Partida Rol por web

Te adentraste mas alla del umbral, a ese refugio lleno de cascotes que de poco se mantenia en pie. Recordabas el desanimo, la desesperanza que habia en aquel lugar aunque nadie le diera palabras o forma. Ahora aunque debil podias sentir como la esperanza nacia, muy leve, apenas una lumbre en medio de la oscuridad, pero el brillo en los ojos de aquellas personas, la misma forma de respirar hablaba de un poco de animo con respecto al futuro.

Notaste vendajes aqui y alla, el olor a desinfectante y a otras cosas que sin duda recordaba un lugar medico, o por lo menos los olores que conocias de los matasanos que habias encontrado, aunque habia mas... pureza en el olor.

Un movimiento a tu derecha y alli asomo un hombre. Joven. Iba vestido con la pulcritu de un militar y aun asi todo clamaba a medico. Quizas el mismo Doc del que habian hablado.

Se le notaba cansado, mientras se limpiaba las manos y notaste que venia de la misma habitacion que habias dejado atras hacia ya unas buenas horas. Habia algo de sangre en sus manos, que en ese momento se limpiaba sin conseguir eliminar mucho. - Terca como pocas, asi es imposible... pero al menos sobrevivira.

Un susurro que era obvio mas para el que para ti, es mas hasta que no dio dos pasos, no parecio darse cuenta de tu presencia.

Parpadeo cansado y te miro a los ojos. Aun cansado, no dudo en preguntar, se notaba que no exudaba carisma justamente pero al menos estaba tranquilo. - ¿Necesitas ayuda? ¿Puedo ayudar con alguna herida?

Un leve asentimiento con la cabeza pero mas alla de ello, parecia estar esperando algo.

Sus ojos se movieron entre vosotros hasta quedarse observando los movimiento de Kora. - Chica... no deberias hacer eso. - Pudisteis notar que Kora no estaba haciendo nada en especial, es decir, unicamente parecia estar fijandose en el Vertibird. No se notaba agresividad o violencia en ella, por lo que la situacion era cuanto menos extraña.

Una relajacion clara de los musculos, una bajada de hombros mientras de reojo observaba la cercania de Kora. - Porque no puedes negociar con lo que se supone que no existe. El Refugio esta concebido como una unidad autosuficiente, aunque abriesen o creasen la ciudad, esa politica dentro del Refugio se mantenia. Aun a sabiendas del bien que esto podria hacer, no negociaran con ello a menos que estuvieran en las ultimas o no tuvieran otra eleccion. Es mas mi mision inicial... - Mire de reojo a la mujer de serio rostro. - Era contactar con el Refugio y ver su reaccion... pero llegue demasiado tarde para ello.

Una leve sonrisa al notar el peso de las semillas en mi mano. - Como he dicho, podras llevarte unas cuantas de cada tipo, y probarlas donde consideres oportuno. - Mire en direccion a Leia y la señale con la cabeza. - Pero si fuera tu, hablaria con ella. Estoy seguro de que sabe de un sitio que no tiene tantos ojos ni oidos como Parody, y esta defendido.

Asenti levemente, mientras me giraba y me movia en direccion a la mujer para entregarle el zurron, no sin antes haber hecho varias bolsas y diferenciado cada semilla para que resultase mas optimo para Erik. Tras esos movimiento, el zurron acabo en manos de la mujer y una bolsa mas pequeña pero llena, acabo en manos de Erik. - Eres un buen hombre Erik... pero a veces pecas justamente de eso mismo. Quieres salvar el mundo, pero hay gente que no puede ser salvada, aprende a apretar el gatillo mas... sobretodo ahora. - Una mirada de reojo a Keira mientras esta comenzaba ya a moverse y recibia las palabras de la desconocida.

Echemosle un vistazo a los vehiculos para que podamos salir los mas posibles de aqui sin tener que caminar. Por el tono estaba claro que iria con vosotros.

Te moviste, observaste el entorno, el perimetro y por ultimo la forma del Vertibird. Te moviste lentamente porque algo estaba fuera de lugar. Escuchaste las palabras que cruzaban en el silencio de la ciudad y sobretodo la advertencia de la desconocida, algo te hizo entender que te hablaba a ti... y mientras te decidias si mirarla o no. Captaste algo que estabas segura, no deberias haber visto y aun asi, un frio escalofrio recorrio tu columna, porque aquello a lo que mirabas... te estaba devolviendo la mirada atraves de un rostro de metal y unos ojos que eran como bombillas sin luz.

Lo que aquello fuera habia movido levemente su cuello y podias sentir lo vivo que estaba... aun tras su piel de metal.

Una risa clara y franca, con un poco de ese punto carismatico de Lizzie. - Dudo que nos dejen volar en ese bicho, por mas que se que te encantaria.

Si, los vehiculos deberian seguir donde los dejamos, aunque si fue cerca de donde estaba ese bicho a saber... toda la zona esta hecha un desastre aunque eso mismo parece que ha acallado a los monstruos de la zona. - Se encogio de hombros. - Llevabamos combustible de sobra, asi que lo unico que queda es ir a echarles un vistazo... aunque no olvidemos que para llegar a traves de la mina de los cojones vimos un punto de cria de mutascorpius.

Tras aquello y sin saber como responder a las demas preguntas, simplemente se apoyo en Ania, abrazandola porque la habia echado de menos. - Parece que ya queda poco... y aun asi, se hace eterno, a que si...

Estaba detras de Leia.

La Hermandad no era lo peor de todo, es decir, no era la mejor opcion, pero tampoco la peo y viendo que no eramos su objetivo y que el "lider" habia decidido dar lo que habia quitado o encontrado, estabamos del lado bueno. Eso estaba de puta madre, no queria tener a los enlatados jodiendome el culo...

Mis ojos se movian mirandolo y observando a todo y todos, hasta que las palabras de Leia me trajeron a la conversacion. Se notaba que no habia estado escuchando. - ¿Que? - Cuando recibi la pregunta de nuevo, me encogi de hombros. - No soy mecanica, pero se hacer alguna que otra chapuza que quizas nos ayude a llegar a Parody, se como conseguir gasolina de los vehiculos y puedo mover a la gente si hace falta... ademas de dispararla, si es que nos atacan.

No habia dobles sentidos, ni amenaza. Mis ojos se desviaron de nuevo a Kora al escuchar las palabras de la desconocida y mi mano sobre mi arma delataba que no me fiaba un pelo.

El olor del lugar era demasiado aséptico para su gusto, aunque era un aroma bueno, al menos dotaba al lugar de una atmósfera que hacia pensar que la gente herida se recuperaría. Sus ojos iban buscando a quienes conocía, esperando verles recuperados y recuperadas para así poder decirles que debíamos marcharnos ya.

Al ver aparecer a aquel hombre lo miró con atención, tensándose por completo cuando reconoció un uniforme militar con ciertos rasgos como los que habían fuera, sin duda alguna era uno de ellos... No gruñó porque sabía que ante aquellos monstruos debía controlarse.

- No, no necesito nada - Seca y directa, no tenía ninguna necesidad de hablar con aquel tipo - Solamente busco a mi gente para marcharnos. 

Seguiría buscando, intentando que aquel médico no la molestase más. Cuanto menos tuviera que ver con ellos, mejor. 

La luz del atardecer jugaba a reflejarse sobre la gastada superficie del Vertibird mientras la muchacha lo circundaba con parsimonia, probablemente atraída por la novedad. Enfrascada en sí misma, el intercambio de palabras del resto se había convertido en un murmullo lejano en sus oídos, y sólo llegaba a ella algún que otro término al azar (el de "gusano" la seguía inquietando especialmente.)

O bien la advertencia de la mujer la hizo detenerse o ella misma decidió poner fin a su recorrido, parándose para estudiar la aeronave desde un nuevo ángulo con una expresión perdida entre la admiración y el recelo. Esta vez fijándose en una zona en particular, inmóvil y en silencio. Como un gatito entretenido. Permaneció unos segundos de esa guisa sin dejar escapar ningún comentario, para luego alzar la mirada hacia las alas, guiñando los ojos ante el reflejo del sol...

Y con las mismas se giró para volver hasta el grupo.

- Ya podríais pasarle un trapo. - Musitó para sí de pasada, con una mueca casi aburrida. Iba arrastrando los pies, pues la fatiga volvía a asomarse después de aquel día interminable. Y a pesar de que ya no lucía tan vivaracha como cuando recibió el chute, la visión de su padre con parte de aquel botín en sus manos hizo que las comisuras de su boca se curvasen hacia arriba, satisfecha con lo que veía.

Todo indicaba que pronto podrían parar a descansar. Y de pronto la idea la preocupó un poco...

- Somos muchos. - Se acomodó una de las asas de la mochila en el hombro. Jamás lo reconocería, pero le pesaba bastante. - Deberíamos pasarnos por el almacén a por más provisiones antes de que anochezca. - Señaló con la cabeza en una dirección mirando a Zack, pues éste conocía el lugar al que se refería. - Podemos acercarnos y volver con un buen cargamento. No sé vosotros pero yo tengo hambre.

Le dedicó una sonrisa amable y cercana a Leia - Eso es justo lo que necesitamos - volvió a suspirar mientras sentia el peso del brazo de Lizz envolviéndola con confianza y observando a Kora. Algo había llamado su atención

- No me he olvidado de ese nido de alimañas - respondió al problema planteado por su amiga - No se si tú conoces bien esto - alzó la voz un poco a la par que su mirada danzó hacia la desconocida esperando una respuesta.

- Puedo echarte una mano si sabes donde hay víveres - le dijo a Kora. Ella mucha hambre no tenia, pero desde luego estaba sedienta. Le daba un poco de reparo no ir a ver Helena primero, pero no podían entretenerse mucho tiempo. La verdad es que necesitaba salir de allí. Alejarse lo máximo posible. Volver a los brazos que la esperaban en casa. Y un buen baño.

Cuando escuchó la conversación de las semillas, mantuvo un hilo de sus pensamientos muy similar al que dejó caer despreocupadamente Zack, decidiendo inmediatamente que le encantaría colaborar llevándole esas semillas a Roland, si eran tan jodidamente importantes como estaban dando a entender. Quería ganar puntos, porque era una gilipollas profunda y no aprendía nada de una vez para otra. Unas frases que se repetía a sí misma algo así como ochocientas veces al día.

Por mí bien -Los ojos azules de Kiabi abandonaron a Zack para centrarse en Erik, mientras asentía. Suponía que sabía perfectamente donde iban a estar protegidas: Donde se conocieron –. Puedo quedarme unas cuantas y cuidaremos bien de ellas. - La parte mala es que le iba a tocar tener una charlita sobre las semillas, para enterarse de todo lo importante sobre ellas, pero bueno, esperaba que compensase la chachara cuando se las entregara al jefe del refugio.

Kiabi relajó el rostro tras escuchar a Ania que serían de utilidad para irse. En realidad era Ivy la que aportaba algo, pero eran buenas noticias a todas jodidas luces lo que estaban diciendo de los coches… hasta que se pusieron a hablar de conseguir más alimentos. Reprimió un suspiro de desesperación por pensar “No voy a llegar a mi hogar en mi puta vida”. Y encima se apuntaba Ania, la única tía, contando también a los tíos presentes, que no le hacía dudar de todo. Quizá por eso se animó a hablarle, suavemente, intentando que la desesperación no se apoderara ni de su voz ni de su semblante. Como llevaba toda la vida haciendo, en realidad. Era una experta.

¿Es necesario? - Se encogió de hombros mirando a Ania, dudando sinceramente pero sin querer parecer hostil. Que había visto como mataban a gente por mucha menos discrepancia en algún tema mucho más banal - ¿No es suficiente con lo que hay en las mochilas que nos han dado?

Como iba en busca de algo el susto que se dio no fue muy gordo. Y si lo fue Kora, a la que se le había cortado la respiración por un momento, supo mantener la compostura. Por orgullo mayormente.

Sintió envidia al encarar a la servo. Rabia. Algo de fascinación también - bastante de hecho - pero sobretodo, y por razones más que obvias, temor. Temor porque toparse con un pez más grande que tú casi siempre conllevaba un enfrentamiento y por consiguiente una pérdida. La muchacha no solía llevar bien la diferencia abismal entre fuerzas opuestas, no cuando alguien sobrepasaba la suya propia ni la de su gente... Porque estaba claro que ellos estaban por encima de la cadena alimenticia.

Estaban organizados, fuertemente armados y eran autosuficientes en su mayoría. Hasta parecían ir de guays - ¿le acababa le mandar una advertencia la tipa del chaleco molón?. Básicamente tenían todo lo que ella había deseado para ella y los suyos de un tiempo a esta parte. Quitando el pequeño detalle de tener que "seguir las normas a rajatabla"...

Ahí topaba con la Iglesia. A los gatitos de la calle no les gustaban los reglamentos. Quizás por eso acababan en la calle...

Pero aún estando en clara desventaja le sorprendió que aquella cosa no les estuviera apuntando. Parecían estar controlando el perímetro tranquilamente (al menos el único al que veía), y eso era algo que no se habría esperado de ellos. No de la "terrible Hermandad". Pues de haber querido exterminar a la estimadísima gente de Parody ya lo habrían hecho, y en su lugar no sólo no se había montado un lío de la ostia, sino que también se habían tomado la molestia de atenderlos con un equipo médico más que decente.

Qué fuerte. Kenny lo iba a flipar cuando se lo contara... Más aún cuando le hincara el diente a su chocolate.

En todo este tiempo, que no fueron más que un puñado de segundos en aparente calma, no le rehuyó la mirada al individuo que se encontraba en el interior del armazón. Y fue por curiosidad más que otra cosa. Porque Kora nunca había visto una tecnología tan avanzada en su vida, y sólo tendría palabras bonitas para quien quiera que se las hubiera ingeniado para diseñarlas.

Así pues, como no encontraba ninguna necesidad en delatarlo y alarmar al resto de manera - esperaba - innecesaria, con las mismas que vino se marchó.

A las Hermanas Colmillo debían de haberlas separado al nacer, porque eran las dos caras de una misma moneda. Y estaba claro que Ania no era la cruz.

Kora asintió satisfecha a la guerrera de la katana, pues era la segunda vez que se ofrecía para echarle un cable con aquello. Sabía que el efecto de la medicación cesaría relativamente pronto, razón por la que pretendía ser lo más útil posible mientras pudiera. No iba a ser muy agradable ni simpática llegado el momento.

La pregunta de Leia la hizo mirarla con las cejas alzadas. Tenía sentido que preguntara.

- Hay un grupo de refugiados ahí dentro. - Señaló con el mentón al montón de escombros que tenían a un lado, cuyas telas camuflaban la entrada a una guarida. - Algunos llevan aquí desde que comenzó el asedio, así que necesitarán provisiones para volver a sus hogares. - Si es que los tenían. Y aún no teniéndolos Helmtown debía de haber caído un buen número de puestos en el ranking de lugares populares que visitar ese año, por lo que se apostaría toda su munición a que todos ellos querrían salir de allí cuanto antes.

- Mientras podéis poner a punto los vehículos. - Sugirió al grupo en general.

Distraído hablando con Zack no se había fijado en su hija, pero cuando la mujer la mencionó, se acercó a Kora poniendo una mano en su hombro, no estaban en condiciones de afrontar ningún problema más, así que le apretó suavemente para indicarle que se quedara junto a él, su prioridad tenía que ser salir de aquí, y la gente de Zack tenía ahora mismo demasiada ventaja sobre ellos para plantearse siquiera alguna cosa.

Había escuchado al hombre, y había mirada a Leia, sin duda hablaría con ella, no tenía pensado quedarse en Parody ni plantar allí nada, y siempre estaba abierto a viajar y conocer más gente puede que tengas razón y haya gente que no puede ser salvada no le pasó desapercibida la mirada a su hija, pero ella era precisamente la razón de que fuera así, cambiar sería traicionarla, y también a su madre pero una vez pensaron que ese era mi caso se encogió de hombros así que al menos hay que intentarlo había seguridad en su tono, nada de resignación.

Se quedó con Zack, repartiendo las semillas que le había prometido, mientras los demás terminaban de organizarse.

Coged la provisiones, vayamos a por los vehículos, recojamos a los heridos y salgamos de aquí lo más rápido posible.

No hay había mucho más que decir, cada uno tenía más o menos claro lo que debían hacer.

Una mirada profunda pero no agresiva, ni siquiera molesta. Una indicacion con la cabeza donde quedaba claro que el umbral tras el, era el camino indicado. - Estan bien, estables, al menos, los que estaban vivos cuando llegue. Quien los dejara asi, hizo un buen trabajo, dado donde estamos...

Ninguna palabra mas, ninguna mirada despreciativa, solo algo de cansancio mientras entraba tras el umbral para recoger unas cosas y luego se iba por el mismo camino que tu habias recorrido para llegar hasta alli.

Al entrar pudiste ver a Derek, apoyado contra la pared, tal como lo habiais dejado pero con la diferencia de que su rostro parecia mas saludable, tenia mejor color y no habia gestos de dolor cada pocos segundos. Recorriste el lugar con la mirada, viendo a Tee tambien alli apoyada con unos papeles al lado, pero por lo demas parecia dormida.

Isaias, con su sombrero entre sus piernas y su chaqueta usada para cubrir el rostro y la parte superior del cuerpo.

Por ultimo la cama, alli sobre la misma Rea con los ojos parcialmente abiertos mirando en tu direccion mientras una sonrisa se conjugaraba en sus labios. Se la notaba aun dolorida pero sin duda en mucho mejor estado, uno que dejaba a las claras que el medico no se habia pasado a dar un par de vendas, lo que hubiera usado sin duda habia sido beneficioso.

Al otro lado, Dante. Sus ojos profundos estaban cerrados, hasta que el umbral se cerro, dejandoos a los del grupo a solas de nuevo. Un suspiro pesado mientras los parpados se abrian y la mirada quedaba fija en ti.

Ves... te dije que ella como minimo volveria... - Miro a Rea y la misma Rea rio levemente para luego doblarse por el dolor.

No me hagas reir mamon... - La profunda mirada de la mujer fija en ti. - Bueno que... ¿nos cuentas donde coño habeis estado casi todo el puto dia?

Un parpadeo ante la pregunta directa. - Conozco el cielo y el terreno, pero no he estado bajo tierra si es lo que preguntas.

Su mirada fue entonces a Erik y a Zack, estudiando detenidamente el intercambio. - Sabes bien que eso tendra consecuencias ¿verdad? - El tono no era amenazante, solo informativo y estaba claro que iba directo y sin tapujos al hombre de la cresta.

Una mirada a Leia antes de hablar sin demasiada emocion. - Creo que ella habla sobre los demas que hay dentro, si vais a transportarlos por el Yermo, sin duda necesitareis alimentos, sobretodo si vais a Parody. - Un leve enarcamiento de ceja, porque si no recordabais mal lo que habia alli dentro... eran presas, para el habitante medio de Parody. Era casi como llevar carne fresca.

Una negacion suave a las palabras de Erik. - Sigues igual, no has cambiado ni un apice tu discurso desde que te conoci. Tiene valor, pero si lo conviertes en tu escudo... tus palabras no detendran las balas. - Una palmada en el hombro, dejando claro que reconocia el valor tras lo que intentaba el padre de Keira.

Antes de intentar salvarlos a todos, salva a unos pocos. Eso deberia ayudarte. - Una clara referencia a las semillas.

Me gire para mirar a la piloto y asenti claramente. - Lo se, pero tambien sabes por que lo hago. Se que mis ideas no cuadran con todos, pero soy yo quien esta aqui y yo quien tomo las decisiones, cuando llegue el momento, otros podran criticarme y decidir que ocurre, hasta entonces...

Segui con la mirada a Erik cuando se posiciono al lado de Keira, mire a la piloto y de nuevo a el.

Ella habia sido... sutil, esperaba que el padre lo fuera tambien.

Si por salir te refieres a ponernos de camino a Parody, esta anocheciendo, no es recomendable... y si tuviera que elegir, prefiero dormir sobre techo. Este lugar quizas no tenga ya canibales, pero los depredadores saben que ya no es una fortaleza, si aparecen, es mejor tener algunas defensas.

Al acercarte a Keira, al mirar alrededor no pudiste mas que notar que algo no cuadraba con el aparato volador, como si su silueta escondiera algo. Si querias saber mas, deberias moverte.

Has notado que Erik parece haberse percatado de que algo no cuadra con el vertibird, pero no sabes el que o si lo ha visto.

Miró de soslayo a aquel hombre y pasó junto a él dirigiéndose a ver a quienes realmente le interesaban. Sus ojos buscaban también a la niña pues una parte de ella estaba preocupada por la pequeña. 

No hizo mucho caso a Teela, pues no le caía especialmente bien aquella tipa. Saludó a Derek con la cabeza y se encogió de hombros al ver el cadáver del gilipollas del sombrero. No le extrañaba que la palmara y seguro que ahora podría perseguir a su perra por el campo.

Su sonrisa se amplió cuando posó su mirada en Rea.

- Puta loca de los cojones... No sabes lo que me alegra verte de una pieza... Aunque tía, tienes un aspecto... necesitas una buena ducha. ¿eh?

Una sonrisa cargada de un poco de humor mientras me acercaba a ella, se notaba que me alegraba y tranquilizaba que la muy loca estuviera en buen estado.

- ¿Acaso lo dudabas Dante? No tengo ninguna puta gana de reunirme con los muertos... Hará falta mucho más si esos cabrones quieren acabar conmigo... Creo que habéis necesitado algún que otro parche... ¿No? - Se acercó hasta ambos y se sentó cerca - Me alegra veros con vida, cabronazos...

No solía mostrar aquel tipo de sentimientos pero se alegraba de ver caras amigas, gente que realmente la entendieran pues si estaban en aquel estado era por las pésimas decisiones de cierta peña. 

- Vamos, vamos... No te me escoñes más, ¿eh? Te necesito en buen estado para celebrarlo cuando lleguemos a casa... Salimos del puto infierno... Bueno, aunque parece que antes era el cielo... Peña muy loca haciendo experimentos muy jodidos... Y ya sabes, cuando tienes cosas demasiado valiosas para el yermo te arriesgas a que el yermo te lo arrebate... - Apoyó la cabeza en la pared - Debemos regresar a casa... Algo no va bien pero... No creo que sea adecuado salir de noche... 

La herida de su pierna estaba fresca, pero al menos ya no dolía como antes. Y allí, sentada entre Rea y Dante se permitió un pequeño suspiro de cansancio.