Partida Rol por web

Zahra se levantó descansada, en parte gracias a las pastillas de las que había hablado el Coronel. No había habido ninguna clase de aviso durante la noche ni ningún mensaje especial en su comlog. Parecía que sus compañeros se habían mantenido tranquilos aquella noche. Para desayunar tenía la posibilidad de pedir que le trajeran la comida o acudir a alguna de las cafeterías de la estación.

Eso sí, no pasó mucho tiempo hasta que Melissa se puso en contacto con ella.-Buenos días Zahra.- Dijo animadamente.- Saladino, el contacto entre el ejercito Haqquislamita y el Bureau Aegis, requiere tu presencia ¿Qué debo contestarle?

Tras un sueño reponedor, Zahra agradecio no levantarse con malas noticias, el dia anterior todo parecia indicar que aquella pequeña reunion de egos iba a acabar en desastre pero sorprendentemente no lo habia hecho. Claro que no cantaba victoria, aun faltaban varios dias de trabajo y convivencia entre ellos, y muchas mas oportunidades para que estallara una pelea absurda.- Ojala me hubieran mandado sola, de encubierto- murmuro para si misma mientras se vestia.

Mientras la joven probaba que el sistema de camuflaje de su ropa estaba operativo, y pensaba en que queria desayunar, Melissa la saludo. Aunque con una noticia un tanto inesperada.- Buenos dias a ti tambien, informe a el señor Saladino que acudire inmediatamente.- Respondio Zahra frunciendo el ceño ligeramente. Ella tenia la misma postura que el resto e la hermandad con respecto a Saladino, de respetuosa desconfianza. Era un gran aporte al ejercito de Haqqislam, habia demostrado su valia y utilidad repetidas veces... pero no dejaba de ser una marioneta de Aleph, y por tanto un posible obstaculo en la busqueda del Conocimiento.

Tras pensar unos segundos añadio un tanto resignada.- Y si me indicaras una buena cafeteria cerca de donde esta lo agradeceria. Necesito coger muchas fuerza para lo que me espera hoy. Como le fue la entrevista al bueno de Alonzo?

- Por supuesto.- Respondió Melissa tan risueña como siempre.- Hay una pequeña cafetería con máquinas expendedoras para uso del personal de O-12 cerca de su despacho.- Le informó mientras le enviaba la ubicación.- En cuanto a la entrevista, no sabría decirte, es una conversación privada y no puedo meterme. Tendrás que preguntarle a él directamente.

Cuando abandonó su habitación lo hizo junto a otros muchos personal de la estación. Aquellas pastillas azules, aunque no impedían funcionar a otras horas, ayudaban mucho a la coordinación y al descanso. Los empleados de las cafeterías se despertaban antes para que todo estuviera listo y para cuando la mayoría de gente amaneciera, la limpieza ya habría terminado. Pronto la Estrella Vespertina sería un hervidero de actividad.

Zahra se movió entre la gente con elegancia y sin llamar la atención. No tardó en llegar al despacho de Saladino.

Gracias por las indicaciones.- repondio Zahra a la IA mientras avanzaba por la estacion. Luego añadio para si misma. -bueno, que no haya noticias tambien son buenas noticias en este caso. Espero...

Ya delante de la puerta del despacho de Saladino, la mujer respiro hondo y se aseguro de estar presentable.- Alla vamos.

- Buenos dias señor, soy la agente Zahra. Me ha hecho llamar, no?

Zahra abrió la puerta entrando en un despacho que podía recordarle al de el Coronel Yorgos. Con la potencia de los comlogs no tenía sentido tener más aparatos en un simple despacho. Un escritorio, un par de sillas y una estantería eran el poco mobiliario que había. Todo, eso sí, de gran calidad y de un estilo genérico. Seguramente Saladino ya se hubiera encontrado el despacho así y no había sentido la necesidad de cambiarlo. En la mesa un pequeño holograma de Paradiso y sus lunas daba vueltas lentamente.

A diferencia del despacho, Saladino si que presentaba un aspecto claramente haqquislamita, con turbante y un traje adornado con filigranas típicamente árabes. Nada recargado. Había dejado lo que estuviera haciendo para atender a Zahra.

-Sabaju al-jair agente Zahra Alizadeh. No le robaré mucho tiempo ya que sus labores para O-12 son importantes. Pero aunque sea breve no deja de ser relevante lo que le voy a decir. Desde la inteligencia haqquislamita nos llega la información de que algunos compañeros de su grupo de trabajo podrían estar intentando obtener información confidencial de los Tohaa. Como comprenderá, es vital para la Busqueda del Conocimiento que esta raza que se cruza en nuestro camino no se vea insultada por las acciones de algunos irresponsables. Es nuestro trabajo evitar ese robo de información.

Saladino no le estaba dando ordenes expresas, pero es que así solían funcionar las misiones de inteligencia.

 No puedo negar que temia algo asi.- Responde con sinceridad Zahra.- Las otras potencias estan tan cegadas con su codicia que son incapaces de ver las posibles consecuencias de sus actos. Que la nacion Nomada enviase a una Moira, una experta en infoguerra y espionaje ya es bastante significativo...- Sin embargo pensandolo friamente ninguno de los demas le encajaban como expertos espias a Zahra, pero tampoco podia fiarse.

- Hare cuanto este en mi mano para evitar semejante ofensa a nuestros invitados, señor. Aunque he de preguntar... hasta que extremo?.- Añade la joven, mostrando levemente la empuñadura de la pistola 

Saladino pareció reflexionar un momento, lo cual no dejaba de resultar curioso siendo como era una recreación.

- Son agentes de O-12 además de miembros importantes para los departamentos de Inteligencia de sus países. Cualquier acción por parte de uno de ustedes a otro debe estar debidamente justificada o podría derivar en un pequeño conflicto internacional. Pero por esa misma razón buscaran por todos los medios no ser descubiertos y la amenaza de delatarlos debería ser suficiente. Eres una Hassassin. Confío en que puedas manejar esta situación.- Comentó en un tono calmado con las manos entrelazadas frente a sí.

Comprendo señor. Procurare no crear problemas con el resto de naciones, pero mi prioridad sera evitar que los ofendidos sean los emisarios Tohaa.- Respondio Zahra a Saladino con un leve asentimiento. la joven añadio con una sonrisa maliciosa.- Y este tranquilo, si alguno intenta jugar sucio aprendera por las malas que los hassasin conocemos muy bien ese juego.

Las ordenes eran claras y concisas, por lo que Zahra se cuadro de nuevo ante el oficial.- Señor, si no necesita nada mas de mi, tengo que marcharme. El turno de mi equipo comenzara en breve.

Saladino asintió con la cabeza, sin mudar de la expresión seria que tenía, ante las palabras de Zahra. Incluso a una recreación como él la negociación con los Tohaa le pasaba factura.

Como para recalcar sus últimas palabra, Melissa avisó de que el padre Alonzo había organizado una reunión y desayuno para ellos en unos minutos.

- Vaya, agente Zahra. Que Alah guie tus acciones.- Se despidió cordialmente Saladino.

Amanecía un nuevo día en la Estrella Vespertina ¡Lleno de posibilidades! 

El sistema de luces de la estación se iban iluminando paulatinamente, simulando los colores del amanecer en las costas del sur de Italia. Esto se hacía por convenio...los diferentes planetas de la Esfera Humana tenían amaneceres muy diferentes debido a la composición de su atmósfera y de los tipos de estrellas a las que alrededor giraban. Las estaciones espaciales solían simular los amaneceres de la nación a la que pertenecían...pero las estaciones de carácter internacional como aquella simulaban los amaneceres de la Tierra, la cuna de la humanidad.

A una hora determinada toda la estación se ponía en movimiento. Las pastillas de sincronización hacían que hasta los habitantes de la Estrella funcionaran como un reloj. Los cocineros se levantaban antes que el resto para tenerlo todo listo y para cuando la mayoría de personas estuviera en pie todo estaría limpio y listo.

Los que se hubieran tomado la pastilla despertarían a pleno rendimiento y sin rastro de la resaca que pudieran tener. Si no se la habían tomado...seguramente no estarían en las mejores condiciones. En cualquier caso, poco después de la hora de levantarse, Melissa, mediante sus comlogs o el Melbot, les recordó que el Padre Alonzo había pedido una sala para reunirse y coordinar sus actividades mientras desayunaban.

Alonzo acudió a la sala reservada enfundado en su servo armadura de combate, casco incluido, tan pronto la pastilla de sincronización hizo su efecto. Acostumbrado a las rutinas de su profesión, el Padre-Caballero no tuvo dificultad alguna en moverse entre toda aquella gente que se habia puesto en marcha a la vez.

- Buenos dias, Melissa.- Alonzo sonrió dentro de su casco, inclinando la cabeza a modo de saludo para la Pseudo-IA.- ¿Podrías darnos acceso a la agenda pública de los embajadores? Creo que tambien sería útil enlazar cualquier incidente reportado por Seguridad durante el periodo de descanso o cualquier aviso o cita del Coronel Yorgos.

Con todo en marcha, Alonzo dejó el casco sobre la mesa se volvió hacía los compañeros que entraban por la puerta y les dedicó una calida sonrisa.

- Buenos días a todos. ¿Han descansado bien?

Cargando con un te en proceso de calentarse y una pequeña caja con unos dulces tipicos de Barouk, Zahra saludo a Alonzo con un leve asentimiento.- Sabah alkhyr, Alonzo. Si, he tenido un sueño bastante reparador, espero que los demas tambien

La joven dejo su desayuno en una mesa y antes de sentarse, pregunto al sacerdote con un tono ligeramente jocoso y un guiño.- y bien, que tal la entrevista? Eres ya una celebridad en Maya? Tendremos que apartar a a tus legiones de fans para abrirnos paso por los pasillos?

El sacerdote asintió con un gesto e invitó a sentarse a la mesa a la joven haqquislamita. Cuando le preguntó, con tono relajado y ligeramente bromista, por su entrevista, Alonzo se reclinó y tamborileó sobre su casco.

- Debo darle la razón... Perdón.- El Padre-Caballero carraspeó despues de disculparse.- Quiero decir que tenias razón Zahra. De no ser por la Reverenda, que consiguió desarmar a la señorita Cardoso, solo Dios sabe que hubiese averiguado.

Brindó un gesto de respeto a la ceñuda nomada, antes de proseguir.

- Afortunadamente, no teniamos demasiada información que revelar y se mostró bastante cinica con respecto a las intenciones y esfuerzos de la Esfera Humana...- Con un leve encogimiento de hombros, descartó ese comentario.- En teoria, compartiremos información... Siempre y cuando tengamos algo de que informar, claro.

Won Li apoyaba la cabeza sobre su mano en gesto de cansancio. Ni loco pensaba tragarse esa basura de pastillas de reacondicionamiento cerebral que le daban, cómo decía su abuela, nada como un buen Pang Na para la resaca. Se había bebido el te de vesícula de N'gah y raíz de Han-han de un trago por la mañana y ya se encontraba mucho mejor. Aun así, el limpiatuberías que esos cosacos servían en sus bares se había asegurado de que su cerebro quedara más seco que el coño de una prostituta vieja. Se llevó la apertura de la botella de fluido isotónico a los labios y tomó un largo trago.

- Te dijimos que era mala idea- le recordó al padre-caballero, sin dejar pasar la oportunidad de restregarle por la cara que la cagó.- esa zorra buitre lo único que quiere es carnaza- añadió, sombrío.- ¿Hoy tenemos que hablar con los diplomáticos y los cabezaflor?- preguntó, refiriendose a los Tohaa.- Eh, Melissa, ¿podemos tener nuestras armas ahora? Ayer me di un paseo por la puñetera estación y es una pesadilla de seguridad lo mires por dónde lo mires.

El sacerdote repondió a la puya con un ligero encogimiento de hombros, aceptandolo con la estoica decisión de quien ha decidido poner la otra mejilla. Sin embargo, el siguiente comentario si que le molestó, de modo que se inclinó sobre la mesa y entrelazó los dedos, dedicandole una sonrisa carente de calidez.

- Errare humanun est, señor Li.- Alonzo suspiró y volvió a sonreir.- Le recomiendo que piense en ello y se disculpe porque, ademas de tener a tres mujeres en esta sala capaces de hacerse un bolso con la piel de nuestros escrotos, emplear ese lenguaje ofende a un servidor.

Alonzo entornó los ojos, crucificando con la mirada a aquel desagradable y malahablado hombrecillo.

- Melissa, por favor, tan pronto el señor Li se disculpe adecuadamente, muestra el progrma de hoy, por favor... Y bloquea el acceso, por si el señor Li tardase en comprender que la redención es un balsamo para el alma.
 

Won entrecerró los ojos, aguantando la mirada del padre-caballero.

- ¿Quien se ha muerto y te ha nombrado papa?- preguntó.- ¿No te gusta como hablo? Pues empieza una maldita cruzada- se limitó a responder, desafiante.- Esta misión no está bajo tu mando ni bajo el mando de tu bandera. Por mucho que te joda, eres tan jefe aquí como yo. La cagaste y ya está- vuelve a subrayar.- Aprende, crece, superalo. Yu jing no tiene porque aguantar tu paternalismo y yo tampoco- terminó, sorbiendo sonoramente de su botella de isotónica.

Alonzo negó con la cabeza a la vez que suspiraba cansinamente. Sólo el súbito endurecimiento de sus facciones y una repentina tensión corporal, delataban el férreo ejercicio de disciplina militar que le impedía saltar sobre la garganta del súbdito del Estado Imperio.
- Tiene usted razón, señor Li.- El sacerdote confirió a ese título los eco de algo que se había encontrado adherido a la bota de su servoarmadura.- No me gusta usted ni su lenguaje. Y, en aras del correcto desempeñó de esta misión me he atrevido a sugerirle que modere sus formas.

Una sonrisa peligrosa aleteó en la comisura de los labios del Padre-Caballero.
- Le aseguro que si alguna vez tengo que darle una orden, lo sabra., señor Li.

Lentamente, el sacerdote se relajó, consciente de que estaba entrando al trapo de las provocaciones del yuchino.
- Sin embargo, tiene usted razón, de nuevo. Me he extralimitado en mis funciones y les ruego que me disculpen.
El sacerdote giró ligeramente la cabeza, sin perder de vista a Won Li y solicitó a Melissa la anulación de su última instrucción.
- Ya esta. Y ahora, si es tan amable, me gustaría que compartiese sus impresiones sobre la seguridad de la Estrella Vespertina, si es tan amable.

Más centrada que el día anterior, había despertado gracias a que se acordó de tomar la maldita pastilla. Entró justo cuando Alonzo acababa de dar la orden a Melissa. Vestía una chaqueta militar azul marino de grandes botones dorados que le llegaba hasta los muslos, un jersey negro de cuello alto debajo, y unos pantalones de color gris claro con botas de piel marrón. Se había dejado el cabello rojo suelto, ocultando así sus orejas lupinas. El conjunto y el descanso le permitían pasar por una humana normal y corriente, si uno pasaba por alto los exóticos ojos ambarinos y las uñas afiladas.

-Buenos días. -dijo, observando que había algo de tensión en el ambiente. Quizás fuese algo de su herencia mixta, pero podía percibirlo o intuirlo. Su miradas fue de uno a otro, intentando calibrar la situación.

Llevaba una taza de plástico tapada con café caliente que depositó en la mesa, y unos paquetitos con forma de cubo que recordaban mucho a terrones de azúcar. Estos últimos los metió en una de las máquinas de la sala, y en cuestión de segundos obtuvo unas hermosas y ricas tortitas oladi que depositó unas encimas de otras en un plato.

-¿Qué me he perdido? -se sentó a la mesa, abriendo un sobre con miel que vertió sobre las tortitas y comenzó a devorar su desayuno con hambre lobuna. El contraste entre el amargor del café y la dulzura de los oladi era exquisita.

Zahra se limito a desayunar tranquilamente mientras los dos hombres discutian, tomando cortos sorbos del te caliente y pequeños bocados de aquellos dulces tan sabrosos, como si la discusion entre Alonzo y Li no fuese con ella. Lo que en el fondo era cierto, en su opinion.

Solo se detuvo cuando llego Vera, aparentemente mas agradable y con mejor cara que el dia anterior. - Sabah alkhyr, Vera. Aqui nuestros compañeros estan haciendo una pequeña demostracion de la eterna rivalidad entre Panoceania y Yu ying, muy ilustrativo todo. Les ha faltado sacarse la polla a ver quien la tiene mas grande.- Susurro la arabe primero a la mujer pelirroja, para continuar en voz alta con una sonrisa amable a la vez que le ofrecia uno de sus pasteles.- Un blakava? Son deliciosos

Observó curiosa a ambos varones mientras masticaba. ¿Quién ganaría en caso de enfrentamiento?

-Gracias, pero mejor llámame Heant.

Ante el ofrecimiento de la haquislamita, usó delicadamente las yemas de dos dedos acabados en garras para tomar uno de los pasteles, al tiempo que deslizaba su fuente para que ella pudiese probar uno de los suyos. Arrugó la nariz y entrecerró los ojos mientras olía el dulce en un gesto canino, antes de decidirse y darle un bocado pequeñito. Los ojos se le abrieron como platos mientras daba un bocado más grande al pastelito zampándoselo casi entero:

-¡Ебена мать! Mmmm, esto está... munch...bastante...much munch... bueno.

Cuando acabó, su lengua se pasó por los labios rememorando el sabor. Siguió con su café y sus propios dulces mientras miraba al español y el chino.

-Bueno, ¿hoy qué toca? ¿Dar un paseo por la estación para vigilar, no?