Partida Rol por web

Uma Yugana llegó a su habitación.

La pantalla volvió a encenderse, mostrando nuevamente a aquel oso.

¡Enhorabuena para el dueño de la habitación!

¡Has sido invitado a la presentación en el Parque Jabberwock!

¡Recordad que es OBLIGATORIO asistir!

Upupupupupupu...

 Uma llegó a su habitación y se fue a dormir casi inmediatamente. Al despertar luego de cumplir con su estricto horario de sueño, la chica hizo un par de ejercicios de estiramiento; costumbre que traía de sus días de jineteada. Luego de ello y viendo el aviso que Monokuma le daba, Uma se dirigió directamente hacia el Parque Jabberwock. No estaba muy interesada en confrontar al resto de sus compañeros, pero las invitaciones eran cosas que no se podía rechazar.

 Además, en algún momento tendría que volver a congeniar con los demás. A pesar de las sospechas sobre su cabeza.

Después del leve rapapolvo que el Director les había dado en la Zona de las Habitaciones por no haber realizado un trabajo decente a la hora de capturar y eliminar al Virus que los estaba asolando. El alumno decidió meterse en su habitación por miedo a volver a ser regañado... o lo que es peor, castigado por el oso.

Antes de que Uma pudiera reaccionar si quiera, esta se había dirigido hacia la puerta de su habitación y la abrió de par en par. Era evidente que esta no estaba controlando sus propios movimientos, de hecho ni siquiera quería abrir la puerta en esos momentos, pero aún así lo hizo. Todo para mostrar a quien estaba al otro lado.

 Un tanto enojada por haber perdido su oportunidad de seguir investigando en aquella zona debido a las molestas intervenciones de todos sus compañeros, Uma se acuesta en la cama derrotada. Pero no "derrotada" en el sentido literal, ya que ella nunca perdía. Si no en uno más figurativo. Pero esperaba que eso cambiara el próximo día.

- Tch... mientras nadie encuentre a la virus, todavía tengo una chance de salir de esta isla fácilmente. Pero tengo que evitar las confrontaciones con mis compañeros.

 De hecho, hoy sintió que estuvo cerca. El hecho de que aquella chica bipolar B-Rabbit le siguiese por detrás, y que incluso un ex-aliado suyo también se encontrase a sus espaldas, levantaron mucho las alarmas de la joven.

 Por el momento, intentó dormitar un poco. Mañana tendría asombrosos planes con los cuales atrapar a aquella Tsumiko Komachi. Después de todo, ¿qué tan difícil de matar podía ser aquella muchacha?

La figura no era otra que Akemi Eiji, el cual aún tenía en mano, su mano mala y vendada, aquella figura de su compañera, Uma Yugana. Por lo que la situación parecía ser, no solo complicada... sino para nada halagueña. 

-Supongo que no hubieras abierto si hubiera llamado...

Con esto dicho, guardó en su bolsillo, aunque siempre a mano, aquella muñeca de su compañera y continuó andando hacia el interior de la habitación. Al parecer este hombre no necesitaba invitación alguna.

-Como puedes ver... nuestra situación ha desmejorado... todo porque ALGUIEN no ha seguido su parte del plan... Ese alguien eres tu, por cierto...

Pese a que no había alzado la voz, salvo para recalcar el "ALGUIEN", esta tenía un tono amenazador.

-Así que hagamos las cosas bien... ¿Quieres?.

Lo que estaba diciendo Akemi Eiji se vio interrumpido por la puerta sonando nuevamente en su espalda. Algo que no solo parecía molestar al Mastermind, sino que además, lo hizo levantar de la cama en la que se había sentado comodamente y con todo el morro; para ir hacia la puerta sacando otra marioneta de su bolsillo.

Al parecer el que estaba al otro lado de la puerta no era otro que Ízan Pasternak, al cual, al parecer, a Akemi Eiji, personalmente no le parecía del todo bien que ahora estuviera ahí.

-Te lo diré de forma clara y sencilla para que lo comprendas:

-No tengo tiempo que perder contigo. Ya hablaremos.

-Vuelve a tu habitación y no salgas de ella a no ser que sea necesario.

-El Segundo Caso está "modificado" debido a la falta de los protagonistas.

Y antes de cerrar la puerta, comentó:

-Y "muy sutil" eso de venir con la "Traidora Confirmada" para tener una amena fiesta del té... y más cuando esos dos están en el pasillo jugando a ser el Ultimate "Manitas" o "Carpintero".

 Uma abre los ojos por un momento y divisa la flaca figura del marionetista merodeando por su cuarto. Se retiene a ella misma de lanzar un grito atronador para luego incorporarse en la cama y mirarlo, ofuscada. Pues Akemi le estaba regañando por algunas faltas suyas; y si había algo que a la energética jinete no le gustaba es que le dijeran que estaba haciendo algunas cosas mal. Se le plantó al muchacho, aunque manteniendo una cierta distancia porque daba miedo.

- ¡Oh, el tupe! ¡El descaro! ¡La osadía de siquiera pensar en echarme la culpa a mí! Desde el inicio los otros dos patanes y tú me han visto como un punto débil en nuestra pequeña sociedad. No crean que no me doy cuenta...

 Sin embargo, el titiritero no venía solamente con quejas hacia su persona. Venía con una propuesta que le cambió el rostro a la rubia. Quería arreglar las cosas, y esa podía ser justo la oportunidad que necesitaba la chica. Espero a que Akemi atendiera a Ízan en su puerta, sin hacer ningún ruido, y finalmente cuando volvió a hablar con ella la chica le contestó sin problemas.

- Ohhhh.... Akemi, ¿hacer las cosas bien? ¿Eso significa que estás dispuesto a escuchar mis ideas? ¡HO Ho ho! ¡Finalmente castigaremos a estos estudiantes de pacotilla como Dios manda! ¡Claro que quiero!

El hecho de echar a patadas a Ízan Pasternak, al parecer, le había dado el buen humor que necesitaba como para no solo no negar lo que Uma Yugana estaba diciendo, sino que para incluso aceptar con el silencio lo que estaba había comentado.

-No te emociones demasiado... -Comentó con sobriedad- Como sea... el plan que tenía se ha estropeado porque al parecer mis pistas no fueron lo suficientemente evidentes como para que las comprendiérais...

Bueno, quizás sí que fue algo desagradable... pero menos de lo habitual.

-Pero, para fortuna de todos nosotros... tengo un nuevo plan que, en esta ocasión, sí funcionará. Así que lo explicaré de forma sencilla para que todos lo comprendan... todos excepto Izan, evidentemente. Hay piezas que uno tiene que sacrificar y a él no le veo muy dispuesto a eso.

Con una sonrisa parcial este continuó.

-Usa tu habilidad para seguir a "Yonezawa Ebizou". No cambies de objetivo. Ese es el único que me interesa seguir y vigilar.

Y sin más que decir, Akemi Eiji abrió la puerta y se fue. - No dijo más, pues parecía que decir más iba a complicar las cosas, por lo que tan solo dio la información necesaria como para que el caso se resolviera, ¿O acaso quería más?. Sea como sea, la situación era evidente.

 Akemi, aquel muchacho de innumerables enigmas, agregaba uno más a la lista. Ahora le pedía a la jinete que localizara a un tal "Yonezawa Ebizou", el cual la rubia juraba no conocer, y mantenerse al tanto de cuál era la ubicación de aquel tipo. Uma se quedó un tanto insatisfecha: quizá porque se imaginaba con un hacha cortando en pedacitos a alguien y luego saliendo obviamente victoriosa de su propio juicio. Pero parecía que los planes del titiritero iban por otro lado. O no...

  De una forma u otra, Uma se sentó en su cama y, por pura curiosidad y no porque Akemi se lo pidiese, buscó cuál era la localización actual de aquel sujeto. Y modificó su PDA para que le avisara de los movimientos del mismo.

Yoshimatsu Arai

La cabeza de Akemi Eiji volvió a entrar al cuarto por la puerta medio cerrándose para clarificar algo... Al parecer, el propio Akemi Eiji no era falto en cometer errores a la hora de decir nombres japoneses de personas con, quizás, personalidades similares en el fondo.

Quiero decir Yoshimatsu Arai...

Y ahora, sí que sí, cerró la puerta.

- Ohhhh...

 Todo tenía más sentido ahora para la jinete, la cuál pudo ingresar "Yoshimatsu Arai" en el aparato y hacer toda su magia rastreadora con el ya conocido nombre del ya conocido compañero. La chica modificó su PDA para que le avisara de los movimientos del mismo. Por más que fuera un error tonto, y errar es después de todo humano, Uma se queda sonriente al ver como aquel ser tenebroso y poderoso era atravesable por la realidad de la imperfección humana.

- Y después tienen el tupé de venir a reclamarme cosas a mí...

Si esa muchacha fuera la ultimate algo-relacionado-con-modificar-PDAs para que periodicamente le saliera la información de dónde se encontraba o si este cambiaba de lugar, probablemente no hubiera sido una rechazada... o quizás sí, los criterios de admisión de la Academia eran un tanto extraños.

Sea como sea, Uma Yugana era superior a eso. Tan solo tenía que pulsar cada minuto por la localización de su compañero, algo que hizo... hasta que se hizo la una de la madrugada, en donde esta pudo ver por la ventana de su habitación como Akemi Eiji entraba en la habitación de su compañera traidora y la sacaba en su silla de ruedas.

Con cierta curiosidad, Uma Yugana se quedó en su cuarto y pasados unos cinco minutos, esta pulsó sobre Akemi Eiji... pero el cansancio hizo que fallara la primera ocasión, pulsando en Akira Kimura, indicándole que esta se encontraba en la Cocina de la Vieja Cabaña, algo extraño... pues podía escuchar los gritos de la habitación de al lado de esta hacia el marinero.

Sea como sea, volviendo con un click. Esta muchacha seleccionó, esta vez sí, a Akemi Eiji. Indicándole que estaba en la Biblioteca.

Y con esto, Uma Yugana finalmente se aventura a ir a la cocina. Quizás la muchacha se hubo dejado allá atrás su PDA. O quizás sean clones. Cualquiera de las opciones eran igualmente válidas en estos momentos, a fin de cuentas... Sea cual sea el motivo por el cual no concordaban los sitios, Uma iba a descubrirlo.