Esta partida está en revisión. Si el director no da señales de vida o es aprobada por un cuervo será borrada esta noche
El camino al despacho de Valda no era muy largo pero si tedioso ya que había que girar varias esquinas y subir y bajar varias escaleras. Al llegar allí llamaste a la puerta de forma educada preguntando si podías pasar. Un voz grave te dijo:
Pase, pase. Hola soy Benedict Valda. ¿Qué deseas chiquilla? ¿Te falta algo?
Motivo: Percepcion
Tirada: 1d100
Dificultad: 20-
Resultado: 67 (Fracaso)
Al ver la cara de Valda te suena que le has visto hace poco, pero no sabes muy bien de qué
Al minuto de irse tu compañera de habitación, un hombre (el de la imagen) entra a su habitación y se lleva la katana. Cuando pides explicaciones, te dice en un tono muy serio y sin emoción alguna
No se permiten armas en estas instalaciones por lo que queda requisada esta espada.
Al poco de llegar y mirar tus cosas, llega el chico de los mikados que había estado en la refriega antes contigo
Si vas a decirle algo postea solo para Rin
Al llegar a la habitación me pongo inmediatamente una camisa y cojo una docena frasquitos vacíos pequeños con una pegatina blanca en la que se puede escribir y los pongo sobre la mesilla, me tumbo en la cama mirando al techo pensando si debería decorar algo con pegatinas o posters, pero sería difícil, ya que no se si les sentaría bien en la academia o a mi compañero que modifique la estética además no me habían traído ninguno de mi habitación y me daba pereza pedirlo, en ese instante llega mi compañero al piso.
-¿Eh?- Miro Rin cuando entra- Ah, hola Rin, he cogido la cama del fondo, espero que no te importe, al fin y al cavo son iguales- Miro ahora a la puerta del servicio- Lo único que yo estoy más cerca del baño, eso si
Rin entra por la puerta y se encuentra a un Gustaf zanganeando al máximo y haciendo absolutamente nada
Mi primera impresión al ver al profesor es… -Guau, no tiene ni un pelo en la cabeza… pero ni rastro, ni siquiera de barba- pensé inocentemente. Al fijarme en la cara, me sonaba de algo… pero a lo mejor es porque su cara es muy corriente, no lo sabía seguro.
-Hello. Si, es eso, me falta una cosa. Lo que me han perdido es una pistolita así, como un revolver negro en plan las pelis western con un tambor de esos que giran y con la empuñadura de madera...- le fui describiendo al profe -¿La tienen por aquí?- le acabé preguntando con una sonrisa inocente.
Lo siento jovencita en esta escuela no permitimos armas no autorizadas. Deberás pasar por un comité que apruebe este tipo de herramientas.
No sé que os ha dado a los jóvenes de hoy en día por tener armas. Yo a mi edad jugaba con trenes de madera.
Si no tienes nada más que decirme puedes irte
Hinche un poco los morros con los comentarios del profesor -Joe teacher,lo dice como si fuera una loca de las armas… que yo también jugué con muñecas y espaditas de madera de pequeña- replique al profesor como una niña enfurruñada; sí la pistola sólo la uso como alternativa a ir a pedradas -Y teacher, a lo mejor todos los chicos de aquí usan weapons porque estamos en una escuela de superhéroes y sus powers o no son muy ofensivos o no tienen- seguí quejándome un poco más.
Luego sustituí los morros por una leve sonrisa -Bueno, de nada sirve quejarse, ya haré eso del Comité en otro momento, al menos tengo a Kagegekijō… - dije tranquilamente, sujetando la empuñadura de mi katana-Excuse me, teacher pero... ¿nos hemos visto antes? Es que su cara me suena- le pregunté directamente con amabilidad.
¿Verme a mi? Posiblemente me vieras esta mañana cuando la pelea del salón de actos... Por favor, si no tienes nada más me queda bastante papeleo por hacer. Además es posible que vuelvas por aquí cuando vayas a tu habitación, asi que no me gustaría entretenerte
Al decirte esto, notas como una sonrisa en su cara. Una sonrisa que no pegaba nada a ese hombre.
Deberías haber dicho que te llevabas la katana, por lo que en este momento no la llevas.
En lo que llegas a la habitación te cruzas con un hombre que lleva una katana en una vaina.
Este es el hombre que te cruzas
Creo que lo dije; que me la amarre al cinturón y que fui a la puerta, pero da igual, podría haberlo indicado mejor, sorry
En cuanto refunfuñas, Benedict cambia totalmente su cara a la de alguien muy ofendido con la seguridad.
¿Otra arma no autorizada, señorita? Traiga aquí por favor. Le será devuelta si consigues que dos de tus profesores se responsabilicen de ella.
Tras ello, te la arrebata de la cintura y se la queda.
Ahora desde luego, puedes irte, a no ser que escondas más armas.
Cuando te estás yendo puedes oír. ¿Quien narices se está ocupando de la seguridad este año? Malditos Heikki y Yamamoto...
Acabo de leerlo y si que me lo habías puesto así que no he dicho nada.
No ha pasado lo del hombre entrando y llevandose la katana porque ya la tenía Julia. He leido demasiado por encima y lo había obviado. Asi que nada xD
Entro en la habitación como una exhalación y lanzo mi mochila a la cama libre mientras hago un leve gesto con la mano de saludo.
-Coje la que quieras.
Volví a salir por la puerta casi corriendo intentando parar al hombre con el que me acaba de cruzar.
Al salir al pasillo ya no sabes donde está y aunque le buscaste durante un buen rato, no hay rastro de él
Suspiro y sin mucha opción vuelvo a mi habitación. Al entrar me siento en la cama y abro la mochila saco tres baterías portatiles y pongo un a cargar, mi vara extensible y me quedo rebuscando en la mochila. Saco un libro bastante fino sobre consejos para controlar los poderes, una edición especial para poderes elementales como el mío, y me quedo leyendo echado en la cama en silencio.
Dire, tu decides si ese libro tiene alguna clase de utilidad y perdón por estar tan centrado en mejorar al Pj pero es lo que pega con su personalidad.
El libro que estaba leyendo Rin, era uno que ya había releído y leído millones de veces. Tanto que sus páginas empezaban a perder color y parecía tener varias décadas.
Es por ello que simplemente te afianzó en lo que ya sabías. Concentración y paciencia como siempre. Puede que el cansancio del día o lo repetitivo de leer varias veces el mismo libro hizo que cayeras dormido en la cama.
Me parece bien, Rin.
-N-no por favor… ¡la katana no!- exclame al profesor, pero ya fue tarde y ya me la había quitado. - Pero… pero… - me fui diciendo mientras salía. Ya el profesor me largo de su despacho… con mi katana en su poder.
Cuando estuve en la puerta comencé a llorar como una niña pequeña mientras me iba a paso ligero hacia mi habitación; la pistola no tenía mucho de especial, pero esa katana fue el último regalo que me dieron mis padres por mi cumpleaños y por un cierre de obra… ¡y la quería de vuelta!. Me quite el pañuelo de mi cabeza y me fui limpiando las lágrimas y los mocos con él, no quería que nadie me viera triste… iba a conseguir el permiso de los profesores para recuperarla de manos de bola de billar -Voy a conseguir los permisos… preguntaré a todos los teachers si hace falta. Kagegekijō… ¡Vas ha volver a mi atrezzo!- me dije a mi misma para intentar calmarme y motivarme.
Ok, ningún problema, pero luego Sara se vengará soñándolo!XD
Y bueno, Sara hace básicamente lo mismo de ir a mirar si están sus pelotitas de goma y sus postits.
-La tuya es una sabia decisión, creo que la seguiré- digo mientras doy un salto a la cama y me tumbo en esta, para luego caer dormido.