer pero que, sin duda, no tendría sus últimas puntadas hasta que vieran con claridad la situación.

Sin embargo, había cosas que podían ir discutiendo, tal como estaba haciendo, e incluso con la situación tan envuelta en brumas, ella ya podía decir que no a ciertas cosas. 

– Me temo que eso sólo te pondrá en peligro, y no lograremos nada – dijo a Violed, sintiendo de verdad que fuera una locura dejarla arriesgarse de esa manera –. Si no sospechan ya de que la actuación del puerto fue una distracción, lo harán en cuanto te escuchen en un lugar que, si tengo razón, no es muy concurrido. No sería el típico lugar dónde tocaría un bardo y, además..., recuerda que muchos de los marineros te vieron tocar. Incluso los mercenarios pudieron verte de refilón y – sonrió con picardía –, no tienes una cara fácil de olvidar. No. Tendremos que hacerlo de otra manera, incluso me temo que esta vez tendré que ser yo el cebo. 

Y ya iba formándose una idea en su cabeza, una que no la iba a gustar, pero que funcionaría. Los callejones traseros de las calles del puerto no serían sitios para artistas itinerantes, pero si lo eran para las putas y sus clientes. A ella, que se había cambiado de ropa y a la que apenas habían visto de espaldas al dispararla, no la reconocerían seguramente, y unos soldados mal pagados solos y sin capitán seguramente estarían más que dispuestos a "ayudar" a una hermosa joven, que sería ella misma, acosada por un idiota, que en este caso iba a tener que ser Durzo. 

Miré a Lillith de reojo. No me hacía ni pizca de gracia lo que estaba insinuando. Tendría que ponerme a la vista de los marineros, y no quería que tuvieran mi cara presente en el futuro.

¿Crees que picarán con algo tan....obvio? No sé si les interesará meterse en los asuntos entre una prostituta y su cliente. - hice una respiración profunda medio suspirando. - Pero no tengo un plan mejor, así que si las dos estais de acuerdo, adelante.

Más que el interés por salvar a los prisioneros, tenía el deber de cumplir la voluntad de Gaylord. Había aprendido a hacer lo que él decía. era un hombre peligroso si sus planes no salían como él quería.