Partida Rol por web

Mario, Thomas, ¿quién tiene el cuchillo?

Cuando Zhi abre la compuerta todos notáis cómo el aire del cubo se renueva un poco. Pero no miráis hacia él pues estáis demasiado impactados por la visión de la pierna de Mario.

Zhi, abres la compuerta que lleva al cubo 132, que es blanco. Notas que el aire es fresco y está limpio. En el suelo hay unas esferas que parecen de metal de distintos tamaños.

- ¡NECESITO QUE ME SALVÉIS LA VIDA AHORA! No tengo más tiempo, en un rato posiblemente moriré. ¡POR FAVOR! ¡AHORA! No tenéis nada que perder, ¡CORTAR ESTA MALDITA PIERNA! Tenéis un cuchillo, podéis hacerme un torniquete, llevo un mechero encima, cuando me cortéis la pierna podéis cauterizar la herida. ¡AHORA, NO TENGO MÁS TIEMPO, DEJAD TODO LO DEMÁS O MORIRÉ YA MISMO!

-Oye tíos... Aquí hace viento y hay muchas bolas de metal por el suelo...-Acompañe a los comentarios desesperados de Mario.

Zoe, cuando ves la pierna de Mario sabes que va a morir. En este lugar no se le puede salvar. En el fondo sabes que darle comida sería tirarla. Aunque debes hacer lo que te sea más natural según tu personalidad.

-OH, ¡MADRE MIAAAAAA!

Siento un vahído de la impresión al ver la pierna de Mario. ¿Cómo podía tener ese aspecto? ¿Cuánto tiempo habría pasado ahí abajo, unas horitas?

¡Por dios! ¡Pobre hombre!

-No puedes hacerle eso, no va a sobrevivir, ¡se desangraría! ¡Oh dios mio! No puedes haber empeorado tanto tan rápido...

Algo me dice que Mario no sale de esta. Eso me asusta, mucho. ¿Dónde coño estamos que nos dejan sufrir de esa forma?

-Yo no me atrevo a bajar ahí sola. No quiero partirme la pierna también.... Aguanta, hombre, aguanta. Respira hondo.

- Si no hacemos algo, posiblemente me quede un rato de vida. Si alguien sabe alguna otra solución, que lo diga y lo haga. Si no..., ¡CORTADME ESTA MALDITA PIERNA AHORAAAA!

Escucho lo que dice aquel hombre trajeado de la comida y tomo el papel que me tiende, tratando de limpiar un poco la sangre de mi nariz. Hago una mueca de dolor al intentar tocarla. Es inútil... Está rota. Luego el otro hombre tirado en el suelo se pone a gritar. Abro mucho los ojos al ver su pierna y me llevo ambas manos a los oídos, escondiendo mi cabeza aun hecha un ovillo. Sus gritos me crispan y ponen de los nervios.

-Cállate, cállate, ¡cállate!, ¡CÁLLATE!- grito apretando mis oídos y negando con la cabeza.

No quiero oírlo, no, no, no....Quiero salir de aquí...

Estás al borde de la muerte. Empiezas a tener alucinaciones por el dolor intenso que sufres.

-Cállate, cállate, ¡cállate!, ¡CÁLLATE!- grito apretando mis oídos y negando con la cabeza.

No quiero oírlo, no, no, no....Quiero salir de aquí...

Cassie, la situación te desborda. Ver a Mario en esa situación mientras los demás permanecen impasibles te descoloca. Viejos pensamientos vuelven a tu mente, y crees que a Mario le están haciendo lo mismo que a ti. Él es una víctima igual que tú, y Thomas, Zhi y Zoe son como Alexia y Cliff, son lo mismo, son sus verdugos, los que le torturan y le han hecho eso. Hasta crees que disfrutan viéndole sufrir. A partir de ahora protegerás a Mario frente a los demás, él es tu compañero de sufrimiento, y los demás son tus enemigos. Si algo le ocurre a Mario, si muere, ellos serán los culpables y te vengarás.

Ahora comprendía todo, nos habían encerrado con unos torturadores. Todos eran iguales, a Mario le hacían lo que yo había sufrido. Le torturaban, le ignoraban y no le ayudaban, solo por el placer de verle sufrir. La morena y el fotógrafo hicieron igual, en eso consistía nuestro encierro, en torturadores y torturados. No, Mario no iba a sufrir la misma suerte, yo le ayudaría. Agarro con fuerza el destornillador y salto sobre Thomas, que es quien más cerca tengo.

Ves que la nueva, la loca, la desquiciada, es la única que se preocupa seriamente por ti. Aunque sus motivos son muy oscuros y no entiendes nada. Tampoco entiendes su reacción.

Thomas, no consigues reaccionar ante el ataque de Cassie, que te clava el destornillador en el pecho, produciéndote una herida superficial sin importancia.

¿Qué haces?

- Verás Mario, es prácticamente imposible que salgas vivo de esta, llevas con la pierna así bastante tiempo, y yo llevo apenas un rato contigo. Si hubieras dicho algo antes, aún así...- Estaba diciendo cuando Cassie se abalanzó sobre mí con el destornillador sin darme tiempo a reaccionar. Fruncí el ceño por el dolor de la herida, ¿Qué debía hacer ahora? Empuñé el cuchillo de Mario para devolver el golpe, pero con el mango, intentando aturdirla y con suerte dejarla inconsciente. - Por favor, no quiero hacer esto, entra en razón, estamos en la misma situación que tu.