Partida Rol por web

A pesar de los gritos y la altanería de Anna, el posadero se limitó a ignorarla, lo mismo pasó con María cuando le dijo que la niña les llevase agua. Era como si no pudieran verlos ni escucharlos, pero si podían, ya que habían levantado la vista cuando entraron, así que simplemente los estaban ignorando.

Entonces Giovanni aparece de la nada en una de las mesas, luego otros de sus amigos, los demás aparecen tras las cortinas, todos entre risas, como si hubieran gastado una broma a viejos amigos.

-Por favor, tomad asiento para que podamos discutir como personas civilizadas lo que queréis de la Conspiración de Isaac.

Albert se movio  de su rincon al ver aquel malvado rostro , aquel ser maldito que les habia robado todo junto a su recua de seguidores, por dentro queria lanzarse sobre el y robarle la vida por lo que le habia echo, aquellos instintos asesinos afloraban al igual que el hambre que lo atenazaba, pero sabia que debia detenerse  en aquel momento no podria hacer nada solo esperar con suerte alguien acabaria estropeando el encuentro y la sangre correria en aquella posada, Confiaba en poder llevarse a alguno de esos impios seres con el al infierno si eso pasaba, si no era asi por lo menos alguien acabaria con aquella vida sacrilega 

Sin dudarlo mucho  cogio se movio y se sento a la mesa que Giovanni señalaba sin mediar palabra esperando al resto .

Ya había visto aquella forma de reaccionar tan inusual, pero hasta que Giovanni no se manifestó junto al resto, no había conseguido relacionarlo. Eso si, en cuanto Micezyslav apareció quedó en evidencia la mirada cargada de rabia que le dediqué, así como el leve desvío hacia un taburete como si pudiera tirárselo a la cara en cualquier momento. Sin embargo me había adelantado con un propósito, por lo que digerí mi malestar como pude y en lugar de sentarme, di un paso hacia el supuesto líder antes de hablar.

- Una disculpa.

Respondo escueta aunque sin dejar de lado el tono con el que había irrumpido en la posada.

- Ni siquiera pretendistéis que fuéramos peones. No, únicamente nos tratastéis como herramientas, una mera cortina de humo. ¿Pero sabéis qué? Al igual que Hardestadt no considerastéis la fuerza del viento.

Les reproché evidenciando que nos habían subestimado o, al menos, las "poderosas" fuerzas que podía reunir su némesis, y lo mejor de todo era que si consideraban la segunda opción, el haber huído los dejaba como unos cobardes, por lo que siquiera lo considerarían.

- Y a título personal, me prometió someter a Lothar a juicio ¿recuerda don Giovanni?

Añado para que quedara claro que no aceptaría unas disculpas sin ese punto.

 - !Muy bien ... amigo, gracias por la información, pero dinos también tu nombre!   ¿En donde les encontró el hombre con la cicatriz?   Además de la cicatriz en la cara nos lo puedes describir mejor, ya sabe, su apariencia, color de cabello, altura, complexión o tipo de vestimenta?

-¿Vestimenta? No lo sé, ¿quien se fija en eso? Me fijé en la bolsa que nos dijo que sería nuestra si cumplíamos el trato. Mi nombre es Arthur -el hombre se quedó pensativo-, nos abordó por el camino, hace menos de media hora, no sé cómo supo donde encontrarnos, pero lo más llamativo era la cicatriz de su cara, recorría toda la parte derecha de su cara. No nos dio nombre, ¡sus botas! Llevaba unas buenas botas, en eso si me fijé. 

- Si no te quieres exponer por tu aspecto en el exterior cuando entremos a la taberna por favor quédate dentro de la carroza cuidando a nuestro prisionero Pietro junto al cochero, que nosotros te informaremos de lo que hay haya dentro! 

Pietro lanzó una mirada dificil de describir a María, antes de que esta siguiera hablando se echó la capucha sobre la cabeza ocultando así su rostro leproso y se adentró en la posada tras sus compañeros

 - !Muchas gracias por el viaje Roderigo!   Creo que sería buena idea dar le descanso y comida a los caballos así como limpiar el vehículo.      Si no cuenta con recursos para ello tal vez le podamos dar algo gracias a las donaciones de los hombres que nos encontramos en el camino, uno de ellos sigue seguro en el interior.   ¿Sabe de alguna manera o conducto para poder contactar a Lord Giovanni y sus aliados a partir de ahora?   ¿Tiene alguna sugerencia para poder ganarnos su confianza cuando les encontremos ya que usted los conoces más que nosotros?

-Un placer mi señora. Me encargaré que los caballos descansen y se alimenten -miro el ruinoso establo-. Si es que aquí tienen algo de eso. No sé como contactar con Lord Giovanni, pero si Hardestadt os mandó a este lugar por algo debe de ser, pocas veces se equivoca. No he tratado con Lord Giovanni más que para llevarlo de un lado a otro, no suele fiarse de la gente. Mi trabajo para él era llevarle... la cena... -dijo algo incómodo-. En cuanto les llevaba a sus nuevas presas me marchaba. Servía de espía, pero mi cometido era informar de los movimientos del señor Giovanni, ya que un cochero tiene pocas posibilidades de enterarse de cosas importantes. Si quieren ganarse su confianza no le lleven la contraria, no suele importarle la opinión de los demás, cree que él siempre tiene razón y que los demás deben acatar sus ordenes sin dudar

Por un momento, cuando Giovanni aparece, estoy a punto de saltar sobre él. Por suerte me contengo a tiempo al comprobar quién es.

Me dirijo hacia la mesa que nos indica mientras busco con la mirada a Lady Dimitra. Sin embargo, al contrario que el resto de mis compañeros o que la mayoría de ellos, yo la dedico una sonrisa.

Luego permanezco atenta a la conversación que tiene lugar. De momento seguiré sin intervenir, la palabra no es lo mío. Lo que sí haré, si veo a Dimitra algo apartada, será levantarme para hablar con ella.

¿Personas civilizadas? Mis cojones. 

Era casi primigenio el estado de la criatura que crecía en el, una serpiente buscando una presa, y ahí estaba, Lady Amisa, aquella mujer a la que le quería arra car la cabeza con todas las ganas que tenía. 

Siseó de forma agresiva, instintiva se podría decir, el deseo de matar estaba manifestándose en su muerto corazón, mostrándo los dientes y colmillos, pero se relajó un poco al ver que algunos de sus colegas se sentaron sin decir nada, el les siguió, sin perder atención a lo que fuera que esos traidores hicieran a posterior. 

La aparición repentina me sobresalta y echo mano por instinto a mi arma, pero consigo contenerme. No parecen hostiles. No tienen por qué; a saber cuán poderosos son contra unos recién nacidos como nosotros que no conocemos su mundo. Y, por lo pronto, tenemos una misión y una oportunidad.

Localizo a Micezyzlav pero no me acerco a él. Busco el asiento más cercano. Ya habrá tiempo de hacer algo. Antes pretendo aprender más sobre ellos.

No me pasó desapercibido que ni el posadero ni la niña nos estaban ignorando. ¿Quizá estaban cumpliendo órdenes de Giovanni y sus seguidores? Al ver a Giovanni y a los suyos aparecer en una de las mesas, busco al sire Wenceslas con la mirada para ir a sentarme junto a él. Aquel hombre me había convertido en lo que era ahora mismo, para bien o para mal, por lo que sentía la necesidad de sentarme con él.

Una vez sentado, decidí no decir nada, aunque Anna había sacado a relucir un tema importante: Lothar. Al fin y al cabo, el mayordomo era quien había pagado a los bandidos para que nos asaltaran, lo que le convertía en el responsable más inmedato de la muerte de Enrico.

Antón miró al posadero para preguntar por como llegar a la posada original, quería recuperar sus cosas
- Señor, nos hallamos necesitados de orientación, además, tengo sed... - Pero no era sed de nada que pudiera pedir, sino de aquello que había manado del cuello de ese hombre. Miró a la muchacha ¿Sabría igual del cuello de una mujer? 
Pero algo no le cuadraba en la actitud del posadero, antes de averiguar nada de lo que presentía, aparecieron uno a uno aquellos canallas y bribones, empezando por el capullo mayor, Don Giovanni.

- Vaya qué feliz causalidad, caballero... - Dijo Antón al ver a Giovanni - Cuanto tiempo... tanto que apenas me reconozco a mi mismo desde aquella maravillosa velada...- La ironía de los significados velados eran mas que evidentes. -¿Como están sus mercedes? ¿Las fortunas les han tratado bien desde la ultima vez? Por que con nosotros, el destino ha jugado como ha querido. - Ese fue el saludo que le dedico

Se acercó a la mesa y los asientos que Giovanni indicó.

- ...¿Que queremos? - Dijo ignorando al resto y centrándose en Giovanni, el único que había hablado. -La disculpa que sugiere la señorita no estaría mal, algunas explicaciones de en mitad de qué juego hemos acabado también estaría bien, y una explicación adicional de qué es lo que nos pasa, para complementar nuestras conjeturas sería de utilidad... Seguro que tendrá la bondad de dar tan escasas atenciones a sus huéspedes.- 
Aunque Antón tenía hambre y miró de soslayo nuevamente a la doncella mientras se sentaba.

- Cuando sepamos todo eso, quizá podamos contestar a esa pregunta que su merced plantea. Ahora mismo somos como niños. Tenemos, solamente, una visión incompleta, totalmente parcial y subjetiva.- Sugirió con una sonrisa. Sabía que estaba ante depredadores, no podía ser demasiado agresivo, ni mostrar debilidad.

            - ¡Muchas gracias Arthur!   Si te quedas aquí quieto y sin causar problemas te pronmeto traerte algo de beber, comer y hasta cuidar un poco mas de tiempo por tu vida, pero nada de eso  tendrás si causas problemas -   Dice la duquesa al tipo asegurandose de sus amarras mientras que le mira con su nueva habilidad de serpentis para intimidarle antes de salir tras del cainita Nosferatu para susurrarle melosa al oido:

            - Esta bien Pietro, disculpa si te molestó mi comentario, pero fue con la mejor de las intenciones para ambos!   Por otro lado no se si sea buena idea que todos nos presentemos sin que haya quien nos cubra las espaldas -    Le responde la duquesa a Pietro tras asegurarse que el prisionero quedara bien amarrdo en el interior de la carrosa, entonces deja que el cainita reaccione y continue al interior antes de hablar con el cochero: 

            - ¡Muchas gracias por la información Roderigo!     Sinceramente hubiera querido conoceros de otra manera, pero tal vez tengamos oportunidades de colaborar juntos en un futuro, si es que existe para nosotros ... no, le prometo que así será! -    Le dice con voz baja antes de dedicarle una sonrisa e ingresar al negocio tras los demás

Etienne sonrió ante la propuesta de Giovanni. Estaba cubierto de sangre: ¿qué le hacía pensar que era civilizado?

Apartó con el pie la banqueta frente a su interlocutor y se sentó ruidosamente, apoyando los codos sobre la mesa y mirándolo directamente: no tenía sentido comportarse con enfado o temor.

—No sé si merecemos una disculpa, señor. Pero una explicación nos agradaría, y nos ayudaría a ser más dialogantes, si eso es lo que queréis. Mis camaradas y yo responderemos a cuanto se nos pregunte.

             - Discúlpame por favor Anna pero le hablas a ... Lord Giovanni y si hemos conocido al caballero y sus aliados creo que podrías esperar a que tu o cualquiera de nosotros simplemente muramos de viejos antes de que se disculpen! -    Le responde la duquesa a la noble polaca en italiano con voz baja para reducir asperezas mientras que miraba por un momento al poderoso vampiro y se acercaba a la bella noble para tocar le por un hombro para empatizar con ella.

              Antes de sentarse a un par de lugares de la vampiresa escucha y sonríe a Byliana, Basilio, Nicolae y Piero por saberse contener frente al grupo de conspiradores porque imagina que como ella quieren vengarse, entonces escucha cuanto Anton continua hablando y le aplaude cuando el solo rectifica un poco su tono y cuando termina Ethiene se le adelanta para aclarar muy bien lo dicho por el inteligente soldado y el sabio artista italiano complementando las palabras de ambos y diciendo lo que ella cree que los poderosos  cainitas quieren escuchar:

           - Como los caballeros Rossi y de Bourgogne han dicho creo que la mayoría deseamos saber mas acerca de la ... bendición que nos han ofrecido para saber como ser tan poderosos como ustedes y como podemos colaborar con su conspiración ya que al lograr sobrevivir tan solo nosotros de las torturas y encierro del tiránico Hardestat y sus huestes como lo hemos hecho preferimos arriesgarnos a sobrevivir junto a ustedes, que solos por nuestra cuenta siendo tan ... novatos como vampiros, a la merced de que vengan a atraparnos para acabar con el resto!   El adversario de mi enemigo ... puede ser mi ... nuestro aliado!    -      Tras decir lo anterior con toda la tranquilidad y seguridad posible para la vampiresa setita para estar improvisando antes de acercarse a Basilio para tomar le la mano para mirar le por un momento tratando de ser empática con el mientras que se acerca con el a Lady Amira, su sire y la abraza con aparente miedo tras susurrar ... - Ricardo Corazón de León -  esperando que con lo dicho por primera vez los demás entendieran que no debían contradecirse demasiado y ella esperaba haber logrado conseguir cierta confianza de parte de  Lord Giovanni por no llevarle la contraria y acatar sus ordenes mientras les explican porque están allí con cierta lógica y sentido común.

A la llegada a la posada había varias cosas raras, como por ejemplo la actitud del posadero y la niña, el que el lugar parecía vacío por completo a pesar de que se suponía que Giovanni estaba aquí, y otras cosas más...  Cuando finalmente él y sus "amigos" aparecen volteo rápidamente, empuñando temeroso la espada que tenía hasta que veo de quien se trataba. Despacio la voy bajando a medida que el resto se va y se sientan, pero aunque me muestro algo incómodo o inseguro de hacerlo, termino por sentarme junto con el grupo, mirando de reojo a Lady Theopana en todo momento mientras el resto hablaba, casi sin prestarle atención a la conversación.

Madame Constanza permanece callada, se sienta, baja la cabeza. La cabeza le da vueltas. Durante el viaje ha estado haciendo cabalas hacerca de quien es peor. Aquellos que los han transformado en monstruos o los monstruos que les han torturado y les han pedido que sean unos traidores.

Al aparecer Giovanni no puede sino exclamar del susto.

La mano de lady Borgia le calma aún más, pero se sobresaltó cuándo ella abrasó a su sire, le molestó un poco pero no dijo nada más, pues la mujer le daba confianza, por esa razón se mantuvo a una distancia prudente.

Sin perder en ningún momento los actos de lady Amisa, si se decidía en atacarla, el intervendrá, aún qué eso le cueste su no muerta vida. 

A medida que vais sentándoos vuestros sires se acercan a vosotros, a diferencia de la primera vez que os visteis ahora os ven como iguales, os miran con respeto e incluso con cariño, los sires se muestran protectores con los que son sus "hijos". Lady Dimitra sonría al ver a Bilyana. Lady Amisa corresponde al abrazo de la duquesa Borgia.

-Como bien habéis podido experimentar ahora sois superiores, personas nuevas, y sí, he dicho personas, porque ya no sois humanos, sois vampiros. Sois nuestros hermanos, seres superiores al resto, con capacidades que nunca llegasteis a imaginar -cuando Anna le exige que le pida perdón y saca el tema de Lothar, Giovanni comienza a reírse-. ¿Perdón por qué? ¿Por explotar tus capacidades y convertirte en alguien mejor? Nuestro comienzo queda en el pasado olvidémoslo y comencemos en el ahora. Sobre Lothar, como acabo de decir, dejemos el pasado atrás, ahora es tu hermano.

Pero tienen razón, os debo una explicación sobre el modo en el que nos conocimos, os encontráis inmersos en una lucha entre dos partidos, el nuestro y el de Hardestatd, mientras que nosotros queremos la destrucción de Japheth, ellos lo defienden. Ahora es vuestro turno de posicionaros, aunque creo que los así llamados Fundadores deben estar de acuerdo con que el vínculo que tienen los chiquillos, ustedes, con su sire, es sacrosanto. Si de verdad respetan las Tradiciones de Caín, ¿cómo pueden negar a cualquier chiquillo su deber, su derecho a servir a su sire?

Vuestros sires asienten al unísono para reforzar las palabras de Giovanni.

-Una vez hayamos erradicado la enfermedad, Japheth, del clan Capadocio, tendré gran poder entre Vástagos y ganado. Mi familia tiene poderosos vampiros, capaces nigromantes, y los más sagaces hombres de negocios de Venecia. Quien se gane mi favor recibirá sin duda grandes recompensas. Nadie, y desde luego no los así llamados Fundadores, podrán causar daño a mis protegidos. -Claudius Giovanni hace una pausa antes de continuar-: Me gustaría contaros entre mis favorecidos. Por supuesto, aquellos a quienes mi familia y yo consideremos culpables perecerán sin duda con inimaginables dolor e ignominia. Estoy seguro de que habréis oído susurros sobre los poderes que la nigromancia puede otorgar a quien sabe practicarla... de cómo puede retorcer el alma y atarla para siempre, sangrante y chillando, a su cáscara mortal. ¡Esas historias son ciertas! Podemos hacer eso, y mucho, mucho más, a quien incurra en nuestra ira. -Los ojos de Claudius se van estrechando a medida que habla, hasta que no son más que rendijas. El fuego danza en sus pupilas cuando acaba con un torvo gruñido-: Tenéis dominio sobre vuestras almas inmortales. Escoged sabiamente, chiquillos. El momento de vuestra elección se acerca, y no me gustaría que os equivocaseis.

¿Acaso no se suponían que no sabían hablar? ¡Ojala hubieran guardado silencio! ¡Pero no, lo habían hecho fantástico para tirar por tierra todo mi argumentario y dejarnos con el culo al aire! 

Estaba claro que no quedaba otra opción que aceptar las migajas que nos ofrecía Claudius, especialmente tras la intervención de María, por lo que debía guardarme las ideas de mis primeras réplicas y reestructurar mi estrategia.

- Muy bien, dejemos el pasado atrás. - accedo con demasiada facilidad - Es obvio para todos los presentes que ya hemos hecho nuestra elección, o que al menos estamos predispuestos a escuchar antes de sojuzgar a nadie.

Ya me habían dejado con el culo al aire una vez y no volvería a darles la oportunidad de repetir. Dicho lo cual vuelvo a girarme hacia Miezyslav y fría le expeto.

- Toda figura paterna debería proveer un mínimo de necesidades a su descendencia. Ahora tengo sed.

Seguro que aquella relación que nos unía era de doble sentido, por lo que jugaríamos a su juego, y terminaríamos ofreciéndoles justamente lo mismo que ellos nos estaban dando. 

Sonrío a Dimitra con una sonrisa más abierta de lo que me hubiera gustado. Una sonrisa entre depredadores que se reconocen como familia.

Mientras Giovanni habla, me acerco un poco más a ella y susurro ahora comprendo lo excitante que puede ser una cacería, estoy deseando aprender más.

Cuando por fin Giovanni deja de hablar me inclino de hombros. Nuestra elección fue realizada desde antes de que dijerais esas palabras; yo escojo quedarme junto a mi sire.

¿El pasado en el pasado? Y quién demonios se creen para que olvide lo que me hicieron malditos

No sonrió, ni manifestó ninguna mueca, los dientes y el salvaje instinto de un animal desapareció de su ser, al menos lo suficiente como para permitirle razonar y no ser un arrojado loco despiadado, más aún desconfiaba de Amisa, pero si María le daba su confianza a ella, ¿qué otra cosa podía hacer? Por esa razón abandonó toda hostilidad contra ellos.

-El pasado en el pasado-

Sus palabras sonaron sutilmente amables, sin embargo, mantuvo un poco de distancia con su sire, la desconfianza reinaba en su ser, y no volvería a confiar en ella nunca más, aprendería todo lo que debía aprender, y sobreviviría como lo que ahora es, un vástago, un vampiro.

Etienne miró a Marchetus y a Jadviga. Lo cierto es que a él no le guardaba especial resquemor; en cambio, a ella...

—¿Sin rencores... Sire? — preguntó — Ojalá pudiéramos brindar con algo, ¿no crees?