Partida Rol por web

-No no, yo no soy maga. Apenas se iniciar fuego porque me lo enseñaron hace mucho. Prefiero el arco. Y así es, él es mi hermano menor.

Sonrió. Mientras se tumbaba en la cama, consintiendo algo de cuidados sobre si, seguía haciendo comentarios.

-¿Kenneth, donde conseguiste ayuda? ¿Fuiste al pueblo cercano?

La muchacha parecía ansiosa de conocer los detalles de lo que había sucedido, sus ojos estaban cergados de curiosidad.

-Ehh...no exactamente...

El niño desvió la vista mientras tironeaba de su manga de modo casi inconsciente. Parecía que iba a quedarse así un rato, sin embargo a los segundos desvió la vista a Seryu y Syara.

-Perdón...y gracias.

Miró al chico, sonriente.

-No tienes que agradecernos nada... Su hermano me quitó la vara, pensando que haría magia por sí sola tras verme hacerla, y fue a enfrentarse al orco. Fué una decisión muy valiente... Cuando lo seguimos, el orco iba a golpearlo, pero bueno, ya estabamos allí. Al parecer topó con buena gente.

Procedió al chequeo: No solo le tocó la frente, la cual estaba ardiendo, sino que le hizo abrir la boca, la tocó en el vientre y con una mano la oscultó, observando y contando tambien los latidos de su corazón. Encontraría el foco del dolor y, de ese modo, conseguiría aplicar la magia en tal foco para reducirlo o eliminarlo totalmente. La gente normalmente se solía equivocar: Un mago no desprende una gran cantidad de energía curativa por el cuerpo del paciente. Primero observa sus síntomas y aplica potencialmente su poder para reducir el mismo o neutralizarlo. Si un mago simplemente utilizara energía curativa en toda la anatomía de su paciente, sencillamente se desintegraría.

-No os preocupeis. Ya estais a salvo.

Comentó, primero observando al niño y luego a Syara, sonriéndole dulcemente con una mirada confidente

"Si supieran que esta mujer es una semi-barbara, y yo un silfo, probablemente no podriamos acercarnos siquiera a ellos".

Bolg no atendía con demasiada atención a la escena que transcurría a su alrededor. Se acercó al fuego que ardía en la chimenea, e intentó calentarse las entumecidas extremidades.

Miró en la habitación, y se apoderó de un trapo viejo. Con el cual, empezó a limpiarse la sangre del ogro que le salpicaba todo el cuerpo.

- ¿Y zi preparamoz algo para cenar? Preguntó como quien no quiere la cosa a sus compañeros. Al fin y al cabo eran ellos los que tenían los víveres. Y Bolg estaba hambriento... otra vez.

Comenzaba a soplar el viento y caían pequeños copos de nieve. En el exterior de la casa reinaba el silencio y sólo se podían distinguir dos figuras bajo la luz del anochecer: el grotesco cadáver de un ogro mutilado y la pacífica silueta de un gran oso que descansaba, con la cabeza sobre las patas delanteras, acostado en el suelo.

Éste es ya un buen momento.

Si alguien hubiese estado contemplando la escena, habría podido ver cómo la imponente presencia del oso gris se iba volviendo borrosa, como si se la estuviese contemplando a través del fuego, y en su lugar aparecía, envuelto en una capa y capucha del mismo color, un extraño hombre, que vaciló unos instantes antes de erguirse y ponerse a andar.

Nauj era capaz de lograr estas transformaciones en un tiempo muy pequeño, pero su salud se resentía por ello. Es por eso que había preferido reposar antes de tomar su apariencia humana de nuevo.

Se encaminó a la casa, abrió la puerta y entró en el interior.

La chica y el joven mago se ocupaban, al parecer, de la salud de una joven bajo la atenta mirada del pequeño ladronzuelo.

El goblin  andaba reocupado por su estómago de nuevo. Nauj se acercó a él y dijo: Eso es una gran idea Bolg. Una gran idea. Y dicho esto se sentó, mirando a sus otros compañeros.

Consiguió saber de inmediato sobre la enfermedad de la muchacha. En principio seguramente hubiese sido algo parecido a un resfriado, quizá algo mas trivial incluso. Sin embargo viendo la ropa ligera que traía para un clima tan frío (seguramente porque acostumbrara mantener el interior súmamente cálido) no era difícil deducir porque se había agravado el asunto. No era realmente alarmante, pero daría mas problemas, mas cansancio y  mas periodos de jaquecas  durante unas semanas hasta que pasara por su cuenta.

Cayó en cuenta de que ahora ella tenía los párpados cerrados. Ya fuera por el cansancio de la enfermedad o solo por sueño se había dormido.

Mientras Seryu revisaba a la muchacha, Kenneth se había puesto a recoger alguna de las cosas del suelo, con mala cara ante la ropa embarrada sobre todo.

-Que desastre...¿tienen donde quedarse? Ya es de noche y aunque este lugar  no es una mansión es mejor que dormir a la intemperie. Solo tengo que limpiar un poco esto para que al menos no durmáis entre la basura. ¿Leila, estas de acuer...?

Cuando volvió a ver a la joven, notó que se había quedado dormida.

-Estaría agotada...de todas formas no creo que hubie3se puesto ninguna pega, es lo menos que podemos ofrecer- se asintió a si mismo con énfasis.

Le sonrió al chico... mientras que de sus manos emanaban haces de luz verde sobre todo focalizandolo en la frente y en el pecho. Luego de aquel proceso se alejó....

-Creo que habré acortado el periodo de la gripe..en un par de dias, estará bien. Trata de hacer que duerma mas calentito, tapaos mas o no durareis demasiado sin volver a cojer una enfermedad así.

Luego se volvió hacia bolg. Miró a la muchacha, a Syara, y despues de aquello, sacó algo de las bolsas.

Eran una especie de pinchitos de carne, bien conservados, solo faltaba calentarlos. Los dispuso en el fuego con un extremo fuera, y aguardó a que se hicieran, colocandose sentado en la mitad de aquellos. Fue entonces cuando comenzó a hablar alegremente sobre las tribus de las montañas, los orcos y la magia, sin que nadie le diera permiso. Le apasionaba hablar, y contar cosas que sabía... por lo que si nadie lo interrumpía podría haber hablado semanas y semanas..

-........La magia.. Viene de la naturaleza. La naturaleza nació la primera, junto con el agua, en la tierra. Y de ella brotó vida, el arte de crear y destruir cosas. Los elementos, las criaturas, las plantas....todo, menos el aire y el agua, aunque estos se acogieron a la naturaleza para ganar en ímpetu. Eso dicen al menos los antiguos tratados de mi tierra............

Sonrio a Seryu cuando este lo hizo. Por suerte o por desgracia habian encontrado un sitio donde parar por la noche, no sabia hasta que punto la gente era hospitalaria por esos lugares, pero ellos parecian serlo.

Escucho que el goblin hablaba de hacer la cena y fue a ver. Kenneth les estaba ofreciendo su casa, en efecto y Syara estuvo de acuerdo en quedarse alli esta noche, aunque lo mejor seria levantarse pronto y reemprender el camino.

El goblin comía y escuchaba en silencio la verborrea de Seyru. No estaba entendiendo de que hablaba, así que se concentro en devorar su comida al calor del fuego.

- Oye Nauj, ¿Como haz hecho ezo del ozo? Ha zido algo ezcalofriante. Zi, zi, ezcalofriante. Murmuraba Bolg con la boca aun llena. Mirando desde abajo a su compañero con ojos intrigados.

-Podíaz haber hecho lo mizmo cuando noz encontremoz en el camino... Zi, zi, pero no lo hiciste. Erez un humano extraño...a Bolg le gustaz. Y su boca dibujó una enorme sonrisa de afilados dientes.

El goblin volvió a entretenerse con su ración en silencio, parecía disfrutar de cada bocado de esa extraña comida caliente, que el mago les había dado tan generosamente.

- ¿Que opinaz tu de nueztroz extrañoz compañeroz? La hembra no parece muy habladora... ¿No creez? Bolg inclinaba la cabeza hacia Nauj mientras hablaba en voz baja, pero ya no lo miraba, había centrado la vista en Syara, como si de esa forma pudiera comprender que clase de secretos ocultaba.

El niño seguía moviendose conforme el la conversación creaba un ambiente agradable. Al parecer no tenía reparos en limpiar... cosa rara en alguien de su edad y poco a poco iba aprolijando, al menos un poco, el revoltijo de cosas. Las prendas sucias a un canasto cerca de la puerta, pedazos de cosas rotas al cesto correspondiente de la basura, ahora mismo estaba barriendo un poco, procurando no abrir demasiado la puerta para que no escapara el calor que otorgaba el fuego a la estancia.

Pese a que parecía hacerse algo de lío con la escoba pesada de paja y madera, era eficiente, notoria práctica.

Nauj comía ávidamente esos trozos de carne asados que resultaban muy sabrosos. Parecía distraído y concentrado sólamente en ellos, pero en realidad escuchaba atentamente el monólogo de Seryu. Así que él es un mago, como esos de los que hablaba mi madre. Seres capaces de dominar las energías que nos rodean y moldearlas a su antojo en extraordinarios conjuros. Nauj atendía con envidia a aquellas explicaciones. Él sólo era un humano al que las ancestrales fuerzas de la naturaleza le habían dotado con algunos dones extraños. Como a su madre.

Bolg interrumpió con sus susurros preguntándo por lo del oso y Nauj le contestó:  Hay cosas que son más fáciles de lo que parecen y otras que parecen más fáciles de lo que son. A Nauj le divertía ver la expresión de la cara del goblin cuando le respondía con frases enigmáticas.

 Aún no sé que opinar sobre nuestros compañeros pero quizás vaya siendo hora de que cada uno de nosotros sepamos con qué tipo de gente está sentado alrededor de esta mesa.

Y susurrado esto, interrumpió la charla de Seyru y dijo en voz alta: Desde luego que la hospitalidad de las gentes de esta casa es grande. Me preguntaba si podría superarse y sería posible una copa de vino para cada uno de los que aquí estamos pues me gustaría proponer un brindis. Sin esperar respuesta a tal proposición, continuó: Propongo que brindemos a la salud de todos los aquí presentes ... hizo una pausa ceremoniosa ... y a la de nuestro soberano,  Lord Nird Gamías D'Thire.

Nauj se quedó observando desde la profundidad de su capucha las reacciones de los demás comensales.

Bolg desvió la atención de su comida, hacia Nauj, cuando este pronunció el brindis.

- ¿Vino? ¿Donde eztá el vino? Exclamó el goblin mirando aceleradamente a su alrededor, como una bestia en busca de su presa.

Echó una mirada de reojo a Nauj con el ceño fruncido. Mientras su cabeza se movía de un lado a otro, mirando hacia Nauj, buscando el odre de aquel vino que había mencionado. Como si este fuera a parecer colgado de la espalda de su compañero.

Al parecer ya habian empezado algo de carne que les habia dado Seryu. El goblin la miraba mientras masticaba y hablaba en voz baja con el hombre oso, supuso que hablaban de ella pero tampoco le preocupo demasiado.

Nauj propuso un brindis a su salud y... a la de D`Thire.

-Brindaria con vosotros, pero el vino no me gusta demasiado, yo no bebere.

No obstante se sirvio algo de carne, pues estaba hambrienta, se sento junto al resto y se puso a comer.

Era difícil valorar la reacción del goblin ante la mención del nombre de D'Thire. Bolg parecía únicamente preocupado por que el nombrado vino apareciese delante suyo.

La mujer había excusado el brindis diciendo que el vino no le gustaba,  pero a Nauj le pareció intuir algo más.

Nadie manifiesta abiertamente ningún tipo de animadversión por el soberano. ¿Será sencillamente que no la hay, o sienten temor por expresar claramente sus sentimientos hacia él?

A Nauj le costaba creer que un grupo que había ayudado generosamente a un niño en apuros, tuviese mucha simpatía por el tirano que oprimía y esclavizaba la tierra libre. Y Nauj, después de vagar varios meses por los caminos y pueblos de Kysuta, empezaba a querer encontrar a gente con una necesidad parecida a la suya.

Quizás él encuentre la manera.

Y se quedó observando a Seryu, que a su vez le miraba a él, esperando sus palabras.

Ah, y también a que el pequeño anfitrión pusiese los deseados vasos de vino delante suyo.

Bolg parecía cada vez más convencido que el vino no aparecería. Acabó de engullir su comida con una mueca de disgusto en su rostro.

Una vez acabó de comer, no se molestó en recoger las sobras, se levantó y empezó a husmear por la habitación. Tal vez hubiese algo de valor escondido en alguna parte.

Estaba concentrado en su búsqueda, y no prestó atención a las respuestas de sus compañeros con respecto a Lord Nird Gamías D'Thire.

- ¿Que hay detráz de eza puerta? El goblin lanzó una mirada interrogativa al niño humano. - ¿Eztá cerrada?... ¿Y que ez eze adorno?... ¿Ez valiozo? Decía Bolg a Kenneth, mientras olfateaba la puerta nerviosamente.

-Ah...pues a mi hermana no le gusta el vino y a mi tampoco, como no vive nadie mas aquí pues no hay, lo siento. Aunque antes hubiese se lo habría tragado el barril sin fondo de Ghral. Se comió una olla con KILOS de estofado, con lo que pasamos horas preparandolo para unos cuantos dias.

Refunfuño por lo bajo, había dejado de barrer para participar en la charla.

-Aún así mejor que se haya comido eso a que hubiese lastimado a Leila

Se quedó en silencio unos largos segundos, mirando a Nauj.

-¿Eres partidario del rey malo este que tenemos ahora? ¡Esta intentando conquistar otros paises porque quiere!

El niño lanzó una mirada que transmitía contrariedad, lo cual daba mas veracidad al hecho de que realmente creía en lo que decía. Finalmente reparó en la pregunta del goblin.

-Es el cuarto donde dormimos usualmente. ¿Te gusta la cola de Tognia? El pelaje a pesar de que la cola esta sin gato nunca pierde su belleza y sus reflejos espantan a los malos espíritus. Y a las ratas también, aunque no se si eso sea real, pero aqui nunca he visto ninguna -Kenneth rió disimuladamente.