Partida Rol por web

Entro a la Finca Specula Maris ataviado con todas mis cosas, listo para poder descansar de la dura misión que hemos tenido. Antes de llegar a nuestra finca, pasamos por Escintilla, donde visité una tienda de mercenarios y compré unos cuantos cargadores de pistola automática, cuatro en total, para así estar listo para cuando un combate requiera más munición por parte de mis armas. Ofrecí un par de cargadores de bajo calibre pero nadie los quería, por lo que me los traje a la finca.

Al llegar, me doy cuenta de que somos los primeros en llegar y que nuestros compañeros aún están en su misión, allá en Iocanthos. Dejo mi equipo en mis aposentos y los cargadores de bajo calibre en los almacenes de la armería de la finca para quien los necesite.

Recuerdo lo sucedido en la misión y veo la necesidad de mejorar mi fusil de caza. Es una buena arma, que ha dado resultado y ha sido bien fiel. Le saco el silenciador y la mira láser antes de empacarlo. Utilizo un canal seguro de envío para que se le haga una mantención, se le limpie y se le deje en las condiciones excelentes en las que estaba mi rifle perdido en los pantanos de Acreage. Luego de eso adjunto el documento en el que solicito un selector de disparo para el rifle además de la mantención. Adjunto los tronos necesarios y envío el paquete.

Luego de eso, es hora de entrenar. Un buen asesino no descansa o será el próximo en ser asesinado, como se dice en el rubro. Me dirijo a las zonas de entrenamiento que yo mismo he desarrollado y comienzo a entrenar el evitar los peligros basado en ataques de poleas y bolas de acero arrojadizas. No son letales pero son rápidas y si te golpean, te dejan un cardenal por semanas. Es un buen sistema para agregar celeridad a los movimientos y anticiparse a ataques veloces y aleatorios.

En ese mismo tiempo y durante los más de quince días que entreno, pongo en práctica la capacidad de esconderme del resto. Comienzo a burlarme de mis compañeros escondiéndome para evitar ser visto y siguiéndolos en silencio de escondite en escondite. Veo resultados después de un tiempo al notar que me muevo más rápido hacia los escondites y que he aprendido a cubrirme mejor, evitando dejar el trasero a la vista como lo hacía las primeras veces. Ahora sé esconderme bien y camuflarme en las sombras como un buen asesino sabe hacerlo.

Después de unas semanas, llega una lanzadera con parte de nuestro equipo y acompaño a todos al comedor a beber mientras el Sacerdote Faith nos relata parte de lo ocurrido. Rechazo el amasec pues no me gusta estar con mis sentidos disminuidos. Escucho en silencio la conversación mientras me mantengo aparte.

Intius asintió a las explicaciones de Tauron, con el gesto serio. Tomó asiento mientras este les explicaba su misión, y él sí tomó una copa de armasec. 

- Comprendo. Nuestra misión fue un éxito. Iba a ser una misión rutinaria, pero nos encontramos con una instalación secreta en donde se realizaban experimentos obscenos y caóticos. Se eliminó la base, el tecnosacerdote implicado y el obispo que era quien había creado la trama. Casi todos fuimos heridos de gravedad pero afortunadamente no hemos tenido que lamentar bajas. - da un trago a su armasec, mientras sigue pensativo- Demos gracias al Sagrado Emperador por el éxito de ambas misiones. 

AMASEC:

- El amasec es una bebida muy popular en el Imperio que se obtiene a partir de la destilación del vino.

- Existe amasec de todas las calidades imaginables.

- Este amasec en concreto fue recibido hace poco y es un regalo de vuestro Inquisidor a sus Acólitos. Se trata de un amasec de excelente calidad que no desentonaría en absoluto en el despacho de un noble de alta alcurnia, o en el de un alto oficial imperial.

Valerius tomó asiento con calma, depositó las muletas apoyándolas a un lateral del mismo y asintió ante el servidor-mecánico para beberse una de las copas de amasec. El licor era de buena calidad y le serviría para relajarse.

Escuchó con calma a sus compañeros, parecía que no eran los únicos que habían sufrido adversidades sirviendo al Emperador, y lanzó una plegaria silenciosa al mismo por haber sobrevivido a pesar de perder una pierna. En el otro equipo había algunos que no habían tenido tanta suerte.

Alzó su copa y brindó ante las palabras de Intius. - ¡Gracias todopoderoso Emperador! ¡Bendita sea su eterna vigila! –

Habían sufrido, sí. Unos más que otros. Pero debía tomárselo como una prueba más. Una prueba de su Fe absoluta e inquebrantable en el Emperador.

Por unos instantes Intius no hace nada, deleitándose con el recio sabor en su boca, en la riqueza de los aromas. Eso le lleva a pensar los años pasados antes de su caída, cuando era un noble necio, como tantos otros, sin comprender el mundo, sin saber las obligaciones que el Emperador tenía para él.

- Bendita ignorancia- murmura para sí, rememorando aquellos tiempos, y dejando que su mente vague, unos instantes, a los tiempos antes de su entrada en prisión. Todo sin embargo había sido para algo. Ahora era uno de los que luchaban por el Sagrado Emperador. 

Arlesha permaneció en silencio contemplando a sus compañeros. Decidió no beber, prefería mantener el dolor latente tanto de sus costillas como de su mente, sirviendo como un recordatorio de sus errores, los cuales no deberían ser repetidos. Se preguntaba en silencio como sentería Cerberus el dolor, en los últimos días había pasado mucho tiempo con intentanto esclarecer los misterios relacionados con la obra del Dios máquina y se había percatado de las grandes diferencias entre ambos, resultaba inquientante que un hombre decidiera cambiar su cuerpo de esa forma.

Por otro lado estaba deseosa de pasar a la acción y practicar con su nueva arma pero tal vez fuera demasiado pronto sus heridad aún no estaban curadas del todo y no quería forzarse innecesariamente.

Saludé a todos y escuché sus informes de la misión que habían llevado a cabo pero, francamente, no me apetecía mucho hablar. En cuanto tuve la ocasión me escabullí a la que había sido mi celda antes de ir a Iocanthos y me tumbé sobre el jergón para descansar un ratito más.

Por unos instantes, Intius, perdido en sus pensamientos, no dice nada, valorando lo que cada uno dice, y lo que no dice. Luego parece recordar algo.

- Creo que, por unos días, podemos volver a cierta normalidad. Sólo una cuestión- mira entonces a Cerberus y a Valerius- ¿Habéis reflexionado en lo que os dije? ¿necesitáis que os preste dinero para que os hagan implantes de vuestros miembros perdidos? Quizás con lo que tengáis, y lo que yo pueda prestaros, podáis tener vuestros nuevos miembros antes que volvamos a ser llamados por nuestro Señor Inquisidor. 

Valerius apuró su licor y miró a Intius antes de asentir con la cabeza. - Agradezco el ofrecimiento. Pero con suerte no será necesario. Con la última paga creo que podría pagarme la pierna, aunque debo buscar un sitio donde incluyan la operación en el coste. Tendré que buscar e investigar un poco, y si alguno tiene contactos para echarme una mano con eso lo agradecería. -

Sí, en cuanto se levantara y saliera de la habitación Valerius comenzaría a buscar un mundo tecnológicamente avanzado donde poder operarse.

- En cualquier caso, si no llegara a pagarlo por poco, te avisaría por si pudieras prestarme algo. - continuó a modo de petición. Esperaba no tener que llegar a ello, pero no estaba de más contar con el apoyo de un compañero de cédula.

Intius mira al novicio Valerius y asiente.

- Por eso no creo que debas preocuparte. Con el servidor medicae que nos ha confiado el inquisidor y con el laboratorio, creo que la operación puede realizarse directamente aquí, por el servidor medicae. Por lo que sólo sería preciso el pago del implante.

- Ciertamente, el servidor puede realizar esa operación, aunque su función es más la de cuidar a un paciente y ayudar en su recuperación.

- Para que se haga una operación de calidad y con garantías es mejor un verdadero Medicae (humano, no servidor), o incluso mejor, un Tecnosacerdote con entrenamiento Biologis (no Cerberus).

- Para vosotros, una buena opción es ir directamente al Palacio del Tricorne, la sede de la Inquisición en el Sector Calixis, sito en la Colmena Sibellus. Con vuestra identidad como Acólitos, allí podéis obtener el precio base y una operación en condiciones incluida en el coste. Coste: Brazo: Mil Tronos. Pierna: Mil quinientos Tronos.

Valerius se aclaró la garganta. – Si a alguno no os importa acompañarme al Palacio del Tricorne… - Comenzó revolviéndose un poco en el sofá. Le resultaría incómodo viajar a él sólo con una sola pierna así que mejor si alguno de sus compañeros iba con él para informarse. – Así podremos asegurarnos de si hay disponibilidad y del precio. El Emperador provee. – Finalizó aseverando una de las verdades que les enseñaban desde pequeños. 

Intius asiente.

- Yo te acompañaré. Deseo ir al palacio. Tal vez pueda arreglar algunos de las heridas de guerra que estas últimas misiones me han producido. 

La unidad Cerberus procesó las palabras de Intius Varnias hasta catalogarlas como un acto de altruismo. A pesar de que la ausencia de uno de sus miembros no lo incapacitaba totalmente para las tareas para las que había sido programado, ya había estado meditando sobre la idea de llevar a cabo la operación de injerto del brazo mecánico. Le parecía que el Adeptus Mechanicus se sentiría orgulloso de su acercamiento hacia la materia de estudio y además sería un miembro más apto para la célula inquisitorial, por lo que no había ninguna razón para no hacerlo, salvo la económica, claro.

Su cuenta ascendía a una cantidad nada desdeñable, el Adeptus Mechanicus pagaba con creces a sus humildes servidores. Sin embargo, no estaba seguro de tener lo suficiente, por lo que la propuesta de Intius Varnias le resultó interesante. No acostumbraba a ese tipo de relaciones, pero dado que era muy probable que continuaran siendo compañeros durante un tiempo, pensó que tendría tiempo suficiente para devolverle el favor.

- Tienes mi gratitud, Intius Varnias - la voz metálica surgió a través del vocotransmisor.- Debo evaluar correctamente los costes de la operación de injerto teniendo en cuenta los factores locales y la fluctuación del mercado actual. En cuanto cuente con más información podré saber con exactitud si necesitaré un préstamo, préstamo que en cualquier caso te será devuelto a la mayor brevedad posible. Vayamos al Palacio.

- Cerberus, Varnias y Valerius se dirigen al Palacio del Tricorne, en el corazón de la Colmena Sibellus.

- Se llevan uno de los dos aerodeslizadores de la finca.

- Esa mañana llegan tres Acólitos del Séquito del Inquisidor Globus Vaarak a su base en la Finca Specula Maris.

- Se trata de Vladymir, junto con dos nuevos Acólitos que algunos miembros de la célula ya conocen del planeta Iocanthos mientras que otros no los han visto nunca antes.

- Unos sesenta y cinco días antes, regresaron del Palacio del Tricorne Cerberus, Valerius y Varnias.

Renata se estiró sin pudor alguno, tratando de desentumecer su cuerpo de forma no demasiado indecorosa, si bien su camisa se tensó de algún modo que debió ser poco recatado, a la vista de la mirada libidinosa que creyó ver en Kurt y de la agitación en el mostacho de Ostrogov que pareció cobrar vida propia.

-Bien, por fin hemos llegado. ¿Y ahora?

El cuello del guardia crujió levemente, respondiendo al movimiento que el vostroyano hizo para desentumecerse después del largo viaje. Pero al fin habían llegado.

-Ahora... Conoceréis al resto de la célula. Y seréis libres de descansar o entrenar como consideréis, hasta que volvamos a ser requeridos. Pasad, el sitio no está mal, es amplio y está bien equipado. 

El hombre encabezó la marcha a través de las puertas, esperando que el resto estuvieran sobre aviso para recibirlos. Si mal no recordaba la seguridad del lugar, al menos deberían haberles visto venir.

-¡Salid a recibir a nuestros nuevos compañeros!-tronó su voz al atravesar la puerta y no encontrar a nadie al otro lado-¡No querréis que piensen que somos unos maleducados!

- Las defensas de la Finca se desactivan ante la orden de Vladymir, dejando pasar a los nuevos Acólitos.

- Kurt se fija en que hay un bolter pesado sobre la fachada principal, y parece que detrás asoma un lanzamisiles antiaéreo. Además, parece haber nichos de los que ocultan servidores de combate.