Partida Rol por web

Una vena fue hinchándose en la sien del guerrero mientras el albino hablaba, aunque con aquella explicación empezaba a entender a que clase de “monstruos” aspiraba a superar no impedía que encontrase la situación molesta.

-Mierda, no me refería a esa ceguera- Mientras pausaba para recuperar algo de aliento comenzó a explicar la situación más detalladamente- Una chica perro flacucha se hacia invisible con algun truco, Viv detectó que nos seguía y le lanzó magia de luz para dejarla ciega, luego le disparé un montón de piedras para golpearla las cuales cortó como si no la hubiera afectado, y encima cuando la tenía localizada e intenté atacarla, la cabrona me paro como si nada…-Sólo recordarlo era molesto.-Y joder, si la diferencia es tan absurda ¿Por qué no noto diferencia con mi fuerza desde ayer?

Tras aceptar la invitación de la aventurera y despediros de quien os había atendido en aquella curiosa farmacia os encaminasteis por un pasillo donde no tardasteis mucho en empezar a subir unas escaleras. Todo el lugar daba la sensación de estar completamente limpio, siendo mucho más notable ya que gran parte de las superficies eran de un prístino blanco.

Ya en el piso de arriba pudiste observar como un nuevo pasillo se abría ante vosotras con puertas a los lados, posiblemente salas donde los enfermos descansaban. Deline empezó a caminar hacia el frente con confianza sabiendo cual era la puerta tras la que aguardaba su compañera.

La joven pareció dudar durante un momento ante tu pregunta mientras se rascaba la nuca.

—La verdad es que Gisela y yo fuimos las ultimas en incorporarnos a nuestra familia así que probablemente somos las que menos historias sobre la mazmorra tenemos.—Menciono un poco cohibida probablemente al no esperar atención a sus posibles proezas.—Aunque hemos conseguido llegas hasta el décimo piso y tenemos algunas

Con aquellas palabras finalmente se detuvo frente a una de las puertas y dio un par de leves toques sobre la madera antes de empujarla. En el interior pudiste ver una sala amplia de colores claros, una ventana abierta hacia entrar la luz en la habitación iluminándola totalmente. A un lado de la habitación, sobre una cama de sábanas blancas estaba tumbada la aventurera que habíais salvado el día anterior.

La joven estaba despierta mirando hacia la ventana, pero tan pronto como os vio entrar se giró para miraros.

—Ah, Del… eso fue demasiado rápido, ¿Un día y ya me buscaste sustituta?.—Menciono al verte entras de su compañera antes de empezar una risa que acabo en mueca de dolor. La joven tenía un brazo totalmente inmovilizado mientras que su torso estaba cubierto con vendas y su pierna inmóvil con una férula.

—Ahg, vale, mejor intento no reir.—Comento algo dolida mientras el brazo que podía mover se colocó algo por encima de su abdomen. Casi con total probabilidad aparte de sus extremidades habría acabado con alguna que otra costilla rota.— Y bien, ¿Quién es?.—Pregunto curiosa antes de girarse hacia ti.— O estando aqui, creo que tu sabras responder mejor. ¿Quien eres?—Pregunto con una sonrisa mientras veia como Deline se empezaba a poner nerviosa por preguntarte directamente a ti sin dejarla hablar.

A diferencia de Deline, su compañera herida parecía tener una actitud bastante diferente, siendo la primera cohibida y formal, mientras que la segunda despreocupada y risueña.

Unas campanitas sonaron cuando entrasteis por la puerta y lo primero que apareció ante vosotros fue un pasillo estrecho y oscuro con el aire ligeramente cargado. Que la ventilación del lugar no era la mejor posible era algo que no dudabais aunque por alguna razón Gerda pareció sentirse como en casa.

Según empezasteis a saludar una voz se escuchó del interior.

—Sí, avanzar, avanzar. ¡Bienvenidos a la forja de Arena!.— exclamo una voz de hombre desde el fondo del pasillo.

Así, seguisteis avanzando hasta que finalmente el pasillo acabo en una sala. Ahora era perfectamente entendible que la tienda no tenía escaparate, básicamente su fachada era la misma puerta por la que habíais entrado. Gracias a los cielos, después de varios metros esta ya parecía tener un espacio más amplio. Una sala cuadrada con varios expositores de armaduras y vitrinas de armas en la pared hacían de decoración del lugar, mientras que un mostrador de madera a un lateral con estantes y pequeñas piezas de armadura como brazaletes, anillos y otros tipos de objetos.

La voz que habíais oído pertenecía a un hombre bastante ancho de cuerpo y alto que estaba situado detrás del mostrador erguido. Al escuchar a Gerda alzo las cejas. Quizá el tipo era enorme, pero su cara tenía aquello catalogado como “bonachón”

—Ah, ¿Entonces venís por la pequeña Nal?—Pregunto antes de soltar una grave risotada.— Hoy no le toca tienda, está en la forja acabando unos encargos. Si queríais algo de ella expresamente puedo tomaros nota o podéis ir a nuestra casa a hablar con ella… Aunque no dudéis en echar un vistazo a lo que tenemos expuesto aquí.

El hombre hizo un arco con el brazo señalando a todo lo de la tienda sonriendo.

—La familia Ptah es pequeña, pero no tenemos nada que envidiar a la casa de Hephaestus o Goibniu—Dijo hinchando el pecho con orgullo.—Y lo bueno es que podemos tener un trato más personal con nuestros clientes, ¡Todas las piezas llevan la firma de quien las creó para que si os gusta cómo trabaja uno de nosotros podáis encargarle futuras piezas!

—¿Invisible dices?.—El hombre se quedo meditando durante un momento  hasta que al fin hablo.—La invisibilidad total es dificil de conseguir, pero supongo que alguien de nivel alto con una magia de ocultación parcial, podría prácticamente desaparecer. —Explicó.—Pero aun si tu habilidad es suficiente para que no escuchen tus pasos y el hechizo confunde la visión... siempre queda tu olor. Y aunque dudo que alguno de vosotros estuviera atento a los olores allí abajo, me sorprende que la mascota de tu compañera lo pasara por alto.

—Así pues, quizá mandaron a seguiros a algún aventurera de nivel tres o superior, lo cual me parece bastante exajerado.—Aranis tenia el ceño fruncido.—Aunque o vosotros fuiste muy habiles o ella muy torpe por lo que parece.—Dijo mirandote exhibiendo una pequeña sonrisa.

—Y no te preocupes si no lo notas, tu cuerpo tarda un poco en acostumbrarse y no pienses en algo como sentirete mas fuerte o mas rapido—Explico Aranis.—Veras mas clara la diferencia cuando te relaciones con tu alrededor. Piensalo de esta forma, no notaras que puedas levantar mas peso, si no que las cosas que estas levantando son mas ligeras.

—De igual manera lo que antes podia ser rapido ahora lo captaras a un movimiento mucho más lento. Digamos que tu cuerpo no lo interpreta como que se mueve mas rapido, si no que el resto es más lento.—Explica de la misma manera Aranis mientras mueve la espada.—Es mas parecido a una acción reacción que a sentirte diferente.

—Uy, no, me confundí. El día anterior fue tan largo que parece como si hubiera durado meses —digo, riendo—. Necesito ordenarme la cabeza o no seré capaz de asimilar tanta cosa.

Al llegar a dodne está todo, me quedo encantada con lo que se ofrece, por más que resulte todo sencillo y aburrido. Tan distraída que casi ni me doy cuenta que sale un señor a recibirnos.
—¡Hola! —saludo, extendiendo los brazos—. Antes que nada, ¿cómo te llamas? Mi nombre es Vivienne. Ellos son Gerurun y Vilfito.
El niño permanece escondido detrás de mí, agarrándose con fuerza de mi vestido.
—Bueno, parece que costará un poquito familiarizarnos —comento, con otra risilla.

—¡Me da igual si son pequeños o si no! Acabo de ver lo que tienen y me ha gustado mucho. Quisiera ver los brazaletes, aunque seguramente no pueda permitirme nada de eso... así que mejor, em, ¿tienes túnicas acolchadas? Algo que me pueda servir como protección liviana.

Por ahora no preguntaré por hacerlas a medida, porque, quién sabe, quizás hay suerte y no necesito eso.

—¿Qué armas tienen?

Saludos, amable caballero. Acompaño ante la presentación de Vivienne.

La pronta respuesta de mi compañera me hace intentar fijarme más en los productos allí expuestos. Aun que, como bien ha expresado ella, seguramente tengan un valor muy por encima de lo que podamos permitirnos actualmente.

Parece que ya han puesto los ojos en algunas piezas por lo que, mientras hablan de los artículos que a Vivienne le llaman la atención, yo me dedico a divagar un poco intentando conversar a la par, dando tiempo así entre brazalete, armas y armaduras, a que mi compañera se fije detalladamente en lo que busca:

La verdad es que conocimos a Nal'vi ayer. Digo intentando empezar una plática.

Por lo que entendí, suele hacer tratos para escoltarla a por materiales a cambio de equipamiento y... algo en ella me decía que sería un verdadero crimen no venir y preguntar que necesita y qué requisitos pide a sus escoltas.

Mañana haremos una nueva incursión. Quien sabe, quizás nos acepte como futuros propietarios de sus próximas y magnificas creaciones. Tras lo cual río intentando demostrar cercanía y amabilidad.

Al llegar saludó a la joven que estaba en la cama con una débil sonrisa y le gustó en demasía aquella actitud, significó que en verdad se encontraba muchísimo mejor. No había podido decir demasiado a Deline, pero Marianne estaba segura de que no faltaría oportunidad. 

—Hola, soy Marianne. Ayer las encontramos con mi grupo y las ayudamos. ¿Cómo te encuentras?

No tenía demasiado para explicar, pero al menos podía conversar un poco, conocerlas y enterarse sobre las mazmorras. Ellas habían descendido bastante, cuando apenas dos niveles recorrieron los demás. De todos modos cualquier rincón era peligroso allí, así que era importante aprender un poco de los aventureros que ya conocían esas zonas. 

-Si hubiéramos sido tan hábiles la habríamos atrapado…-Si no fuera por la elfa ni siquiera hubieran sabido que los seguían, y él solo había sido capaz de sacarla a la vista...había un largo camino que recorrer para considerarse hábiles, más si no terminaba de comprender del todo aquel rollo de subir de nivel, no podía evitar pensar en si la otra beneficiaria de la subida había notado algo diferente que el no. 

Lanzándose una y otra vez al combate, probando todo lo que se le ocurría para golpear a Aranis, las rondas continuaron mientras el aliento del guerreo se agotaba del esfuerzo constante.

—Dyne, Dyne Zwaden a su servicio.—Hablo el hombre poniendo su mano en el pecho e inclinando la cabeza por un momento.

Cuando las presentaciones del resto llegaron no dudo en poner una ancha sonrisa a Vilfain cuando le miro desde detrás de su madre. Sin embargo en cuanto los brazaletes fueron nombrados su sonrisa se ensancho aún más.

—Ah, veo que tiene buen ojo.—Dice contento mientras se gira para tomar los brazales y ponerlos en el mostrador.—Estos los hice yo mismo, están trenzados con fibras del gran árbol laberinto, siendo totalmente livianos y otorgando protección. Además se ajustan al portador independientemente del tamaño de su muñeca.

Podeis ver claramente como un pequeño papelito cuelga de los brazales con una pequeña inscripción de 5VV, posiblemente haciendo referencia a su valor. Cuando Viviene menciona no poder permitírselo el hombre sonríe.

—Pero no poder comprarlo no quiere decir que no puedas apreciarlo señorita. Mirar no cuesta dinero.—Dice sin problema antes de responder a la nueva pregunta.— Mmhm túnicas acolchadas con protección ligera. Tenemos sin duda, peor depende de su presupuesto, por vuestra manera de hablar… supongo que estáis en los primeros pisos.

Se queda pensativo durante un momento hatsa que finalmente vuelve a hablar.

—Dame un momento, creo que tengo algo perfecto.

Desaparece por una puerta situada tras el mostrador y tras unos momentos reaparece con una túnica grisácea. Si bien su aspecto no era el mas llamativo de allí, parecía coincidir con lo que se había especificado y el corte de la manofactura era bueno. Mientras aun le observáis coloca la túnica encima del mostrador.

—Esto es tejido de Kobold imbuido. Siempre y cuando no te tomen en una posición muy desventajosa debería resistir gran parte de los daños de los primeros pisos.—Explica mientras lo tiende hacia la maga quien puede ver una etiqueta marcándolo con un valor de 400 Valis.—Quizá no es llamativo u ostentoso, pero las galas no han importado mucho ahí abajo, sobre todo cuando un minotauro u alguna otra cosa intenta golpearte.

Mientras espera la reacción de Vivienne pasa a atender al otro cliente y se queda mirando fijamente a Gerda antes de sonreir

—Pues justo ayer que estuvo colgando una petición en el gremio ofreciendo dinero porque no hay “futuros propietarios” dispuestos a ayudarla.—Dice usando las mismas palabras que el enano.—Pero dudo que acepte un grupo que no tenga ningún nivel dos como mínimo. La última vez que lo hizo estuvo más tiempo peleando que recolectando minerales.—Agrega mientras ríe con una sonora carcajada.

Durante un momento se queda pensando.

—Aunque si estáis empezando siempre puedo recomendaros algún novato de la familia. Podéis traerle materiales de los primeros pisos y, aunque no serán los mejores trabajos, saldrá barato solo la tarifa de mano de obra. Nuestros jóvenes aprenden y vosotros ahorrais un dinero.

Quizá a raíz de pensar en el día anterior puedes ver como un pequeño escalofrió recorre a la mujer, pero no tarda mucho en recomponerse.

—Todo lo bien que se puede estar una con la pierna rota, varios músculos desgarrados, una fractura en el codo, dos costillas flotantes mas de la cuenta y una ligerísima laceración en el pulmón.— Recita sonriendo como si tuviera la respuesta preparada de antemano.—¡Pero viva!. Que es lo que cuenta. En serio, Airmid hace maravillas.

Su sonrisa desaparece de su rostro un momento antes de mirarte fijamente.

—Fuera de bromas, gracias, no recuerdo nada de lo que paso, pero algo me dice que si no hubierais ayudado a Del, no solo yo habría muerto.—Su rostro se giró hacia su compañera volviendo a exhibir un rostro más alegre, como quien se prepara a molestar a alguien.—Esta tontita seguro que se habría tirado a buscarme muriendo en el intento.

—¡Oye!—Exclama la aventurera quejándose pero sin llegar a decir nada en contra de sus palabras.—La verdad es que no entiendo que era esa criatura, no había visto ninguna así antes… y los goblin actuaban coordinados, eso no es normal en los primeros pisos.—La joven suspiro un momento.—Pregunte a mi hermana sobre lo que paso y dice que no recuerda ninguna reserva de monstruos hasta el séptimo piso… y estoy segura que donde estaba aquella criatura era una.

Mientras habla la joven a acercado dos sillas que había a un lado de la habitación a un lado de la cama y se sienta en una de ellas.

—Le di indicaciones de donde estaba aquel pasaje hacia abajo y ha ido a investigar, supongo que esta noche nos podrá decir qué demonios era ese lugar.—Dice la joven ya sentada mientras se cruza de brazos. Es evidente que esta preocupada.

—¿Te imaginas que hemos descubierto un lugar nuevo?—Comenta riendo su compañera la cual parece menos interesada por las preocupaciones de su compañera y mas en tu persona.—Bueno Marianne, ¿Tu habías visto algún sitio como aquel? Ahora empiezo a arrepentirme de haber quedado inconsciente, seguro que fue intenso.— Pregunto inconsciente de que aquella había sido tu primera incursión en la mazmorra.

Aranis negó con la cabeza tus palabras.

—Para lo que marcan los niveles, fuisteis muy hábiles. Quizá lo más difícil de comprender de esta ciudad sea precisamente esa diferencia que marcan los niveles.—Dijo el joven mientras ahora pasaba de evitar tus ataques a pararlos o desviarlos con la espada de madera que había elegido.—Eso es principalmente por lo que la seguridad de la ciudad está encargada a la familia de algunos dioses en vez de simples guardias. ¿Te imaginas el caos que sería si un nivel alto decide ir en contra de las normas? Gente corriente no podría hacer nada.

Tras decir aquellas palabras medita un segundo antes de seguir hablando.

—Esa es una de las razones por las que nuestra familia fue marcada. Algunas de aquellas manzanas que se cayeron del árbol no eran precisamente recién llegados y detenerlas fue costoso. Dependiendo del modo de pelea, dos niveles altos peleando pueden crear muchos destrozos a su alrededor. Por ejemplo…  Supongo que Vivienne lanzo algún hechizo ¿no?.—Pregunto esperando tu asentimiento.— Imagina que ese mismo hechizo, en vez de dentro de la mazmorra, no he visto lo que hace, pero supongo que no me equivoco si digo que podría dañar algún edificio.

—Bien, ahora imagina eso mismo con los baremos de niveles que he dicho, imagina ese hechizo capaz de destruir un ejército… y peleando en la ciudad. —Presento la imagen dándote tiempo para ir imaginándolo.— Cualquiera que viera eso lo recordaría, independientemente de que alguien estuviera allí para minimizar los daños.

Por la manera que había tenido de describirlo y como hablaba algo te decía que había estado imaginando algo muy parecido ocurrido en el pasado.

—Y lo mismo ocurre con tus golpes. Lo que tiempo atrás cortaría un tronco, en el futuro podría ser una casa o una manzana de edificios.—Dijo mirándote a los ojos mientras apartaba tu golpe para preguntar.—Ahora imagina a que se enfrenta esa gente en los pisos inferiores. Prácticamente cuando se alcanza cierto nivel, eres mas monstruo que las criaturas de los pisos superiores.—Dijo riendo mientras se apartaba.

—Creo que es suficiente práctica por hoy. Tienes que practicar algo mas el juego de pies, cuando intentas realizar un golpe descendente adelantes demasiado el pie derecho… Al igual que el barrido, dejas demasiado expuesta tu cadera.

—De todas formas, tras verte pelear, creo que en términos de pelea podrías bajar mucho mas en el calabozo… El decimo piso no me parecía siquiera descabellado si todo el equipo se comporta igual, mucho menos teniendo nivel dos tanto tu como Vivienne. ¿Habeis marcado ya algún objetivo para mañana?.—Pregunto sabiendo de vuestras intenciones de bajar mañana al calabozo.

Escuchó a las chicas con suma atención, aunque claro estaba un tanto perdida porque más allá de todo lo que había padecido una de ellas, al menos estaba viva. Aunque esto era un fiel referente de que el peligro en las mazmorras estaba más que presente y podía pasarle a cualquier aventurero por muy diestro que sea. 

Por esa razón cuando habló sobre el suceso que las había dejado atrapadas, momento en el que Marianne junto a su grupo las encontraron, se acarició la barbilla un tanto pensativa puesto que era la primera vez que veía algo semejante y había despertado su curiosidad. 

—Antes de nada, me alegro que estes bien dentro de lo que se puede. Tu situación de alguna manera me da un aviso de que debo ser más cuidadosa—confesó la peliverde y agregó—. Con respecto a lo otro, era la primera vez que veía algo semejante. Justo nosotros recién habíamos comenzado a explorar y no estábamos al tanto de ello. Fue toda una sorpresa, más allá de que tampoco tuvimos tiempo para pensar porque nos encerraron con facilidad. Teníamos muchos frentes para defender. 

Incluso para alguien con entrenamiento como Marianne, le costó todo aquello. 

—Primera vez, aunque me gustaría investigarlo. Después hablaré con mi grupo sobre esto, quizás podemos echarle un ojo—dijo segura—. ¿Recuerdas haber visto algo mientras estabas atrapada allí?

Me gustaría primero intentar convencer a Nal'vi de que somos una buena apuesta. Tengo por costumbre no desatender a mi instinto. Digo para intentar sonsacarle algo de ella que nos pueda ayudar.

No obstante la idea de poder probar en acción la artesanía de las jóvenes promesas de esta casa, a mi particularmente, me satisfaría enormemente. Sonrío al hombre antes de fijarme en la pieza que ha mostrado a Vivienne. Sin duda el precio es razonable y la calidad parece buena, aun que mis ojos no es que sean muy expertos. Quizás no debiera bajar yo tampoco desprotegido, sobre todo ahora que no contamos con King.

Ahora que lo pienso, mi cota de mallas actual ha sufrido un pequeño percance. Pensaba en remendarla para esta bajada próxima y pedir a Nal'vi una nueva en el futuro. Sin embargo bajar de esa guisa habiendo visitado una tienda como esta... me da ahora algo de apuro. Quizás este buen hombre pueda recomendarme algo. La túnica parece buena y a lo mejor si hacemos más pedidos conseguimos un contrato en el futuro.

—Ay, me dijo señorita —respondo, llevándome las manos a las mejillas y meciéndome de lado a lado—. Qué cosa.

Esa túnica es perfecta, ahora sólo me queda ponérmela para ver si no me queda demasiado ajustada en el pecho. Con una sonrisa muy alegre recibo el equipo y me lo llevo al probador, mientras el señor se queda conversando con Gerda.
—¡Me la llevo! —Al cabo de unos minutos, salgo feliz de ahí dentro, ya portando mi nueva adquisición y trayendo el vestido viejo prolijamente doblado en la mano—. Me encanta. Es muy cómoda y mullidita, además parece como si la hubieran hecho especialmente a medida, es increíble.

Antes de sacar el dinero, me dirijo a Dyne, titubeando un poquitillo.
—Em, estoy considerando eso de hacerles pedidos, me parece una buena idea. Ya que vamos a establecer esta clase de negocio entre nosotros, ¿qué te parece si nos haces precio por lo que llevemos ahora? Te aseguro que volveremos. Y no sólo nosotros, le recomendaremos este lugar a nuestros compañeros, ¿verdad, Gerurun?
Le pongo la sonrisa más radiante que me sale.
—De hecho, ya se me ocurre qué dejarles encargado.

Pena que cambiamos todos los materiales que encontramos por dinero, deberíamos considerar quedarnos con algo para traerle a esta gente la próxima.

—Necesito un par de botas de cuero. ¡Pero no botas cualquiera! Quiero unas con revestimiento metálico, acero en la suela, que sirvan como refuerzo para pelear.
Suelto una risilla.
—Debiste haberme visto cuando le dí esa patada al cocodrilo, tenía la adrenalina por las nubes. ¡Ah, y también un arma de práctica para mi Vilfito! Pero para eso no hay ninguna prisa.

Apoyo las manos en el mostrador con efusividad.
—¿Qué necesitarías entonces para las botas y con quién debemos hablar? La idea de ayudarnos mutuamente con otros novatos me parece estupenda.

-Lo tendré en cuenta…-Un golpe suyo partiendo una casa era demasiado difícil de imaginar, menos aun una manzana entera, pero en un terreno desconocido era mejor fiarse de la experiencia, y mientras dejaba el arma de práctica y agarraba una de la toallas para secarse, no dejaba de pensar en los consejos de Aranis.

-Quería bajar hasta el cinco por lo menos en base a las últimas clases, pero con esto de la subida y la ida de King ya no se calcular la fuerza del grupo…supongo que bajaremos al tres o cuatro e iremos bajando para ver como va la cosa, intentaré decirles que el diez es el limite si es que quieren hacerme caso – Aquella suma y resta de fuerzas era difícil de calcular, y aunque buscaba gloria no era su intención palmarla en su segunda incursión por confiarse, menos habiendo visto de primera mano que cualquier cosa puede pasar en el laberinto.- Y una cosa “monstruo”, en unos meses estaré tumbándote asique no te pongas muy cómodo.

La joven herida no hizo más que encogerse de hombros ante tu pregunta.

—Lo único que recuerdo es habernos detenido a la vuelta para comprobar el botín de esa noche, escuche a Deline gritar y un golpe fuerte en la cabeza…. Lo siguiente que recuerdo es un zarandeo y mucho dolor en la pierna, tanto que no sabía si era una pesadilla o era real.—Agrego la joven mientras desviaba su mirada hacia la ventana abierta.—Y lo siguiente fue despertar aquí.

Tras unos momentos después de sus comentarios, como si acabara de caer en cuenta de lo que habías dicho abrió los ojos y se giró nuevamente.

— ¡¿Era la primera vez que bajabais?!—Después de su exclamación empezó a reír por lo bajo. —Salvada por los novatos. Como se entere la vieja bruja va a estar reprochándolo durante años.

— ¡Oye!, No hables así de mi hermana. —Exclamo la otra joven quejándose. —Además, aun siendo su primera vez nos salvaron la vida, incluso evitaron que esa extraña criatura te usara como garrote. —Dijo la joven mientras se giraba hacia ti.—Estaba aturdida, peor ¿Verdad a que si? Vi cómo le dabas con una flecha a aquel goblin grande en toda la garganta, tuvo que soltar a Gisela para quitársela.

La joven convaleciente abrió los ojos como si toda aquella información fuese nueva.

— ¿Que me usara como qué?—Dijo poniendo los ojos en blanco durante un segundo. —Sabes que, creo que prefiero no saberlo. —Dicho aquello se giró hacia ti. —Bueno, ¿Y a que dios tenemos que agradecer que tenga novatos tan eficientes?

Justo cuando hacia aquella pregunta Deline empezó a toser. Su compañera la miro durante un momento y luego otra vez a ti hasta que pareció comprender algo.

—Ah,  por la reacción de Del y como estaba el ambiente en nuestra familia cuando se enteraron de su vueltas ¿Supongo que Eris?.—Pregunto de forma retorica mientras sonreia viendo a su compañera.

La joven se quedó pensativa durante un momento.

—Del, quizá lo que dije en broma no sea tan mala idea. ¿Por qué no vas con ellos al calabozo hasta que me ponga bien? Siempre que ellos quieran claro, ella parece buena persona.

Deline fue a decir algo peor antes de que pudiera su compañera siguió.

—Nada de peros. Nos han salvado la vida, hay que agradecer correctamente, no es algo que se pague dando un dinerito o un objeto y una guía en los primeros pisos les vendrá genial...—Cuando dice sobre los objetos Deline no puede más que callar y bajar la mirada a un lado. —  No puede ser, ya lo has hecho. —Exclamo la joven mientras empezaba a reír a carcajadas y nuevamente se llevaba la mano al costado antes de quejarse de dolor. Deline por su parte, parecia empezar a encogerse sobre si misma como si no supiera donde escapar.

El gran hombre se mesa la perilla ante los comentarios del enano.

—Una cota de malla de talla enana ¿eh? Mentiría si digo que tenemos piezas para los primeros pisos hechas a medida para los de tu raza, pero podemos ajustar las que tenemos en medio día y tenerla lista para mañana. — Dice mientras sigue pensando con la mano en la barbilla.—Si, creo que tengo algo que te gustara, dame un momento.

Esta vez sin entrar en la trastienda sale de detrás del mostrador y se encamina a uno de los expositores de armaduras. Es el más alejado de donde se encontraba y te hace un gesto para que te acerques. En el maniquí, expuesto hay una armadura flexible, parecida a una cota de malla pero diferente. Su tejido no son anillas como es habitual, si no pequeñas quitinas redondas.

—Quitina de hormigas asesinas ni más ni menos.—Dice mientras empieza a descolgarlo.—Tendremos que ajustar la parte baja para tu estatura pero creo que podría estar bien.

El hombre se lo tiende a Gerda para que pueda tocarlo y dar su opinión justo cuando Vivienne sale de cambiarse. Al escuchar que se queda con el vestido junta las manos con una sonrisa.

—Fabuloso! Si, ese tejido es bastante amable de tratar, lo suficientemente elástico para ajustarse a los movimientos, peor no tanto para entorpecerlos.

Cuando la propuesta de negocio el hombre parece dudar durante unos momentos mientras mira la pieza de pequeñas quitinas que dispuso al enano. Cuando empiezas a hablar sobre el el encargo su rostro parece cambiar, como si hubiera dejado de pensar en la idea de haceros precio por las compras y dedicara sus pensamientos a lo que estabas pidiendo.

—Ummhm, unas botas con revestimiento metálico pesarían mucho y la señorita no parece estar verdad en el combate cercano, necesitaríamos algo que no pese, pero compense esa carencia y para los primeros pisos... —El hombre sigue pensando en voz alta.—Para el cuero podríamos usar cualquier pelaje de allí abajo, a más profundo del laberinto mejor será su calidad, aunque más caro de trabajarlo. Pero para los refuerzos…el hierro te ralentizaría demasiado y para extraer los metales del laberinto tenéis que tener a alguien que sepa identificarlos para extraerlos.

—Necesitaría un tiempo para diseñarlo y hacerlo apropiado, pero no sé si podréis conseguir todos los materiales que use en la idea.—Cuando ve la cara de la elfa ante sus palabras rápidamente alza los brazos pidiendo pausa.—No te preocupes, pensare algo que podáis conseguir. Pero si os gustan tendréis que firmar un contrato con alguien de mi familia… Y sobre el descuento… Si os lleváis ambos objetos hago un descuento de 150 valis, ¿Que os parece?

Aranis se quedó pensando durante un momento.

—A decir verdad, sería bueno que decidierais hasta donde vais a bajar. Si vais a avanzar más pisos de los previstos, durante el desayuno de mañana o la cena de hoy me gustaría al menos avisaros de que podéis encontraros ahí abajo. —Dijo el hombre tranquilo mientras su mano pasaba distraída por las armas de entrenamiento. —Que nunca será tan bueno si decidís estudiar en la biblioteca sobre ello, pero os dará una base.

Aranis rió ante tu advertencia sobre alcanzarle.

—Eso espero, pero tómalo con calma, no queremos accidentes.—Dijo sonriendo.— Por ahora, creo que sería bueno que te relajaras un poco. Pensar todo el rato en lo de allí abajo no es bueno. ¿Tienes algo planeado para hoy?

Las chicas mantuvieron un ritmo de diálogo bastante agilizado, tanto que por momentos a Marianne le costaba seguirles el hilo de la conversación. De todos modos sí que respondió a algunas preguntas, más que nada por el hecho de que iban directamente dirigidas a ella. 

—Si, era la primera vez y la verdad, un poco torpes fuimos—confesó sincera—. Pero aprendimos a conocernos un poco más, eso nos llevó a trabajar sincronizados al menos. Sin cometer tantos errores de novato. 

No se avergonzaba de ello, al contrario. De todos modos el grupo tenía que trabajar en sus fortalezas y debilidades porque era en parte la mejor manera de que la situación salga mejor. Lo bueno es que habían podido salvar a las chicas, incluso cuando poco se sabe de lo que sucedió realmente, al menos ellas no tenían ese conocimiento. Luego asintió cuando mencionó lo de la flecha, quizás sintiendo un poco de orgullo por ello en su corazón. 

—Fui yo, si. El arco es una extensión de mi. 

Ante la otra pregunta, rápido respondió. 

—A la Diosa Eris, así es—dijo—. Puedes acompañarnos, no creo que mi grupo tenga problemas. Además nos hemos apañado bastante bien, por cierto... ¿A que diosa responden ustedes? No recuerdo si lo mencionaron, disculpen. 

—¡Estupendo! —respondo con una sonrisa radiante, pero se vuelve algo juguetona cuando añado a continuación—: Claro que nos llevaremos las dos cosas, porque descontarás ciento cincuenta de ambas, ¿verdad?
Es obvio que no, pero nunca está de más probar suerte. Igual hasta cuela, a saber.
—Firmaré ya ese contrato, pero si va a demorar, entonces preferiría llevarme un par de botas de cuero sencillas ahora mismo, las necesito. Y también algún arma ligera. ¿Un sable o un estoque, tal vez?

Qué emoción, la compra está saliendo demasiado bien y este tipo es un buenazo. Me siento realmente feliz.

—Vilfi, tú también elige algo para ti, anda. Ya tienes edad para que te empiece a enseñar algo de esgrima, así podrás ser el brillante caballero de mami.
Apoyo la mano en su cabecita, acariciándolo con cariño.
—¿Serás un guerrero habilidoso como papi? ¿O un mago quizás? Ay, tienes pasta para ser cualquier cosa que sueñes. —Me dirijo ahora a Dyne, con las manos sobre los hombros de Vilfain, colocándolo delante de mí—. ¿A que es un galancito hermoso? Cuando crezca va a ser el héroe más grande de Orario, vas a ver.

Luego pongo las manos sobre Gerda, casi que dando saltitos.
—¡Vamos a conseguir muchos materiales para que nos hagan cosas geniales! ¡Esforcémonos juntos! ¿Vale? Y luego tenemos que contarles a los demás sobre este lugar, sería ideal que todos consiguiéramos el equipo dentro del mismo sitio, probablemente.