Partida Rol por web

—Nieve, conmigo. Ya. 

Y no dijo más, ya había cumplido el cometido y no quería exponer más a su lobo porque se encontraba mirando hacia el kobold objetivo dispuesta a realizar el disparo. El hecho de apuntar a la cabeza, es lo que deseaba y a ello iba, así que intentó tensar su arco y simplemente hacerlo. King estaba atrayéndolos, así que Lance quizás tenía oportunidad de incorporarse o ayudarlo la misma Marianne en cuanto quite a ese bicho del medio. 

Con un par de pasos hacia atrás había logrado recuperar el equilibrio y no caer, la herida sufrida era nimia, apenas un rasguño, pero le habían sobrepasado y ahora la línea trasera se veía comprometida. Lance giro esperando que por lo menos el enano pudiera aguantar unos segundos pero para su sorpresa se encontraba levantando el garrote dispuesto a sufrir el golpe sin preocuparse de las consecuencias.

Con el control de su arma una vez más dio un lanzazo contra la garrar del Kobold buscando bloquear su ataque.

—¡Magic shot!
El kobold que forcejeaba con Gerda recibe el impacto de otro de mis disparos, pero es probable que eso haya atraído su atención, así que para no quedarme aislada del grupo corro hasta ahí para ponerme espalda con espalda con el enano. No sé si ha sido buena idea o no, no soy tan fuerte como para cubrir su retaguardia, pero al menos estamos juntos.

El lobo de vuestra exploradora respondido rápido a sus órdenes y utilizando al kobold como punto de apoyo se alejó de el dándole una patada con sus cuartos traseros mientras volvía junto a Marianne. Desestabilizado por aquella patada una única flecha silbo en el aire clavándose en su garganta y atravesando su cabeza limpiamente haciendo que instantes después el cuerpo del kobold estallara en una nube de gruesas cenizas y desapareciendo. Una pequeña piedra tintineo cayendo al suelo.

Aquel tintineo fue seguido de varios aullidos al fondo del pasillo. Por el final del pasillo aparecieron corriendo tres kobolds, dos de ellos sintiendo las ansias de sangre del bárbaro no dudaron en enfocar su carrera hacia el utilizando la inercia de su carrera. El tercero había tomado como objetivo a Marianne.

Por otro lado, la parte trasera del grupo parecía estar también en problemas. La lanza del guerrero se había interpuesto parcialmente en el golpe del kobold el cual debido a tener que cambiar la trayectoria  de su ataque para no herirse golpeando el filo del arma, provoco que no golpeara con todas sus fuerzas.

Las garras del kobold arañaron la cota de mallas del enano y, si bien esta absorbió gran parte del impacto y evito el corte, el golpe se había hecho notar. No se podía decir lo mismo del golpe del enano, el cual si bien había golpeado, había sido amortiguado por el pelaje de la criatura. La cual tras un gruñido lanzo una dentellada hacia el brazo del enano. Justo momento antes de que sus colmillos se cerrasen sobre la carne una esfera de magia pura impacto sobre el kobold el cual retrocedió unos pasos aturdido antes de volver al ataque del enano.

La situación era mala pero en el calabozo todo podía ir a peor. Un nuevo crujido se escuchó en el corredor en el que estabais. Un crujido como el que habíais escuchado cuando aquellas criaturas salieron de la pared. No hubo mucho tiempo antes de que Vivienne elevara su mirada hacia la dirección del crujido. Del techo empezaron a caer algunas piedras antes de que algo más pesado se desprendiera. Otro kobold cayó sobre la línea trasera del grupo.

Intentando estabilizarse de la caída el cuerpo del kobold se retorció en el aire mientras se colocaba para intentar golpear a la desprotegida maga que se situaba en la línea trasera.

Uno por dos que venían, esto podía ser desgastante para sus compañeros e inclusive ella. Así que rápidamente cargó su arco de nuevo, más aún cuando bajaron aquellos Kobolds y uno de ellos se había centrado en la joven de cabello verde. No tuvo demasiado tiempo para ver a sus compañeros, pero al menos sabía que entre todos podían con estas criaturas de alguna manera. 

Así que rápido disparó, claramente apuntando a su cabeza pero no había sido como su anterior movimiento, al menos quizás lo dejaría ralentizado o quieto. Y así pillarlo distraído, tenía que usar todas las formas viables para reducirlos mientras el lobo se mantuvo pegada a su dueña ya que sin una orden, él no se movería. 

—Se duplican constantemente—dijo y preguntó—. Vivienne... ¿No tienes algo para interrumpir su avance?

La chica usaba magia, quizás podía hacer algo. 

Lance chasqueó la lengua viendo como Gerda no había podido finalizar el trabajo, por lo menos no había sufrido daño, pero la línea trasera estaba cada vez peor. Necesitan empezar a limpiar rápido.

-Gerda a la línea trasera-  Dijo mientras su arma giraba buscando hacer volar al Kobold en el medio de la formación, antes de que alcanzara a Gerda.

—Yo no, corazón, pero el equipo sí —le respondo a Marianne—. Que ellos tres formen un triángulo alrededor de nosotras, de esa forma podrán detener todas las arremetidas desde cualquier dirección mientras nos encargamos de...¡ey!
Se me había venido encima el que cayó del techo, me distraje hablando y no pude reaccionar a tiempo, mucho menos ahora que lo tengo prendido consigo quitármelo.
—¡Ayuda! ¡Me está mordiendo! —les grito a los demás, casi llorando.

Viendo el leve daño recibido me siento más confiado que nunca, Lance se ha lanzado a intentar proteger a un compañero sin pensarlo y eso le hace muy confiable "creo que este lado puede encargarse el, haré lo que dice" 

Lagartijas infieles... digo en mitad del fragor de la batalla, tras lo cual, con el martillo aún en alto proclamo: ¡Por el poder de Eris! haciendo que este reluzca con un tenue brillo.

Con una sonrisa me dirijo al la línea trasera como mi compañero solicitaba para cubrir ese espacio, directo a "placar" con mi maza al kobold que atacaba a Vivienne. De acuerdo bichejos, habéis atacado al grupo equivocado... y lo pagaréis.

Una vez más una flecha silbo por el aire dirección a uno de los kobols que corrían hacia el grupo. La flecha perforo la oreja de una de las criaturas quien paro en seco su arremetida por el dolor causado. Mientras tanto el autoproclamado monarca de las bestias esperaba impaciente la llegada de aquellas bestias con los ojos ávidos de pelea.

Mientras aquello ocurría, la lanza del guerrero cayó cual guillotina sobre el kobold interno en vuestras filas abriendo un surco de lado a lado en el pecho de la criatura corto la piel abruptamente en su curso. Un pequeño chasquido sonó de la criatura la cual estallo en gruesas cenizas mientras un cristal partido en dos caía al suelo.

Con aquella amenaza eliminada parecía que finalmente el peligro interno de vuestra formación había desaparecido, pero el grito de la elfa en la parte trasera de la formación resonó informando que la línea trasera no iba bien.

Para el kobold caído del techo había sido difícil el ataque, pero parecía que en su caída las fauces de la criatura habían conseguido herir a su objetivo. Aunque aquello era cierto, la visión que encontraron los que echaron la vista a la línea trasera fue una situación menos peligrosa que la que podía haber dado a entender el grito.

El kobold solo había podido hacer una pequeña herida en la pierna a Vivienne, aunque sus fauces se habían cerrado sobre sus vestiduras inferiores e intentaba tirar de ellas mientras la maga, con bastante poca habilidad intentaba golpear en la cabeza con su bastón al kobold el cual esquivaba los aleatorios zarandeos del arma sin mucho problema hasta que finalmente la tela se desgarro haciendo que el Kobodl se alejara unos pasos con un palmo de tela rojo de la falda de Vivienne entre sus dientes.

Con un salto, me abalanzó sobre el Kobold que ha atacado a Vivienne al grito de: "¡No toques a mi compañera, inmunda e infiel criatura!

Golpeandolo con mi martillo imbuido en el poder de Eris

—M-¡mi ropa! ¡Es la única que tengo! —grito ya con lagrimitas, me ha arruinado la falda del vestido y tendré que zurcirlo, quedará horrible con un enparchado...
—¡Magic Shot! ¡magic shot! ¡magic shot! —con mi mano al frente le echo una refriega de disparos, que aunque erro la mitad, los que encajan deshacen a la criatura y al final termina quedando sólo la piedrecita en el suelo. Algunos proyectiles pasan peligrosamente cerca de Gerda, con quien me disculpo por haberme asustado tanto y casi freírlo a él también.
—Gracias, Gerurun, eres muy confiable —le digo sonriente.

Voy entonces enfurruñada a recuperar el retazo de tela que me rompió el desgraciado.
—Ju, está todo babeado.
Mejor lo dejo, me da asquito, veré si puedo conseguir otra cosa luego.

-Malditos Kobold se atreven a ignorarme. -Ya había intentando el poder atraerlos a todos para que lo vieran como un objetivo, pero la realidad era que ni uno de ellos había querido acercarse a enfrentarlo, quizás porque le veían como un objetivo menos factible o que el estar contra los demás les parecía incluso más importante. Mascullo una maldición mientras volvía a tomar su garrote y dio un paso hacia la retaguardia, si bien su deber era poner el pecho por todos ahora mismo debía proteger a quienes más necesitaban tiempo, la maga y la arquera requerian de cierto tiempo para utilizar sus hechizos o simplemente poder lanzar una nueva tanda de flechas. 

Su actitud se mantuvo más seria que antes al notar que la intimidación no había funcionado y decidió centrarse en una de las criaturas para poder derrotarla de alguna manera más concreta, uno a uno. Aquello era lo que se repetía mientras tomaba como objetivo uno de los Kobold cercanos y lanzaba un enorme testarazo desde la altitud de su cuerpo hacia el suelo para aplastarlo.

Todo sucedía muy rápido y así como le había dado en la oreja la joven de cabellos verdes, bufó por ese disparo sin estar convencida de su desempeño y volvió a colocar una flecha para apuntar a un mejor lugar. 

Y así fue, directamente a la pierna llegó aquello y pensó que estaría bien ralentizarlo y quien estuviera a su alcance, podía ya terminarlo o ella misma. 

El enemigo entre sus filas estaba acabado y la línea trasera parecía haber recuperado la calma por el momento, no obstante acababan de ver como aquel laberinto escupiría enemigos desde encima de sus cabezas sin contemplaciones y dejar que los enemigos se acumularan no era un a opción. Tan pronto la flecha de la peliverde despego, Lance se encontraba cargando  para ensartar al Kobold y ayudar a King a cortar su paso.

La flecha de Marianne silbo nuevamente clavándose en la rodilla del kobold el cual cayo hacia delante  sin poder moverse. Nieve gruñía en su dirección mientras enseñaba los dientes.  Parecía deseoso de moverse para poder morder a aquella presa indefensa, aunque su único movimiento fue arañar el suelo con la pata, paciente de la orden.

Por otro lado, el bárbaro que había esperado que le atacaran los kobolds que estaban dando problemas al grupo, tras un vistazo localizo a su presa. Los dos Kobolds restantes habían  avanzado hacia él y mientras que uno de ellos tenía la firme atención de atacarlo, el que iba en cabeza parecía querer pasar las filas del equipo hacia la parte trasera. Sin dudarlo un momento el mazo de King se agito como un resorte y cayendo en picado desde la parte superior sobre el que quería superar su guardia.

El mazo impacto contra el lomo del Kobold haciéndole caer aturdido sobre el suelo con parte del lomo aplastado. Si bien no había sucumbido, fácilmente podría estar cerca de ello.  Antes de que pudiera rematarlo su compañero salto con intenciones de morder a King, por gracia Lance acababa de volver a la línea delantera y su lanza trazo un surco sobre el Kobold agresor, cortándolo en el aire en dos.

En la parte trasera, el potente golpe de Gerda y la ráfaga de proyectiles emitidos por la maga fulmino finalmente al último enemigo de vanguardia, aunque el uso indiscriminado de los proyectiles hizo que muchos choraran contra paredes, suelo y techo.  Provocando desprendimientos en el corredor que os encontrabais.

Algunos cascotes empezaron  caer sobre algunos de los integrantes del grupo, no eran grandes, pero tenían el tamaño suficiente para hacer daño si alguno de ellos la acababa golpeando. Si bien aquellos disparos había provocado que algunos cascotes cayeran sobre Vivienne, Lance y King, había algo bueno en aquello, si recordabais bien las lecciones de Aranis, los monstruos no aparecerían de zonas del calabozo dañadas, así que al menos tendríais un momento de descanso sin que más kobolds aparecieran de aquellas paredes.

Una vez el peligro de que el kobold ataque a Vivienne ha cesado, vuelvo para agradecer sus palabras a mis compañera, es la primera vez que alaban mi trabajo en combate.

La emoción del momento se torna en alerta al ver las rocas que se avecinan sobre ellos y, en un alarde de valentía o estupidez, me lanzó a golpearlas con mi martillo intentando mitigar el daño de estas.

—¡Perdón! —le digo a Gerda, titubeando con los ojos bien fuerte cerrados y la cabeza gacha, me agarro del sombrero para escudarme de los cascotes, pero es obvio que no me sirve de nada y los golpes me dejan moretones horribles en toda la espalda.
Y todavía quedan enemigos, pero no me veo en condiciones de hacer algo, al menos no hasta que cesen de lloverme piedras encima.

—¡Lance!

Bajo un grito de preocupación al ver que las piedras estaban cayendo sobre sus compañeros, vio como a quien consideraba un amigo se encontraba en peligro mientras Gerda ayudaba a Marianne. Así que sin dudar, avanzó entre ellas para buscar al rubio e intentar sacarlo de allí. Exponiéndose a ello. 

Ya había ayudado a que uno de los Kobold se viera mermado por el ataque, sin embargo, aquello no era suficiente y las rocas comenzaban a caer desde la parte superior causando que Gerda y la maga se vieran dañados intentando mitigar el daño, no había sido lo suficientemente rápido para ayudarles a estos pero al menos podía permitir que Lance y la exploradora pudieran verse menos afectados por los daños de las rocas, tenía que admitir que el rubio tenía un buen nivel de ataque por lo cual si se despreocupaba por las rocas entonces podría eliminar con alguno de los Kobold. -Rubio...Mata a ese maldito Kobold. -Pronunció con una enorme sonrisa mientras utilizaba su enorme tamaño para cubrir por completo y creando una especie de enorme manto protector con su cuerpo para que las rocas cayeran encima de él. Las rocas comenzaron a golpear su espalda, sus brazos e incluso algunas cayeron en su cabeza pero la sonrisa del barbaro jamás se fue. 

El grito de Marianne y su intento de apartarlo, seguido de la cobertura de King tomando el golpe por él, la imagen de sus dos nuevos compañeros cubriéndole era sin duda una a la que no estaba acostumbrado, y aunque ciertamente era algo incomodo ser el protegido la intención no le desagradaba para nada.

_-Idiotas…- Murmuró con una sonrisa al escuchar las palabras de King al tiempo que agarraba su alabarda con las dos manos. El detalle de que el derrumbe no se provocaba solo sobre sus cabezas no había pasado desapercibido. Un bateo golpeando con el reverso en el torso del Kobold atontado fue llevado a cabo, haciendo que este fuera lanzado sobre su compañero algo más alejado, ahora con los dos en el suelo el propio laberinto terminaría el trabajo.