Partida Rol por web

No había terminado de dar el primer bocado, cuando notó que Nauj ya no estaba por ningun lado. En cambio, había podido olfatear el aroma de nuevos individuos cerca, y en este momento se acercaban a él. Una mujer aparentemente humana de piel muy blanca vestida en pieles de oso y ropajes para el frío, cabello rubio, casi albino. Su acompañante era un joven de aspecto humano, ojos verdes e intensos y cabellera amarilla, de ropas simples.

El pequeño goblin cuando había acabado de ver el cartel lo arrancó y se lo guardó en su petate, aparentemente sin haber advertido que la nativa de Innuhe y el muchacho se acercaban a ver. Luego de esto se tumbó cerca de una piedra de forma bastante vulgar por llamarla de una forma y se dispuso a comer algo que llevaba. Es ahí, cuando advierte la presencia de ambos...

- En realidad seria medio lobo, aunque es algo más que eso... Es dificil de explicar a alguien que no es Innuhe.

Observo con atención el trozo de ala que le mostraba Seryu, le resulto fascinante, más su mirada se desvio a donde miraba su acompañante. Vio como el goblin arranco el trozo de cartel y se sento a comer tranquilamente. Que podia ser tan importante como para que nadie más lo viera, a la joven la embargo una sensación de curiosidad.

Se acercó al goblin.

Se puso de cuclillas para ponerse a su altura, mientras que colocaba sus manos en el bastón que había dispuesto ahora frente a sí a modo de apoyo. Un bastón completamente blanco, acorde con sus ropajes..

-Mis disculpas por la desfachatez, joven, pero me gustaría que me comentara lo que ponía ese cartel, si no es menester.

Tras ello, le sonrió agradablemente, esperando respuesta de aquel pequeño verde..

El goblin saltó hacia atrás, como impulsado por un resorte. Con las orejas replegadas hacia atrás como un gato, y emitiendo un desagradable ruido, como un soplido entre dientes. - ¿Donde demonios se ha metido? Pensó mirando de un lado al otro con una celeridad casi compulsiva.

Olfateó el aire en dirección a los recién llegados. - ¿De que me hablaz, patazlargaz? Los ojos de la criatura se movían veloces de un extraño a otro, escrutándolos.

Como echaba de menos la sensación de superioridad numérica. Desde que emprendiera aquel viaje, nunca se había sentido tan solo.

- No tengo nada para ti. Mirado al extraño de soslayo, le dio un bocado enorme al trozo de carne seca que tenía en la mano. Masticando vorazmente, engulló el bocado. Se metió lo que le quedaba en la gran boca adornada de afilados dientes y tragó con celeridad. - Ya eztá, Bolg no tiene nada... no le queda nada, zigue tu camino. Hablando aun con la boca llena.

Esperaba agazapado el próximo movimiento de aquellos humanos. Con los músculos en tensión, esperaba poder huir al menor señal de peligro.

El chico rió abiertamente. Sencillamente lo miraba a los ojos, con una gran sonrisa.

-No te preocupes, no tenemos intencion de robar o golpearte. Solo queremos saber si ese cartel ponia algo relevante aunque...¿Sabes que? No pasa nada...

Comenta, volviendo a su posicion erguida y caminando en dirección a donde el cartel señalaba...

-Encantado, pequeño Goblin.

Comentó, mientras que lo saludaba con la mano mientras que se iba, observando de nuevo a la chica.

-Discúlpame... no queremos problemas ni que nos tomen por un peligro ¿Verdad?

Le sonrió abiertamente, colocándose nuevamente el baston a la espalda, llevándose una mano a la nuca..

Bolg se relajó al ver que aquel humano se iba. - Los patazlargaz zon muy extrañoz... Pensó el goblin, y sacó el cartel arrugado del petate. Lo miró extrañado y volvió la vista a los viajeros.      - Muy extrañoz. Y lo guardó de nuevo.

Examinó un momento los alrededores, en busca de alguna pista de su nuevo amigo. Echando un ojo, en todo momento, a los extraños que se alejaban. - Ha dezaparecido... Y un gutural gruñido surgió de su garganta. - A lo mejor el deztino noz vuelve a unir... Y con la tripa ya llena continuó su viaje a Seiní. Siempre alerta, de un matorral a otro, de una roca a otra. Escuchando los sonidos y percibiendo los olores del camino.

Ni bien el goblin había dado dos pasos cuando se detuvo al percibir un movimiento en el follaje cercano, tras el árbol donde estaba el cartel. Al volverse veía de nuevo a Nauj, que al parecer se había metido a arrancar una planta de ahí.

Syara contemplaba algo atónica el intercambio dialectico entre su nuevo amigo y el goblin. El ser verde parecia hacerse un poco el loco.

-Te preguntabamos por ESO -dijo cuando sacaba el trozo de cartel arrugado.

La joven se dio la vuelta rapidamente cuando escuchó el ruido entre el follaje cercano.

- Señorita syara, no quisiera parecer insensible o algo parecido, sin embargo lo que suceda aqui no es problema nuestro. Olvide ese cartel, no es mas que eso... un cartel.

Le sonrió calidamente, mientras seguía avanzando colocándole una mano en el hombro para que siguiera avanzando... no pudo evitar por un momento observar tras de si, en aquel arbusto, aunque no llegó a apreciar mas que al goblin con otro ser..

El pequeño goblin estaba abrumado, no sabía si ir hacia a delante a o hacia a tras. La hembra humana parecía hablar con él, justo cuando vio a su amigo detrás del árbol. - ¿El dibujo?¿Queréiz ver el dibujo? Dirigiéndose a la humana. Rebuscó en su petate sin apartar la vista de los dos humanos, y extrajo de nuevo el papel arrugado.

- Tomad patazlargaz, Bolg no lo quiere zi tiene que cauzarle problemas. Puso el trozo de papel en el suelo y colocó una piedra encima. - Mirarlo, mirarlo zi os place. Ahora su vista se desviaba constantemente hacia el árbol en el que había estado clavado el cartel, y se deslizó precavidamente en dirección al ruido que había oído.

Ambos se acercaron a ojear el cartel, algo arrugado ya.

Mas a él por su constante rumbo viajero que a ella le sonaba haber visto el mismo en varios ciudades, y por algún cuchicheo de taberna se rumoreaba que siempre desde hace diez años se colgaba una y otra vez el mismo anuncio, por ordenes del rey mismo. Nunca habías visto nada igual, la persona buscada era una fémina sin duda...pero nada similar a alguien que hayas cruzado. Quizá recordaba a una elfa por las orejas punteadas y su figura. Pero los elfos no tienen escamas. Ni una cola. Ni garras...

Bajo el dibujo, esta escrita una pequeña lista de crimenes bastante atroces entre los que se ven asesinar a la familia real, matanza de niños...Se menciona la recompensa, ilusoria sin duda, una habitación repleta de lingotes de oro. Sin duda una suma por la que mas de uno mataría a su madre...

Mientras aquel par de nuevas caras para el goblin miraban el cartel ensimisados, este pudo apreciar que iban bien provistos de suministros. Uno solo de aquellos dos viajeros llevaba sin duda mucho mas de lo que él y Nauj junos. Sobre la mujer podía percibir algo extraño, se sentía como delante de un animal salvaje...pero ella se veía bastante cortés y algo educada incluso, que extraño.

El goblin se detuvo y observó detenidamente a los viajeros mientras estos examinaban el trozo de papel.

- Disculparme zi he zido algo dezconfiado. Les gritó desde media distancia. Sus pequeños ojos amarillos seguían los movimientos de los extraños. - No hoz entendí, en un primer momento. Bolg se fue acercando con suma cautela. - Estaba de camino a Seiní... Pero ze me acaban de terminar las provizionez, y ez difícil, para un goblin, comprar alimentoz a los humanoz...jejeje. Una risa aguda y nerviosa surgió entre los dientes del goblin.

Bolg giró la cabeza repentinamente, como si buscara algo entre el follaje, y volvió a mirar a los extraños, con la misma mirada cauta. - ¿No podrías darme algunos víveres para poder concluir mi camino?... Parece que vais cargados... Y su mirada se clavó en los fardos que llevaban los caminantes.

- Mi amigo y yo oz eztaríamoz muy agradecidoz... ¿Donde ze habrá metido el encapuchado?  Volvió a echar una furtiva mirada a su alrededor y olfateó nerviosamente el aire.

Observó el papel, agachándose para leerlo mas detenidamente. Su rostro se endureció por un segundo: Si, había escuchado aquella leyenda, pero parecía real. El hecho era que aquella recompensa era demasiado ingente. Nisiquiera el rey se molestaría en una recompensa tan copiosa si no fuera estrictamente necesario...

-Quebrantando el fragil límite existente entre la naturaleza y la vida... cuanto daño haceis al mundo.

Comentó, sumergido en sus pensamientos, mientras que trataba de grabar aquel rostro en su memoria. Pediría explicaciones a tal sujeto si alguna vez se la encontraba..

Luego observó al Goblin, sonriéndole algo y mostrándose como era, amable.

-¿Te refieres a nosotros? Oh, vamos pequeño, puedes venirte con nosotros. Tenemos víveres suficientes para abasteceros, y, al fin y al cabo, vais a Seiní, al igual que nosotros. ¿Qué me decís? Si no quereis juntaros con humanos, o nos teneis miedo, alejaros a una distancia prudencial y os prometo que respetaremos el límite.

Aguardó la respuesta de aquella curiosa criatura de la naturaleza.

- Bolg no tiene problema, irá con vozotroz a Seiní...Zi. Loz humanoz no zon amablez, tu parecez zerlo ¿Porque? Y los ojos amarillos del goblin brillaron de suspicacia.

El goblin encogió la cabeza y se paralizó durante solo unos segundos, moviendo las orejas y los ojos al compás, como si intentara discernir algún sonido lejano.

Bolg hablaba con los desconocidos. Iría con ellos a Seiní, aunque solo fuera por la comida que prometían darle. Pero Nauj parecía esconderse, y no quería abandonar a aquel hombre. A Bolg le caía muy bien. Y le había dado de lo poco que tenía.

En cambio aquel tipo de pelo blanco, parecía prepotente. Su amabilidad escondía algo que Bolg no llegaba a comprender. Tal vez no fuera nada, o simple paranoia goblin, pero había algo en él que a Bolg le desagradaba. Pero el goblin no tenía intención de demostrarlo, al menos no por ahora. 

Y a todo esto... Por que demonios no sale Nauj a hablar con los humanos, son de su especie. Seguro que se le daría mejor que a mi. Pensó el goblin mientras el macho humano le miraba con esa sonrisa tan "amable".

Estaba acostumbrada a la que la gente acatara lo que decia sin rechistar, nunca se mostraba particularmente egoista o caprichosa, pero era la hija del jefe. Por eso se avergonzo un poco cuando Seryu le resto importancia al cartel. Ya no estaba entre los Innuhe.

Al parecer todo habia sido una extraña confusión y el piel verde finalmente mostro le cartel, Syara lo miro con atención. Nunca habia visto una criatura como aquella, pero es que realmente tampoco habia visto jamás a un goblin. Ofrecian muy buena recompensa, pero el dinero tampoco procupaba exageradamente a la joven, y respecto a los crimenes de los que estaba acusada, lo cierto es que si la maldad de D'Thire habia llegado a conocimiento de su tribu es que esta era muy grande y bueno ¿por que no iba a acusar a gente inocente de crimenes injustos?.

Syara reflexionaba sobre esto mientras Seryu y el goblin seguian hablando, cuando se dio cuenta el piel verde y su invisible amigo se les habian unido en su camino hacia Seiní.

- Bueno, la unión hace la fuerza ¿no? -dijo a modo de aprobación.