Partida Rol por web

[D&D 3.5] El Festival.

Acto II. La Propuesta.

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20/02/2021, 14:48
Narrador

 ENCRUCIJADA VIEJA. DIA 13 RAKKAN, A PRIMERA HORA DE LA MAÑANA.

Amaneció un día soleado en Encrucijada Vieja y con música en la calle que les despertó quizás damasiado pronto. Al mirar por la ventana de su habitación fueron testigos de como una banda de música conformada principalmente por diferentes tipos de instrumentos de percusión. La banda de música iba seguida de una serie de mujeres, no menos de veinte, vestidas con sensuales prendas de seda oscura contransparencias, que se movían en una con sexual sincronizar. Un abundante grupo de curiosos les seguía expectante y sorprendente, no solo estaba formado por hombres desesperados, sino que también había mujeres y niños.

El grupo descendió al salón común de la posada de Brogo. Aquel enano ya estaba trabajando trasa barra del bar sirviendo infusiones y café con pastas a los clientes que acababan de amanecer. No obstante, no solo había clientes desayunando en la sala, sino que también había un grupo de jóvenes con los ojos bien rojos de haber estado bebiendo todo lo noche y que seguían a lo suyo delante de una jarra de cerveza, pese a que casi ni en pie de tenían. 

Fuera como fuera, Brogo estaba realmente ocupado esa mañana y tardó un poco en percatarse de la presencia del extraño y variopinto grupo de personas que le habían ayudado durante la velada anterior. Ni rastro había de Jonsy y sin él y con una clientela tan amplia, seme hacía difícil al buen enano tuerto, el atender a toda la sala con prontitud. 

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20/02/2021, 15:02
Brogo

Finalmente el mesonero se percató de la presencia de sus inesperados héroes y dejó lo que estaba haciendo para correr con sus cortas patas a atenderlos. Sofocado y con una gota de sudor recorriendo si frente se plantó frente a ellos armado con un blog de notas y un lapicero. 

- ¡Muy buenos días, amigos míos! - Exclamó evidentemente contento. - Sepan que por la ayuda prestada, el alojamiento y lo que deseen comer corre dela casa. - Dijo sonriente. - Está mañana a primera hora,un grupo de agentes de la iglesia de Muuglw'tli se personaron en la posada y se hicieron cargo de mi pobre hijo. - Les contó. - Me dijeron que cuidarían de él. - Asintió satisfecho. - ¡Gracias!

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20/02/2021, 18:20
Lerissa

Parecía que el desenfreno no se había detenido con la llegada del amanecer, aunque era de esperar. Nunca había suficiente, incluso cuando se había conseguido algo. Eché la cortina una vez pude comprobar lo que había en las calles, y malhumorada, me vestí para bajar a desayunar.

No era la única a quien le había despertado todo aquel ruido porque al llegar abajo, vi también a los demás.

-¡Malos y ruidosos días! -saludé.

El mesonero apareció al poco tiempo y corrió como un animal agradecido por haberle dado de comer, aunque para mi gusto, estaba demasiado feliz. Pero en cualquier caso, que su problema se hubiese resuelto era bueno para él y me alegré por ello.

-Fue un placer. Ahora, si pudiera traernos algo para desayunar, y también para el dolor de cabeza, le estaría muy agradecida -añadí, fastidiada con tanta música.

¡Como si no tuviésemos suficiente con el bardo!

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20/02/2021, 23:48
Crodos Mornward

Crodos había dormido bien, pero estaba claro que si hubiera dormido un poco más su cuerpo cansado por el viaje lo hubiera agradecido. No obstante, era bien sabido que a quien madruga Seyran le ayuda, por lo que se levantó y se equipó con su armadura con movimientos mecánicos, meditabundo.

Compartir los viajes, las noches y las vivencias como el noqueo de Jonsy de la noche anterior unía a quienes parecían no tener nada en común, pensaba. Pero el afable paladín sabía que no era del todo cierto con Akta. La noche anterior había impuesto sus manos sobre la herida causada por los hombres-pez, invocando poderes sagrados para su sanación, ambos desprovistos de sus recubrimientos de acero, en silencio y a la trémula luz de las velas, sintió una cercanía especial. Ah, y es que Seyran brillaba en sus ojos con una intensidad especial. O eso creía ver el paladín.

— ¿Unos agentes de la iglesia de Muuglw'tli? — Crodos arrugó el entrecejo. Le extrañó que después de veinte años la solución estuviera tan cerca de su casa, y además relacionada con una diosa del dolor y el placer. Pero bastante tenía el enano como para preocuparlo con más cosas, por lo que optó por no decirle nada. — Bien Brogo. Espero que esté en buenas manos y se recupere del mal que le atenaza.

Se sentó junto a los demás esperando el desayuno, dejando el yelmo en la mesa. Paseó la mirada por los parroquianos del establecimiento.

— Un poco extraño que después de tanto tiempo se hagan cargo de çelen la iglesia local, ¿no os parece? — susurró cuando Jonsy se hubo alejado, paseando la mirada por el establecimiento, buscando tipos sospechosos como los de anoche. Finalmente su mirada se encontró con la de Akta y sus ojos azules se iluminaron Ah, Akta. ¿Cómo estáis de vuestro brazo?

Notas de juego

La noche anterior, antes de dormir quería imponerle las manos a Akta, en plan paladín casto y puro, no en las teturcias ¿eh? ¿Debo tirar algo o el poder cura lo que viene en mi ficha?

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21/02/2021, 00:21
Akta

Hacía mucho que no me dejaba ayudar por un hombre a quitarme la armadura y menos aún por un paladín de mi propia ordén. Se me hacía raro y excitante a la vez. Mis ojos, con aquel brillo divino en ellos, no dejaba de mirar los gestos de Crodos y el cuidado que ponía para no hacerme más daño.

La herida tenía un aspecto feo, aunque las había visto peores. Las cicatrices en mi brazo indicaban que no era la primera vez que me herían y sabía que no sería la última. Algunos habían nacido para formar una familia y disfrutar viéndola crecer. Yo nací para la guerra y encontrar mi sitio en aquel mundo.

Me sorprendía que Crodos fuese capaz de tomarse las cosas con tanta calma... otros hubiesen intentado hacer algo más conmigo teniéndome sin mi armadura puesta, pero él no. Estaba centrado en mi herida y sentí la calidez y la paz de nuestro dios acompañándonos cuando el paladín impuso sus manos sobre mi herida, la cual cerró con facilidad, aunque como era habitual, la carne dolió al volver a su estado normal y cerrarse sobre sí misma.

Su trato fue tal que casi le pedí que se quedase a dormir conmigo en la habitación. Era como si supiera que podría confiar en él y que no haría nada que no debiese. Pero el problema era yo, quien sí tenía esas necesidades y si bien había llegado a la ciudad tranquila, ver tanto sexo acabó contagiándome y no quería corromper el celibato del paladín.

Finalmente acabé sola en mi dormitorio, tal y como había solicitado y el cansancio de la batalla hizo que tras mis oraciones a Seyran*, acabase quedándome dormida casi de inmediato. La luz del sol no tardó en entrar por la ventana. No sabía cuanto había dormido pero se me había antojado que poco tiempo. No sabía si nos íbamos a ir ya o si íbamos a hacer algo más en la ciudad y miré mi armadura. Suspiré con cierta desgana y acabé poniéndomela aunque la verdad era que me apetecía más bajar con aquella ropa de campesino que llevaba siempre conmigo.

Al llegar al piso inferior, con mi casco sobre la cabeza y mi arma en la espalda saludé a los demás. - Buenos días. Que Seyran os bendiga. - Les dije como era habitual en mí. El resto de mi equipo lo había dejado en la habitación, preparado por si partíamos nada más comer. En ese momento el dueño de la taberna vino feliz a agradecernos lo que habíamos hecho por él y su hijo y nos contó que se lo habían llevado a la iglesia local.

Me senté junto a Crodos y dejé mi casco sobre la mesa, procurando que lo que había en mi entorno no me afectase mientras terminaba de despertarme. No había caído en las palabras del enano hasta que el paladín llamó mi atención sobre ellas. Eso hizo que le mirase fijamente a los ojos y que nuestras miradas se encontrasen. - ¡Por Seyran! - Exclamé poniéndome en pie de golpe y mirando a los demás. - La diosa del placer y del dolor. - Dije al tiempo que me ponía el casco.

- Después de lo de anoche, dudo que vayan a darle placer al pobre de Jonsy. Necesitan dolor para satisfacer a su diosa, ¿y que mejor que un endemoniado para ello? - Pregunté mirando a la tiefling. Mis ojos se clavaron de nuevo en los de Crodos. - Van a torturarle, no a cuidarle. Solo nosotros... sólo yo se como curar a Jonsy y ellos no lo lograron anteriormente... acabarán con su vida después de hacerle sufrir durante horas para satisfacer a su diosa.

Y sin decir nada más miré al enano. - ¿Dónde está el templo de Muuglw'tli? Quiero acercarme a mostrarle mis respestos. - Y mis ojos brillaron con intensidad, como si Seyran mismo habitase en ellos y fuese quien me impulsase a detener aquella locura sobre aquel pobre diablo. Quizás no me hubiese impuesto a una ejecución rápida de no haber otra manera de salvarle, pero no iba a permitir que nadie inflingiese dolor para una diosa como aquella y que además sintiesen placer recreandose con alguien enfermo. Si su diosa quería dolor lo tendría, pero serían sus fieles quienes lo sentirían y se lo concederían.

 

Notas de juego

Ya dejó el máster a mi PJ curado, pero las curas suelen ser las tiradas de 1d6, 2d6 etc...

*Voy a cambiar al menos el conjuro de Bendecir. Mañana confirmo por cual y cuales cambio, ahora prefiero dejar el post hecho y liarme con los conjuros cuando tenga algo más de tiempo.

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21/02/2021, 03:07
Brogo

Brogo le trajo una infusión de hierbas a Lerissa.

Tómese esto. - Le dijo. - Le hará mucho bien. - Comentó. - Se lo aseguro. - Dijo sonriente.

Luego llegaron las preguntas sobre la iglesia de Muuglw'tli y la inicial expresión de felicidad de aquel enano, comenzó a cambiar drásticamente a una de profunda preocupación. Las preguntas que le estaban haciendo y las afirmaciones sobre la iglesia el placer y del dolor, no invitaban a un futuro muy halagüeño para el bueno de Jonsy.

¿Unos agentes de la iglesia de Muuglw'tli?

- Unos sacerdotes... - Comentó confuso. - La iglesia de Muuglw'tli siempre se ha portado bien con... - Tragó saliva y no acabó la frase.

- Después de lo de anoche, dudo que vayan a darle placer al pobre de Jonsy. Necesitan dolor para satisfacer a su diosa, ¿y que mejor que un endemoniado para ello? Van a torturarle, no a cuidarle. Solo nosotros... sólo yo se como curar a Jonsy y ellos no lo lograron anteriormente... acabarán con su vida después de hacerle sufrir durante horas para satisfacer a su diosa.

Aquello acabó de preocupar al enano. El tabernero se mostraba turbado y asustado. Sus manos empezaron a temblar y resoplaba con suma preocupación.

¿Dónde está el templo de Muuglw'tli? Quiero acercarme a mostrarle mis respetos. 

El enano corrió hasta la barra del bar y regresó con un mapa. Lo extendió sobre la mesa donde el grupo estaba desayunando y señaló una de la viviendas situadas en la zona sur del mapa.

No tienen un templo como tal. - Comentó. - Pero aquí tienen una casa de sanación... - Comentó. - Supongo que podrían encontrarles allí...

Notas de juego

El enano os señala en el mapa donde aparece el círculo rojo.

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21/02/2021, 03:20
Mitil Ironsar

En ese momento se abrió la puerta de la posada. Todos dirigieron su mirada hacia la entrada y fue entonces cuando se percataron de que acababan de llegar los dos tipos de la noche anterior. El humanoide con rostro perruno y el el humano con aspecto etílico. Junto a ellos se encontraba un hombre apuesto y de mirada decidida. 

Fue entonces cuando el humanoide monstruoso, tras una batida general por la sala con la mirada, les localizó y les señaló con el dedo. Entonces, los tres recién llegados caminaron hasta la mesa donde se encontraban con el mapa de la ciudad extendido sobre ella. Brogo miró a aquellos tipos sin entender nada y luego miró a su grupo de benefactores en busca de respuestas.

Buenos días... - Dijo aquel hombre. - Tenemos que hablar. - Les pidió. - En privado...

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21/02/2021, 12:56
Akta

Mi intención no era alertar al Brogo, pero no me di cuenta de su cercanía hasta que le vi tan pálido como un vampiro. Me había escuchado hablar con los demás y eso no era bueno para él. No por como nos miraba. El hombre no tardó en llegar con un mapa en sus manos y señalarnos donde estaba su hijo. El problema para mí era que no me había orientado al llegar a la ciudad y menos aún sabía donde había caído con tanta... distracción callejera. - ¿Y nosotros estamos...? - Le pregunté al enano para saber hacia donde ir.

Cogí mis guanteletes de metal que descansaban sobre la mesa y me giré con velocidad para ir en busca de Jonsy. En ese momento un hombre apareció frente a mí. Era más alto que yo y gracias a Seyran no choché del todo con él, solo lo justo para que mis guanteletes cayesen al suelo.

No supe que pasó entonces, pero la mirada de ese hombre, tan segura y decidida me dejó paralizada allí en medio. Sus palabras, escuetas directas. ¿Quién era? - Perdón... yo... - Fue lo poco que pude responder por aquel pequeño encontronazo. Mi mente se había olvidado de Jonsy, de mis guanteletes y del grupo que estaba a mi espalda. Incluso ni me había percatado de la presencia del hombre-perro y su compañero. De hecho incluso pensé que aquellas palabras me las había dirigido a mí solamente.

Era como si no hubiese nadie más a nuestro alrededor. Sólo aquel extraño hombre y yo. ¿Qué me estaba pasando? Cerré mis ojos un momento y el color dorado de los mismos quedó oculto bajo mis párpados. Pude sentir en mi cuerpo que aún seguía el calor generado por la noche anterior. Quizás fuesen sin sentidos y que mis sueños de esa noche no habían sido lo que se podía decir puros y mi mente y mi cuerpo me la estaban jugando con aquel hombre.

Abrí de nuevo los ojos, dispuesta a enfrentarme a la realidad. Y nada había cambiado. El hombre seguía allí, frente a mí. Su mirada altiva me volvió a embrujar de nuevo. Pero esta vez mis oídos percibieron el sonido de nuestro alrededor y pude ver a sus acompañantes. Eso y la cercanía con aquel hombre me hizo dar un paso atrás e inclinar la cabeza en señal de respeto. No sabía que me había pasado, que me estaba pasando. Era la primera vez que me quedaba bloqueada ante un simple hombre.

¿O era algo más que un hombre?

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21/02/2021, 13:30
Lerissa

Lo de la noche anterior no había sido una casualidad; ni mucho menos. Aunque Brogo me trajo algo para tomar, ni siquiera me la llegué a poner en los labios, porque al ver entrar a los dos seres con los que habíamos hablado, se me quitaron las ganas. Lo que fuera que tuviesen entre manos, no podía esperar a después de desayunar y tampoco parecía una tontería. El hecho de que vinieran acompañados por otro individuo, que bien podía ser su jefe, con rostro amargado y gesto decidido, me convenció de que se trataba de un asunto de importancia.

-Brogo, ¿hay algún sitio en donde podamos hacerlo sin ser molestados, una sala especial, tal vez? -le pregunté, sin devolverle el saludo pero sin apartar la mirada de aquel hombre, que me daba tan poca confianza.

Nunca me habían gustado los secretos y mucho menos las jugadas en las que mi vida corría peligro. Si bien estaba más que dispuesta a arriesgarla, yo decidía por qué, por quién y por cuánto. Aquellos tres parecían estar convencidos de que llevaban encima todas las de ganar y a mí aquella arrogancia me valía tanto como que tuviese solo dos dedos en cada pie.

En unos minutos, saldría de dudas acerca de lo que querían.

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21/02/2021, 15:05
Crodos Mornward

Crodos suspiró largamente, pasándose una mano por la barbilla. Akta en ocasiones era impulsiva, y normalmente tan sutil como su mandoble. Cuando se levantó para buscar a Jonsy sin siquiera haber desayunado y ni haber reflexionado sobre la sospecha que él mismo había manifestado, Crodos se levantó a su vez alargando el brazo para pedir que se detuviera.

Entonces fue cuando Akta casi chocó contra el tipo y sus conocidos esbirros. El paladín devolvió la mirada ceñudo. Habían cumplido su palabra y no los habían hecho esperar. Crodos posó distraídamente su puño enguantado en acero sobre el pomo de su espada. Algo en ellos, además de sus formas sospechosas, no le gustaba en absoluto.

— Maese Brogo, no temáis por la seguridad de Jonsy. Lo que Akta quiere decir es que comprobaremos personalmente que todo está en orden, como seguramente así sea. Y ahora, si disponéis de un apartado como os ha pedido Lerissa, llevadnos a él para poder hablar en privado con estos señores.

Clavó la mirada en el hombre, sin desafío ni orgullo sino con firmeza y determinación.

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21/02/2021, 15:31
Lasar Etreri III

La noche terminó con la escapada de todos a las habitaciones. Nada de festejos, ni borracheras, ni sexo brutal. Estaba claro que los seguidores de Seyran no eran promiscuos como yo, pero la tiefling si me decepcionó un poco. Esperaba que contestara a mi invitación, que se quedó flotando en el ambiente. Ya que ninguno querría hacer un cuarteto o una orgía con todo lo que había por la calle, incluso animales, decidí descansar esta noche, para al día siguiente preparar una buena juerga.

Dormí como un niño, arrullado por la música festiva y los gemidos de placer que se escuchaban. Hombres y bestias disfrutaban de la carne. Por la mañana, bajé radiante al salón para desayunar. Ya estaban mis compañeros allí. Desde lo alto de las escaleras, me coloqué bien mis veintiocho centímetros a un lado, haciendo que pareciera que tenía una porra dentro de las mallas; siempre me despertaba con el arma morcillona. Bajé y me senté totalmente estirado en la silla.

-"Buenos días tengan vuestras mercedes. ¿Qué tal habéis dormido en esta maravillosa y apacible noche?"

Miré a Brogo cuando vino y le escuché atentamente, al igual que a la funesta Akta, cuando le soltó todo eso al pobre enano. Este, mudó la cara al instante.

-"Veo que a parte de tener esa belleza onírica, eres tan delicada diciendo las cosas como el tallo de una flor de primavera. ¡Me encanta cuando hablas y nos deleitas con tu carisma!" La dije sonriendo.

Justo en ese momento, aparecieron los dos tipos de la noche anterior junto a su jefe. Se acercaron a nosotros, y el mandamás nos soltó una extensa charla de presentación. El tipo derrochaba simpatía, como mi compañera, así que no me extrañó ver que entre los dos salieran arco iris con unicornios de colores flotando alrededor. Saqué mi flauta dulce, no el flautón, para tocar un par de notas por la mañana.

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21/02/2021, 19:53
Brogo

Esto es la taberna de La Dama.  ​​​​​​- Señaló en el mapa. - No estamos muy lejos de la casa de sanación. Un par de manzanas a lo sumo. El mapa ya es algo antiguo y de ha construido un poco más desde entonces, pero no tiene perdida...

​​​​Respondió a la inquietud de Akta. Luego las aclaraciones de Crodos sobre la seguridad de su hijo adoptivo parecieron tranquilizarle bastante. 

Gracias, bien amigo. - Le dijo. - Espero que así sea y mi Jonsy este realmente en buenas manos...

Entonces llegó la petición de Lerissa. Brogo les dis llave de una de las habitaciones del primer piso. 

Nadie les molestará en esta habitación. - Les dijo sonriendo. - La número seis.

 

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21/02/2021, 19:59
Mitil Ironsar

La habitación número seis era muy parecida a las que habían utilizado la noche anterior para dormir. Siete personas allí dentro quedaban un poco apretujadas, pero mientras no decidieran sucumbir a los bajos placeres como el resto de los ciudadano de aquella ciudad y como Lasar deseaba, sería suficiente. 

Mis hombres, Bloj... - Señaló con la mirada al humano - ...y Zhaghun... - Miró al tipo con cara de perro. - Me han dicho que son ustedes seguidores de Seyran y veo que no le equivoco. - Les explicó. - Los seyranitas de Encrucijada Viaje o están ciegos o son unos corruptos. De lo contrario, ¿permitirían tal blasfemia en las calles de la que otorga fuera un feudo con una férrea fé en los pretextos de su iglesia? - Dejó caer. - La iglesia de la diosa del Dolor y del Placer quiere hacerse con el control de la ciudad. Tiene comprado ya alml gobierno local, pero sigue buscando apoyos para expulsar a la iglesia del dios Solar. Hemos tenido conocimiento de que va a reunirse con un importante líder bandido que opera en la región y debemos impedir que sellen un pacto que les otorgará un gran poder a ambos. - Les explicó casi sin variar su gesto. - Nosotros somos pocos, pero junto a vosotros... Tenemos una oportunidad...

 

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21/02/2021, 20:35
Akta

Sin mediar palabra, el hombre caminó hacia una habitación. En ese momento reaccioné y me agaché a recoger mis guanteletes del suelo antes de seguir a aquel hombre que me había marcado de aquella extraña manera. ¿Sería un vampiro? No, no podía ser, era de día y el sol le habría destruido... mi cabeza buscaba porqué me sentí como hipnotizada ante su presencia.

Una vez en la habitación me coloqué frente a él como pude. Quería verle bien. Algún tipo de magia había tenido que usar para bloquearme de aquella manera porque no tenía más explicaciones. Nunca me había pasado nada igual antes. La habitación era pequeña para todos y con la puerta cerrada se empezó a acumular el calor. No me gustaba quitarme el casco ante desconocidos, pero miré a sus lacayos y ellos me mostraron el rostro cuando se lo pedí.

- Es justo que al menos ellos vean el mío. - Me dije a mí misma y me retiré el casco de la cabeza, usándolo para introducir los guanteletes de metal en su interior y estar algo más cómoda. La seriedad de aquel hombre al hablar, su determinación al elegir las palabras y reclamar la ayuda de los siervos de Seyran para ayudarle a que la ciudad recobrase la compostura, fueron suficientes argumentos para mí.

Quise hablar, puesto que me sorprendió que hubiese un templo de nuestra deidad allí y no lo supiésemos, pero mirarle me hacía ser incapaz de hablar. ¿Qué tenía aquel hombre que no tuviese otro? ¿Algún conjuro de protección contra mi raza quizás? Tuve que dejar de mirarle para poder hablarle. - ¿Y cual es el plan? ¿Asaltarles en medio de la reunión? - Pregunté con curiosidad mirando al hombre-perro con mis dorados ojos que me delataban como aasimar.

- Miraría a vuestro jefe, pero cuando lo hago... me bloqueo... no se porqué. No os lo toméis a mal, mi señor. No me había pasado nunca antes, así que aunque mire a Zhaghun, quiero que os quede claro que os hablo a vos. - Le dije sin poder mirarle y simplemente con esas palabras, sentí que me ruborizaba. - ¿Pero qué...?

Tomé algo de aire para calmarme. - Sabéis si ambos bandos se conocen. Quiero decir, si conocen al líder de esa banda que opera en la región. Porque sería más fácil ejecutarle a él y a los suyos y hacernos pasar por ellos. - Propuse como idea descabellada y loca. No sabía porque, tenía la necesidad de impresionar a aquel hombre. - Creo que si conseguimos que Lasar deje de tocar un rato, podría hacer bien de líder de la banda... Un paladín no está hecho para eso. - Miré un segundo al hombre y sentí como me miraba a los ojos, de inmediato agaché la cabeza muerta de vergüenza. - Incluso si no os conocen a vos, podríais hacer bien ese papel... mejor que nuestro bardo.

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21/02/2021, 20:57
Lerissa

Subimos a la habitación que nos ofreció Brogo, por mi parte, en silencio y mirando de manera desconfiada a nuestros misteriosos invitados. De vez en cuando se me iba la vista hacia el particular paquete del bardo, que parecía disfrutar haciéndose notar, aunque mí me hacía pensar más bien si no se quedaría tan fláccido como una soga en mitad del suelo como solía sucederles a los que se vanagloriaban de tener herramientas demasiado largas, sin entender que la falta de riego sanguíneo tenía difícil solución.

Una vez dentro, me situé al fondo y esperé a que hablara su aparente líder. Por lo visto éramos los indicados para formar una especie de mini-ejército que expulsara a los miembros de una iglesia. Todo muy noble, por supuesto.

Mientras hablaba, me apreció que Akta continuaba mirando fijamente al jefe, que se daba un aire a un conocido criminal cuyo rostro había visto en carteles pegados en las ciudades, un tal Mitil Ironsar. Quizás fuese él, después de todo.

-¿Y se puede saber qué ganaríamos nosotros con eso? Siento tocar este tema, pero vuestra empresa no parece precisamente sencilla y si existe una posibilidad importante de caer, me gustaría tener una buena razón monetaria para ello. No es nada personal, señor. De algo hay que vivir.

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21/02/2021, 22:24
Mitil Ironsar

¿Y cual es el plan? ¿Asaltarles en medio de la reunión?

- Eso es. - Asintió aquel hombre. - Simplemente necesitamos impedir esa reunión m sembrar el caos y ganar tiempo.

- Miraría a vuestro jefe, pero cuando lo hago... me bloqueo... no se porqué. No os lo toméis a mal, mi señor. No me había pasado nunca antes, así que aunque mire a Zhaghun, quiero que os quede claro que os hablo a vos. 

Aquel hombre alzó una ceja. Era evidente lo que le estaba sucediendo a aquella mujer. Lo que no lo era tanto era el porqué de dicha reacción. 

Miré a quien quiera... - Le dijo algo confuso, pero tratando de no demostrarlo. - Me trae sin cuidado...

Sabéis si ambos bandos se conocen. Quiero decir, si conocen al líder de esa banda que opera en la región. Porque sería más fácil ejecutarle a él y a los suyos y hacernos pasar por ellos. 

- Si... - Respondió de forma seca. - Lucius Von Kammerstein es un hombre bien conocido. Hasta las autoridades le tienen miedo... El plan ese es inviable...

Creo que si conseguimos que Lasar deje de tocar un rato, podría hacer bien de líder de la banda... Un paladín no está hecho para eso. Incluso si no os conocen a vos, podríais hacer bien ese papel... mejor que nuestro bardo.

- Y yo también soy bastante conocido en la zona... - Miró a esa gente extrañado. - ¿No se han fijado en los jodidos carteles que están por todo con mi cara? - Preguntó. - Mi nombre es Mitil Ironsar. Me buscan poor varios crímenes. Algunos los cometí yo y otros no...

-¿Y se puede saber qué ganaríamos nosotros con eso? Siento tocar este tema, pero vuestra empresa no parece precisamente sencilla y si existe una posibilidad importante de caer, me gustaría tener una buena razón monetaria para ello. No es nada personal, señor. De algo hay que vivir.

- Todo dependerá realmente de los resultados que se obtengan. - Comentó. - Si eliminamos a Von Kammerstein no bajarán de las mil piezas de oro por cabeza y obtendrán un gran aliado en esta zona del reino. Yo. Si simplemente se desbarata la reunión... - Realizó un silencio tenso mientras les miraba atentamente. - Puedo llegar a darles mil piezas entre los cuatro. Creo que es justo.

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21/02/2021, 23:19
Akta

Las respuestas del hombre no se hicieron esperar y esta vez si reuní valor para mirarle mientras hablaba, aunque evitaba su mirada directa y solo le miraba cuando él miraba a otros, aunque como me estaba respondiendo a mí, luchaba por sostenerle la mirada todo el tiempo que pudiese, pero se me hacía complicado.

Cuando me respondió que le traía sin cuidado a quien mirase, sentí una punzada en el pecho dándome cuenta en ese momento de que lo que me pasaba era que aquel hombre me atraía lo suficiente como para que su indiferencia me hiciese daño. Jamás me había gustado un hombre de esa manera. ¿Qué tenía aquel que no tuviese Lasar o Crodos? No tuve que esperar demasiado tiempo para darme cuenta que era su mirada lo que me había dejado KO desde el principio.

Mantuve la compostura pero bajé la cabeza tras aquella punzada y darme cuenta de lo que me pasaba. Sin duda alguna era otra prueba más de Seyran. Yo era una guerrera y punto. Debía volver a centrarme en eso. Al menos esperaba que aquel hombre por el cual parecía que me había pillado no se uniese a nosotros hasta llegada la reunión, porque de tenerle cerca me iba a costar concentrarme. Lo sabía porque ya me costaba hacerlo.

- Lo lamento. Sirvo a Seryan en el arte de la guerra. No soy una cazarrecompesas y ha sido el destino el que ha querido que mis compañeros y yo acabásemos aquí tras... terminar nuestro último encargo. - Los detalles no le importaban y si me volvía a responder que no le importaba nada de lo que dijese, sabía que me iba a doler, así que opté por guardar silencio de nuevo, pero quedándome con su nombre.

- Que ojo... para un hombre que me gusta de verdad y es un criminal... y encima me ignora como mujer... - Pensé para mí.

Y Lerissa preguntó por la recompensa por... ¡por ayudar al Templo de Seyran de la ciudad! - Decidme, Mitil y espero sinceridad en vuestras palabras, como creo que la ha tenido hasta ahora. ¿Vos sois seguidor de Seyran y queréis que el Templo y la deidad se recuperen y restablezcan en la ciudad o simplemente estáis aprovechando todo esto para haceros con el poder de la Encrucijada Vieja y Seyran no os importa nada? Valoro más la sinceridad ahora mismo que otra cosa y sí, necesito saberlo para tomar mi propia decisión sobre mi destino. Y es que no es lo mismo ser un mercenario que luchar por mi propio dios. Como a vos, no me agrada Muuglw'tli ni lo que vi al llegar a este lugar, pero mi postura puede variar según su respuesta. Y no, en ninguno de los dos casos, dejaré colgado a mi dios. Solo cambiará mi manera de enfocar las cosas. - Aclaré al final. Me daba igual que quisiera tomar el control de la ciudad o no, pero no le vería igual ni le serviría con la misma fidelidad dependiendo de su respuesta.

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21/02/2021, 23:53
Crodos Mornward

Crodos asistía a la reunión de con la mano aún aferrada al pomo de la espada. Mentón alzado, hinchaba y sacaba pecho para hacer destacar el emblema de la sobrevesta que llevaba: el hermoso sol de Seyran bordado en hilo de oro sobre un fondo blanco.

— Hemos observado la amoralidad que campa a sus anchas, pero desconocíamos la presencia de la iglesia de Seyran en esta zona. Si decís la verdad — miró receloso — comprendo los motivos por los que la hayamos pasado por alto.

Un paladín no está hecho para eso.

Giró el cuello para mirar intensamente a Akta a los ojos, pero la sacerdotisa bajó la vista rápidamente visiblemente turbada y optó por no decir nada. La miró unos segundos más y volvió a centrarse en Ironsar:

— Mi fiel Akta, reconoce abiertamente ser un criminal, pues. Es evidente que desea librarse de Lucius para aumentar su influencia en la zona, ¿no es así, Ironsar? De modo que realmente os trae sin cuidado que quieran expulsar, oh blasfemia, a los buenos seyranitas que tanta falta hacen aquí. No me agrada que los utilicéis para darnos motivos para aceptar el trabajo, aunque os reconozco que son de peso. Tal vez por ese motivo accedamos a ayudaros, pero os insto a contestar a la sacerdotisa que nos acompaña.

Crodos estaba reticente a aceptar el trabajo de ese hombre. Aceptar un trabajo del jefe de unos bandidos que consistía en matar a su homólogo los reducía a unos simples matones a sueldo perpetrando un vulgar ajuste de cuentas. Pero claro, por otra parte la oportunidad de ayudar a restaurar la influencia de Seyran en Encrucijada Vieja, vil nido de depravación, sí se presentaba como una gesta heroica digna, y administrar justicia al líder de unos bandidos siempre ayudaba a restaurar el orden local. Y, siendo honestos, administrar justicia por el mundo era un trabajo arduo y caro. Era necio pensar que no necesitaban los honorarios.

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22/02/2021, 13:39
Mitil Ironsar

- Ya veo que la moralidad de mis actos y la fe que profeso es muy importante para ustedes. - Dijo muy serio clavando su mirada sobre aquellas gentes, pero principalmente sobre Akta. - No se porqué no me sorprende. - Sonrió levemente. - Ustedes, los hombres de fe suelen juzgar a todo el que le rodea sin conocerle. Ustedes al menos han tenido la delicadeza de preguntar y pedir sinceridad. - Asintió sin inmutarse demasiado y mantenido aquella mirada de férrea determinación alterna entre los dos fieles de Seyran. - Tendrán mi sinceridad si eso les importa tanto. - Hizo una breve pausa. - Es cierto que la descripción de Von Kammerstein beneficiaria a mis actividades. Pero eso no es lo importante para ustedes. Sinceramente, no soy un fiel devoto del dios Solar, pero si le guardo cierta simpática. Sus valores comulgan con mi ideal de vida. - Tomó aire profundamente. - Es una pena que los opresivos gobernadores de esta maldita nación, solo piensen en recaudar impuestos. Hay mucha gente necesitada allí fuera y uno... - Miró fijamente a los ojos de Akta. - ...hace lo que puede para sobrevivir y que los suyos salgan adelante.

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22/02/2021, 14:26
Lerissa

La moralidad y la eterna persecución de un ideal era lo que había llevado al mundo a ser lo que era, un continuo despropósito en el cual no tenía ningún valor, salvo para uno mismo, lo que defendiese. Si bien era leal con aquellos junto a los que combatía y despreciaba la traición, no tenía por costumbre juzgar las acciones de los demás si nada tenían que ver conmigo.

No resultaba práctico ni conveniente.

-Bueno, yo por mi parte, si por nuestro trabajo al menos nos llevaremos cien monedas de oro, y nos asegura la posibilidad de conseguir mil, puede contar conmigo.  Me da igual los valores que defiendan. Si a alguno le molesta mi manera de ver las cosas, me importa tanto como el color de los calzones del bardo. Solo con buenas intenciones no se consiguen comida y refugio, y no me gusta mendigar. Pero si necesita a alguien para hacer un trabajo y se me remunera adecuadamente, contad con mis armas.

No podía permitirme el lujo de basarme únicamente en perseguir honorables objetivos mientras desaparecía toda posibilidad de conseguir vivir. Estaba hastiada de ir consiguiendo únicamente lo justo y necesario.