Partida Rol por web

Afueras de Greenwood, 17:00

Siguiendo las indicaciones del florista llegaron al camping de Roake, en las afueras de Greenwood. Habían seguido una pista casi forestal que se internaba entre los árboles cada vez más inclinados sobre el camino, llegando casi a formar un túnel con sus ramas esqueléticas.

Cuando desembocaron a la valla de metal que rodeaba el camping cerrado no se sintieron mucho mejor. Erwin les había dicho que por aquella época del año el sitio estaba cerrado pero echando un vistazo a lo que se podía ver de las instalaciones perimetrales cualquier diría que aquello llevaba cerrado años. La verja de metal estaba oxidada y deshilachada por varios puntos y el cartel del camping se había roto en un par de puntos. Las malas hierbas cubrían la entrada y el edificio de cemento que se veía como punto de bienvenida tenía varias ventanas rotas.

De cualquier manera aquel no era su destino, sino un punto de referencia para encontrar el sendero que los llevaría a la cabaña del señor Prunty. Tenía que ser un camino forestal de guijarros —demasiado estrecho para que un vehículo pudiera pasar— que se internaba en el bosque.

Cliff bajó del coche y durante unos instantes su mirada se dirigió hacia ese camping.

—Joder, cualquiera diría que es un camping fantasma —dijo apoyado en el capó del coche mientras encendía la pipa—. Ahí está el camino... me temo que tendremos que ir andando.

- Tampoco creo que sea el destino más turístico en verano... - Chief estaba de acuerdo con Cliff en que ese lugar parecía más propio de una historia de terror alrededor de la hoguera de un campamento.

Paseó la vista por el lugar, viendo los caminos que salían en varias direcciones, y se giró hacia Tony.

- ¿Como te ves para un pequeño paseo por la naturaleza? - le preocupaba que su compañero estuviera demasiado cansado tras las heridas sufridas en el cementerio y no quería forzarle a un sobreesfuerzo.

Reba miró la humeante pipa de Cliff con cierta envidia, pero no iba a hacer que la tropa se detuviese o diese la vuelta por unos míseros pitillos.

- Espero que el tal Prunty sea del club de los simpáticos, como nuestro amigo el florista, porque no estoy para encuentros con white trash o tipos encuerados con clavos en el tarro ahora mismo.- Se quejó sin demasiadas ganas. Este ir dando tumbos sin saber dónde terminarían habría tenido algo más de gracia cuando ella tenía 20 o 25 años, pero al menos podía confiar en sus compañeros actuales más que en los que tenía en aquella época.

Tony se tanteó los vendajes y salió del coche decidido a probar cuán incómodo estaría andando por el sendero.

—Nah, tampoco es para tanto —respondió a Chief—, de todas formas no pienso quedarme en el coche junto al camping de la noche de los muertos vivientes... —añadió tras ver el estado del lugar.

Intentó hacer algunos gestos y dar algunas zancadas para comprobar si era demasiado o no. Parece que los vendajes y el rato de descanso en el coche le había ayudado lo suficiente.

—Vamos a ello —dijo con seguridad—, bueno... ¿Aquí no hay osos no?

—Bien... veo que ha vuelto tu sentido del humor. Creo que es un buen síntoma para continuar —dijo reprimiendo una palmada en la espalda de Tony —. Vamos entonces.

Levantó la cabeza y vio a Reba observando el humo que salía de la pipa recién prendida. Ladeó una sonrisa y alargó la pipa encendida hacia ella.

—No es lo que sueles fumar, pero te quitará esa cara alargada durante un tiempo —bromeó.

Reba sonrió de medio lado, devolviéndole una expresión gemela a Cliff y no se privó de tomar la usada pipa de entre sus dedos para dar una fuerte calada antes de devolvérsela.

- Eres todo un caballero, Oswald. Muy agradecida.- Masculló, tragando la mitad del humo y expulsando la otra mitad por sus fosas nasales lentamente. A falta de pan...

Siguieron por el sendero atravesando un camino que apenas dejaba pasar la ya escasa luz de la tarde. Ninguno de ellos parecía tener un espíritu excursionista y lo único que les reportaba una cierta tranquilidad era el hecho de que el camino era claramente visible pese en que algunos puntos las ramas de los árboles eran más molesta de lo necesario. Y ya habían tenido suficientes problemas con las plantas aquel día.

Al poco escucharon el sonido del agua corriendo libre y, tal como les había dicho el señor Erwin, pudieron ver una cabaña de troncos a la vera de un amplio río que se encontraba unos cuantos metros más adelante. Incluso contaba con un pequeño muelle de madera en el que una barca que ya había visto tiempos mejores y que estaba encallada entre unas rocas recibiendo el embite de las aguas.

La cabaña, de una planta, era muy amplia y contaba con un porche de entrada. Las distintas ventanas de la misma estaban cubiertas por pesadas cortinas pero se notaba mucho mejor cuidada que aquella barca. Desde el porche los observaba un búho excelentemente disecado. Tanto que parecía que en cualquier momento abriría las alas y echaría a volar. Reba no pudo dejar de pensar en el cocodrilo del almacén de Sony, lo cual no favoreció su humor.

No habían llegado todavía a la cabaña cuando la puerta principal se abrió y un hombre de color, de unos setenta años, pelo canoso y aspecto afable, se asomó para saludar al grupo que se aproximaba.

—¿Qué tal amigos? ¿Se han perdido? No tienen pinta de estar preparados para una excursión. El camping —señaló hacia el camino que habían dejado atrás —está cerrado en esta época del año y no hay otro. Hay mucha gente que piensa que está abandonado pero es simplemente dejadez de ese rácano de Stuart. Si siguen por ahí les carerá la noche encima y se van a encontrar en un problema, es mejor que den vuelta.

Lo decía con tono amable. Sin duda era habitual que excursionistas de ciudad pasasen de largo el camping pensando que había otro más adelante.

Chief avanzó pendiente de Tony, lanzandole ojeadas ocasionales para comprobar que el muchacho pudiera con el ritmo del grupo y sujetandole alguna rama para que no tuviera que hacer demasiado esfuerzo.

Se acercó al hombre que salió de la cabaña con una sonrisa en el rostro.

- ¿El hermano Prunty? - preguntó por educación aunque daba por hecho que un hermano de color en esa zona debía ser el único que coincidiera con las indicaciones del florista.

- Verá, estabamos en ruta - señaló al resto - y nos detuvimos para que pudiera cumplir una promesa que le hice a Laurel Painbell, colocar flores en la tumba de Josephine Scott.

Se detuvo un segundo, tanto para ver si alguno de sus compañeros quería añadir algo como para ver la reacción del hombre ante el nombre.

- Pero hemos sabido que ustedes se han encargado de mantener flores frescas en su tumba desde su muerte y no podíamos marchar sin agradecerselo.

Esta era otra de esas ocasiones en las que Reba se sentía más cómoda ejerciendo de coro de la tragedia, afirmando a cada frase de Chief y sonriendo lo justo como para no enseñar sus amarillentos dientes, no fuese que a aquel nuevo amigo le diese un patatus.

Tampoco era precisamente la situación idónea para que Tony abriese la boca. Y, aunque a Tony le costaba bastante más que a Reba estarse calladito, esta vez no pensaba cagarla. A menos que Chief necesitara algo, iba a estar calladito viendo como aquellos dos señores hablaban de sus cosas.

El hombre no disimuló su sorpresa ante las palabas de Chief. Después enarcó una ceja pero no perdió la sonrisa tranquila de su rostro.

—¿La señora Scott? ¿Son familiares? Painbell...— frunció el ceño como si intentase recordar —Lo siento... hace tanto tiempo. Seguro que el apellido debería sonarme pero no caigo.

Se quedó mirando a los recién llegados un breve instante antes de asentir.

—Bueno... pues no hay por que darlas, la verdad. La señora Scott pertenecía a nuestra congregación y nosotros honramos a nuestros miembros. Me alegro que alguien más le trajese flores.

Miró para el cielo:

—Si se dan prisa podrán regresar antes de que descargue la tormenta. ¡Son terribles en esta época del año!

Parecía que el hombre quería dar por concluida la visita de forma rápida.

- Supongo que mantendría su apellido de soltera al casarse, es la nuera de Josephine. - el tono de Chief seguía siendo amable pero había decidido ser más directo con aquel hombre en vista que su hospitalidad distaba mucho de la del florista.

Miró hacia arriba, observando el cielo que amenazaba con descargar una tormenta.

- ¿Llegó a conocerla personalmente? - preguntó, como si no fuera consciente de la invitación a marcharse poco velada que Prunty les había lanzado. - ¿O usted entró en la congregación después de su fallecimiento?

Cliff también miró hacia el cielo.

—Habla usted de una congregación. ¿Qué tipo de congregación era, señor Prunty? ¿O debería de decir "es"? —la curiosidad pudo con Cliff y rápidamente su instinto de buscador del conocimiento rompió la mascarada de Chief—. Soy un estudioso de las culturas gregarias sabe... —corrigió mientras daba una calada a la pipa.

Volvió a mirar al cielo.

—¿Dónde se puede alojar uno por esta zona? Me temo que no estamos lo suficientemente preparados para una tormenta —sonrió forzadamente tras lanzar el anzuelo para que Alan les invitara a pasar.

Reba permanecía en un segundo plano pero se había concentrado en el rostro de Prunty aprovechando el disimulo que le brindaban las gafas de sol. Llevaba un rato analizando las arrugas entorno a sus ojos y en las comisuras de sus labios, tratando de descubrir cualquier posible tic o espasmo que delatase más información que la que aquel hombre pretendía verbalizar. Se preguntaba qué estaría apunto de hacer, en vista de que parecía tratar de darles esquinazo. ¿Cómo podría conseguir que aquel hombre les diese más información?

Alan permaneció un largo momento mirando al grupo de recién llegados.

—Nuestra congregación está registrada señor. Si quiere información estoy seguro de que puede solicitar una entrevista por un canal adecuado. Yo no estoy en concidiciones de hablar por mis hermanos. De todos modos no entiendo que puede tener que ver eso con Josephine.— el tono con el que hablaba de la difunta dejaba claro que la había conocido personalmente.

Su tono había cambiado después de la pregunta de Chief pero, sobre todo, del comentario de Cliff. Reba se dio cuenta de forma inmediata. El tipo estaba a punto de despacharlos y largarse, se había puesto a la defensiva¹. Después de ver a la señora de la biblioteca entendió que aquella congregación habría atraído más de una vez la atención de la prensa y probablemente estaban acostumbrados a estar a la defensiva. Había más cosas que probablemente se le escapaban pero el instinto de Reba le decía que lo mejor era anclarse al plan inicial: la señora Painbell era inofensiva y como familiar tenía motivos para querer mandarle flores a su nuera. Según Chief habían tenido una buena relación. ¿Y Eddie? Quizás si tiraban del rollo familiar aquel tipo bajase la guardia².

—Estoy seguro de que han venido en coche.— contestó Prunty al comentario de Cliff —En Greenwood encontrarán donde alojarse. Denle recuerdos a la señora Painbell.

Estaba retrocediendo hacia la puerta. La sonrisa se había desvanecido de su rostro aunque mantuviese el tono cordial.

- Perdone que le hayamos interrumpido, señor Prunty.-  Arrancó Reba, con un tono conciliador tras el que se intuía preocupación.- Es simplemente que tras lo acontecido a Eddie, la pobre estaba destrozada y el que cumpliésemos con esta promesa era para ella como el equivalente a un billón de avemarías. Solo queríamos asegurarnos de que su familia seguía contando con el amor de su gente, a pesar de la oscuridad que se cernía sobre ella.- Continuó, acentuando el nombre de Eddie, a modo de codazo para el resto de sus compañeros, ya que intuía que debía de continuar haciendo referencia a la familia, más que interrogar a aquel hombre sobre su hermandad de manera tan frontal.

Viendo por donde enfocaba Reba la conversación, Tony creyó que quizá podía ayudar poniendo algo más de carne en el asador.

—Lo de Eddie... —dijo negando con la cabeza y apretando los labios— Esa familia debía tener algún tipo de maldición o algo, ¿eh? —añadió mientras miraba al señor Prunty en busca de su reacción— Yo nunca he sido muy de creer en esas cosas, pero vaya, la señora Painbell dice que es una maldición que tienen los hombres de su familia... ¿A usted le dijo algo Josephine sobre este tema alguna vez?

Cliff dio un paso atrás entendiendo la reprimenda de Reba. Con un gesto con la cabeza trato de mostrar respeto hacia Prunty. Dejó hablar al resto que parecían empatizar mejor con aquel tipo. A Cliff le podía el ansia de saber.