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Crónicas del Fin I: Camino Sin Retorno

Capítulo II: Las Guerras del Norte

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29/04/2019, 00:30
Narrador

Tras la reunión con los Gorriones y el conocer la información descubierta por Wade, el ahora numeroso grupo se puso en marcha, recorriendo el camino que enlazaba los reinos de Odrin y Cregan una vez más. Gwyl e Yriel lo habían hecho antes a través de los bosques, y Arahan también se sentía más cómodo rodeado de la espesura, aparte de la mayor discreción que proporcionaba. Pero si con los caballos el moverse por ese terreno ya se hacía difícil, con el carruaje de Wade era directamente imposible, por lo que tocó viajar por terreno descubierto.

El vehículo iba en el centro, con el comerciante guiándolo desde su pescante y sus sirvientes flanqueándolo como era habitual. Los Gorriones, montados a caballo, iban repartidos tanto por delante como por detrás del carro, pero no era raro que alguna vez cambiaran de posición cuando querían hablar un rato con alguien.

De igual manera hacían los otros tres que faltaban. Yriel guiaba a Brioso por las riendas junto a Gwyl y Arahan. La separación respecto a sus compañeras pesaba en la mente de los primeros, que desconocían que destino les podía haber aguardado tras el encuentro con la reina, no sabiendo siquiera si llegarían a reencontrarse con ellas. Con Aelireen sucedía lo mismo, aunque algo les decía que Syndra estaría bastante pendiente de la otra elfa.

Arahan, por su parte, sentía alivio por haber descubierto algo más sobre sus amigos y que estos estaban a salvo al menos, a la par que algo de frustración a causa de aquella guerra entre humanos que le impedía el proseguir con la búsqueda inmediatamente. De momento, puesto que entrar furtivamente en Odrin y empezar a preguntar sería una rápida manera de acabar bajo el hacha del verdugo, no le quedaba otra que seguir junto a aquél grupo que le había prometido ayuda, esperando una oportunidad

Un día más llegó y se fue en los caminos, ahora mucho más desiertos que como lo habían estado durante la travesía. Los guerreros habían sido ya reunidos, y la mayoría de los norteños que no había tomado las armas no se alejarían de sus aldeas y hogares más que lo necesario, por lo que apenas se encontraron con nadie, y siempre era alguien solitario o una pareja que apenas les dedicaba una mirada de recelo mientras seguían con lo suyo.

Por ello, no se sorprendieron cuando, debiendo de haber hecho ya la mitad del camino hasta Cregan, se encontraron de frente, yendo en dirección contraria a ellos, con un único jinete al que apenas prestaron atención al principio. Pero, conforme la distancia se fue reduciendo, la sorpresa sí que fue mayúscula para algunos cuando pudieron reconocer de quién se trataba. La del caballo era Ussia, ni más ni menos que la mediana que habían conocido en El Descanso del Guerrero y de la que se habían separado poco después.

Pero ¿No había ido a Odrin con Syndra? Cierto era, que Wade no había mencionado a ninguna mediana en su relato. ¿Qué hacía allí entonces?

Notas de juego

Marcad a Ussia en vuestro post

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29/04/2019, 00:30
Narrador

Tras despedirse de Madelonn, Ussia no tardó mucho más en abandonar el asentamiento de Cregan. Nadie le puso pegas a la hora de cruzar las puertas, y pudo alejarse de Cregan con normalidad. Ya desde la distancia, pudo apreciar con mayor facilidad el alcance de las fuerzas de aquél reino. Reunidos frente a las puertas debía de haber no menos de cuatrocientos guerreros, a los que tendría que sumar también aquellos mercenarios luceranos que había visto en la frontera y de los que le habían hablado en la taberna.

Una figura a caballo salió por la puerta acompañada de algunos guardias, siendo recibida con grandes ovaciones por parte de los guerreros. El rey Cregan estaría a la cabeza de su ejército. Este, tras organizarse del todo, empezó la larga marcha hacia el encuentro con las fuerzas de Penda, y luego hacia Odrin. Ussia poco más tenía que hacer ya allí, por lo que también dio la vuelta a su montura para deshacer el camino andado. Sola y a caballo, viajaría mucho más rápido que aquella numerosa hueste de hombres a pie.

Un día más llegó y se fue en los caminos, ahora mucho más desiertos que como lo habían estado durante la primera travesía. Los guerreros habían sido ya reunidos, y la mayoría de los norteños que no había tomado las armas no se alejarían de sus aldeas y hogares más que lo necesario, por lo que apenas se encontró con nadie, y siempre era alguien solitario o una pareja que apenas le dedicaba una mirada de recelo mientras seguían con lo suyo.

Por ello, le sorprendió cuando, debiendo de haber hecho ya la mitad del camino hasta Odrin, se encontró de frente, yendo en dirección contraria a ella, con un grupo de viajeros bastante numeroso y con la mitad de sus miembros a caballo. Aunque lo que más llamaba la atención era un ostentoso carro  que debía de pertenecer a alguien adinerado o a algún noble, por raro que fuera encontrar algo así en aquellas tierras. Sobre el pescante iba un hombre bien vestido que debía de rondar la treintena, con media docena de sirvientes flanqueando el vehículo.

También había otras formas familiares que reconoció en cuanto la distancia se fue reduciendo. Pudo distinguir que los que iban montados no eran otros que los Gorriones, que hacía tan poco habían sido mencionados de nuevo. Junto a ellos, un poco apartado del resto, iba un extraño elfo Silvano. Y por último, pudo ver que a la comitiva también pertenecían Gwyl e Yriel, la joven morena y el semielfo que había conocido en El Descanso del Guerrero. Pero cuando se habían separado, lo habían hecho en mayor compañía. ¿Qué había ocurrido con los demás?

Notas de juego

Marca a Gwyl, Yriel, Arahan y Wade en tu post.

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29/04/2019, 00:31
Narrador

La marcha del ejército continuó posteriormente a aquella parada que hicieron cerca de la aldea saqueada. Las avanzadillas de Penda limpiaban el camino para evitar que el ejército principal sufriera alguna emboscada imprevista. A aquellas alturas, era de necios pensar que Odrin no estaba al tanto de la invasión, pero todavía tenían algo de tiempo mientras las fuerzas de este se reunían. Debían de aprovechar ese tiempo todo lo posible para lograr reunirse con sus aliados de Cregan, antes de que los superiores números de Odrin les cayeran encima.

Los enanos seguían en medio de aquél ejército, viajando junto a la bombarda con Thorskar y los suyos. Cuando hacían alguna parada podían encontrarse con Nimrod y Philip, que viajaban con los seguidores del campamento, en un ambiente que evidentemente no agradaba demasiado al hechicero, aunque el joven no parecía tan descontento con el cambio.

La idea de Thánur de probar la bombarda con los proyectiles inscritos por el martillo del arquitecto era buena, pero el arma se movía con demasiada lentitud como para poder llevarla hasta un lugar discreto para realizar las pruebas. La alternativa propuesta de grabar una runa en el propio cañón, no obstante, caló en los oídos del Wedrun, y finalmente accedió a realizar la prueba.

No costó demasiado convencer al rey Penda en cuanto Thorskar le aseguró que de aquella manera el arma se volvería mucho más mortífera y peligrosa, y que sembraría tal terror entre sus enemigos que Odrin caería en menos de lo que se vaciaba una jarra de cerveza. Por lo tanto, en poco tiempo se organizó una pequeña expedición paralela al cuerpo principal que se movería hacia el sur, alejándose de donde debían de estar las fuerzas de Odrin, para mayor seguridad. La bombarda junto con todos los enanos, acompañados por algunos guerreros del rey Penda bajo el mando del propio Fronar, así como Nimrod y Philip, que prefirieron viajar con ellos una vez se enteraron de que se separarían del ejército.

Juntos, viraron su marcha mientras Penda y el grueso de sus tropas continuaban al encuentro del rey Cregan. Un día más llegó y se fue en los caminos, ahora mucho más desiertos que como lo habían estado durante la primera travesía. Los guerreros habían sido ya reunidos, y la mayoría de los norteños que no había tomado las armas no se alejarían de sus aldeas y hogares más que lo necesario, por lo que apenas se encontraron con nadie, y siempre era alguien solitario o una pareja que apenas les dedicaban una mirada de recelo mientras se apartaban de su lado todo lo rápido que podían al identificarlos como guerreros participantes en aquella guerra.

Encontraron un lugar apropiado para probar la bombarda, cerca de una vieja cantera abandonada. La piedra que allí había era ideal para fabricar los proyectiles del arma, según decía Thorskar, por lo que los enanos, con Therm entre ellos, pronto se pusieron manos a la obra para picar bloques de piedra y darles la forma redonda adecuada para que entrara en el cañón. Entretanto, los guardias norteños vigilaban los alrededores algo separados de los enanos, y Nimrod conversaba en aquellos momentos con Throskar, que lo escuchaba sentado en el pescante del carro mientras Philip observaba la bombarda intentando comprender su mecanismo.

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29/04/2019, 00:35
Narrador

Tras la reunión con la reina, que no salió del todo como nadie habría esperado para bien o para mal, los Cuervos Negros fueron enviados de nuevo al exterior. La guerra iba a librarse en las tierras colindantes y allí es donde les correspondía estar, junto con el resto del ejército. Al frente del mismo se puso el propio rey Odrin, literalmente embutido en una armadura que parecía estar a punto de estallar en cualquier momento, al igual que el caballo sobre el que montaba y que apenas podía soportar su peso.

El norteño del mandoble, Eik, como se enteraron luego, y Skule, el líder de los Buscasangres, al que ya conocían, estaban a cargo de sus respectivos guerreros del reino y mercenarios. Los que desentonaban por encima de todo, con sus armaduras sureñas, sus escudos de pavés y sus pesadas ballestas, eran los cuarenta viavenneses de la Compañía Azul. Estos  seguían las órdenes de Fiora Valenti, a la que por el momento solo conocían de oídas.

Acompañaron a la hueste durante el primer día de marcha, pero pronto se les asignó una misión. El plan era encontrar a los dos ejércitos enemigos y destruirlos uno por uno para impedir que sumaran sus fuerzas, con lo que estarían casi a la par con las de Odrin o eso se calculaba. El problema es que primero había que descubrir dónde estaban exactamente, para lo que se enviaron partidas de exploración en todas direcciones. A una de ellas, la que iba en dirección hacia el sur, fueron asignados los Cuervos Negros.

Korben, Duque, Erin y Gorsha iban acompañados de un puñado de guerreros norteños, un par de docenas, bajo el mando de un tal Emil. Pasaron un día más en los caminos, sin tener noticia o rastro alguno de dónde podía estar el ejército de Penda, del que se sabía con seguridad que ya estaba en marcha y entrado en el territorio de Odrin. Los caminos estaban ahora mucho más desiertos que como lo habían estado durante la primera travesía que habían hecho, pues los guerreros habían sido ya reunidos, y la mayoría de los norteños que no había tomado las armas no se alejarían de sus aldeas y hogares más que lo necesario, por lo que apenas se encontraron con nadie, y siempre era alguien solitario o una pareja que apenas le dedicaba una mirada de recelo mientras se apartaban de su lado todo lo rápido que podían al identificarlos como guerreros participantes en aquella guerra.

A media tarde, escucharon no muy lejos de donde estaban el sonido de unos picos golpear la piedra. Uno de los norteños dijo que por esa zona había en efecto una vieja cantera, pero que llevaba un tiempo abandonada, por lo que decidieron ir a comprobar de qué se trataba aquello.

Al acercarse a través de los árboles, pudieron ver que los que picaban eran un grupo de seis enanos con armadura de placas que sacaban bloques de piedra caliza a los que otro iba modelando hasta darles una forma esférica. Cerca del lugar había un gran carro de cuatro caballos, en cuyo pescante había otro enano hablando con un hombre maduro vestido con una túnica gris. Un joven muchacho se paseaba alrededor del carro, observando lo que había en su interior al parecer, pues les quedaba oculto desde su posición. Dos enanos más, de entrada edad, también con armaduras aunque más ornamentadas, observaban la escena.

Y por último, una fila de guardias vigilaba los alrededores un poco apartados de los enanos. Estos eran humanos, guerreros norteños liderados por un fortachón rubio con un hacha a dos manos. Debían de ser la mitad que ellos, sin contar a los enanos - Guerreros de Penda - los identificó Emil, pasando la información. Habían encontrado por fin un grupo enemigo, aunque a saber que estaban haciendo allí o para qué querían pelotas de piedra. A los de Odrin les traía sin cuidado, ellos solo quería capturar a alguien para que les dijera donde estaba el ejército principal - Preparad las armas - les ordenó Emil a los Cuervos y a los suyos.

Notas de juego

Podéis actuar como consideréis. Si queréis acercaros en silencio, tirad DES+Sigilo contra su PER+Alerta (sus tiradas las haré yo). No marquéis a nadie más que a vosotros de momento.

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29/04/2019, 00:35
Narrador

Tras la reunión con la reina, que no salió del todo como nadie habría esperado para bien o para mal, los Cuervos Negros fueron enviados de nuevo al exterior. La guerra iba a librarse en las tierras colindantes y allí es donde les correspondía estar, junto con el resto del ejército. El propio rey Odrin se puso al mando de la hueste, acompañado de Eik, su edecán y guardián personal, de Skule, el líder de los Buscasangres, y de Fiora Valenti, que dirigía a su Compañía Azul.

El asentamiento y especialmente el castillo quedaron casi desiertos con la marcha de las tropas, quedando apenas los civiles y los guardias necesarios para defender Odrin. Aelirenn fue alojada en una pequeña habitación del castillo y apenas había salido desde entonces mas que para contar a la reina lo sucedido con la bestia. Las comidas le eran entregadas a su puerta, que solo se abría para que la silvana las entrara en su habitación y para devolver el plato vacío.

La reina, por su lado, también estuvo bastante recluida, con poco más que hacer tras haber organizado todo lo que pudo respecto a la guerra. Ahora dependía de sus hombres de confianza el llevarla a buen término. Pero de vez en cuando todavía acudía al salón del trono, cuando el aburrimiento podía con ella y atendía a algún peticionario solo para romper con la monotonía.

Syndra era la que podía tener más entretenimiento. Bull no había estado ocioso en aquél tiempo y había logrado más sujetos de prueba, cuatro en esta ocasión, todos ellos viejos, mendigos escuálidos por el hambre o devorados por alguna enfermedad a tal punto que algunos tenían un pie más en el otro mundo que en este. Sus almas no es que fueran las más puras o brillantes con las que trabajar, pero era con lo que tenía que hacer marcha por el momento. El tartamudo torturador satisfacía con avidez todo cuando le pedía, y observaba con auténtica fascinación los experimentos que la sombría llevaba a cabo, impresionado y con ganas de ayudarla a descubrir más.

En aquellos momentos, la pequeña prisión de debajo del castillo, allí donde había instalado su "laboratorio", estaba bastante más organizada y limpia que la primera vez, fruto del esmerado trabajo de Bull, pero aun así el olor de aquellos miserables encerrados y sin apenas poder moverse llenaba la sala de un olor poco agradable, por decirlo de manera suave. El torturador se esforzaba por limpiar las necesidades que se hacían en sus celdas o que se escapaban fuera de ellas, pero a veces eran demasiado seguidas como para conseguirlo en todo momento.

Nadie tenía permiso para entrar allí salvo ella, Bull y la reina, pero de seguir así al final acabaría llamando la atención a alguien. Syndra iba a tener que hacer algo al respecto, y pronto.

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29/04/2019, 02:11
Narrador

Erin pudo sentir, desde la línea de árboles en la que estaba, que tanto el hombre de la túnica como el joven que examinaba el carro eran poseedores del Talento, aunque no parecían haberse dado cuenta de que ella ambién lo poseía.*

Notas de juego

*Asumo que te has vuelto a echar el hechizo de ocultación, de lo contrario sí que te detectarían.

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29/04/2019, 02:53
[Muerta] Syndra
Sólo para el director

El resultado de la audiencia con la reina, había sido medianamente como la sombría lo había esperado, principalmente porque había imaginado que su Señora no confiaría demasiado en aquellos mercenarios, en especial cuando estos se habían mostrado realmente sospechosos en su mayoría. Después de todo, la hechicera no había ignorado el hecho de que Erin, así como Gorsha, habían optado, en su momento, por viajar a otro de los reinos, en vez de elegir Odrin como su primer destino. La posibilidad de que fueran espías, era una bastante probable, aunque también era posible que hubieran sido rechazadas por alguna cuestión en particular, forzándolas a viajar a otro reino que las aceptara como mercenarias. De cualquier manera, la situación en cuestión demandaba cierta precaución por parte de la elfa, por lo que no dudaría en mantenerse atenta a lo que las dos podrían hacer mientras permanecían en el reino. Aún así, su reina había demostrado ser lo suficientemente inteligente como para no confiar por completo, debido al cuidadoso uso de las palabras por parte de Syndra, quien había esperado que Mildred captara el significado oculto cuando le había dicho que "no podía asegurar que fueran de confianza". Sin embargo, Aelirenn también había creado cierta desconfianza en la sombría, principalmente porque ésta se había mostrado realmente sospechosa en su forma de actuar, con tanto nerviosismo que no parecía normal en ella. Había algo que sin duda la aterraba, si bien la elfa no sabía muy bien lo que podía ser.

Sea lo que fuera, Bull no había perdido el tiempo en esos días de cierta dificultad para el reino, con la amenaza de los reinos que deseaban derrotar a Odrin en batalla. A pesar del conflicto inevitable, el extraño torturador se había asegurado de obtener los especímenes necesarios para que la hechicera pudiera continuar con su investigación. Parecía que el hombre estaba realmente interesado en el pequeño proyecto por parte de la hechicera, lo suficientemente como para hacer su mayor esfuerzo por obtener todo lo que Syndra pudiera requerir para continuar con su experimento que buscaba el camino a la inmortalidad. Lamentablemente, parecía que se había excedido un poco con su esfuerzo, al punto de obtener más especímenes de los que la elfa habría deseado, principalmente porque al ser tantos... generaban más olor y suciedad de lo que la hechicera podía tolerar, además de que podría atraer la atención de indeseables. - Agradezco tu dedicación, Bull. Realmente la aprecio mucho... - Comenzó en un tono suave, esperando dedicarle el debido agradecimiento y cumplido al torturador, ya que realmente se lo merecía con todo el trabajo que hacía. - Aunque... será mejor que la próxima vez te limites a sólo dos especímenes, para evitar ésta... suciedad. No queremos causarle problemas a nuestra Señora, ¿cierto? - Le preguntó al hombre, dedicándole una mirada fría por un instante, dejando en claro que no había lugar para cuestionar lo que decía. - Si necesitas tiempo para limpiar, no dudes en decirlo, y no tendré problema en atrasar un poco mi investigación. Lo otro también es importante. Además, si necesitas algo de ayuda, puedes buscar a alguien de confianza. Por ahora... recuerda limitarte a sólo dos. No cuatro, ni seis, sólo dos. - Detalló con cierta paciencia, sabiendo muy bien que demasiadas personas generaban demasiado olor como para mantener bajo control dicha situación.

- Si tienes alguna sugerencia sobre cómo resolver éste problema, te escucho. Por ahora... sube a uno de ellos a la mesa. Vamos a comenzar. - Le indicó, con total indiferencia por la vida del prisionero, mientras señalaba al sujeto en cuestión con el cual experimentaría en aquella ocasión. Ninguno era demasiado fuerte, ni estaban en buen estado, por lo que también eran los especímenes perfectos con los cuales poder realizar su experimento, ya que podría notarse de manera remarcable si su magia tenía éxito sobre estos o no. - Por cierto... luego me gustaría que enviaras a alguien a informar a la... montaraz, Aelirenn, que pienso visitarla pronto. - Le pidió con total parsimonia, sabiendo muy bien que debía de saber qué era lo que preocupaba a la silvana, en especial cuando ésta parecía tan nerviosa, y no había abandonado su habitación durante la mayor parte del tiempo. Bien podía ser que ocultara algo, o tal vez sólo tenía recelo a los extraños. Sea lo que fuera, no debía de asegurarse de que no fuera nada que debiera de preocupar a Syndra. Mientras el torturador sacaba a uno de los prisioneros de su celda, la hechicera no dudó en concentrar su mano sobre otro de los prisioneros, preparándose para unir el alma de éste al otro sujeto de pruebas, si bien, ésta vez, tendría cuidado tras lo que había sucedido con anterioridad con sus otros especímenes. No lo haría con rapidez, sino de manera gradual, lentamente para que el alma del receptor pudiera acostumbrarse al cambio, que pudiera aceptar el increíble poder del alma. Pequeñas dosis de poder, graduales pero seguras. De ese modo, podría apreciar si había alguna diferencia, o si el cuerpo volvía a explotar como lo había hecho anteriormente en el caso de la pobre mujer. Sin perder mucho tiempo, no tardó en hacer uso de su poder para comenzar la fusión de las almas, esperando lograr algún avance en su investigación. Estaba cansada de tantos fracasos.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Mm deliciosa tirada *¬*

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30/04/2019, 00:54
[Muerto] Korben

Por suerte el encuentro con la reina no había acabado en tragedia. La dama no pareció mostrar demasiado interés, sin embargo Korben sabía que ella no olvidaba, y cuando su nombre resonó en la sala temió lo peor. Quizá todo aquello había desencadenado más de lo que esperaba.

O quizá no. Confiaba en ello.

Los días pasaron, y el guerrero observaba a sus compañeros. Las dos mujeres habían dado muestras de ser de fiar, incluso ante su encuentro con la elfa. No tanto el luterano, a quien consideraba buen guerrero pero no digno de ninguna confianza, no obstante no les había traicionado, pero si demostrado que se vendía a cualquier causa.

Uno de esos días, Korben aprovechó que Erin y Gorsha estaban solas. Lo que quedó sin claridad cuando volvían de ver al rey lo iba a tener hoy. Apartados del resto, fuera de miradas y oídos no deseados, les habló entre susurros.

- No fue el momento apropiado, pero creo que ha llegado el momento de apartarnos de secretos. Lo que dijísteis de lady Mildred... yo también la buscaba. Es el motivo de que me encuentre aquí, en el norte. Esa mujer me lo ha arrebatado TODO. Yo vivía con la que iba a ser la madre de mi hijo, juntos, en el bosque, alejados de todo por mi condición de plebeyo, ya que ella era la hija de un gran noble... y nos casamos en secreto.

- Pero unos hombres vinieron, y la asesinaron. ¡Desgraciados! - El pesar se dibujó en su rostro, una pena que nunca podría volver a borrarse.- Juré venganza y saben los dioses que la he cumplido, hasta cazarlos uno a uno, y descubrir que no fue para robar a lo que fueron a la torre abandonada donde vivíamos, sino por orden de Mildred Domhnall, para conseguir las tierras que estaban cerca de las suyas.

- Todo esto llegó posteriormente a oídos del Emperador, que ofreció precio a su cabeza, pero nunca la encontró. Ella debe saber quién soy, mi nombre fue una treta para que no llegara a sus oídos, el estómago me dio una punzada cuando lo dijísteis en voz alta, y por eso no intenté nada contra ella en ese momento. - Recordó cuando Gorsha lo pronunció, y antes delante de Syndra.

- No me arrepiento de nada de lo que he hecho, aunque reconozco que muchas veces he actuado sin ninguna piedad, y tampoco la voy a tener con ella. Esa mujer es el motivo de que me despierte día a día odiando estar vivo, y mi alma no descansará hasta verla muerta.

De golpe se serenó y volvió a bajar el tono. Miró a Erin. - Intuí en la ciudad que vos tendríais también algo contra ella, no he conseguido ver la magnitud pero si que se trata de la misma naturaleza. Incluso que teníais un plan para llegar a ella.

- Los acontecimientos nos han llevado aquí, pero la ramera que nos recibió en su salón del trono es mi destino, donde dirijo mis pasos, y no os voy a pedir que me ayudéis si vuestro deseo es gloria y riqueza, pero si que unamos nuestras fuerzas si algo tenéis contra ella.

Por desgracia no contaban con muchos momentos de intimidad, y había aprendido lo importante que era ser escueto y directo en sus conversaciones. Había desvelado su alma, su vida, y podría estar en peligro por ello, pero esperaba que haberlo hecho no fuera en vano.

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30/04/2019, 01:29
[Muerto] Korben

Los días no habían sido muy agradables desde el encuentro con la reina. Para Korben, la idea de tener que participar en la guerra era sumamente tediosa, no por tener que meterse en combate, sino porque el conflicto no tenía ningún interés para él y tenía en mente otros propósitos. Esto simplemente los retrasaba.

No había hablado mucho durante todo el viaje, simplemente se dedicaba a observar y memorizar nombres y compañías que encontraban por donde pasaban. Más adelante quizá le fueran útiles.

Las noches eran peores, los cánticos velados de los soldados y la sensación de poder ser sorprendidos en cualquier momento le hacía no poder conciliar el sueño de modo continuo, y ya empezaba a acumular cansancio. Por suerte había podido traer a su montura, rescatada del establo de la ciudad, aunque las marchas largas no lo hacían muy diferente de ir a pie.

Todo cambió de golpe, cuando durante una patrulla descubrieron un grupo de enanos cerca de una antigua mina abandonada. No tenía ningún sentido verlos allí, y menos lo que estaban haciendo. Tallaban la roca creando esferas compactas, que bien podrían ser munición para alguna catapulta... si su peso no hiciera que fuera imposible su uso.

¿Acaso el enemigo había descubierto un nuevo arma? ¿Hacía uso de la magia?

Los guerreros que los acompañaban tenían el blasón de Penda, tal y como los había identificado Emil, el hombre que iba al mando. Pero debían acercarse más para saber qué estaban urdiendo. Sus años en los bosques lo habían convertido en un experto rastreador, y pocas veces se le había escapado una presa, con soldados era mucho más fácil. Moviéndose sigilosamente hacia donde estaban, consiguió agazaparse cerca de ellos.

Sacó su espada todo lo despacio que pudo, intentando no hacer ningún ruido, acomodando en la otra mano una daga para ser lanzada antes de entrar al cuerpo a cuerpo. Sus músculos se tensaron esperando la señal de ataque.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Doy por hecho que no sabemos que existen las armas de fuego, y menos las de asedio como los cañones. Si no, dímelo y edito el post.

DES + Sigilo... 4 éxitos.

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30/04/2019, 20:44
Ussia

A pesar de que el vacío del camino había conseguido ponerla algo más nerviosa, aquella pequeña compañía había sido un soplo de aire que se había llevado parte de sus peores temores. Los Gorriones habían aparecido al fin y sus compañeros de la taberna también. Se detuvo a un lado del camino y se quitó la capucha, dejando que el grupo se acercara lo suficiente como para que pudieran reconocerla.

- ¡A las buenas! - saludó con la mano, sobre todo a Gwyl e Yriel, pero mirando también a los Gorriones y con algo de curiosidad al carro y los demás que les acompañaban - Menuda sorpresa encontraros por aquí. Pensé que estaríais en la batalla a estas alturas. ¿Qué tal habéis estado estos días? 

O tal vez ni siquiera se han enterado de ella. Mientras esperaba su respuesta, hizo un cordial saludo con la cabeza al que llevaba el carro, no queriendo dejarles de lado. Parecía una misión de escolta, aunque la mediana no sabría decirlo con seguridad. 

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01/05/2019, 08:28
Arahan

Arahan iba en cabeza, junto al jinete y sin mediar palabra ni buscar conversación. Cada rato el elfo silvano le da un trago de su misteriosa botella y aquello provocaba que estuviera, a ojos vista, de peor humor, gruñendo a las piedras, gruñendo a los árboles, gruñendo a los cascos del caballo... en definitiva, gruñendo por respirar. No sabía lo que depararía y algo le decía que no volvería a ver a quienes lo acogieron en el pasado, pero ahí estaba, avanzando a no sabe donde, y ni porque. El beodo elfo le fue lanzando furibundas miradas al carromato de vez en cuando, detestando el traqueteo de sus ruedas de madera reforzada... se le estaba clavando en su estilizado cráneo.

La aparición de la mediana fue de lo poco que añadió una nota de color, si entendemos un gris perlado como otro color, ya que Arahan solo sabía verlo todo o gris o muy negro. No se presentó, eructó, la miró fijamente con unos ojos aviesos y mareados.

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01/05/2019, 15:56
Yriel Alessar

Se habían puesto en marcha dejando atrás a dos de sus amigas, aquello pesaba en el semielfo. Todo se había torcido, entrar en la ciudad fue una equivocación como terminaron por demostrar los hechos. Ahora junto al carromato, Yriel se mantenía pensativo, igual que el resto. No iba a poder cantar o tocar, hasta llegada la noche cuando quizás recurriera a alguna composición tranquila, que les ayudara a relajarse.

Un poco más allá aparecía un jinete, una figura menuda que terminó por descubrirse como Ussia. El joven mostró una cálida sonrisa, contenida. Se acercó a ella para darle un pequeño abrazo que reafirmara la cordialidad.

- Saludos y bienhallada, amiga.

La agradable mediana iba en dirección contraria a ellos, hacia la ciudad, eso podía significar que el encuentro sería corto.

- Hablas de una batalla, creemos que los ejércitos de Odrin marchan hacia allí ahora. Creí que iban a tardar días en iniciarse hostilidades mas ya están aquí.

Todo se había acelerado, por suerte mantenían la libertad para moverse por los caminos.

- Demuestras valentía viajando sola. Nosotros nos hemos encontrado con todo tipo de peligros. Dinos, ¿tienes algún interés en ir a Odrin? Nosotros hemos tomado la dirección opuesta, allí todo parece controlado por el rey y la reina.

Todavía confiaba en que la halfling no tuviera un interés específico en ir hacia allá.

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01/05/2019, 18:38
Erin

Desde el encuentro con la Reina, Erin decidió mantener las distancias con el lucerano: aquel hombre no le gustaba, y, desde luego, había perdido toda su confianza.

La marcha se hizo dura para ella: en los Pequeños Reinos, el terreno era hostil, y la gente, desconfiada y huidiza. Sólo tenía la compañía de aquellos norteños, con los que no tenía nada de qué hablar, la del lucerano, al que evitaba, la de Gorsha y la de ese Korben.

¿Dónde estarían Yriel y Gwyl?  Les echaba de menos, sobre todo a la muchacha. No les habían visto al abandonar las fronteras, y Erin temía no volver a encontrarse con ellos.

Al segundo día, se separaron del resto del ejército. Erin se limitaba a caminar, y a obedecer lo que Emil mandaba, como si fuera uno más de los guerreros, intentando no destacar, aunque, desde luego, lo hacía: sentía cómo esas cuatro docenas de ojos la miraban, y no le gustaba; pero estaba junto a Gorsha, y, desde luego, no era una niña indefensa a la que pudieran deshonrar para luego dejarla atada a un árbol, o cortarle el cuello. Pero eso era algo que ella sabía y los guerreros no, y podían cometer un error.

A menudo, caminaba al frente: explicó a Emil que, siendo una buena arquera, era más útil que abriera la marcha, por si encontraban enemigos.

 - Además, en mi tierra era cazadora - dijo - Los dioses viejos me bendijeron con una buena vista, y los nuevos, con un buen oído.
 
Aquel argumento pareció convencer al guerrero.

Notas de juego

Te marco sólo a ti, como decías en el último post.

Erin intenta hablar a solas con Gorsha, y responde a Korben: los dejo también sólo para ti, y si me das el visto bueno, los ponemos para que lo lean ellos.

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01/05/2019, 18:40
Erin

En un momento dado, Erin y Gorsha caminaban a solas, alejadas unos pasos de los hombres de Emil. Mirando hacia atrás, para asegurarse de que nadie les escuchara, susurró:

 - ¿Qué vamos a hacer? ¿Volveremos con nuestro primer patrón, a cumplir el resto del trato? - preguntó - ¿O nos quedamos aquí con Syndra y la Reina?  Tenemos que decidir qué hacemos, Gorsha.

A Erin le disgustaba la idea de no volver a Cregan: si volvían, serían espías, y lo que hubieran hecho desde que salieron de allí estaría justificado. Si no lo hicieran, serían traidores. Erin no quería ser una traidora, aunque nada le atase a aquellos reyezuelos, ni a aquella estúpida guerra que libraban: su palabra tenía un valor.

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01/05/2019, 18:42
Erin

Durante la marcha era frecuente que Erin y Gorsha se mantuvieran apartadas del resto de guerreros, y, uno de esos días, Korben se acercó a ellas.

En silencio y con ademán serio, Erin escuchó la historia que el hombre les narraba, sin dejar traslucir lo que pensaba.

Sólo cuando él terminó, abrió la boca.

 - No tengo nada contra la Reina - respondió - No soy norteña, me es indiferente quién reine en el Norte; y si tengo cuentas pendientes, no es desde luego con esa mujer.
 
Miró a Korben, con esos extraños ojos, como si le tuviera que explicar aquello con paciencia, como a un niño.

 - Te dijimos la verdad: somos mercenarias. Estamos aquí para ganar dinero, no para tomar partido. Si sacamos algo a cambio, podemos ayudarte.
 
Guardó silencio, como si estuviera absorta en una idea, antes de volver a hablar.

 - ¿Cómo les mataste?  Al resto, ¿cómo lo hiciste?

Notas de juego

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01/05/2019, 18:43
Erin

A media tarde, Erin escuchó unos picos golpeando la piedra; se volvió, y, antes de que pudiera decir nada, Emil alzó la mano, haciendo que todo el pelotón guardara silencio.

Uno de los norteños explicó que allí cerca había una cantera abandonada.

 - Si estuviera abandonada de verdad, no habría nadie picando piedra - se dijo Erin - Más valdrá acercarse.

A la diestra de Emil, la joven avanzó con sigilo, mientras, en silencio, deslizaba la mano hacia su carcaj y tomaba con suavidad una de las flechas que Gwyl le había regalado.

Cuando llegaron a la linde, Emil susurró que aquellos eran guerreros de Penda; a Erin le vino bien la información, ya que nunca había visto ese blasón.

 

 - A los hombres de Penda no les conozco - se dijo - Pero que me parta un rayo si esos enanos no son los del carro que conocimos en el Descanso del Guerrero, a los que, por cierto, ayudamos cuando quisieron robarles; y a los dos que comieron con nosotras; y si no vi allí también al viejo y al joven. Además, los enanos fueron a Penda. Y, hablando de rayos...

Erin tenía que advertir a Emil.

 - Emil - susurró, confiando en que el guerrero entendiese de qué le estaba hablando - Los enanos tienen truenos de mano.

 

Realmente, no quería tener que luchar contra aquellos enanos. ¡Ellos no le habían hecho nada!  Erin ya estaba harta de aquella guerra, no porque fuera peligrosa, sino porque era absurda: se estaban matando porque sí.

Sin embargo, era muy consciente de que iban a tener una escaramuza; y, si los enanos tenían aquellos artefactos infernales, posiblemente tuvieran que huir de allí. Así que levantó su arco y lo tensó, apuntando con cuidado al que parecía el blanco más caracterizado: el rubio del hacha a dos manos. Matar al enano del carro, o al viejo y su pupilo, hubiera sido seguramente más productivo: pero Erin no quería hacerlo.

 - En el Norte los guerreros, o son mercenarios, o paletos reclutados en la leva de alguna aldea mísera - pensó Erin - Si mato a su jefe, es posible que se limiten a huir como pollos sin cabeza.

- Tiradas (1)

Notas de juego

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05/05/2019, 16:54
[Abandono] Thánur Dangorín

Días habían pasado ya desde que habían descubierto el antiguo mapa en las ruinas, Thánur repasaba de cuando en cuando el contenido de la copia que llevaba consigo, la más completa de los Pequeños Reinos, y trataba de ubicarse a medida que avanzaban hacia Odrin. Los los momentos en que se detenían los aprovechaba para grabar las precisas runas enanas sobre el grueso metal, la tarea le llevó horas, pues la escritura mágica debía durar toda la batalla como mínimo, y eso requería de un cincelado casi perfecto. Finalmente completó dos símbolos antiguos, uno que silenciaba el arma y otra que le daba una resistencia extraordinaria, juntas potenciarían su eficacia.1  

Cuando llegaron a la cantera abandonada, los enanos de Wedrun comenzaron a tallar la piedra para fabricar esferas que serían lanzadas por el arma, aquella tarea era vital para que realmente tuviesen alguna ventaja en la batalla, tenían que contar con una gran cantidad de esas municiones. Pero no sólo importaba el número, algunas de ellas podrían tener cualidades especiales para que su efecto fuese más devastador, él podía realizar algunas runas más en un puñado de ellas, pero para sacarle mayor provecho debían conocer primero cómo era la arquitectura de Odrin. Thánur se acercó entonces a Fronar y le explicó la importancia de conocer cómo era la fortaleza enemiga, que lo que él hubiese visto de aquél lugar o lo que hubiese escuchado le sería de utilidad, y comenzó ha hacer algunos bosquejos basados en las estructuras que había visto en Penda y en la descripción que obtenía de los soldados que lo acompañaban. 2 

- Tiradas (5)

Notas de juego

Para las runas sobre el cañon, dado que hay consenso y tiempo para realizarlas, asumo que puedo usar los bonos de "canalización" (pero llevados a magia rúnica) como para darles mas efecto (un+2/dado equivaldría a un -2 de dificultad). Esto es sólo para el grabado mágico, la activación posterior es por medio de golpes de martillo. 

Runa Silencio: 6 éxitos. La idea es que se golpee antes de disparar, y que entonces el cañon no emita sonido (como un silenciador). El efecto no tiene porque durar mucho (eso depende del martillazo, y su utilidad servirá sólo para el asalto siguiente al golpe) pero la runa tiene que poder usarse varias veces durante la batalla y durar hasta que termine (1 semana o mas), los éxitos irían en esa línea.

Runa Dureza: 6 éxitos. Con una idea similar, está pensado para que el metal resista un uso continuo y prologado (no se recaliente ni raje ni deteriore), también su efecto es casi instantáneo (justo antes del disparo), pero la runa debe durar un tiempo prolongado y ser activada mucas veces, lo éxitos se usarían para eso.

Master, espero haber entendido bien el uso de la magia para el grabado de runas (que hasta ahora mas bien las activaba), cualquier cosa me dices.

2 Hice algunas tiradas que reflejen "reunir información" , persuadiendo a Fronar, interpretando lo que dice y volcándolo en el papel de un modo útil, para que podamos ir pensando alguna estrategia con Belandir y el resto de nuestros aliados pnj.

De momento aguardo la descripción para ir viendo luego con los demás que vamos haciendo.

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05/05/2019, 20:05
Gorsha

Las cosas desde luego podían haber salido mucho peor de lo que habían salido, Gorsha tenía eso muy claro. Tan claro como que el Duque de Montalbo se había convertido en miembro non grato de la compañía para ella. Es que había que ser burro para vender de esa manera a tus compañeros. Pero bueno, no era nada que la orca no supiera ya después de haberle visto actuar durante casi un día entero. Era un extraño en esas tierras, acostumbrado a hacer las cosas a su manera y que pensaba que todo el mundo se iba a adaptar a él y nunca al revés.

Las jornadas de viaje eran duras, pero no era nada a lo que una orca de las tribus de las montañas no estuviera acostumbrada. Prefería viajar cerca de Erin, por si se presentaba batalla en cualquier momento y tenía que servirle de escudo mientras ella preparaba el arco para atacar a distancia. El resto... le daban más igual salvo Korben, pero él, aunque no era de lejos tan fuerte como ella, era menos frágil y llevaba menos tiempo viajando con Gorsha que Erin.

Tras la primera jornada, el grueso del ejército se separó de ellos, quedando únicamente con un destacamento liderado por el que se hacía llamar Emil. Se les asignó una misión y una ruta, por lo que se encaminaron hacia su objetivo nada más recibir sus órdenes. Como buenos perros de la guerra que eran. Lo bueno era que con el ejército reducido con el que viajaban, si querían escapar lo podían tener más fácil. Pero bueno, de momento seguirían las órdenes de su recién nombrado comandante. A ver cómo se desenvolvía todo aquello.

Notas de juego

Parte 1 de mi post. Lo divido en dos partes porque tengo conversaciones privadas con otros pjs mientras dura el viaje :3.

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05/05/2019, 20:05
Gorsha

Las dudas de Erin no le pillaron por sorpresa. Estaban jugando a un juego más que peligroso de doble banda. Y aunque Gorsha fuera una mercenaria auténtica, le gustaba pensar que su palabra tenía valor.

 -Seguimos con nuestro número uno, por supuesto. Y con los dos compañeros que dejamos atrás. Lo lamento por Syndra, pero es lo bastante poderosa y tiene una posición lo bastante buena como para no echarnos de menos. Además, la número dos tiene un algo que no me ha gustado, no sé a ti.

Número uno por el rey de Cregan y número dos por la Reina de Odrin eran buenas maneras de hablar sin que nadie se enterara de lo que comentaban en caso de que las escucharan. Tenían que ser extremadamente precavidas en esa situación. Si las pillaban en ese juego de espías, perderían la cabeza, literalmente.

 -Además, ir en contra de la número dos será de ayuda al único varón de esta compañía que no nos ha dado la espalda. Y eso puede sernos de utilidad más tarde o más temprano.

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05/05/2019, 20:06
Gorsha

Gorsha se sintió honrada cuando Korben eligió depositar su confianza en ellas dos contándoles su historia personal con la reina de Odrin. La orca se limitó a escuchar en silencio tanto al hombre como a su compañera, para finalmente decir:

 -Coincido con Erin, nosotras nos movemos por nuestros motivos y nada más. Pero nos has demostrado que eres un buen compañero, por lo que por mi parte tienes mi voto de confianza. Haz tu oferta y podrás contratar dos compañeras que no te dejarán en la estacada, amigo.