Partida Rol por web

- Yo no tengo interés alguno en salir, si he de ser sincero. Puede que acabe harto de este agujero al cabo de un tiempo, pero por el momento prefiero quedarme aquí. Prefiero dejar la investigación de los alrededores a los especialistas en colmenas - dijo con un tono divertido -. Si vais vosotros dos - comentó señalando con la taza a Arlesha y a Tercio -, llamaréis menos la atención que si fuéramos en grupo. Y siendo dos, no vais en solitario - añadió con una risa suave -. Y si vais a hacer compras, os podemos dar una lista de lo que nos vendría bien.

-Vale, parece que hay consenso entonces. Yo haré la primera guardia hoy y Lazerus me sustituirá a mitad de la noche. Tauron y los demás descansad esta noche, no sabemos lo que nos deparará el nuevo dia. Lazerus, te pediría que me prepararas un mapa de las cercanías del piso para mañana por la mañana, Tercio y yo saldremos a dar una pequeña vuelta, más para echar un vistazo a los alrededores y hacernos una idea de lo que nos podemos encontrar. Los demás id haciendo la lista de lo que necesiteis y en una segunda salida lo buscaremos.

- Arlesha y Tercio son los dos miembros del grupo más habituados a moverse en un mundo colmena, aunque no conocen Scintilla y mucho menos la Espira Slagerfeld.

- A ninguno de los dos se le da bien disimular, ella parece una policía por su forma de moverse y de mirar, él parece más una chusma pandillera. Uno creería que encaja más en estas calles, pero en realidad este no es un barrio verdaderamente malo.

- Es un barrio donde viven predominantemente obreros cualificados (los no cualificados viven en niveles inferiores, junto a las industrias, con todo el calor y la contaminación).

- En el barrio moran aproximadamente una docena de pequeñas bandas de mercenarios autorizados. No deberían de llevar armas no estando de servicio, pero las llevan abiertamente ante la ausencia del Adeptus Arbites o del Magistratum (fuerza de policía planetaria). En general se comportan como chulos ociosos, avasallando y tratando a empujones a los operarios de fábrica, aprovechándose de que no se van a defender.

- Cualquiera que no parezca un obrero cualificado llama instanánteamente la atención. En momentos al menos una docena de miradas de clavan en la extraña pareja formada por Arlesha y Tercio. Ella porta su escopeta, él su rifle de asalto de munición sólida. Ambos parecen una pareja peligrosa, pero no es eso lo que detiene a los mercenarios de abordarles o algo peor, sino los andares y gestos de Arlesha, que la delatan como perteneciente a la autoridad. Incluso los más estúpidos de los mercenarios no quieren perder su licencia, por lo que permanecen apartados.

- Tercio evalúa los comercios y tiendas de la zona. Como era de esperar, al ser la Capital del Sector, todo está al menos el doble de caro que en cualquier otro planeta. Además, con tanta superpoblación, la demanda de toda clase de productos es tan elevada, que los stocks enseguida se agotan, pese a los precios abusivos, por lo que sólo quedan a la venta los peores artículos.

- Además, hay demasiadas miradas codiciosas, comprar algo valioso es como una invitación al robo. Tercio le desaconseja a Arlesha comprar ningún artículo y ambos emprenden el regreso.

- El regreso es un verdadero viacrucis de casi dos días para evitar ser seguidos hasta el piso franco (han llamado la atención y en todo momento les siguen varios mercenarios o sus chivatos; se necesita toda la habilidad de Tercio para finalmente escapar de los ojos inquisitivos).

- Después de haber sido seleccionados para servir a la Inquisición, las cosas no han ido exactamente como os habíais imaginado.

- Apartados de vuestras anteriores vidas, habéis sido probados, medidos, estudiados... interrogados. Sin embargo, aparte de unas pocas lecciones impartidas en oscuras cámaras que os dejaron una sensación enfermiza en el estómago, y de cantidades aparentemente interminables de códigos y cifras para memorizar y destruir, os han dejado básicamente a vuestro libre albedrío.

- Alojados bajo identidades falsas como supuestos mercenarios en el bloque residencial Bajo Yatuno de la Espira Slagerfeld, en la Colmena Sibellus, Scintilla, el planeta capital del Sector Calixis, os habéis dedicado a esperar durante semanas la llamada de vuestros amos, y tal vez, su veredicto.

HAN TRANSCURRIDO TRES SEMANAS.

161.810M41.

- El día 150 fue día de cobro. Vuestros sueldos (aumentados tras el ascenso) os han sido ingresados.

- Finalmente, la llamada ha llegado y un correo de ojos perdidos os ha entregado una nota escrita en uno de los códigos del Sagrado Ordos.

LAZERUS-20:

- Para ti en particular este código es pan comido, si quieres descifrarlo puedes hacerlo con éxito automático, sin necesidad de tirada.

OTROS:

- Requisitos: Saber Leer y Escribir, saber los códigos de la Inquisición.

- Tirada: INT +20.

Tras tres semanas de encierro Itsua sentía que el piso franco se había convertido en una claustrofóbica ratonera. La lógica de la espera se le escapaba, salvo que aquella no fuera sino una prueba más para determinar la validez del grupo, forzando al límite su paciencia y aguante en un clima de abulía absoluta sin más alicientes que descubrir nuevas formas de aburrimiento. Tres semanas de sopas cuyo sabor neutro había llegado a detestar, de olores concentrados, de convivencia forzada sin intimidad alguna... Si no habían acabado discutiendo entre ellos y matándose, nunca más lo harían.

Pero la monotonía, la espera llegaron a su fin cuando el correo hizo su aparición con una nota con el sello oficial que tanto habían esperado.

- Por fin - susurró con voz ronca Itsua -. Creía que este día no iba a llegar nunca - añadió observando la carta depositada sobre la mesa de la habitación principal, cuya grafía respondía a uno de los códigos del Ordo -. Veamos qué nos dicen.

ARLAN HEX:

- En realidad el documento no lleva sello alguno, pero los códigos de autentificación son los de la Inquisición, así como la clave utilizada.

- Una vez descrifrado, el mensaje es simple y maquinal. Os citan para hoy, dentro de seis horas, en un lugar. La dirección está incluida.

- La orden es que os presentéis los seis y que vayais preparados.

- Está firmada con un: "El Emperador Protege".

- Señora, caballeros, tenemos una cita. Dentro de seis horas deberemos encontrarnos en esta dirección - dijo Itsua leyendo la misma- con el que supongo será nuestro contacto. Y según las instrucciones debemos ir preparados. Entiendo que eso implica que lo más probable es que no regresemos a este piso franco, así que no deberíamos dejar nada atrás. Tampoco es que haya mucho que llevarse, pero bueno, esa es otra historia - comentó socarronamente -. Y en cuanto a esto, lo mejor sería quemarlo - dijo haciendo referencia a la nota y poniéndose en pie -, por mera precaución.

Itsua dejó el salón para dirigirse a su habitación, donde recogió rápidamente sus escasa pertenencias que metió en su petate, así como el botiquín y los inyectables del cuarto de baño. Comprobó su armamento, la munición y regresó donde sus compañeros.

Tres semanas habían transcurrido desde que llegaran a aquel diminuto y escondido piso franco. En realidad no habían sacado apenas nada de provecho de su estancia allí, excepto el haber logrado ponersede acuerdo en elegir a sus líderes y quedar demostrado que las malditas varillas de lho eran un hábito deleznable.

Por fin, una nota rompió la monotonía. El tecnosacerdote estudió con celeridad la misiva, que decía exactamente lo que Harlan decía. Lazerus asintió como muestra de aprobación. Sus capacidades hacían que descifrar aquellas claves fuera de lo más anodino, pero no esperaba que tras tantas dificultades con el aprendizaje, el psíquico hubiera mejorado tanto.

Poco tiempo después, Lazerus-20-Silon aguardaba al resto de su equipo, ya pertrechado para comenzar la nueva minsión.

- Ya era hora. Entonces salgamos cuanto antes. No sabemos cuánto tardaremos en llegar si queremos que no nos sigan.

Tercio también fue a coger sus cosas, con la esperanza de salir inmediatamente.

TERCIO:

- Lo cierto es que esa dirección parece estar en algún lugar del Barrio del Administratum, hacia el norte.

- Teniendo en cuenta lo colosal y laberíntica que es la Colmena, salir lo antes posible no es en absoluto mala idea. Calculas que incluso usando transportes públicos no es difícil que tardéis más de cuatro horas en llegar.

Al ver el correo y sin la necesidad de intentar leerle, le hablo a mis compañeros:

 - "Bueno, el momento que todos hemos estado esperando ha llegado y la luz del Emperador nos sonrie e ilumina con su calida guia. Iré a preparar mis cosas y entonces nos dirigiremos a nuestro destino."

Voy hacia mi habitacion y tomo todas mis cosas, preparo mis armas y me dirijo a la cocina, para tomarme una ultima taza de Recafeinado y una varilla de lho antes del viaje.

Tres largas e intensamente aburridas semanas en aquel piso. Despues del primer intento de investigación fuera de aquellas paredes habian llegado a la conclusión de que era mejor y más seguro esperar y no tentar a la suerte de nuevo.

Tres largas semanas y por fin había llegado la carta que todos esperaban.

Espero a que Itsua la descifrara y les tradujera su contenido, lo cual hizo rápidamente. Una misión, seis horas para prepararse y llegar al lugar de reunión. Es decir, cinco minutos para dejar el piso tal y como lo encontraron y el resto para encontrar el lugar.

-Dame la nota Itsua, yo me encargaré de ella -le dijo mientras que pasaba junto a él y tomaba la nota en la mano- conforme estemos listos nos vemos aquí en el salón y salimos en busca de ese sitio. Tal y como está el tema allí fuera será mejor que dediquemos un buen rato a dar vueltas y a procurar que no nos siga nadie...

Diciendo esto, Arlesha se dirigió la nota a la cocina donde a los pocos minutos olió a quemado y solo quedó de ella un montoncito de ceniza que desapareció rapidamente por el desagüe. Despues se dirigió a su dormitorio en el que solo tuvo que guardar un par de cosas en su petate y cerrarlo. Sus pertenencias eran pocas. Cogió sus armas y salió al salón.

-Yo estoy lista. Cuando esteis, nos largamos.

- El grupo sale del piso franco y, tras tomar la debidas precauciones para evitar ser seguidos, toma un tren rápido para salir de la Espira y dirigirse al Norte.

TRANSCURREN CASI SEIS HORAS...

- A la hora convenida, os abrís paso a través de las agitadas masas sin rostro del Barrio del Administratum hasta llegar a una plataforma elevadora de servicio no señalizada situada en la parte posterior de un edificio vasto e impresionante cubierto de bajorrelieves de calaveras, urnas medio cubiertas, y demás símbolos de la muerte, coronado por una inmensa estatua de un santo doliente.

- Parece que os están esperando, el marchito rostro de un servidor encastrado en la plataforma os estudia y afirma: "Pasen" cuando subís a bordo.

- El control del servidor timbrea al activarse cuando el último de vosotros aborda la plataforma y el elevador desciende mientras la escotilla se cierra sobre vuestras cabezas con un golpe atronador.

- La plataforma se adentra en las profundidades durante algunos minutos a través de niveles de mantenimiento, adentrándose en las entrañas del distrito gubernamental.

- Al final del lento descenso del elevador, sois depositados en un amplio corredor gris, iluminado por pálidos globos lumínicos con forma de querubines llevando antorchas. Sólo está iluminada la primera parte del corredor y el resto se adentra en las tinieblas.

- Al saltar de la plataforma se iluminan más globos para mostraros el camino a tomar, y conforme os adentrás en el corredor, más globos se van iluminando delante vuestro, mientras que los que van quedando detrás se apagan.

- Hay un único camino, el corredor no tiene rasgos distintivos y desprende un ligero olor a desinfectante químico.

- Después de alrededor de cinco minutos de camino, el corredor termina en una puerta metálica blindada, que se destraba con un siseo de aire presurizado y se abre con un fuerte rechinar de engranajes.

- La habitación situada tras la puerta contiene un desbarajuste de cajas de metal polvorientas marcadas con símbolos ininteligibles apiladas contra un muro, mientras que en la pared contraria se ha abandonado, tumbada de lado, una camilla de hospital con correas para manos y pies.

- La característica más impactante de la habitación es un amplio espejo que domina la mitad superior de la pared opuesta a la entrada.

- Lentamente, el espejo se va aclarando hasta hacerse transparente, revelando detrás de él una brillante cámara de acero.

- Dentro de la cámara, mirando hacia la habitación, se encuentra una figura alta y robusta vestida con ropajes blancos de medicae sobre los que se ha colocado sobre los hombros un abrigo de cuero rojo.

- Tras él, cubierto por una sábana gris moteada, se encuentra lo que parece ser un cuerpo colocado en algún tipo de armazón puesto de pie para su inspección.

- Mientras tanto, flotando expectantes en el aire por encima de ambos se vislumbra un par de cráneos blancos esmaltados, en los que se han injertado diversos instrumentos de bronce y largas agujas hipodérmicas.