Partida Rol por web

ESCINTILLA, ÓRBITA PLANETARIA:

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Conforme descendéis por las agitadas nubes, la Colmena Sibellus se alza hacia vosotros. Una vasta estructura, formada de piedra grabada con ornamentados relieves, moldeada en incontables estilos y construida hace más de diez mil años, Sibellus se extiende por el horizonte.

Inmediatamente debajo de vosotros, una serie de acantilados titánicos de granito negro marcan el borde oeste de la colmena, que desde el aire parece como si se derramara en el hirviente mar.

Conforme os acercáis, emergen más detalles. Miles y miles de andamios estás construidos sobre los acantilados, con pequeñas formas en movimiento que deben ser hombres subiendo y bajando por cuerdas, o entrando y saliendo de las incontables cuevas que cubren la cara de los muros de granita. Una brillante torre solitaria que tiene encima lo que parece una inmensa flor de piedra attrapa la luz del sol y destaca sobre el resto de la colmena. Cientos de estandartes ondean sobre el legendario Palacio de la Lucidad, sede del gobierno del Lord Sector Marius Hax en el Sector Calixis.

Vuestra nave se inclina hacia vuestro destino: un gran muelle de atraque que emerge de las porciones inferiores de las masivas espiras que se alzan en lo alto de la colmena.

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Las palabras de Intius encendieron una pequeña bombilla en su mente, pues la identidad que pretendía adoptar el arbitrador sugería otra posibilidad para su propia tapadera.

-Uhm... ¿Quizás podría ser un guardaespaldas? Sería un poco... Extraño ser un Strophes y un guardia de Vostroya. 

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- Sería una opción perfecta, Vladymir Ostrogov. ¿Has pensado ya en algún nombre?

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Miró a Intius. No habían demasiadas posibilidades para alguien como él, cuyo solo aspecto físico parecía demasiado determinante.

-No se me ocurre gran cosa, la verdad. Quizás secretario personal. Nombre, Arao Soil.

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La idea de revisar sus identidades falsas era buena. Valerius accedió en cuanto Intius lo propuso, y comenzó a revisar sus archivos para ver si encontraba algo de información de utilidad.

- Kairos Strophes. - Dijo tras unos segundos de meditarlo. No sabía si sería capaz de recordar todas las nuevas identidades de sus compañeros, pero debía memorizarlas si quería que su tapadera fuera creíble.

- Seré primo vuestro, Annius. - Le dijo a Intius. - Y puedo ser el contable de la familia. - Sugirió.

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El viaje hacia la colmena Sibellus nos muestra gran parte de la construcción de aquella ciudad, la que me parece un paisaje sumamente agradable, mucho más que esos montones de porquería a los que llaman mundos agrícolas y que han sido hasta ahora los únicos lugares a donde me han enviado a ejercer como acólito.

"Ahora, por lo menos, podré actuar en un mundo civilizado como este."

Las palabras del Inquisidor, aquella advertencia de que en la sociedad de esta colonia está enraizada la corrupción como un modo de vida, me dan vuelta constantemente pues del lugar del cual provengo, existen muchos tipos distintos de corrupción y es ese el tipo de mundo en el que sé moverme.

"Quizás también hay una gran corrupción en mí."

Recuerdo los sueños que a veces me acechan y no me parece nada descabellado pensar que cierta corrupción vive en mí.

Mis pensamientos se disipan cuando Intius habla y, después de que el resto hace lo mismo, decido antes de comunicarlo:

 - "Titus Pullus, jefe de seguridad de Annius Verna Strophes."

La verdad es que pocas otras fachadas se me ocurren por las cuales se justifique que siempre vaya con él y que vaya armado hasta los dientes, además de permitirme permanecer en un segundo plano que siempre ayuda a mirar mejor los alrededores y notar mejor los detalles que intentan ocultarse a simple vista.

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-Vassily Olov-replicó simplemente ante la pregunta de Intius. Un nombre no demasiado complicado y fácil de memorizar, aunque alguien como él casi podría utilizar su verdadero nombre. Las posibilidades de conocer a un guardia estándar entre billones eran muy escasas, pero todo fuera por el bien de la misión. 

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—Me llamo Kritus y soy el mozo, cargo con el equipaje de mi señor Strophes. Suena creíble ¿no? —comentó mientras flexionaba sus brazos para demostrar que había fuerza suficiente en ellos como para cargar con el equipaje.

—Me hubiera gustado ser el chófer o algo con un poco más de clase pero no soy muy bueno conduciendo, además nadie se fija nunca en el que lleva las maletas, eso me da más libertad de maniobra.

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Los nombres, personalidades y cargos falsos volaban, haciendo que con cada intervención disminuyeran las posibilidades de elección. Entre los que quedaban por elegir estaba el propio Xerxes que, quizá por lentitud o más bien por estar interesado en conocer y juzgar las elecciones de sus compañeros, esperó a que buena parte de los presentes hubiera contribuido con sus ideas sin condicionar y limitar sus elecciones con la propia.

Hubo elecciones sorprendentes que le hicieron desviar la mirada. En el caso de Arlan de forma apenas visible cuando este mencionó su ficticio cargo como secretario, un movimiento que se hizo ligeramente más descarado cuando Valerius mencionó el suyo como contable. Y es que era este último, el del sacerdote, el que le resultaba más poco apropiado. ¿Acaso no hubiera sido más lógico una elección, como había dicho Intius, más apropiada a sus capacidades reales? Como miembros de la nobleza, ¿no hubiera sido más razonable plantear una identidad como confesor personal de un aristócrata?

- Don Valerius, dadas sus aptitudes, ¿considera que una coartada como contable es lo más apto? Como hombre de fe que usted es, ¿no se ha planteado ser confesor personal de la rama de la familia a la que pertenece la identidad ficticia del señor Varnias?

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Valerius asintió a Xerxes. 

- Lo he considerado, pero creo que los miembros del Coro serán muy cuidadosos a la hora de hacer ningún movimiento sospechoso con alguien relacionado con la Eclesiarquía cerca. Pensé que sería más sencillo aparentar ser otra cosa y mantener mis conocimientos sobre la Fe en secreto... - Explicó. 

- Pero sin duda me pliego a lo que considere más oportuno nuestro líder. - Añadió mirando al arbitrador. - Sin duda vos conocéis más cómo se mueve la nobleza. - Los temores de Valerius eran que, al relacionarle con la Fe, los miembros del Coro le excluirían casi de cualquier cosa.