Partida Rol por web

¿Por la boca muere el pez? Habló el que sólo pedía y pedía información, pero luego no daba ninguna, y encima se cabreaba porque no le dábamos información sin dar él ninguna. En otra ocasión, por ejemplo si estuviera en el primer juego de Asesinatos, le habría contestado exactamente esto mismo que había pensado. Pero en su lugar, decidí ignorar y aguantar.

"Sí." contesté simplemente a la pregunta del oso sobre su obsesión. La contestación me valía también para la pregunta de O'Hara. Pero me interesaba más la respuesta del Oso. Así que 'todos los participantes están aquí, eso es todo lo que puedo decir', ¿eh? Me llevé el puño cerrado al mentón pensativamente. Eso podía significar dos cosas: o que Akemi Eiji ya no era (o nunca contó como) participante, o que estaba entre los aquí presentes. Si no fuera porque sabía que era posible, habría descartado la segunda posibilidad simplemente porque

También estuve atenta a esa mención de un velero. ¿Coincidencia? ¿O lo dijo queriendo? ¿Sabía ya que estaba en una isla? En fin, irrelevante. Por mucho que abriera la boca, O'Hara tenía tantas posibilidades de ser Akemi Eiji como el resto de silenciosos participantes, salvando a Kimura-chan y yo.

"¿Puedo irme ya, o tienes algo más que decir?"

Me agarraste en curva, oso. No entiendo lo que me dices pero vale. Ya nos cayó el chahuistle!

Al parecer esta gente estábamos interesada en el premio que en salir de aquí.

Monokuma, ¿Qué querías decir con que el juego está completo? Que hay de Joshua, barbara y una? ¿Dónde están ellos?

El oso parecía un poco molesto por como estos participantes estaban actuando y todas esas preguntas que no iban a ninguna parte, aún así, respondió a todas y cada una de ellas tal y como este bien sabía, con sarcasmo y con sorna. De hecho apenas dio información interesante y mucho menos nueva.

-Te diría "Ni idea de quien es Joshua o Barbara", pero evidentemente los conozco. Lo que sí que no sé es quien es "Una", si una jinete fuerte e independiente estuviera aquí probablemente te echaría en cara que no recordaras como se pronuncia su nombre. -Comentó a forma de broma- Y sobre lo otro... ¿Dije que el juego está completo?. No recuerdo haber dicho eso nunca... pero bueno, ya estáis aquí todos los participantes y todos tenéis la información básica, así que... ¡Id a mataros o algo!. ¡Así que sí, Tsumiko puedes irte a preparar un asesinato!.

No me has respondido te pregunté dónde están. ¿Por qué no están aquí? Déjanos salir para unirnos a ellos.

El cansancio de Monokuma había llegado a tales cotas que este simplemente se marchó del lugar, eso sí, no sin antes de responder con cualquier cosa menos una respuesta a lo que Akira Kimura tenía en mente y había preguntado. El tiempo de preguntas ya había pasado.

-Cuando alguien mate abro las puertas para que pueda recoger el coche. -Dijo molesto antes de desaparecer- Todos los participantes estáis listos, y punto.

Dicho y hecho. Le di unas palmaditas en el brazo a Akira Kimura como despedida y gesto de buena suerte intentando hacer amistad con estos idiotas descerebrados, y me marché del lugar, cojeando con un bastón hecho de palo de escoba. Doctora House, edición patética.

Y así fue como la siempre amable Tsumiko Komachi abandonó el lugar. Y sí, podía considerar "siempre amable" porque nadie de los presentes podía leer los pensamientos de la muchacha y no, tampoco podéis actuar en consecuencia a ellos, no seais meta-roleros. Pero al tema, que se las piró.

       Si antes me era incomodo que la situación estuviera así de tensa, el que ahora la gente comenzara a separarse no hizo mas que obligarme a dibujar un semblante de profundo asco ... genial... lo que faltaba... , levantarme de la mesa caminar hacia la señorita Kimura y simplemente soltar.

     Tu, yo... fuera...- para entonces tomarla ante su sorpresa y arrastrarla a cualquier zona que no fuera la cafetería.

Iñigo Nills O'Hara se lleva a Akira Kimura...

 Aquella reunión en la cafetería fue verdaderamente rápida y escueta. Al punto de que la información se dio en dos segundos y la mayoría de los presentes la digirieron rápidamente sin traumatizarse ni nada. Se notaba que estaba rodeada de Supremos Talentosos, incapaces de ser doblegados emocionalmente por la presión o el morbo de estar secuestrados y ser obligados a matarse entre ellos para salir de aquel lugar. Himitsu, por su parte, si bien también era una talentosa y super capaz persona, estaba teniendo más dificultades para ajustarse a esa nueva realidad.

- Eh, esto... esto es terrible... ¡¿Cómo pueden estar todos tan calmados?! ¡Dios, nos quieren obligar a matarnos entre nosotros!

Por mil chimichangas. Qué está pasando?. Yo voy a prepararme un café. Vosotros queréis café?.

Voy a preparar café.

Donde creeis que estarán?.

Realmente aquella situación era bastante poco profesional, aún así traté de recomponerme de la mejor forma que sabía y esto era tratando de ignorar por completo el hecho de que la gente ya se había ido, adelantándose para cometer algún asesinato por ahí. Eso era malo.

-Yo me apunto al café. -Dije sin mayores rodeos- Sea como sea, ese coche no puede ser de la chica de pelo castaño o la de pelo negro. Ya sabéis, mujer al volante... peligro constante. -Bromee hasta que me percaté de que Himitsu Joho era una mujer- Ups...

-Ni idea, supongo que irán a la Biblioteca, uno olía a libros viejos.

 Himitsu asintió con la cabeza ante la proposición de tomarse un café y charlar un poco de Pio. Parecía un poco más calmada desde su abrupto inicial, pero nada de aquello le sentaba muy bien. Lo único que la sacó de su nube de malas ideas fue, irónicamente, el comentario machista del otro muchacho en la sala. La cara de la pelirroja fue un poema.

- Tu debes ser el alma de las fiesta, ¿no? Como sea... es evidente que hay algunos entre los seis presentes que tiene más información o experiencia que los demás. Y eso me preocupa un montón... porque técnicamente nos llevan ventaja y puede que quieran utilizarla.

 La chica se toma su cafecito, concentrada en sus teorías.

- Yo nunca he matado a nadie, o siquiera he estado cerca de un asesinato... ¿ustedes?

Vuelvo con varias tazas de café y se las doy a todos.

Tomen mis amigos. Pero tengan cuidado, está caliente.

También tenía otras tres tazas apartadas.

Estas las tengo para los otros. ¿Me ayudan a buscarlos?.

Hacer esperar a la gente parecía ser de mala educación, algo que no dudé ni un solo momento. Por lo que con esto listo y preparado, respondí a mi compañera de encierro acerca de aquella pregunta que había hecho. Mientras tomaba en mano aquella taza de café que había preparado.

-Una vez en una partida de Poker uno tuvo que pagar con su vida pues había perdido todas las fichas que había apostado contra una muchacha gótica. -Tras esto tomé un sorbo de café y lo escupí con asco- ¡Menuda mierda de café!. ¿A esto lo llamas café?. ¡Yo puedo hacer mejor café!. ¡Tira eso por el desagüe por Dios!.

Y me voy a la cocina a hacer café. Pero mejor.

En efecto, el café era asqueroso. Parecía que le había echado sal y no azucar.

 La chica escuchó al muchacho de pelo morado estar interesado en llevarle cafés a los que se habían ido; pero por su parte, no tenía interés de ir tras ellos. En su cabeza, no hablaba bien de ellos y la desconfianza comenzaba a formarse en su cabeza.

- ¿Quizá lo mejor sea mantenernos alejados de los demás? No lo sé, pero corremos el riesgo de que sean gente que ya ha jugado el juego y estar cerca de ellos nos aseguraría ser víctimas.

 No le gusto la actitud del muchacho del poker, quien con cada comentario demostraba ser una persona más desagradable de lo que en principio se pudiera pensar.

- ¡Hey, cálmate un poco! ¿El chico te hizo un puñetero café y tu respuesta es despreciarlo así? Debería darte vergüenza...

Tras un rato, este muchacho volvería con más tazas llenas de café, una para cada uno de los presentes y tres más para el resto de los participantes. Al parecer esto iba a ser una batalla por bien quién hacía mejor café. Sirviendo tanto a Dolp Pio como a Himitsu Joho una taza, este bebería de la suya.

-Me sirvió mierda. -Dijo con firmeza- Esto sí que es café de verdad. Un delicioso café...

Tras beber un poco del café que había hecho, me dispuse a moverme de vuelta al 3º Piso en busca de los otros participantes.

Y así fue como el "siempre amable" Yoru Nori abandonó el lugar. Y sí, podía considerar "siempre amable" porque pese a que nadie de los presentes podía leer los pensamientos del muchacho, este quizás tuviera buenos deseos respecto a los demás pese a su amarga actitud exterior... como el café... o directamente no...