Partida Rol por web

La unidad Cerberus se había limitado a asentir ante la pregunta de Intius Varnias, para después retirarse durante unas horas para cumplir con su cometido. Los rituales implicados en la tarea le resultaron sumamente sencillos, nada que no hubiera tenido que hacer anteriormente, y las máquinas se mostraron complacidas y respondieron adecuadamente a lo que se les pedía. Poco después la ruta seguida por Tercio Veridio fue reconstruida y la unidad Cerberus imprimió todos los datos relevantes en una placa de datos que, posteriormente entregó a Intius Varnias.

- He reconstruido la ruta de Tercio Veridio - dijo la voz enlatada del comunicador.- Todos los datos de interés se encuentran en esta placa de datos.

Después de entregársela se retiró un par de pasos para esperar las siguientes órdenes, si es que las había.

Había descansado lo justo para estar en condiciones de afrontar la misión encomendada. No le hacía gracia abandonar su puesto, pero estaría cubierto por Intius y su tarea sería de ayuda para conocer los peligros ahí fuera. La tierra en la que estaba era casi inhóspita y el avistamiento de mutantes no podía ser pasado por alto por más tiempo.

- Señores... - saludó a los presentes. - El equipo está preparado y si no hay más que añadir podemos ponernos en marcha - miró a Intius. - Pero antes me gustaría acudir a la Capilla, seré breve.

Tras acordar los últimos detalles abandona la sala para dirigirse a la Capilla. Cada mañana desde que puede recordar, y con mayor fuerza desde que su padre hizo que regresara al buen camino, se postra con humildad ante el Emperador.

"Se nota el cuidado del lugar, el Novicio Valerius está haciendo una buena labor. Si el Emperador lo quiere cuando regrese tengo que sincerarme con él, dejar que me ayude en mi lucha interna".

Siguiendo el ritual llegó hasta la base del altar, allí donde los fieles mostraban su humildad. Hincó ambas rodillas, cerró los ojos y extendió sus manos con las palmas hacia arriba. Varias respiraciones después, cuando la calma llenó su ser, se dispuso a orar en alto pero de forma íntima:

"Tu luz es mi guía.
Tu presencia, mi fuerza.
Eres mi escudo en la batalla,
y mi esencia tu arma.

No hay sendas oscuras,
tu luz me guía.
No hay flaqueza en mi alma,
tu fuerza me sostiene.
No hay lucha perdida,
tu valía me protege.

Fides nunquam perit.
Fides vincit omnia.

Proporcióname tu misericordia
pues sé que la necesitaré.
En los momentos más oscuros
tu magnanimidad hallaré.

Emperador de la Humanidad...
Por tu legado lucho,
por tu gloria muero.

In nomine Imperator...
Fiat justitia! "

FINCA SPECULA MARIS:

- La Arbitradora Rais ha recogido su equipo.

- Ha impreso los mapas de la zona, aunque no son muy precisos ni detallados.

- Falta decidir quién va a ir a reconocer el terreno en el que Tercio fue atacado por mutantes, y quién se quedará en la finca. Y también el vehículo a utilizar.

-Gracias Cerberus, esto será de gran ayuda. Necesitaba otro favor. ¿Puedes mirar por la finca si hay algo para que podamos comunicarnos con ellos? En caso afirmativo configuralo para que funcione, supongo que no estarán bien calibrados.

Estar en contacto era importante, aunque Intius desconocía si había algún artilugio capaz de hacerlo por allí. Seguramente Cerberus si que lo sabría.

-Bien Agente Rais, veo que lo tiene todo listo. Titus ¿Tu también estás preparado? Supongo que sabéis lo que tenéis que hacer. Si hay cualquier duda será mejor comentarla ahora. Podéis coger el vehículo que más os convenga, están todos a nuestra disposición, eso sí procurad no seguir el ejemplo de Tercio.

Lo último lo añadió en tono jocoso, Tercio siempre andaba metiéndose en líos, tenía una habilidad para ello y todos lo habían vivido en sus propias carnes durante la última misión, pero Arlesha y Titus estaban más centrados y estaba seguro que no tendrían problema para llevar a cabo la misión que se les había asignado.

Asintió cuando Intius se dirigió a ella, y ya que estaba el Tecnosacerdote presente iba a aprovechar su talento.

- ¿Puede sincronizar el vox de Titus y el mío? -preguntó a Cerberus- No será suficiente para comunicarnos con la base pero sí será de mucha utilidad entre nosotros. Por cierto, ¿está disponible uno de los aerodeslizadores? El manejo de vehículos terrestres no es lo mío.

Echó un vistazo a su mochila y a punto estuvo de callarse.

- Llevo lo que considero necesario, pero no sé mucho sobre el terreno abierto -miró a Intius. Decir que aborrecía los espacios abiertos, desolados y carentes de hierro y cemento era quedarse corto. No quería ni pensar qué pasaría si se quedaban tirados, anhelaba una buena y bulliciosa urbe- Creo que voy a repasar mi equipo, para estar seguros. 

Fue enumerando lo que llevaba:

- Veinte cartuchos más armas (escopeta y garrote); un magnocular; una quimilámpara... por si nos alcanza la noche; una ración de comida y agua... Ah, y un par de estimulantes por si la cosa se pone fea. No contamos con muchos recursos así que hay que tirar de lo personal. 

Me mantuve distraído en la preparación de mis armas mientras el par de arbitradores hablaba entre ellos. No sé que se decían, de seguro alguna técnica para moler delincuentes con los palos que acostumbran llevar colgados. En el último momento me llegan las palabras acerca de si estoy listo o no y del plan que se avecina, a lo que contesto con mi gélida voz:

- "Siempre estoy preparado y sé lo que tengo que hacer: Apuntar, disparar y repetir. Para eso me contrataron."

Termino de revisar mis armas y las guardo. Todo lo que tengo es útil en el trabajo de matar mutantes. Mientras me mantengan a una buena distancia, mi rifle puede hacer el resto del trabajo. No he estado muy atento a la conversación de los agentes de la ley, pero supongo que no es mucho más de mí lo que se espera que el volar un par de sesos de los alrededores para mantener la seguridad de la Finca.

- Establecer una conexión entre los aparatos de comunicación y la base me llevará un tiempo aproximado de una hora - respondió la unidad Cerberus con su voz distorsionada por el comunicador.- Llevaré a cabo los rituales apropiados para hacerlo. Todos los vehículos de la mansión han sido purificados y reparados debidamente para mayor gloria del Dios Máquina, de modo que están completamente listos para cualquier tarea de reconocimiento que se requiera.

Sin más que añadir, el tecnosacerdote cogió los dispositivos de comunicación y sacó su frasco de óleo sagrado para comenzar el ritual de activación y sintonización de las máquinas. El resto requeriría un ritual algo más complejo para conseguir el favor de las máquinas de la sala de comunicaciones, así podrían estar en contacto con los exploradores.

CERBERUS:

- Parece que vais realmente escasos de equipos de comunicaciones.

- Tira Competencia Tecnológica +0 para chequear si tienes un vox de mano (o algo que sea fácil de reconvertir en uno) en el taller mecánico de la mansión.

EQUIPO:

- Arlesha sabe conducir aerodeslizador y hay dos en perfecto estado en el garaje de la mansión. Son vehículos algo más grandes que un coche normal que funcionan deslizándose a muy baja altitud sobre un colchón de ruedas en vez de sobre ruedas u orugas. Eso hace de ellos buenos vehículos todo-terreno, si bien algo inestables, por lo que hace falta una buena mano para pilotarlos.

- Arlesha es la única que tiene un vox de mano, a menos que Cerberus tenga algún otro en el taller mecánico. El Tecnosacerdote puede sintonizar el vox de Arlesha con las comunicaciones de Specula Maris, aunque el alcance es limitado y en cuanto se aleje unos kilómetros las comunicaciones serán muy precarias.

- Las únicas armas de Intius Varnias son un garrote y unas nudilleras metálicas. No cuenta con ningún arma de fuego.

Mentiría si decía que no le llamaba la atención la tarea de los Tecnosacerdotes, pero ya hacía tiempo que se había dedicada a seguir un único camino. Casi podía escuchar su voz autoritaria, sólida e intimidante... "Si pierdas el tiempo en ser aprendiz de todo cuando te enfrentes a un maestro seguirás siendo un aprendiz." Le había costado lo suyo dejar atrás su rebeldía, se había desprendido de su falso orgullo y comenzado a encarrilar su vida.

- Fascinante... -susurró al ver que la pieza de vox descartada en el almacén estaba ahora arreglada. Había mirado por encima aquel artilugio cuando se hizo el recuento, y se le había antojado imposible que volviera a funcionar- Loado sea el Dios Máquina por otorgar tal sabiduría a sus acólitos. Donde yo veía una pieza inservible... -dejó la frase en el aire y recogió el aparato- Gracias.

No había mucho más que decir, así que se dirigió al garaje donde ya estaba dispuesto el aerodeslizador con el equipo. Hacía un tiempo que no había conducido uno, pero para una misión de reconocimiento no creía que tuviera problemas.

- ¿En marcha? -miró a Titus mientras encendía el motor.

Ahora lo único que debían hacer era seguir la ruta que tomó Tercio, esperando descubrir algún tipo de rastro o lo que fuera.

La unidad Cerberus le entregó el vox de mano a Arlesha Rais en cuanto el ritual se completó con éxito. Al parecer, el Dios Máquina había tenido a bien concederle el favor de aquel aparato, un hecho indudable de que aprobaba la misión que se iba a desarrollar a continuación.

- Antes de que se marchen debo advertirles del alcance limitado del dispositivo - advirtió la unidad Cerberus con su habitual tono neutro.- He trazado un esquema en esta placa de datos que indica cual es rango de utilización del aparato con buenas condiciones - señaló una curva que rodeaba el complejo a unos pocos kilómetros de allí.- Hasta aquí las comunicaciones no tendrán interferencia alguna a menos que haya otras fuentes externas, a partir de aquí la comunicación no está garantiza. El límite es este - señaló otra curva que abarcaba unos pocos kilómetros más.- si atraviesan este límite la comunicación se perderá por completo. Recomiendo establecer el primer límite como punto de encuentro y realizar incursiones rápidas hacia la zona posterior.

El motor del aerodeslizador se enciende con un agradable zumbido.

Es un aparato de gama media-alta, manufacturado en la Colmena Sibellus. Probablemente sólo los ricos de la mitad superior de las espiras puedan permitirse uno de estos.

El interior huele todavía a nuevo.

Con todo listo Intius se limitó a seguir a Arlesha y Titus fuera de la casa hasta el aerodeslizador, no sin antes felicitar a Cerberus por su trabajo.

-Has hecho un gran trabajo Cerberus, siempre me ha maravillado como es posible que todas estas cosas funcionen tan bien. Es gracias a gente como tu, por supuesto. Y tienes razón, creo que es una buena idea que usen un punto cercano donde estén seguros que el comunicador emitirá señal y desde allí hagan pequeñas incursiones hacia zonas peor comunicadas.

Al acercarse abrió la puerta del aerodeslizador de manera galante para que Arlesha pudiera entrar, hacía mucho que no podía hacer eso, aunque esperaba que la arbitradora no malinterpretara su gesto.

-Estaré en la sala de comunicaciones todo el tiempo por si necesitáis algún tipo de información o cualquier cosa, aunque estoy seguro que os las apañaréis bien solos. Se volvió hacia Titus para darle un último consejo. Titus, recuerda que tan solo queremos recabar información de donde se encuentran los mutantes, cuantos son y como podemos acabar con ellos, no dispares a no ser que sea absolutamente necesario, no queremos advertirles de nuestras intenciones y que se escondan en otro lugar más difícil de encontrar, si se sienten seguros cometerán errores y podremos atraparlos fácilmente.

Sabía que Titus en el celo por servir al Emperador a veces se dejaba llevar por sus impulsos y apretaba el gatillo con facilidad, no quería que los mutantes se dieran a la fuga o que Arlesha y él acabaran rodeados por ellos en un terreno desfavorable. Para eso era aquella misión, para que pudieran elegir el mejor momento y lugar para atacarles una vez descubierto su número y su escondrijo.
Pegó un par de golpes en el capó del aerodeslizador y se apartó para que la arbitradora pudiera maniobrar con comodidad.

-Novicio Valerius. ¿Querría hacer una plegaria a nuestro Emperador para que proteja a nuestros compañeros?

- Arlesha y Titus se disponen a partir. Arlesha tiene un vox de mano, por lo que lo lógico es que fuese Titus quien llevase el otro.

- Intius se dirigirá a la sala de comunicaciones tan pronto parta el aerodeslizador.

Prestó atención a las indicaciones del Tecnosacerdote y efectivamente, por seguridad, era la mejor manera de efectuar la exploración del terreno. Además, si seguían esa ruta y sucedía cualquier imprevisto les sería más fácil emprender una búsqueda.

- Seguiremos la ruta de Tercio, y cuando lleguemos al límite marcado miraremos sobre el terreno la mejor forma de ejecutar la misión. En un principio me parece muy lógico lo expuesto, ya veremos con que obstáculos nos encontraremos.

Los puntos claves estaban sobre la mesa, las limitaciones eran claras y ahora sólo quedaba salir de una vez para comprobar el terreno. Agradeció con una inclinación de cabeza el detalle de Intius, aunque parecía estar un poco extrañada. Después de la bendición del Novicio Valerius salió con mayor seguridad de la que había albergado antes.

- Allá vamos -susurró antes de encender los motores y abandonar las instalaciones del complejo.

Había meditado en la Capilla que la mejor forma de manejar su situación personal era centrarse, y nada centraba más que manejar un aerodeslizador y seguir el camino. Dejaría que Titus se encargara en mayor parte de observar el terreno, y dado que no iban a viajar a gran velocidad también echaría un ojo al horizonte.

Asiento a las palabras de Intius. No me hace ningún problema el asesinar a mis oponentes pues es lo que he hecho toda la vida y una de las pocas cosas que realmente sé hacer, pero no es una necesidad... ni siquiera un placer. No disfruto mi trabajo así como no disfruto nada de la vida misma.

Me subo al vehículo con el arma presta y lista, sentado en el asiento del copiloto, listo para observar todo lo que esté a nuestro alrededor una vez que comience el vuelo. No sé manejar esas cosas, pero si he viajado sobre ellas muchas veces en Los Tornos. Es agradable y veloz, lo que optimiza el tiempo, algo muy apreciado en mi profesión.

Una vez arriba, le hablo a la Arbitradora:

- "Estoy listo. Vigilaré y dispararé solo cuando me lo indiques. No olvides hacerlo."

Me aseguro bien al asiento antes de que la mujer acelere y nos saque de la Finca en el aire. Miro el espacio alrededor y veo como es que el terreno es dejado atrás para dar paso a las tierras exteriores, un yermo no demasiado amigable tampoco. Comienzo a mirar alrededor con ojos escrutadores para así poder discernir cualquier actividad en el suelo a nuestro alrededor.

- Arlesha sujeta la placa de datos que le ha dado Cerberus cerca del volante del vehículo.

- Una vez que Titus se sienta y se pone el cinturón, la Arbitradora arranca el aparato, que con un fuerte traqueteo metálico se eleva a una altura de unos 74 centímetros y sale por el túnel del garaje al exterior, dirigiéndose desde ahí hacia la salida de la Finca.

- Desde la Sala de Control, Intius les abre la verja exterior, y la cierra en cuanto el vehículo traspasa el muro.

Con un ligero toque de su martillo, el “Sacrosanto Azote de Herejes”, el Novicio Valerius entonó un solemne ritual como súplica a los Santos protectores y al gran Dios Emperador, el resguardo de sus compañeros.

Oh, gran y reverenciado Santo Drusus, guerrero en miles de batallas inolvidables en el paso del tiempo, caudillo de enemigos sedientos de la sangre de los enviados a defender el orgullo de nuestro sacrosanto Dios Emperador, protege a nuestras tropas, y aliados, en la misión que les ha sido encomendada, y que lleguen salvos a su destino. Pero si éste fuere reunirse con vos en tu eterno abrazo, reserva  un lugar para aquellos que con gusto sacrificarán sus vidas por la voluntad de aquel al que servimos.

De nuevo, y con otro ligero golpe en el suelo, el Novicio Valerius, sentenció la solemne oración.

Que el gran Drusus os proteja en éste viaje.

Así los compañeros partieron en su viaje, mientras el Novicio volvía sus quehaceres rutinarios.

DIA SIGUIENTE: