Partida Rol por web

El Hall de entrada de la Academia se encontraba cerrada a cal y canto, atrapando a todos aquellos que estaban en su interior. Y unas grandes torretas estaban apuntando a cada lado a quien osara acercarse demasiado a aquella pesada puerta de acero o a su panel de control con contraseña.

El Hall de entrada de la Academia se encontraba cerrada a cal y canto, atrapando a todos aquellos que estaban en su interior. Y unas grandes torretas estaban apuntando a cada lado a quien osara acercarse demasiado a aquella pesada puerta de acero o a su panel de control con contraseña.

Aquel dúo de adolescentes se adentraron en el interior de aquella Academia para encontrarse con un ambiente completamente desierto, nadie les estaba esperando en la puerta, mucho menos nadie les había atacado en aquella evidente trampa, y a medida que se adentraban en aquella sala, estas notaron como nadie parecía acercarse... hasta que... con un sonoro golpe, detrás de ellas las puertas se cerraron.

El Hall de entrada de la Academia se encontraba cerrada a cal y canto, atrapando a todos aquellos que estaban en su interior. Y unas grandes torretas estaban apuntando a cada lado a quien osara acercarse demasiado a aquella pesada puerta de acero o a su panel de control con contraseña.

Saliendo de una de las aulas, el joven llegaría a un gran Hall de Entrada, aunque se percataría que las puertas, una enorme compuerta de acero, se encontraba cerrada a cal y canto, por lo que si deseaba salir tenía que o bien buscar como abrirla o bien buscar otra ruta de escape.

El joven Iñigo Nills O'Hara se encontró también que delante de aquella enorme puerta había dos personas más, estas dos personas no eran otras que dos jóvenes chicas que miraban un poco confusas los alrededores, quizás también estaban en la misma situación que este.

Mientras aquellas muchachas dudaban sobre lo que hacer de ahora en adelante ahora que estaban atrapadas en aquel lugar, estas se percataron que una de las puertas que daban a aquella sala en la que se encontraban se abrían de repente, para mostrar la figura de un joven adulto.

Entramos en aquellas ruinas, casi me hubiera gustado encontrarme a los demás por el camino. Tan pronto como atravesamos las puertas estas se cerraron de golpe, lo que me hizo votar del susto y casi tirar a Tsumiko que aún se apoyaba en mi. CASI. 

¿Estamos encerradas? 

mire a mí lrededor hasta que lo vi. 

¿Quién es ese?

   Al menos se que este sitio no está del todo abandonado - rompería mi silencio mientras admiraba por unos segundos a las muchachas, solo para perder el interés y observar el resto del lugar - por vuestras edad y ropajes e de suponer que pertenecen también al Alumnado - pasando al lado de ellas, pero nunca llegando a detenerme en ningún momento - Aunque pueden optar por permanecer en silencio, siempre es una opción, En cuyo caso... tengan buen día - y proseguir como si todo esto fuera lo más cotidiano del mundo.

Tal y como la recordaba...

Flashes de malas y buenas experiencias,  me vinon tan de sopetón que me dio un fuerte mareo. O quizás fue la herida... no importa. Me separé un momento de Akira Kimura dejándome apoyar en la pared. Quería tener espacio para poder desenvainar la katana y leer una vez más los nombres engrabados en la misma, para calmarme. Pero no pude hacerlo ya que una persona completamente inesperada apareció por la habitación, y nos saludó, aunque no llegó a presentarse. Al ver nuestro silencio y seguramente cara de susto y terminar de observar la habitación, decidió seguir caminando. Parecía estar haciendo un reconocimiento del lugar... lo que me hacía pensar algo terrible. Sin embargo, teníamos un problema aún más acuciante que ese.

"¡Espera! ...¿Has visto por aquí a un tio pelinaranja al que le falta una mano?" 

      Momento - comentaba mientras detenía mi caminar al escuchar aquella pregunta echa a mi persona - ¿ Y que gano yo de revelar aquello ?-  para entonces seguir andando - Vale, es cierto que ambas se ven necesitadas, y puede que resolver aquella interrogante quizás les ayude en cierta manera, pero... eso solo afecta a vuestra parte de los interesados... - señalando ligeramente con el dedo al aire - entregadme conocimiento que valga la pena preservar y yo responderé vuestra pregunta - tras decir aquello, continuar avanzando por el sitio.

Mire a Tsumiko, después de todo lo que haya pasado no sabía si confiar en este hombre.

BUeno... Podemos contar muchas cosas. Pero no podemos darte toda la información sin saber si podemos confiar en ti. Yo me llamo Akira Kimura ultimate Beta tester encantada. ¿Puedo preguntar cómo llegaste aquí?

Me lo pensé por unos instantes... crucé miradas con Akira Kimura y luego asentí. "El hombre al que estamos buscando se llama Akemi Eiji, es conocido como el Ultimate Puppeteer pero su súpertalento real es Ultimate Hypnotist. A pesar de que su talento está temporalmente anulado, sigue siendo muy, pero que muy peligroso. Lo último que hizo fue clavarme una lanza en la espalda." me giré para que viera la herida de lanza a mi espalda que me había provocado el pelinaranja. No tenía mucho sentido ocultarla, apenas podía andar sin ayuda después de todo. Volví a girarme. "¿Es suficiente conocimiento o necesitas que escriba un libro?" Ahora para que me contestara un: no, no lo he visto. Tsk.

     Ohhhh educación, por lo menos una de ustedes parece que la tiene - mentaba tras oir las palabras de ambas, mas concretamente la señorita de cabello mas claro - Un nombre por un nombre - haciendo una leve reverencia - De la casa de los O'Hara, puedes llamarme Iñigo - para volver a una pose un tanto mas común y continuar caminando, eso si, sacando por unos segundos un folleto que guardaba entre mis ropajes - Por lo que veo... tu amiga la desconocida no parece estar en sus mejores condiciones, si quieren pueden seguirme - palpando por unos instantes el trozo de papel, para entonces volverlo a guardar - Este sitio parece tener una enfermería en donde pueden atender algo mejor su nefasto estado y - a lo cual retomaría mi tranquilo andar -  sobre mi respuesta a la duda principal... la tendrán una vez ambas se encuentren mejor.

Ella es Tsumiko Komachi, perdón como puedes ver no estamos en muy buenas condiciones. Si, te seguiremos, así luego podremos hablar.