Partida Rol por web

Investigando el aula más a fondo, podéis encontrar una televisión con altavoces y una cámara igual a las vistas en el laboratorio de biología.

DIREDIT(Edición del director): No encontráis nada sospechoso en la mesa del director.

Quiero tapar la cámara con algo (aunque sea la camiseta, dejando al aire mi torso musculado jajajaja) para que no nos puedan espiar y así poder registrar la mesa del profe y ver si con algo puedo abrir una ventana... antes de que venga alguien.

Por cierto lo de las marcas en los pupitres nada de nada no?

Si estimas necesario declarar esto en publico, lo puedo escribir yo

Eres libre de hacer lo que te de la gana dentro de los límites de la realidad, sólo puedes usar cosas que hayan en el aula o que tengas tú encima. 

Todo lo que hagas, como lo que no hagas, tendrá una repercusión en la historia.

Con las manos en los bolsillos, me dirigí hacia una esquina y me apoyé sobre la pared, con los brazos cruzados sobre el pecho y la cabeza gacha, escuchando todo lo que se decía.

-Esto es claramente un experimento social -dije, sin darle muchas vueltas a lo sucedido, en actitud pasota-. Nos dirán que nos pongamos a matarnos entre todos, como en los Juegos del Hombre aquellos... Pues nada, que habrá que colaborar juntos para salir de la situación en la que nos han metido.

Entro en el aula escuchando como Enrico cree que esta rezando pero solo es el sonido de su fanatismo enemistándole con el resto de los alumnos. Todas las personas con un Supertalento, solíamos ser distantes del resto de personas, si no en vez de centrarnos en nuestras habilidades desde tan pronta edad, tendríamos todo nuestro potencial invertido en establecer relaciones sociales. 

A más descubría los talentos de mis compañeros, más cuenta me daba de que sus talentos eran poco o nada últiles para la humanidad en su conjunto y sólo para sus propios intereses. 

- Creo que ya hay alguien jugando, pero con nosotros. 

Me quedo de pie cerca de la puerta, por si tenía la oportunidad y la necesidad de huir. Las palabras del chico con nombre de personaje de manga hecho por niños me causan un escalofrío. 

- Pareces tener conocimientos muy específicos sobre lo que está pasando. 

Llego de las ultimas a clase aprovechando no cruzarme con ninguno de los desconocidos, me siento al fondo de la clase y saco un libro de la riñonera que siempre llevo encima lo uso para taparme toda la cara mientras lo leo rápidamente. Gruño cuando escucho a los demás hablar.

-Las ventanas no se van a poder abrir, estan muy bien reforzadas, el que haya hecho esto debe ser un loco o un bromista muy desafortunado.

cuando escucho las palabras del chico un escalofrio recorre mi cuerpo, entonces digo en voz baja.

-No digas tonterías, coletitas, eso nunca va a pasar...

No me gusta la situación, nadie nos comunica nada ni nos dice nada. Contestando a tanaca y fukimori

Yo no estoy para que jueguen conmigo ni para ser una cobaya de nadie.

Procedo a llevarme una silla, quitarme la camiseta dejando al aire los apolíneos músculos de mi torso, subirme a la silla, y tapar la cámara para poder revisar la mesa del profesor a ver que encuentro sin que me vean.

Por lo menos esta vez no la voy a romper, de momento... a ver si dejan de tratarnos como cobayas y empiezan a decirnos que pasa aquí.

Me dirijo al que está más cerca de la puerta y le digo:

Avisa si viene alguien...

- Sin problema.- Contesto disfrutando del espectáculo. Parecía un bruto descerebrado, pero podría ser divertido para una sesión de sexo duro.

Arqueé una ceja ante el comentario de la chica bajita con gafas. Empezaba a agobiarme de ver que hubiera tanta gente desconocida en un mismo lugar, por lo que realicé la mejor pregunta que uno se puede hacer en situaciones de estrés para romper el hielo:

-¿Alguien tiene un cigarro?

Creo que os estáis rallando demasiado. Comenta Yukiashi desde su pupitre. Estoy seguro de que esto es una especie de show de bienvenida, ¡y se lo han currado mucho! Pero ojalá me hubiesen dejado hacer algún papel... Por cierto, no tengo tabaco, lo siento, pero no creo que esté permitido fumar dentro de la escuela.

Dije de jugar al salir de aquí, no ahora, no me toméis por alguien tan despreocupado, primero como todos los demás me gustaría saber que demonios está pasando... - dijo bastante preocupado tras el comentario de las ventanas cerradas de tal forma. - Aun así Hikari-san, no vas tan desencaminada, al salir de este aula si no tenemos nada más que hacer te enseñaré como funciona el juego. - dijo dedicándole una sonrisa.

Escuchó las rencillas entre todos los presentes, parecía que cada uno iba a su bola a pesar de que todos parecían compartir el sentimiento de nerviosismo por la situación actual. Pero lo que más le preocupó fue el comentario del chico con una coleta - ¿Co... Cómo van a obligar a matarnos entre nosotros? No digas locuras. - dijo levantando un poco los brazos casi a la altura de su pecho, pero con una clara gota de sudor nervioso recorriendo su frente. - ¡Estamos en Hope's Peak! Se supone que estamos aquí por ser los mejores en nuestro campo, no creo que matarnos sea parte del programa de la escuela... ¡Además menudo desperdicio de talento sería eso! - intentaba tranquilizar al personal, pero se veía claramente que tras ese comentario hasta él mismo estaba nervioso.

Le preocupaba el comentario que había hecho el Ultimate Guardian, aunque antes de venir aquí ya había leído que su personalidad era muy fuerte y algo problemática - Kawamoto-san, no creo que romper nada vaya a solucionar nada, además la tele aquí presente es igual a la que vimos en el laboratorio donde despertamos, seguramente nos informen desde ella lo que está pasando, así que por favor ¡no rompas nada aún!

Ella entra en el aula, hace una reverencia hacia los demás y todos pueden ver que va cargada con una caja improvisada con distintos materiales que Shinobu ha ido recogiendo por los pasillos durante todo el tiempo en el que los demás alumnos estaban discutiendo. Parece que el recipiente es bastante endeble; pero consigue mantenerlo de una pieza mientras busca asiento en los pupitres, aprovecha para sentarse al lado de Maxwell y con una sonrisa exclama.

-He pensado que para aliviar la tensión podríamos hacer omikuji, es un típico juego que hacemos en el templo para averiguar la fortuna de quien saca uno de los palitos que he metido en esta caja, es muy divertido. ¿Por qué no lo probáis? -Iki mantiene la caja con las dos manos esperando a que alguien se acerque a averiguar su destino. -Mantener la calma en este tipo de situaciones es fundamental. ¿Verdad, Maxwell-san?

En vista de que no aparece ningún miembro de la directiva o del profesorado, Yukiashi se acerca a la joven doncella del templo, intrigado por su idea.

¡Yo quiero! ¿Puedo? Pregunta mientras hace intención de coger uno de ellos al azar.

Pese a que Maxwell aún no había terminado de rezar, el hecho de que alguien lo nombrara y vejara su nombre con un mero "-san" le hizo levantar la cabeza y detener su rezo, al parecer aquella mujercita quería denigrar su apellido con un sufijo pagano, una vergüenza y una insensatez. De todas formas, decidió brindarle la más grande de sus sonrisas y responder.

-El juego del azar es un pecado, y más aún si proviene de cultos ocultistas y satánicos. Con esto no quiero decir que tengas malas intenciones, "Shino-bikini", pero no creo que incumplir la Palabra del Señor sea lo más conveniente en estos momentos.

-Aquí solo hay mero nerviosismo por el futuro, pero eso solo es para las almas que no saben que este ya ha sido escrito en el libro de la vida que Dios, nuestro Señor, nos ha otorgado. Pues el regalo del Libre Albedrío siempre estará subyugado a los designios del Plan Divino.

-Pasará lo que tenga que pasar, y el cómo lo afrontemos está en nuestras manos, pero con Fé en Dios, nunca estaremos errados en nuestro razonamiento o resolución. Así pues, tomad asiento y rezad conmigo, hermanos.

Dicho esto y sin esperar una respuesta por Shinobi Iki, volvió a sentarse correctamente, juntar sus manos y entrelazar sus dedos y continuó con sus murmullos y rezos, justo por donde los había dejado.

Estar sentada sin hacer nada me aburría y después de aplicarme vaselina en los labios de mi bolsito para mantenerlos siempre finos y perfectos, decidí levantarme y dar una vuelta. Aún desde lejos, volví a sonreírle a Masaru un tanto coqueta y acercándome a Shinobu comenté haciéndome la indiferente.

- A mi esos juegos para pronosticar la fortuna siempre me han parecido chorradas...no sé quién se sentiría atraído por esas cosas. Comenté de modo indiferente y quitándole importancia al asunto. Sin embargo, fui la primera que estaba ansiosa y dispuesta a recoger un palito. Totalmente contradictoria, como no podía ser de otra forma.

- Lo cojo no porque quiera jugar...si no para no dejar mal y apoyar al chico que saludaba al perro. ¿Cómo te llamabas? Si tú, el del jersey con capucha...¿que Ultimate eres?

Siendo como siempre el mas lento de todos,me costo mucho mas que los demás despertarme,tanto era así que cuando los demás se despertaron yo aún seguía dormido,solo cuando los demás comenzaron a investigar recién pude despertarme a lo que me dije mentalmente ¨vaya,no recuerdo haber tenido tan pesado ultimamente,hace años que esto no me pasaba¨.

Estire los brazos,bostece e hice sonar mis huesos para terminar de despertarme. Una vez que hice esto,me frote los ojos, y saque mi videojuego para comenzar a jugarlo,pero por alguna razón que desconocía,no andaba:

-Bueno,se estropeo,deber de comprar una nueva PXS.

Después me fui acercando donde estaban los demás y comencé a observar que hacían....por lo cuál me acerque a uno de ellos para preguntar:

-Disculpen,pero,¿alguien me podría explicar que es lo que hacen?, y ¿porque parece que estamos encerrados?.

Digo esto porque si bien había caminado un trecho,pude mirar a las grandes planchas de metal que cubrían las ventanas y sus enormes tornillos.

Yukiashi Tenko saca un palito que tiene escrito "Probablemente buena suerte" mientras Shinobu pone una carita de pena por lo que acaba de decir Maxwell, sacude la cabeza y se arregla el pelo antes de girarse a Tenko.

-La predicción es sobre los estudios, parece que si te esfuerzas conseguirás lo que te propones. -Suelta una risita despreocupada como si ya hubiera olvidado las ofensas recibidas. -Sé que no lo dices con mala intención, Maxwell-san, siento haberte molestado. Ya sé, para compensarte, puedo ayudarte a limpiar tu cuarto, en Hope's Peak hay acomodaciones para alumnos, lo leí en el panfleto de bienvenida.

Shibiki devuelve el palito que sacó Tenko a la caja. Entonces, Matsuno saca otro palito en el que pone "Excelente buena suerte"

-Omedetou! Felicidades! Tendrás una suerte increíble. -Shinobu coge sus manos y le dedica una de sus características sonrisas antes de retirarle su palito y guardarlo en la caja. -Normalmente en mi santuario enrollariais el palito en unas cuerdas que tenemos poniendo vuestro nombre; pero no tengo suficientes... -Shinobu agacha la cabeza ligeramente mirando la caja.

La propuesta de Shinobu Iki pareció relajar un poco el ambiente, pero Enrico Maxwell hizo un comentario un tanto desagradable hacia la pobre chica. Daichi sacó su mini biblia que tenía guardada en su mochila, del juego de mesa "A Dios rezando y con el mazo dando" y dijo la siguiente cita.

"Amarás a tu prójimo como a ti mismo."

Mateo 22:39

Esperó que la cita que acababa de decir le sirviera a Maxwell para meditar sobre su comportamiento, después de acercó a la joven de los palos - Déjame probar a mi también Shinobu-san, veamos que me depara la fortuna. - y con toda la emoción del mundo, sacó uno de los palitos que tenía la Ultimate Shinremaiden.

¡Genial! ¡Muchas gracias, Shinobu-san! Siendo sincero, no soy muy religioso de ningún tipo, pero me parece fascinante conocer de todo. Al fin y al cabo, la vida es arte, y alguien que no aprecia el arte está más muerto que vivo.

Después, dirigiéndose a quien recordaba haber visto presentarse como Matsuno Ichie, cayó en la cuenta de lo que implicaban sus palabras.

¡Ahí va! Es verdad, no creo haberme presentado. Me llamo Yukiashi Tenko. Soy el Ultimate Performer. Tú eras Matsuno Ichie, ¿verdad? Creo haber oído hablar de ti en algún momento. ¡Un placer!

Por último, no pudiendo aguantar la irritación, se dirigió tanto al monje como al chico que acababa de responderle y les espetó:

¿Nunca habéis oído eso de que "la religión es el opio del pueblo"? Aunque por lo general los que la controlan suelen tener la suficiente agudeza mental como para ser algo más sutiles, ¿eh, mister Max-not-so-well?