Partida Rol por web

- El aerodeslizador regresa con Arlesha Rais al volante y Titus Nihilus de acompañante.

- Los códigos de identificación son correctos, por lo que Intius Varnias permite el acceso al vehículo.

- Al poco, el vehículo está estacionado en su hueco en el garaje subterráneo. Parece intacto, aparte de la suciedad y el polvo de los páramos de Escintilla.

Intius había permanecido alerta frente al comunicador todo el tiempo esperando poder ofrecer ayuda o apoyo si Arlesha y Titus lo necesitaban, pero este se había mantenido en un preocupante silencio. Sabía que ambos estaban bien entrenados y que se las podían apañar bien solos pero la ausencia de noticias le inquietaba. Cuando por fin supo algo de ellos ya estaban de regreso y tras el trámite de los códigos de acceso les abrió las puertas y dejó que accedieran a la finca. Fue en ese momento en el que dejó su puesto y se dirigió hacia el garaje para recibirlos. Mientras llegaba allí, comunicó a los compañeros que se habían quedado en la finca la presencia de Arlesha y Titus entre ellos nuevamente.
El vehículo y sobre todo sus ocupantes parecían intactos, eso hizo que Intius sonriera. Se acercó a la portezuela y la abrió dejando el camino libre a la arbitradora para bajarse.

-¡Bienvenidos! Estaba empezando a preocuparme al no saber nada de vosotros. ¿Como ha ido todo? Se giró hacia la unidad Cerberus para que se hiciera cargo del vehículo. Cerberus ¿Puedes echar un vistazo al vehículo y dejarlo a punto para la próxima vez que lo utilicemos?

Nunca había que descuidar el mantenimiento del material y sobre todo en la precaria situación en la que se encontraban cuando cada una de las cosas que tenían era prácticamente insustituible. Los suministros, si llegaban, lo harían con cuentagotas.

El novicio Valerius había estado pendiente de sus quehaceres habituales en la finca. Andaba algo más encorvado de lo normal, y aunque no había estado en combate recientemente, su cuerpo malogrado y su cara parecían demostrar todo lo contrario.

Con su parsimonia habitual bajó para dar la bienvenida a sus camaradas de armas, que habían salido en misión. Cuando llegó su compañero Intius Varnas ya estaba allí, mientras daba ordenes a la unidad Cerberus para que se ocupara de las tareas de mantenimiento de la nave recién llegada.

Espero que el santisimo Drusus y la gracia del Dios Emperador os haya guidao y protegido durante todo vuestro viaje, amigos.

El Novicio Valerius se alejó unos pasos hacia atrás, revelando una leve cojera, dejando sitio de sobra para que los recién llegados pudieran abrir las compuertas y bajar a tierra firme.

La unidad Cerberus acató las órdenes sin decir una sola palabra, sencillamente se acercó al vehículo y comenzó a examinarlo para evaluar su estado y decidir cuales serían los rituales más adecuados para apaciguar a los espiritus máquina.
 

CERBERUS:

- El aerodeslizador está muy sucio por fuera. Las ventanillas están algo atascadas, y parece que en algún momento se coló mucho polvo y algo de tierra dentro, por lo que también será necesaria una limpieza interior minuciosa.

- En conjunto, un trabajo totalmente de rutina para ti (no se requiere ninguna tirada, sólo dedicarle a la tarea un mínimo de dos horas, o hasta veinte si quieres hacerlo milimétricamente perfecto).

Bajar del aerodeslizador fue todo un alivio, o más bien el hecho de no tener que volver a conducir hasta el día siguiente, o eso esperaba. Aquella travesía, calurosa a más no poder, dejó en claro que debía tomar más prácticas a los mandos del vehículo. Si era una de las pocas que sabía conducir ese tipo iban a sufrir de lo lindo.

- Intius... -dijo al tiempo que inclinaba la cabeza agradeciendo la bienvenida- Consideré limitar la comunicación por si la interferían, aunque ciertamente plantea una cuestión de interés. ¿Un protocolo para la siguiente salida? -Sonrió-. En general ha sido una búsqueda infructuosa, pero hay que tener en cuenta que Escintilla está repleta de túneles subterráneos. Y el calor... -Suspiró-. Y mi manejo del aerodeslizador es bastante básico, fue casi una tortura -Rais se encogió de hombros sin mirar a nadie en particula, y menos a Titus-. Lo importante es que al llegar al punto de referencia, donde Tercio dijo que fue atacado, no encontramos evidencias de un asalto. No quiero precipitarme en mi conclusión, así que espero que mañana hallemos algo de interés.

- En efecto, Novicio Valerius -respondió cuando se unió a ellos el Sacerdote-, la Luz del Emperador irradió con fuerza el día de hoy -Reprimió una sonrisa, no quería molestar al Sacerdote.

La Arbitradora se acercó al Tecnosacerdote una vez terminó lo que ella creía era una evaluación del vehículo, esperando que no pensara mal al meterse en su terreno.

- Cerberus, hubo un problema con la ventanilla. Se filtraba mucho polvo y tuve que hacer un arreglo provisional o habríamos acabado con media tierra del páramo en nuestros pulmones -Cogió su mochila del transporte-. Necesitamos los datos del recorrido para hacer una mejor evaluación.

Tras una rápida inspección del vehículo, la unidad Cerberus se entregó a las labores de mantenimiento. No tenía otras órdenes posteriores, de modo que decidió hacerlo minuciosamente, poniendo especial atención en las ventanillas, como bien había apuntado Arlesha Rais.

TRANSCURRE LA MAYOR PARTE DEL DIA.

ARLESHA:

- Has descansado y ya estás repuesta.

- Te sientes lista para entrenar o lo que sea.

CERBERUS:

- El vehículo está quedando impecable. Nada menos que la perfección en las tareas de mantenimiento podrá honrar al Omnisiah.

INTIUS:

- Durante horas, monitorizas las transmisiones de radio. Nada de interés en las ondas en estos momentos.

NOVICIO VALERIUS:

- La Capilla está limpia, impecable e impoluta. Las velas encendidas, los incensarios también.

- Sin embargo, ninguno de tus compañeros de célula acude a rezar, o a confesarse. Es cierto que técnicamente no eres un sacerdote ordenado y todavía no puedes administrar la mayor parte de los sacramentos. Aún así, esta aparente falta de fe resulta inadecuada en unos siervos del Emperador.

TITUS:

- Descansas algunas horas del viaje y después comienzas tus rutinas de viaje. Estás especialmente orgulloso de los nuevos tornos giratorios con cuchillas de la sala de entrenamiento.

El novicio Valerius aguardó pacientemente durante buena parte del día, esperando que alguien entrara para confesar sus secretos, o culpas o intrigas de buena gana.

Parece que nadie me respeta aún, o es que tienen miedo de que cuando se encuentren a sí mismos, vean algo que no esperan dentro de lo más profundo de su ser.

Si esa es su voluntad, así sea, pero no me quedaré de brazos cruzados, perdiendo el tiempo, mientras esas pobres criaturas del emperador sufren ahogando o silenciando sus penas. Si los santos no van a la montaña... Ha llegado la hora de actuar, y mostrar iniciativa.

El Novicio Valerius se pertrechó apropiadamente, y salió de la capilla dirección a la habitación de la agente Arlesha Rais, con la esperanza de encontrarla allí. Más tarde me pasaré por la habitación de Titus Nihilius.

Antes de ir a comer algo más decente que las raciones de campaña, y por no mencionar agua bien fresca, se permitió una buena ducha y ropa limpia. Hasta que no hubo terminado de comer y recoger no se permitió pensar en la misión para así descansar y analizar todo con mayor frescura más tarde; aunque lo cierto es que había poco que analizar.

- Arbitrador Intius -Llamó a través del intercomunicador-. Si ninguna labor le ocupa me gustaría reunirme con usted para tratar los detalles de la misión -Esperó la respuesta.

Sin prisa anduvo hasta el Control de Seguridad de a finca, donde Intius se reuniría con ella. Llevaba consigo los planos que habían sacado, echando un breve vistazo para ubicar por dónde habían realizado el recorrido.

- Buenas... -dijo al entrar. Como era de esperar echó un vistazo a las pantallas, después de todo seguía siendo la encargada de la seguridad de la finca- ¿Alguna novedad?

Por experiencia sabía que estar vigilando las pantallas no era precisamente grato, necesitabas una dosis de paciencia y siempre estar alerta. Los lugares tan solitarios como los páramos de Escintillas eran propicios para caer en el aburrimiento y bajar la guardia, pero con algo de suerte aquel paraje podrían ofrecerles la tranquilidad necesaria antes de las verdaderas misiones.

- No hay mucho más que ofrecer sobre lo dicho antes. Por lo que sé, los páramos albergan túneles subterráneos sin catalogar -Hizo un barrido con la mano sobre el mapa-. En general no localizamos ninguna anomalía, ni siquiera puntos de interés. Como dije, no había signos de ataque en el punto donde Tercio dijo que fue atacado -Señaló la zona en su mapa, que estaba marcado con una T en rojo-. Consideré adecuado no comentar delante de los demás mi opinión, aunque al parecer Titus piensa lo mismo: es posible que Tercio mintiera al respecto. Según Titus, y lo cierto es que conozco poco del asunto, no hay que descartar la posibilidad de que fuera un ardid para quedarse con el dinero que otros habían entregado para comprar suministros. 

Intius no tuvo ninguna objeción en reunirse con Arlesha, de todas las personas que había conocido desde su salida quizá fuera con ella con la que tenía más en común, aunque solo fuera su pasado de arbitrador. Además se pasaba las horas aburrido monitorizando las transmisiones en busca de comunicaciones que nunca llegaban, un poco de compañía no podía dejarse pasar.

-Pase Arlesha, y llámame Intius por favor. Dejó que ella se sentara y le sonrió, aunque en su mueca había cierto grado de tristeza. No se si lo sabe, pero debo confesarle algo. No tengo mucho de arbitrador, apenas serví un año, así que puede considerarme un cadete en ese aspecto y tras tanto tiempo no me considero a mi mismo ya uno de ustedes, aunque sigo respetando fielmente los ideales y el código. Puede tratarme como a un civil con total libertad.

Si fueran arbitradores y no trabajaran para la Inquisición ella tendría una graduación mucho más alta y estaría bajo su mando. También tenía mayor experiencia dentro de la Inquisición e Intius siempre se había preguntado que había pasado para que la relevaran del mando. No tenía intención de preguntarle a ella y sus antiguos compañeros no habían hablado mucho del tema tampoco. Pero Intius la respetaba como una superior de todas formas, aunque oficialmente no lo fuera.

-No, ninguna novedad, la radio está totalmente en silencio.

Escuchó el informe de la Agente Arlesha con atención y no pudo ocultar su cara de sorpresa.

-Bueno... no se que decirle Agente Rais. Sinceramente Tercio es un embaucador y un pillo pero no creo que sea un ladrón, al menos en este caso. El accidente ocurrió realmente, eso es un hecho innegable, aunque las circunstancias en las que se produjo pudieron diferir de las que Tercio describió en su informe. Según él tuvo que huir de aquí -dijo mientras señalaba el punto marcado en el mapa- a punta de pistola. Las balas realmente faltaban en el recuento posterior que se hizo y le fueron suministradas otras para reponerlas, aunque eso tampoco constituye una prueba en si misma. Tras eso tuvimos que ir a recuperar el vehículo que se encontraba accidentado y bastante dañado y el propio Cerberus se encargó de su reparación. Prefiero fiarme de la palabra de Tercio y pensar que su pasado y sus cuentas o problemas con la justicia han sido perdonadas por el Emperador y que ahora lo sirve en cuerpo y alma, la pierna que le falta son prueba de ello. Quizás su naturaleza, como la de Titus siga estando ahí, así como nosotros nos veremos inclinados a seguir las normas por nuestro pasado de arbitradores, pero si todos ponemos eso al servicio del Emperador no habrá problemas. Creo que sabe tan bien como yo que a veces en las misiones nuestras normas y moral como arbitradores se ven forzadas al límite en situaciones que debemos tomar decisiones contrarias a ellas, ahí son tipos como Titus y Tercio donde toman la iniciativa en aras de un bien mayor. Resulta chocante si, pero los caminos del Emperador nos son desconocidos y lo importante es servirle fielmente cueste lo que cueste.

Sin pretenderlo había dado un pequeño discurso de desahogo, muchas cosas habían sido puestas a prueba en su primera misión, cosas de las que no se sentía orgulloso, o que le asustaban, pero que habían sido para bien del Emperador y eso, al final, lo compensaba todo.

-En cuanto a lo del robo... Oficialmente carecemos de ningún fondo como célula, así que si llevaba dinero era suyo o de otros acólitos que se lo dejaron para que les realizara algunas compras en su visita a la ciudad. En ese caso no ha sido reportado ningún informe al respecto de que hubiera desaparecido dinero de nadie. Si usted, Titus, o cualquier otro se encuentra en esa situación les ruego que me presenten un informe y yo me encargaré personalmente de investigarlo, con su ayuda si usted lo desea Agente Rais. En todo caso seguiremos patrullando la zona, nuestra posición aquí no debe ser descubierta y cualquier precaución es poca, prefiero tener los alrededores bien controlados antes de toparnos con sorpresas.

El viaje de reconocimiento y, si es que tenía algo de suerte, de "limpieza", terminó siendo un completo fracaso. Nada de lo que pasó allá sirvió de nada más que para conocer un poco a la Arbitradora que forma parte del grupo. La mujer es atractiva y de armas tomadas, algo que respeto, pero es una arbitradora y eso me choca demasiado como para pensar en algo más que una relación laboral lo más fría posible.

Al llegar, ignoro a todo el mundo y dejo que la mujer informe acerca de lo que pasamos, mientras que yo me dirijo de inmediato a mi zona de la Finca: La sala de entrenamientos.

Una vez allí, me recuesto sobre unas plataformas móviles que se ocupan para ejercitar el equilibrio y la agilidad de los acólitos. Me quedo dormido un buen rato sobre ellas, reponiendo la energía gastada en nuestro infructífero viaje. Luego de eso, me pongo a trabajar en mi último proyecto: Torno de cuchillas giratorias. Ya está casi listo, pero aun es capaz de causar graves heridas hasta en el más ágil de los participantes. Debo bajarle un poco la velocidad o matará a todo el que quiera probarse... incluyéndome.

TRANSCURREN DOS DIAS TRANQUILOS.

FINCA SPECULA MARIS:

- No hay novedades.

- Nada relevante en las ondas de radio que captáis desde la finca.

- Ninguna noticia de vuestros compañeros en misión ni de la Inquisición en general (lo cual tal vez sea bueno en sí mismo).

- Nada sobre los grupos de mutantes que probablemente pueblen esta región un tanto desolada y abandonada de Escintila.

- La vida transcurre con normalidad: entrenamientos, comidas, oración, recogimiento y descanso...

Tras dejar el material en su habitación, tomar una ducha para quitarse medio kilo de polvo pegado a su piel y vestirse se dirigió a la sala de seguridad de la finca. Aunque en un principio se sintió recelosa de dejar la vigilancia a otra persona sirvió para: primero, aligerar la monotonía. Segundo, socializar.

- Intius... -dijo antes de tomar asiento con una media sonrisa, respondiendo así a la petición. Escuchó aquellas palabras lenitivas encauzadas a suavizar el trato-. Sería generalizar, pero la gran mayoría tiene una historia. La mía ha pasado por malas decisiones, y no sólo cuando fui joven. He aprendido que al final lo importante es la eficacia, y si no estoy capacitada para dirigir un grupo me parece obvio que lo haga alguien más adecuado -prosiguió tal vez con un punto de seriedad, pero pareció darse cuenta y volvió a mostrar una sonrisa-. Tienes la aptitud perfecta para esta mezcolanza de caracteres, pero ya que hablamos en un tono de confianza te sugiero que no dudes a la hora de imponerte cuando sea necesario. Por lo demás seguro que te irá mejor que a mi.

No entró en detalles, tal vez más adelante. Personalmente ya había expuesto en su informe su incapacidad para dirigir el grupo, y no le había temblado el pulso para autocriticarse. Su padre la había enseñado unas cuantas cosas que, aunque pareciera un tópico, eran la semilla para convertirse en alguien tan impresionante como él.

- Coincido en que es un callejón sin salida -comentó tras lo que al parecer iba a quedarse en conjeturas-, y dado que no hemos encontrado pruebas a favor o en contra que sean fehacientes... -Dejó en suspenso-. Estoy de acuerdo en centrarse en vigilar los alrededores, asegurar la finca. Presiento que vamos a tener mucho tiempo para mantener la rutina...