Partida Rol por web

Conforme va acercandose, el mago puede discernir mejor lo que sucede en el cementerio. No hay movimiento en absoluto...el farolillo ha estado apoyado todo este tiempo encima de una lápida, que está muy cerca de otra, como si alguien se hubiese esmerado en resaltar que o bien los difuntos se conocían o habían tenido alguna relación especial.

Frente a estas, una sola persona está arrodillada, en silencio y con las manos juntas. Por lo que puedes ver a simple vista ha estado ahí desde hace un rato en actitud de rezo o respeto a los difuntos...No puedes ver demasiado del doliente, no solo por la oscuridad de la noche y la escasa iluminación...sinó porque una capa blanca con capucha oculta sus rasgos.

En ese momento pudo captar un susurro de la silenciosa plegaria, que se fue con el viento.

-Dorza, Asuma, descansen en paz...

Luego de esto, permaneció unos pocos segundos mas en su sitio para ponerse de pie y recoger el farol, medio extinto ya. Ahora de pie, Shadar pudo apreciar que las ropas se ceñian revelando una figura fémina. Esta cruzó a paso rápido y sigiloso el cementerio y comenzó a alejarse, pero caminaba en vía opuesta al pueblo...

-Dorza y Asuma, guardaré estos nombres en mi memoria- Observa como la figura encapuchada avanza en dirección contraria al pueblo.

-¡Mierda! ¿Que hago? ¿sigo a la que puede que sea la famosa capa blanca o me adentro en el pueblo a buscar a Andrue? Si me hubiera querido escuchar ya tendríamos un bonito trofeo con el que volver ante Gamías y ganarnos otro ascenso.- Da un rápido vistazo a las lápidas y avanza en la misma dirección que la capa blanca.

-La seguiré con prudencia, no quiero que se percate de mi presencia y eche por los suelos el efecto sorpresa, solo me falta que se de cuenta de que hay dos comandantes de Gamías tras sus pasos y desaparezca de la región.-

En efecto, las lápidas rezaban los nombres que había escuchado, junto con un breve texto dedicado:

Dorza, lancero sublime.

Murió defendiendo lo que de verdad amaba, y a los niños de Yrubac.

Asuma, la centinela.

Asesinada luego de plantar batalla dignamente. Yace junto a lo que mas quería.

La tierra había sido removida recientemente, como mucho se habría terminado el entierro ayer.

Por su parte conforme caminaba de forma casi imperceptible la mujer apagó el farol echando un vistazo alrededor. Parecía orientarse perfectamente en aquella oscuridad, pasó cerca de la arboleda lo cual hizo inquietarse al comandante durante un segundo. Allí estaban los caballos, si se le hubiese antojado cruzar por la zona de árboles era casi seguro que se toparía con los animales y eso podía ser un problema. Sin embargo avanzó sin despegarse mucho del camino, aunque gradualmente fue torciendo rumbo para avanzar por la hierba. El andar siguió serenamente durante alrededor de media hora, ya la oscuridad era total y una misteriosa luna creciente se mostraba en el firmamento nocturno. Empezaban a acercarse a un monte corriente, que al parecer era el destino que buscaba la mujer.

Mientras avanza piensa en el epitafio de las lápidas. -Una lástima lo de esta pareja, pero en todas las guerras mueren personas en ambos bandos. A saber de que terrible manera han muerto otros compañeros míos y que han hecho con sus restos. Al menos a estos dos los han enterrado juntos. Bueno,aunque eran enemigos, espero que descansen en paz .-

Observa como la encapuchada se dirige hacia un monte. -Muy bien, con que te diriges a una montañucha en medio de la nada, veamos que sorpresa me tienes preparada.-

Al internarse en el monte, el volar se convirtió en un problema a pesar de ser ventajoso por no hacer ruido. Demasiadas plantas y ramas bajas hacían algo dificil el trayecto, pero con algo de cuidado se pudo continuar adelante. Tras poco mas de caminar Shadar observó que la encapuchada había llegado a un improvisado campamento, convenientemente oculto en ese sitio. Un pequeño circulo de piedras donde había ardido una fogata a todas luces, un odre de agua colgado en una rama, una manta de lana negra también colgada y un petate con pocas cosas componían la escena, entre otras.

Al ser de noche en el pueblo no había demasiada actividad. La gente iba y venía completando sus quehaceres para pasar la noche en tranquilidad, los mercaderes iban cerrando sus negocios y algún que otro guardia del pueblo vagaba por las calles en actitud vigilante, aunque dejandose llevar por lo apacible del ambiente.

Decidiste posarte cerca de una pequeña congregación de lugareños que cuchicheaban entre si, captando parte de la charla que resultó informativa. Al parecer el tema de conversación era sobre un bandido que rondaba el pueblo, asaltando vendedores y secuestrando gente para pedir rescates, o venderlas como esclavos. Este hombre no tenía ningun remordimiento en matar lo que se le interpusiere para conseguir dinero y hacía pocos días había matado a una pareja que defendía a un grupo de niños del pueblo acosados por el hombre. Pero esto no era el centro de los comentarios giraban en torno a que este mismo bandido había aparecido al dia siguiente del asesinato doble en el centro de la plaza, con solo una herida profunda que le había causado la muerte. Y algunos aseguraban que habían visto a la de la capa blanca botar el cuerpo en ese sitio, a altas horas de la noche.

Ahora mismo el comandante podía decidir que hacer, aunque Shadar debería seguir esperandolo donde le dejó y no sería muy bien visto dejarle plantado.

Por alguna razon que ignoro, me habia quedado aguantando la conversacion chismentera y estupida de aquellos pueblerinos...tambien me habia quedado inmovil alli ¿Que hacia perdiendo el tiempo de esta manera? Ignorando mi extraño comportamiento, use mi agilidad de murcielago -Contrarestada por su limitada vision periferica- para volar hacia un lugar apartado de aquel pueblo, donde no habia nadie en las calles, y aproveche para posarme en un tejado 'Bien, volar es bueno si de velocidad hablamos....pero creo que para este caso necesitaras algo mas...teatral, ya sabes' Poco a poco, me fui convirtiendo en una especie de masa negra que emitia un fulgor fantasmagorico, la cual lentamente bajaba de aquel tejado, pero al caer de este, se vieron unos pies pequeños de humano...

Nuevamente, habia adoptado otra forma, una mucho mas diferente y compleja....la de un niño. Un niño que tenia un aspecto muy parecido al mio, pero sin esa palidez...sin los ojos rojos...y que vestia ropas de ciudadano comun y corriente claro.

'Asi que...pense que te transformarias en niña....' -Ahora me estas ofendiendo.- 'Tranquilo vamp...pequeño, ve ve, a cazar...' Sin mas, comenze a recorrer las calles de este aburrido pueblo, inspeccionando cada edificio y cada lugar en los que podrian esconderse esos cazadores -Sin duda, me esta dando sed.-

Por esa calle además de las típicas casas del poblado, podía divisarse una iglesia de aspecto antiguo y algo humilde, hecha en piedra y ornamentada de forma gótica con torres angulosas  y estatuas. La puerta de la misma continuaba abierta aunque el interior estaba oscuro y seguramente no habría nadie o casi nadie elevando alguna plegaria en su interior. Los comercios de interés, como puestos de frutas, carnes, armerías, tenían sus puertas cerradas ya, exceptuando un local que parecía vender frascos de mermeladas y frutas glaseadas.

Por otro lado algunas personas transitaban a su lado, reparando poco o nada en él. Una panda de niños poco mas grandes que él jugaban con palos de madera mas o menos largos, usandolos como si fueran espadas a un lado de la calle y se veían bastante divertidos en su asunto.

-Sigmun que ya es hora de cenar, ¡despidete!-una mujer joven se había asomado al umbral de una de las casas aledañas y exclamaba en dirección al grupillo estas palabras. En efecto de las mismas uno de los chiquillos se separó del grupo despidiendose con la mano y soltando el palo que tenía consigo, para adentrarse en la casa y cerrar la puerta tras de si.

Uno de los que estaba mirando el "duelo" entre dos pequeños se le acercó al advertirle pasar con una mirada de ingenua curiosidad. Tenía el cabello castaño y brillante, la piel bronceada y ojos ambar, además de una constitución delgada y típica. Le tocó el hombro de forma tímida.

-No te conozco, ¿acabas de mudarte? Ehh...si quieres puedes jugar con nosotros...

'Un niño quiere ser tu amigo ¿No es tierno?...matalo' Aparte la mano de aquel niño -Alejate de mi.- y luego continue caminando por aquella calle. '¿Por que no lo mataste?' -No tengo tiempo ni ganas de ensuciarme las manos con sangre de mocoso inutil.- 'Hmm, bueno, parece que estaremos un rato buscando casa por casa a esos idiotas....este pueblo es muy aburrido, a ver si de mientras buscas algo divertido.'

No sabia que clase de diversion buscaba la espada, yo solo comenzaba a tener la garganta seca...con un poco de desgana, atravese el muro mas cercano para comenzar una busqueda mas intensa, edificio por edificio.

Atravesó las primeras dos casas sin problemas, las luces estaban apagadas y la gente durmiendo, nadie le advirtió. Estas parecían completamente normales y no había nada extraño. Sin embargo en la tercera casa, al atravesar el muro apareció de lleno delante de una familia reunida en la mesa, cenando.

Obviamente que el revuelo general se desató ante la vision de alguien entrando por la pared. Una mujer joven gritó de forma aguda y estridente. Un par de gemelos de unos 10 años le miraron maravillados. La mujer mas adulta parecía al borde del desmayo, y el que tenía pinta de "hombre de la casa" se levantó de su sitio lentamente, mirandolo con cautela mientras retrocedía lentamente seguramente para buscar algo con que golpearlo.

'Una familia cenando, genial' Bosteze aburrido -Casa equivocada, adios.- Retrocedi varios pasos para desaparecer por la misma pared por la que habia aparecido y luego continue mi busqueda.

Continuó visitando distintas casas, aunque cada sitio con gente despierta era soportar una escena parecida a la anterior en el mejor de los casos. Haciendo cuentas, se cruzó con una mujer tomando un baño que chillo al verle, un padre leyendo un cuento a su niña para que durmiera, una ama de casa terminando las tareas del día, y otras varias escenas cotidianas y no tan cotidianas que pueden encontrarse en distintos hogares.

Sin embargo se detuvo al atravesar la pared de lo que parecía por fuera una casa corriente. Dentro no había nada y todo estaba cubierto por una fina capa de polvo...pero habían huellas en este, que se dirigían a una puerta que según adivinaba conduciría al sótano.

Shadar observa entre la maleza. -Difícil decisión, ¿me enfrento a la famosa capa blanca o la dejo marchar y la sigo por si va a encontrarse con los desaparecidos cazadores del rey?.- Lo medita unos instantes. -Lo mas sensato sería esperar a que recoja y seguirla, pero... ¿y si me descubre?, mejor trataré de dormirla.- 

Shadar aguarda al momento mas oportuno y cuando cree que está distraída recogiendo, se concentra en la energía mágica, y conforme las palabras acuden a sus labios en un leve susurro, empieza a moldearla dándole la forma de un conjuro de sueño.

El conjuro lentamente comenzó a actuar. Shadar observó como los movimientos de la de la capa blanca se tornaban mas lentos y perezosos, presa de un repentino cansancio. Sin embargo en el ultimo segundo uno de sus brazos se encontró sin esperarlo con una ramilla quebradiza de un arbol cercano, y un ligero *crack* se hizo audible.

La mujer percibió este sonido al parecer, porque empezó a comportarse como un león acosado: sus acciones se volvieron sigilosas y empezó a otear alrededor, desconfiada.

Cerca se escuchó un movimiento de ramas y pudo divisarse a un joven que portaba una mandolina acercarse entre tropezones y bufidos de disgusto por la maleza reinante. La mujer presumiblemente clavó la vista en el y se quedó observandole, aunque al parecer mas relajada. Al verla el muchacho dibujó una ámplia sonrisa y comentó.

-¿Pensabas irte sin mi de nuevo? Menuda insistencia en dejarme atrás ¡soy tu compañero ahora!

...

Se mantuvo en silencio observando a aquel chico. Luego se volteó y siguió recogiendo sus cosas, la capucha se retrajo ligeramente dejando ver apenas una máscara de color oscuro y diseño extraño, tal como sugerían los rumores.

-Te dije que dejaras de seguirme

Habló por primera vez, su voz sonaba clara como el agua y a la vez cortante como la punta de una lanza. Dobló la manta rápidamente y la acomodó dentro del petate, y echó el odre de la rama dentro del mismo a la par. En breve partiría a todas luces, aunque aún sentía algo de cansancio por el conjuro del que aún era ignorante.

-¿Entonces si me vas a dejar así de nuevo? ¡Si hasta traía noticias! Sabes? Ahora mismo en el pueblo hay un niño-fantasma colandose en la casa de todo el mundo. Atraviesa las paredes como si nada. Esta armando un revuelo que ni veas...eh, ¡no me dejes hablando solo! Snif...

Me acerco a la puerta lentamente 'Aburrido, aburrido, aburrido. ¿Donde estaran esos malditos?..oh mira huellas, que emocion, ve pequeño ve ¡encuentra de quien son!' suspire, y sin esperar mucho mas atravese aquella puerta.

Ya habia perdido la cuenta de las casas que habia visitado, y me preguntaba cuantas quedarian...esta parecia prometer algo.

En efecto, mientras él había estado hablando mientras tenía su mirada en el instrumento que portaba, la mujer se había ido rezagando, silenciosa como un gato y antes de que pudiese advertirlo el muchacho de la mandolina se había retirado de ahí. El jovencito por su parte se sentó en una roca, frustrado.

El polvoriento sótano estaba en silencio y medio a oscuras, pero había una única vela predndida sobre una mesa que delataba la presencia de alguien allí. El vampiro descendió por las escaleras y al acercarse a la mesa sobre la que estaba la teue iluminación, pudo vislumbrar a una única persona que le miraba con sorpresa. Por su uniforme claramente se le distinguía como un soldado de Alanku, y de hecho hasta su rostro le parecía conocido.

-Mocoso, vete de aqui ¿como has entrado?