Partida Rol por web

El Adepto Asclates asiente ante la petición de Lazerus-20, pero se queda anonadado con la de Vladymir.

- "¿Una pistola de fusión? No todos los Inquisidores pueden permitirse una. Tampoco hay suficientes para los Interrogadores, mucho menos para los Acólitos. Supongo que esa petición debe ser una broma...

Un rifle láser largo... sería posible de conseguir. El cañón es el doble de largo que el de un rifle normal y el arma no puede disparar en ráfagas. Llevar un arma así le identifica a uno claramente como un francotirador. ¿Es eso lo que desea?

Tercio, creo que puedo conseguirle un abrigo antifragmentación ligero. Cuidado no le confundan con un Comisario." -

"Así es, un rifle laser largo suplira mis necesidades. Muchas gracias."

- Gracias de nuevo, Adepto.

"Y si me confunden con un Comisario, que sea a propósito, jajaja"

- Siento que hayas fracasado, Tauron, pero no está nada perdido. La próxima vez lo conseguirás. Piensa que has estado muy enfermo y ello ha podido influir. Y a vosotros, enhorabuena - dijo Itsua -. Adepto, es muy de agradecer su oferta. En ese sentido, quisiera solicitar una mira láser, si entra dentro del presupuesto económico del Lord Inquisidor Zerbe.

Itsua pensaba en que toda mejora a su capacidad de disparo, sin necesidad de un entrenamiento que mermara la posibilidad de mejorar otras habilidades, constituía una ventaja.

- Señora, caballeros - dijo Itsua a sus compañeros -. ¿Qué tal una pequeña reunión para solucionar ese delicado tema que ha planteado el Adepto en relación a la necesidad de un líder de grupo? Creo que todos tendremos mucho que decir antes de decidirnos. Todos y cada uno de nosotros posee unas habilidades que podrían hacerle merecedor de dicho puesto. Algunos quizá no estén interesados. Otros puede que suspiren por ello. Sea como sea, lo cierto es que no podemos andar improvisando. Y disponemos de algo de tiempo antes de partir de aquí, un tiempo que podríamos invertir en charlar, beber, comer y decicir quién liderará el grupo. ¿Qué os parece?

-Me parece que es necesario. Nadie debe autoproclamarse lider sin el consentimiento de los demás, así no llegará lejos -mientras pronunciaba esas palabras, Arlesha puso su mano sobre el hombro de Vladymir con un deje de sonrisa en sus labios- ¿verdad? Hablemos y discutamoslo entre todos. Ahora somos un grupo más fuerte que hace unas semanas, demostremos lo que hemos aprendido y lo que hemos evolucionado eligiendo a nuestro lider.

-¡Andando chicos! -dijo elevando la voz y señalando el camino hacia el comedor con sus manos mientras sus pasos se dirigian hacia el Adepto. Ella aún no había pedido nada y tenía en mente una pregunta para él...

Un rato más tarde, un servidor trae los primeros regalos del Lord Inquisidor:

- Una placa de datos con información de Scintilla y la Colmena Sibellus.

- Un rifle láser largo, es un arma bastante vieja, pero conservada en muy buen estado. Probablemente en un armero con cierre de vacío.

- Un abrigo de cuero negro con forro antifragmentación. Se parece un poco a los intimidatorios atuendos del Comisariado, aunque sin insignias ni adornos de ninguna clase.

- Una mira láser.

Tercio se probó orgulloso el abrigo en cuanto se lo trajeron. Además de la importante funcionalidad del mismo, era la prenda más elegante que Tercio jamás había vestido y le sentaba como un guante.

- Tendré que afeitarme con más cuidado a partir de ahora... - dijo para sí mismo.

Y cayó en lo que le dijo el Adepto, era una prenda demasiado llamativa para usar a la ligera.

Los demás pudieron ver como Arlesha se acercaba al Adepto Asclates mientras ellos revisaban lo que el servidor les habia traido.

-Adepto...he estado pensando en las posibilidades del grupo, de mi condición ahora y de lo que he aprendido estos dias. ¿Seria posible que se me facilitaran unos guantes de malla tecnológica? Se que es mucho pedir tal vez, pero parto con el no por respuesta.

Tras terminar de observar y revisar su nueva arma, Vladymir le dedicó una sonora palmada en el hombro a Tercio y le felicitó por su nueva pieza de armadura.

"-Ahora los enemigos van a temerte tanto que se pondrán rigidos de disciplina y mostraran lo impecables que estan sus armas antes de dispararnos. Mas te vale hacer todo lo contrario y dejarte lenguas barbas para parecer un corsario espacial o un mercenario que tuvo una interesante discusión con un comisario imperial".

- Ja ja ja - sonora risotada de bromas de soldados.

- Pues tu nuevo rifle también pudo haber pertenecido a un Comisario. Es impresionante, en Mordia era difícil ver armas así. Espero que cuando estemos en combate dejes acercarse a algún enemigo para que los demás tengamos algo que hacer jajaja.

- En fin, hiciste bien sacando el tema del liderazgo. A ver si sacamos algo en claro ahora, aunque...

Tercio no hubiera elegido el comedor para tratar un tema tan complicado. "Demasiadas distracciones" pensó, mientras buscaba algo de comida y bebida que fuera de su agrado.

- "Para el público en general, la malla tecnológica es un material maravilloso, y caro, de origen desconocido. En la Inquisición sabemos que se trata de tecnología alienígena, concretamente Eldar, y como tal debería de estar totalmente prohibida. Sin embargo, las clases pudientes y los servidores leales del Imperio utilizan ambos esta tecnología, por lo que solemos hacer la vista gorda.

Los visoingenieros del Mechanicus afirman que el metal negro de esta malla es precognitivo, y que mientras que normalmente permanece flexible, se endurece enormemente momentos antes de recibir un ataque. También hablan de nano-tecnología y de otros conceptos igualmente incomprensibles.

Lo que debes saber sobre la malla tecnológica es que es rara, es cara, y es un artículo pseudo-ilegal. Los pandilleros intentarán matarte por ella, y las autoridades corruptas pueden intentar "requisarla", alegando que es alienígena y por tanto prohibida.

Pese a estos inconvenientes, creo que unos guantes de malla le darán justo el aspecto de peligrosa pistolera que debería de tener, Agente Rais. Le recomiendo que practique con una pistola, descubrirá que con estos guantes apenas pierde sensación de tacto." -

El Adepto Asclates saca unos guantes negros de malla tecnológica de una bolsa de cintura y se los entrega a Arlesha Rais.

Le hablo al Adepto sobre lo que dijo:

 - "No sé si mi categoria me permita disfrutar de algun obsequio, pero quisiera pedir una proteccion superior, algo como lo de Tercio. Ademas quisiera cambiar mi arma cuerpo a cuerpo. Quisiera dejar mi martillo a la Inquisicion y llevarme en su lugar una espada. Solo eso quiero, si es que es posible."

Espero su respuesta mientras miro los guantes con un poco de repulsion al conocer su origen.

- "Tan sólo una petición te es concedida, Iniciado. Conserva tu martillo, pues tiene un importante valor simbólico dentro del Ministorum, el martillo de herejes. Y toma además esta espada, así te conviertas algún día en Espada del Emperador." -

El Adepto le entrega a Tauron una vieja espada ornamentada, pero el filo parece de buen acero, aunque necesita un afilado y pulido.

Recibo la espada con orgullo y le contesto al Adepto:

 - "Muchas gracias, Adepto Asclates. Asi lo haré."

Guardo silencio y espero a mis compañeros para comenzar con la mision.

- "Bien, como ya han recibido todos los presentes de Lord Zerbe, ha llegado el momento de que les deje solos y me despida.

Mañana a las siete de la mañana estén preparados para partir. Cuando se abran sus celdas diríjanse por el corredor principal hasta el elevador, que les llevará a la planta cero y al Hangar. Allí una lanzadera de carga de aspecto corriente les trasladará hasta el Muelle Orbital Tarsus.

Recuerden que sus pases y documentos les permitirán llegar hasta la Colmena Sibellus, pero son de baja profundidad. Esto quiere decir, que si son investigados se descubrirá que son falsos. Para evitar que esto pase deben evitar llamar la atención y hacer caso a las autoridades.

Si les dicen que deben facturar las armas aparte, aunque sean mercenarios autorizados con licencia, hagan justo eso. Si intentan pasar un cuchillo oculto y les descubren, se habrán metido en problemas antes incluso de empezar.

Traten de comportarse como ciudadanos ejemplares.

Por mi parte, esto es todo. Ha sido un placer entrenarles y me gustaría volver a hacerlo en un futuro.

¡Por el Emperador!" -

El Adepto hace una reverencia y se retira, dejando solos a los Acólitos.

- Gracias Adepto Asclates. Actuaremos con prudencia, tenga eso por seguro - dijo Itsua ante la despedida de hombre que se había encargado de su entrenamiento -. ¡Por el emperador! - añadió como últimas palabras.

Cuando el Adepto se retiró, el psíquico se volvió hacia sus compañeros.

- Bueno, por fin ha acabado esto. Y no puedo decir sino que me alegro de ello. No ha sido especialmente fácil. Pero tenemos un asunto que resolver. ¿Alguien tiene algo que decir o proponer? - señaló al tiempo que se servía una infusión -. ¿Alguien quiere? - dijo levantando y agitando el termo del que se había servido.

"Sí. No. No hagas preguntas tan seguido. Ya te has distraido y a los demás por hacer esto en el comedor."

- Debería haber un líder y el más adecuado, el que mencionó Asclates, es decir, Tauron, no puede serlo de momento. Así que necesitamos un líder en funciones que nos mantenga vivos hasta que Tauron pueda asumir el cargo. Creo que ese líder en funciones debería ser Vladymir, que fue el que mostró más seguridad y disciplina en la última batalla.

-Muchas gracias -sin decir más Arlesha recogió los guantes que el Adepto Asclates le tendía- espero que nuestros caminos vuelvan a encontrarse algún dia. ¡Por el Emperador!

Posteriormente siguió a los demás a la cocina.

-Ponme a mi una taza tambien Itsua -le dijo mientras que le tendía la suya y sonreía ante las palabras de Tercio.

Tercio palmeó a Vladymir en la espalda.

- Venga, Vlad, di algo. ¿Te ves de líder? Yo confío en ti.

A Vlad le sorprendió la sugerencia de Tercio, y las indirectas de Arlesha.

"-No creo que sea el mas indicado para liderar al grupo, ya que la naturaleza de este no es el combate de trincheras ni los asaltos a posiciones enemigas. Es el subterfugio, el sigilo y las operaciones encubiertas. Yo puedo ayudar en todo momento en el que deje de ser necesario el actuar como si de Arbitres de encubierto nos tratasemos, y pasemos a actuar como una pequeña escuadra de "ratas de alcantarilla", pero en lo demás; y mientras el clerigo recupera su condición, creo que la mas indicada para liderarnos en este particular mundo de sombras es la Arbitres.
Pero esa es mi opinión, claro."