Partida Rol por web

Decidís volver junto a Giovanni, algunos os comentan que han visto a Lothar siguiéndoos.

En cuanto llegáis junto a Giovanni, éste se alegra saber que habéis hecho bien el recado, él y los suyos parecen celebrar tan buenas noticias.

-Quiero que dentro de una semana me acompañéis a la reunión, deseo que estéis presentes. Podéis quedaros aquí hasta entonces

De acuerdo señor Giovanni, muchas gracias por su hospitalidad, estaré encantado de acompañarlo a visitar de nuevo a Capadoccius. 

.        - Muchas gracias Señor Claudio Giovanni, nuestro líder!    Gracias por darnos tal muestra de confianza después de nuestro corto tiempo junto a nuestra causa! -.     Responde la duquesa Borgia con la etiqueta correspondiente a la de una buena cortesana, mientras hace una breve reverencia, antes de buscar con la mirada la de su sire, para reconocer pronto en ella su opinión al respecto de ser posible y antes de retirarse para acercarse a ella termina por decir:

           - Espero poco a poco que podamos conseguir un poco de su experiencia, conocimiento y poder para ser de mayor utilidad en nuestros planes! -     Por supuesto que la vampiresa prefería por el momento hacerles creer a los sires suyo y del resto que estaba feliz y agradecida con lo que les pasaba ... no era el momento ni el lugar para mostrar sus duda y diferencias al respecto, pero de reojo trato de mirar a algunos de los otros novatos para reconocer quienes parecían molestos o confundidos para sonreír les y cerrarles el ojo como un leve apoyo antes de terminar de dirigirse a su creadora para hacerle una breve reverencia antes de seguirla

Agradezco y acepto su hospitalidad, señor Giovanni. Aunque no garantizo que me pase todos los días en mis aposentos añado con una mirada entre divertida y pícara dirigida hacia Lady Dimitra. Estaría bien probar ahora a cazar con ella, seguro que sería divertido.

En cualquier caso hago una reverencia apartándome de Giovanni y, si parece que no va a añadir nada, acercándome a mi Sire.

-Como ordenéis, mi señor -accedió Piero, en tono servil, aunque temeroso de lo que pudiera suceder en aquella reunión entre Claudius Giovanni y Cappadocius. El pintor florentino sabía que no podía salir nada bueno del encuentro entre dos vástagos tan ansiosos de poder-. Os acompañaré en la reunión con Cappadocius. Permaneceré pintando en la posada hasta que partamos.

- Agradezco su ofrecimiento, mi señor - respondo -. Será un honor permanecer aquí hasta la reunión.

Me pregunto si en realidad desean que nos quedemos por ser nuestros creadores o por alguna otra razón de sus retorcidas mentes. Por lo que sea, tengo la intención de emplear ese tiempo ejercitando estas nuevas habilidades, el manejo de la espada y observar a estos demonios.

Cómo diga... Mi señor.

No estaba claro para que diablos querían que asistiera, sin embargo, no tenía el ppder para negarse a asistir, aún era un, como le llamaban, un chiquillo.

¿Pero chiquillo de qué? ¿De un monstruo? Eso no le concernia, malditos asesinos y monstruos, quería encargarse de ellos, pero debía esperar, y hacerse fuerte.

¿Acaso no habíamos tenido suficiente? Ciertamente era una pregunta estúpida, porque ningún bando nos dejaría escapar jamás. Eso nos dejaba con la única opción de fabricar nuestra propia salida y rezar porque se destruyesen entre ellos, futuro que en estos momentos veía imposible de alcanzar.

Y luego está la locura de Cappadocius para complicar todo mucho más.

No, la situación actual no me agradaba y se me notaba máxime cuando todos parecían alegrarse de que los planes siguieran su curso.

- ¿Acaso tenemos opción de elegir?

Pregunto haciendo hincapié en averiguar la realidad tras las palabras de Claudius, lo cual no hacía sino reafirmar mi desagrado con la situación actual.

- Ya nos habéis llevado una vez a nuestra muerte y ese Cappadocius...

Inspiro profundamente porque aunque ya no fuera necesario, si necesitaba ordenar mis pensamientos acerca de como tratar lo que sabía de él.

- Ibais a enfrentarlo sin nosotros, por lo que estar o no junto a vosotros no debería suponer diferencia alguna. Especialmente en mi caso, no soy una guerrera como Nicolae o Strakovski, ni dispongo de extraños dones como los de Constanza.

Me estaba refugiando en exceso en mi aspecto de pequeño pajarillo, aunque las palabras de la bruja habían comenzado a repicar con fuerza en mi memoria.

- ¿Acaso en una mera semana podré aprender lo suficiente para marcar la diferencia?

Pregunto a todos en general, porque toda la eternidad no era "una semana" y ya no íbamos a enfrentar a meros hombres. Quizás exponiendo así mi situación consiguiera que alguien se prestara voluntario para enseñarme y terminara sacando algo de todo este embrollo.

Enzo calló ante las preguntas frecuentes de la mujer, no se veía capacitado para responder, por ahora parecía que todos buscaban cobijo, sentirse protegidos ante un señor. Enzo había elegido a Giovanni pues aunque sanguinario tenía las ideas claras de poder, en cambio Cappadoccius parecía haber perdido la poca cordura de vampiro al querer ascender a un grado divino que ni los vampiros más poderosos habían conseguido alcanzar.

Aunque como decía Bilyana era prodigioso el poder que hacía sobre los muertos no conseguía encontrar ese sentido divino a todo aquel asunto de resurrección y rendención. Por mucho que Jesús hubiera indicado ese camino para la humanidad pero veía incoherente como vampiro.

Se hara como ordeneis pues-dijo sin vaciliar ante la orden del lider vampiro, de momento Albert sabia que debia mantenerse obediente bajar la cabeza y aprender todo lo que pudiera para llegar a comprender los misterios de aquella condición, despues ya decidiria si podia escapar de aquello

       - Tranquila por favor Anna!   Evidentemente si no nos quieren usar como carne de cañón como ya lo hicieron antes tal vez ahora podemos servir como heraldos, aprendices, asistentes y mas adelante ir creciendo para conseguir mejores oportunidades, es correcto señor Giovanni?    ¿O Amira? -    La duquesa trata de conciliar las dudas e inconformidades evidentes de Anna porque aunque concuerda con varias de ellas piensa que debe tener cuidado de no sacar de quicio a lord Giovanni y sus sires de manera tan ... abierta, debían ser mas cautos para dirigirse a ellos

Las palabras de María no servían de mucho, pues todo lo que destacaba resultaba inútil en un momento como el que íbamos a vivir.

- ¡Ellos no le vieron! - replico señalando al exterior - Me parece estupendo que Giovanni quiera ocupar el lugar de Japheth, ¡seguro que es capaz de grandes cosas!, lo que me preocupa es que él parece el apoyo de Cappadocius y es obvio que ninguno prestó atención a sus palabras.

Dicho lo cual encaro al nigromante y me dirijo directamente a él puesto que si ansiaba su lugar, debía ser plenamente consciente de lo que iba a suponer.

- Mi señor, ese Cappadocius baila entre la genialidad y la locura, si Japheth es la única cuerda capaz de amarrarlo, cumplir vuestro cometido puede ser el mayor error de la historia.

Mis palabras estaban llenas de preocupación, una vez el contrapunto a todos los sentimientos que reflejaba cualquier otro de los presentes. No obstante, seguramente pecaba de desinformación, justo como cualquier niño que descubría algo que para sus padres era tan obvio que ya ni contemplaban.

Giovanni escucha las palabras de Anna

-Siempre sois libres de tomar vuestras decisiones. No os quiero allí porque supongáis una diferencia entre ganar o perder, os quiero allí para que contempléis mi triunfo y seáis parte de nuestra camarilla. A pesar de vuestro origen bastardo, podéis convertiros en verdadera progenie, y ser reconocidos por nosotros. Una vez derrote a Japhet, seré el segundo al mando de los Cappadocius y eso beneficiaría a todos los que estén de mi lado.

¿En verdad se sentía capaz? La confianza que mostraba en si mismo era genuina, pero a cada segundo que se escapaba era más consciente de que nadie era capaz de comprender los verdaderos riesgos de eliminar a Japheth.

- Vuestra determinación es digna de elogio - asevero - mas hay una semana hasta vuestro encuentro y debo sopesar los beneficios y riesgos con cuidado.

Todos ellos. Empezando por la posibilidad de que si me negaba a apoyarles bien podían acabar con mi existencia aquí mismo.

- Mientras tanto os daré toda la intimidad que preciséis. No deseo ser una piedra en vuestra bota.

Dicho lo cual realizo una la bien necesitada genuflexión y me dirijo a la puerta, solo esperaba que aquel paseo no fuera el último que diera.

Sales por la puerta y no parece que nadie te detenga, consigues alejarte y dar un pequeño paseo sin que nada suceda. ¿Sería verdad que confiaban en vosotros? ¿Sería esa una muestra de igualdad?

Había conseguido salir de la posada. Un gran logro visto desde cierta perspectiva, mientras que desde otras podía verse como una jugada maestra por su parte porque ¿acaso no era una apenas una chiquilla? Ya fuera desde la perspectiva de los vástagos o la de los hombres, el resultado poco cambiaba y únicamente precisaba dejar ni cuerda un poco más larga para conseguir al resto.

De todos modos yo tampoco pensaba escapar a las primeras de cambio. No había una necesidad imperiosa para ello y si para evitar hacerlo si no pretendía parecer culpable.

Ves unas sombras entre los árboles, por un momento piensas que Giovanni ha ido a buscarte, pero entonces lo ves bien, se trata de Lothar que intenta esconderse, pero va con seis ghouls, lo que le hace muy dificil ocultarse, parece que te está espiando

Uno, dos, cuatro... Siete con Lothar

Conté solo para llegar a la conclusión de que eran demasiados, aunque resultaba muy llamativo que nos hubieran seguido hasta el monasterio y ahora siguieran pendiente de nosotros. Quizás Giovanni no confiaba tanto en nosotros como aseguraba, o bien Lothar se tomaba demasiadas libertades, lo cual podía serme útil. Sin embargo lo último que quería era ser vigilada por semejante gusano y ya solo por averiguar cómo se comportaba, opté por regresar hacia la taberna e intentar desaparecer de su vista en una de sus esquinas.

Seguramente en el peor de los casos me perseguirían e intentarían cazarme, lo cual no creía que fuera un gran problema si conseguía separarlos y más teniendo presente que, a partir de ahora, podría llegar el momento en que tuviera que ser furtiva e incluso llegar a matar con premeditación... y es que ese despojo se merecía que todo lo que llegara a pasarle, ya por justicia o por el simple hecho de no saber su lugar por que ¿qué le esperaría si decidía a acechar a alguno de nuestros sires? Seguro que no serían tan tolerantes como para simplemente intentar salir de su vista y terminaría por darle la vuelta a la situación. Debería enseñarles a no menos preciarnos simplemente por ser jóvenes.

Cuando giras una esquina ves que Lothar está allí, pero no parece tener interés en seguirte, solo se queda con sus ghouls observando, sin llegar a actuar. Por más que te empeñas en perderle de vista, él parece siempre un paso por encima

          - Muchas gracias señor Giovanni por sus palabras!     Espero que la mayoría logremos ganarnos nuestro lugar entre ustedes y los demás vampiros poderosos, usted también tiene control o poder sobre los muertos como los Capadocius? -     Pregunta la duquesa al conde mientras mira de reojo a Anma con curiosidad antes de girar de vuelta a su sire y hermano de clan