Partida Rol por web

[D&D 3.5] El Destino de Lucarrion

Capítulo 10. Dirección al Islote.

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13/12/2019, 18:25
Narrador

Ya eran altas horas de la noche cuando todo empezó a quedar medianamente claro. Parecía que podían volver a fiarse de Liadrel, al menos se había disculpado, no como a Niren le hubiera gustado, pero lo había hecho y por primera vez desde que se conocieran, parecía querer colaborar con ellos. Eso no quería decir que se fiaran de ella, pues ni mucho menos lo hacían. Ya les había mentido una vez y había tratado de dinamitar todo su trabajo, pero tendrían que tratar de confiar en Liadrel, al menos hasta que les llevase al lugar donde se encontraba el artefacto o en su defecto, hasta que dieran con Rataxes y lo silenciaran para siempre.

Por otra parte, Gambrinus les desveló que no podría seguir con ellos. Acordó que trataría de reunirse con ellos más adelante, pero no había podido recuperar a Oripell durante la noche y que, aunque había logrado reunir a gran parte de su ser, el resultado no era el esperado. Oripell estaba allí, pero su color y su olor era ahora muy diferente y su alegría habitual estaba muy desdibujada. Se había convertido en un depresivo y suicida elemental de orín y Gambrinus tenía que hacer algo por su amigo. Se le había ocurrido una idea, pero eso le costaría algunos días o semanas hasta poder obtener resultados. Si Oripell bebía cerveza en grandes cantidades, a medida que se fuera mezclando con su actual elemento, iría regenerando su forma original, pero fuera como fuera, sólo era una teoría, bastante descabellada por cierto... Por mucho que le insistieron, el magodiano no dio su brazo a torcer, se quedaría en Malaken hasta solucionar aquello.

Pudieron conciliar el sueño a duras penas. No durmieron demasiado bien aquella noche, pero durmieron, aunque con un ojo abierto, tanto Liadrel como el resto, pues ella, aunque había visto cierta buena voluntad por parte de sus compañeros, tampoco podía fiarse de ellos al cien por cien. Al final sólo había recibido buenas palabras, pero necesitaba gestos. No haber sido ejecutada era un buen gesto por su parte, pero... ¿Y si sólo pretendían utilizarla? Fuera como fuera, sólo el futuro desvelaría lo que les deparaba el destino.Y amaneció con un sol esplendido en Malaken. Algo que por otra parte, era lo habitual. Los cinco miembros del grupo se prepararon rápidamente para marchar y recogieron sus equipos. El bueno de Brogo ya se encontraba en el salón para cuando ellos bajaron a desayunar. Jonsy, quien aparentemente seguía bien tras la curación mágica, les sirvió huevos con panceta para desayunar y una vez con la barriga llena y una cálida despedida, se marcharon en dirección a Puerto Malaken.

Los malakinos no eran demasiado originales poniendo nombre a los lugares. Puerto Malaken era una ciudad independiente de Malaken, aunque por su proximidad con la gran urbe y por tratarse de un puerto, le habían puesto aquel nombre tan obvio. Niren no estaba demasiado orgullosa de los suyos en ese aspecto. Sin duda alguna ella le hubiera encontrado un nombre mucho mejor a aquella ciudad portuaria, sólo que ya existía cuando ella aún no había nacido y no pudieron preguntarle.

El camino por la carretera desde Malaken a Puerto Malaken fue bastante cómodo a pesar del intenso calor. La carretera estaba bien conservada y había puestos ambulantes de comida y bebida cada pocos kilómetros. En pocas horas llegaron a la ciudad portuaria, entrando a media tarde tras sus muros. Puerto Malaken era una ciudad bastante más limpia que la original que le daba su nombre. Las calles eran más anchas y no tan intrincadas, aunque en algunos puntos si era cierto que se ensortijaban que daba gusto. Los edificios eran en su mayoría de piedra y yeso, por lo que el blanco de sus paredes daba una sensación de pulcritud. No obstante, a medida que se iban acercando al puerto, empezaban a observarse más edificios de madera.

La actividad humana a esas horas era bastante baja. Los pescadores y jornaleros habían acabado, valga la redundancia, su jornada y se dirigían de nuevo a sus casas o a alguna que otra cantina para disfrutar del escaso ocio que debían tener de forma habitual. Algunos chiquillos correteaban de aquí para allá jugando y revoloteaban entorno a aquel variopinto grupo de aventureros, porque si bien en Malaken eran muchos los viajeros que llegaban, en Puerto Malaken, era mucho menos habitual ver a ese tipo de gente.

Y allí estaban todos ellos, sin saber muy bien a dónde dirigirse, pues querían contratar a un capitán de barco que les llevara al islote, pero no habían pensado si partir en ese preciso instante, o ya al alba del día siguiente. Lo que si estaba claro era que cuanto antes se pusieran en marcha para contratar patrón, mucho mejor.

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13/12/2019, 18:45
Innos Tharan

Pues me gusta bastante este lugar. - Dijo el enano. - Es mucho más... - Miró en todas direcciones. - Se respira mejor aquí, desde luego. Parece un sitio más seguro. - Miró a Niren. - No te lo tomes a mal, pero la capital parece un lugar peligroso y esto es... - Se encogió de hombros. - ¡Esto es otra cosa, caray! - Dicho aquello se apartó del lado de la tiefling, pues no quería recibir un zapatazo. - ¿Comemos algo o qué?

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13/12/2019, 18:53
Sir Alois

¿Siempre piensas en la bebida y la comida, Innos? - Preguntó algo molesto el enano. - Tenemos una importante misión que cumplir. ¿Quién sabe dónde estará Rataxes ahora? ¡Igual ya ha encontrado el artefacto! - Negó con la cabeza. 

Sir Alois estaba preocupado. Eso se traducía en gran medida en que su comportamiento errático se había desdibujado en lo últimos tiempos. Se le veía más serio, más centrado. Casi no parecía él. Aunque teniendo en cuenta su fortuna, aquella faceta de su personalidad que le llevaba a obtener desastrosos resultados a problemas de la vida cotidiana, podía regresar en el momento más inadecuado.

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13/12/2019, 18:58
Liadrel Rethrir

Como mucho habrá llegado hasta el lugar donde está siendo custodiada la caja. - Intervino Liadrel. - Y digo como mucho, porque dudo mucho que los guardianes de la misma, le hayan dejado llegar más lejos. - Añadió. - Nunca vi a Rataxes como una amenaza seria. Siempre creí que si alguien iba a hacerse con el objeto, seríais vosotros. Justo lo que debió de pensar Rargzorg... - Hizo una pausa. - Aunque si, quizás sería bueno buscar un barco, bien para partir ahora mismo o para hacerlo mañana temprano.

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23/12/2019, 19:23
Sir Haldir

—Adelantemos los preparativos los primero —intervino Sir Haldir—. Podemos comer algo a bordo si hay algún barco que zarpe de inmediato. Y si no, pasaremos la noche aquí. Eso sí, Innos te desaconsejaría beber, no es buena idea navegar borracho o con resaca.

»Conocí a un enano que vomitó tanto a bordo que optó por afeitarse la barba —se inventó el caballero rubí—. Su madre lo repudió cuando volvió al thogado.

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03/01/2020, 18:16
Niren

Niren se encogió de hombros con el apuro del enano. Que pensara lo que quisiera de aquel sitio mientras no estuviera repitiéndolo hasta la nausea.

La tiefling entrecruzó ambas manos en la nuca y apoyó el peso del cuerpo en una pierna con gesto ocioso.

Supongo que entonces estaría bien darse un paseo para preguntar tanto en los muelles como en las posadas a ver cuál de las dos cosas va a ser—dijo tras la propiesta de Haldir—. ¿Preferis ir todos juntitos en amor y compañía o nos dividimos?

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04/01/2020, 10:46
Innos Tharan

Podría ir a comprar provisiones. - Intervino el enano. - Mientras vosotros buscáis un barco... - Afirmó el enano. - Yo invito. Y bueno... - Se encogió de hombros. - ¡Nada de alcohol! - Soltó una risotada. - ¿Crees que no puedo beber sin emborracharme? - Le preguntó sonriente a Sir Alois. - ¡La verdad es que tienes razón! - Y volvió a reír a carcajada suelta. 

Acto seguido se marchó en busca de la comida que había prometido. Al fin y al cabo, no hacía falta que todos ellos se dedicaran a buscar una nave que les levara al islote.

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04/01/2020, 10:49
Sir Alois

Iré con Liadrel a buscar en esa dirección... - Intervino entonces Sir Alois señalando hacia un costado del muelle. - Niren y tú... - Dijo mirando a Sir Haldir. - Id en la otra dirección. - Sugirió. - Espero que en una hora tengamos al menos una nave para cruzar el mar. No creo que sea difícil si hacemos una buena oferta...

Y dicho aquello, Liadrel y el caballero de la orden rubí, comenzaron a caminar y se acercaron a unos marineros que estaban apoyados contra una fachada, mientras parecían estar arreglando unas redes de pesca. Entones comenzaron a hablar con ellos. Por la expresión de unos y de otros, era evidente que no contemplaban la idea de viajar hasta el islote. Tendrían que seguir bucando.

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04/01/2020, 11:27
Narrador

Niren y Sir Haldir se quedaron solos. Mientras Innos se marchaba a por provisiones, Sir Alois y Liadrel empezaban a buscar un transporte hacia el islote. Ellos tenían la misma misión que el caballero rubí. Al menos a priori, pues realmente no habían dicho que irían en busca de una nave para cruzar el mar, no habían tenido tiempo.

Fuera como fuera, no parecía que fuera a resultarles muy complejo hacerse con una transporte, aunque tendrían que buscar y pactar un precio, pues nadie hacía nada por nada y menos en Malaken. Aunque también podían dejarles aquella labor a la elfa y al caballero. Lo cierto era que el puerto estaba lleno de marinos. Casi todos eran pescadores de mediana edad. Muchos de ellos barrigones y con un aspecto dejado. Al fin y al cabo eran trabajadores. También había algún tendero, mendigos y algún que otro viandante. Lo que fueran a hacer ahora Niren y Sir Haldir, dependía exclusivamente de ellos dos.

Notas de juego

¿Queréis hacer algo más antes de zarpar? 

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04/01/2020, 17:35
Niren

Niren ladeó la cabeza sin cambiar de postura mientras todo el mundo se autodespachaba tareas y les dejaban allí a Haldir y a ella.

¿Sabes?, esto acaba de recordarme a un bardo que una vez conocí en Calatos, se llamaba Tali-mah o algo así. Y tenía una balada llamada "Nunca dividas al grupo"—comentó—. El tipo siempre se quejaba de que nadie apreciaba su arte, y no me extraña, la letra decía algo sobre alguien ahorcándose con sus propias tripas...

Dejó caer los brazos abandonando la postura ociosa, miró al caballero y se limitó a encogerse de hombros.

—Sí, conozco una anécdota absurda para cada cosa que nos pasa—reconoció—. En fin, en marcha.

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09/01/2020, 17:59
Narrador

Así fue como Niren y Sir Haldir comenzaron a caminar por aquel puerto. Se trataba de un lugar bastante tranquilo. Cada habitante iba a lo suyo, sin meterse con nadie. Un barrio de trabajadores en el que la actividad se centraba en las ajetreadas mañanas, pues era cuando los barcos de pesca salían al mar a realizar su actividad y mucho más tranquilo por las tardes. Aún así había algunos hombres realizando las últimas tareas del día, pero poco más relevante.

Sir Haldir y Niren se tomaron con calma la búsqueda de una embarcación. Sabían que Alois era mucho más minucioso y tenaz en esos asuntos y que sin duda conseguiría una nave para cruzar el mar. Otra cosa era que lo lograra a un buen precio y sin sobresaltos, pues era proclive a ser estafado y a que le sucedieran cosas extrañas. Liadrel cuidaría de él, ahora que parecía estar de su lado. De hecho, aquella elfa había mejorado su agrio carácter desde que tuvieran la última charla. Y es que hablando, se entiende la gente.

Sea como fuera, muy pronto Niren y Sir Haldir se encontraron de frente a unos rudos marineros que miraban extrañados a la mujer. Concretamente se habían fijado en sus cuernos. Trataban de disimular y cada vez que la mirada de Sir Haldir o de la propia Niren se cruzaba con la suya, ellos la desviaban volviendo a sus asuntos, para acto seguido comentar algo entre poco disimulados susurros y volver a mirar la cornamenta de la tiefling.

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11/01/2020, 20:56
Niren

Niren en principio arqueó una ceja, luego se paró un segundo mientras se pellizcaba la barbilla con teatral gesto pensativo. Lo cierto es que no sabía qué resultaba más curioso; si que la gente fuera tan desastrosamente mala en el arte del disimulo o que aun siéndolo fueran capaces de ejercerla delante de ella aun yendo acompañada de un tipo blindado con una guadaña el doble de grande que él.

Aquello de pronto pareció darle una idea, la cual le dibujó una sonrisa afilada en el rostro que no presagiaba nada bueno... Miró a Haldir de reojo de tal modo que sólo le faltaba frotarse las manos.

Repentinamente se agarró del brazo del caballero rubí como quien se agarra a su galán o algo así y miró con un desparpajo absoluto al grupo de marineros que habían estado cuchicheando.

—¿Qué? ¿Nunca os han puesto unos de estos?—dijo separando una mano para señalarse los cuernos con una sonrisa encantadora—. Deberíais probarlo. Igual os gusta.

Por supuesto descubrir a alguien tan flagrantemente siempre tenía como consecuencia o que el rostro de ese alguien adquiriera un intenso tono rojizo o que no supiera repentinamente dónde meterse. O ambas. Su favorita era cuando provocaba ambas.

Tras aquello soltó a Haldir y se cubrió la boca con ambas manos en un intento por sofocar las carcajadas.

¡Perdón! ¡Perdón! ¡No he podido evitarlo!—rió con la voz amortiguada por aquello—. Es que adoro cuando pasan estas cosas.

Lo cierto es que no era la primera vez que alguien se la quedaba mirando así. No era normal ver a una chica con cuernos y aquello siempre llamaba la atención pero tampoco era que la molestase. Se había acostumbrado hace mucho.

Ay, vale, ya paro... sigamos buscando un bote—soltó todo el aire y se secó una lagrimilla del ojo. Pero no le duró mucho porque entonces le susurró con gesto confidencial de nuevo con un brillo pícaro en los ojos:—. ¿Te parece buen momento para que vayas a preguntarle a nuestros amigos los mirones? Son marineros, seguro que saben dónde podemos encontrar uno...

Por supuesto era obvio el porqué sugería que fuese él delante. La broma no podía completarse de una forma más sublime...

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14/01/2020, 09:55
Sir Haldir

Sir Haldir se encogió de hombros y abordó a los curiosos.

—¡Buenos días, amigos! Mi nombre es Sir Haldir, clérigo de Iakhesis, la Señora de los Conjuros, y Vengador de los Caballeros de Rubí. Creo que ya os habéis fijado en mi adlátere y guía local, Niren de los Nueve Cuchillos y Trescientas Maneras Creativas de morir.

Sonrió tranquilizadoramente mientras apoyaba el peso en su también muy tranquilizadora guadaña.

—Nuestros asuntos nos dirigen al islote del lago —dijo señalando el triste afloramiento rocoso—, y buscamos a alguien que nos lleve allí por un precio justo. ¿Alguno se anima? 

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15/01/2020, 15:54
Pescador

¿Al islote? - Preguntó uno de los pescadores. - ¿Y qué tiene que hacer allí usted, clérigo de Yaquesis, Vengador de los caballeros de nosequé...?

Aquel hombre parecía realmente extrañado. Al parecer, no era mucha la gente que viajaba desde aquel puerto hacia el islote. Posiblemente porque en aquel islote, poco había de interés.

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15/01/2020, 15:58
Pescador

No es que nos interese demasiado, pero... - Otro de los pescadores se encogió de hombros. - Allí no hay nada de interés. Es una isla pelada. Por no haber, no hay ni vegetación. En verano está lleno de alubardas, pero el resto del año... - Negó con la cabeza. - No, nada interesante. - Escupió al suelo. - Además, están esas historias... - Volvió a negar con la cabeza. - No, no creo que sea rentable ir, aunque... ¿Cuanto estaría dispuesto a ofrecer?

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15/01/2020, 17:45
Niren

—Sin acritud y todo eso pero... ¿a ustedes qué les importa?—comentó Niren que acababa de aburrirse de la falta de sangre de todo el mundo—. Nuestros asuntos son cosa nuestra. Igual queremos estar solos. O igual queremos esparcir las cenizas de un camarada muerto. ¿No les parece un poco grosero preguntar ese tipo de cosas?

Alzó ligeramente la barbilla proyectando el labio inferior en algo a medio camino entre adorabilidad triste y dignidad ofendida. Era fingido pero, si algo de aquello hubiera sido verdad, ¿qué? ¿Qué esperaban? ¿Que se lo detallaran con pelos y señales? Últimamente parecían tener un don para toparse con gente que no hacía más que preguntas estúpidas. Menuda panda de entrometidos.

—Y bueno... si tan poco interesante es el sitio, supongo que en consecuencia no debería valer mucho ir allí, ¿no?

Si ahora pensaban salirles con un precio exorbitado sólo por aquellos cuentos de viejas (que a ella al menos le importaba tres pepinos y un rábano cuáles fueran) iban listos. Es más, la primera regla de oro del buen amante a no ser estafado era dejar que la otra parte pusiera el precio inicial. Así se podía regatear después.

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15/01/2020, 18:21
Pescador

Bueno... verá... - Miró de reojo a su compañero. - Allí no va mucha gente. Dicen que el islote tiene un guardián. Hay gente que ha ido allí y no ha regresado. - Carraspeó. - Podríamos llevarles, pero no por menos de cien piezas de oro. Ciento cincuenta si quieren que además les esperemos. Un tiempo razonable claro...

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15/01/2020, 18:23
Pescador

Si, ese me parece un buen precio. - Añadió el otro pescador. - Corremos un riesgo yendo allí. - Se encogió de hombros. - Pero por ese precio lo haremos. 

Lo cierto era que con cien o ciento cincuenta piezas de oro podrían vivir varios meses a cuerpo de rey. No es que fuera una cantidad muy elevada para unos aventureros, pero si para un simple pescador. Y aquellos pescadores sabían que el caballero sin duda era un aventurero y que podía pagar eso y mucho más.

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16/01/2020, 09:40
Sir Haldir

Haldir soltó una carcajada.

—Os debéis pensar que soy el Banco de Bythuador o, peor aún, un extranjero al que desplumar. El último que lo intentó, un vendedor de chilabas de Malaken, terminó... bueno, decir terminó muy mal es quedarse corto —dijo inclinando la cabeza en dirección a la inmensa y afilada guadaña de guerra que los pescadores parecían haber pasado por alto, de algún modo—. Afortunadamente (para vosotros) ahora está Niren aquí para negociar por mi. Seguro que os entenderéis mejor con una compatriota. ¿Niren?

Notas de juego

Haldir elige 10 en Intimidar para un total de 17 antes de dar paso a Niren. 

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16/01/2020, 20:04
Narrador

Ambos pescadores se miraron. Sin duda las amenazas de Sir Haldir habían hecho mella en ellos. Su expresión hasta entones jovial se tornó en una mucho más dura. A uno de los dos, el de la barba blanca, empezaron a temblarle las manos levemente, mientras que el otro tragaba saliva sin saber muy bien que decir o que hacer. Sin duda, el bueno del caballero les había puesto nerviosos y Niren lo iba a tener mucho más fácil para negociar un precio más adecuado.