Partida Rol por web

- No confío más que en un par o tres de personas de las que aquí hay, los supuestos líderes me parecen unos arrogantes que son incapaces de reconocer sus errores y yo tengo demasiado por lo que vivir para dejar que me envíen a la muerte como ya han hecho con el resto. 

Su voz sonaba fría y salvaje, denotando algo que seguramente no le sería difícil de discernir: si alguien debía morir serían aquellos dos pues la salvaje no los respetaba en absoluto. 

Había esperado bastante por una respuesta, pero por lo que fuera, esta no tenía pinta de llegar. Azra había decidido ignorarla sin siquiera reconocer con una mirada que la había escuchado. Personalmente, a Teela eso no podría importarle menos si estuviera hablándole de ella misma. Pero dado que estaban hablando de sobrevivir juntos o morir por separado, y más aún, ya que le había hablado de Lucky y eso claramente le había sido del todo indiferente a la loba, consideró cerrados ambos temas. Si la visión de esas balas no le decían nada, sino evocaban siquiera una mirada, no tenía nada más que hablar con ella sobre Flinn.

Desde luego, cualquier respeto que tuviera por la loba desapareció envuelto en su decepcionante reacción, o falta de ella. Estaba claro que su valentía era limitada y de boca hacia afuera. Solo podía desearle buena suerte y que tuviera una vida que fuera capaz de enfrentar.

De pie aún, no había apartado la mirada de Azra en todo ese tiempo. Quizás, por su propia falta de conexión con el resto del mundo mientras hablaban, podría pensar que ya había perdido del todo la consciencia de lo que ocurría. Pero no. Seguía ahí. Esperando, hasta que, ahora, había decidido renunciar a buscar de lo que no había.

No tenía ganas de bromas ni de tonterías, así que lentamente acabó por volver a dirigir la mirada al grupo, atenta a lo que decían - Te acompaño a buscarlos - dijo a Erik. Si tenía que quedarse ahí iba a acabar dándose un ballestazo en los sesos ella misma, y de poco le servirían las curaciones que le habían hecho. - Cuídalo - dijo a Dante con seriedad, señalándole con la mirada a Isaías.

Despues de sus palabras, estaba claro que él no iba a entenderla. Y no lo culpaba. Pero aquello le impedia abrir la boca y simplemente asintió mientras intentaba quedarse quieta mientras realizaba su cura.

- Si. Yo puedo ir a indagar - Dijo en respuestas a las palabras de su amiga. El sigilo era lo suyo así que no había pasado por su mente ni un segundo el no ir. Hasta ahora no habia mirado a Lizzie pero al escuchar lo de Moxxie giró su rostro con sorpresa - Que cabrona eres, tía - había coñeo, pero también un poco de incomodidad que intentaba disimular. Luego devolvió la mirada a Dante - Los cojones sutil - masculló por lo bajo

Sacudió la cabeza resignada mientras se revisaba el costado ya tratado por Erik. Luego se levantó, inspeccionó su katana y esperó a que Teela se acercara. - No podemos ir muchos o el sigilo se irá a la puta mierda. Tres está bien. Cuatro como mucho - Intentó recordar hacia donde habia ido la niña. Le gustaria avisarla de que iba a hacer aquello....

Yo conozco la ciudad, pero el sigilo no es mi fuerte Dante lo sabía, y creía haberlo dicho en otra ocasión alguien debe quedarse a vigilar a los heridos por si sucediera algo, alguien que esté sano confiaba en su amigo para eso, así que lo miró esperando su confirmación y Ania tiene razón, cuatro es un buen número, por si hubiera que separarse en algún momento no dejar a nadie solo estaba claro que Teela e Isaias no podían acompañarlos, tampoco Rea o Derek, además ellos eran conductores, y alguno al menos tenía que recuperarse para regresar…

Seguramente Zack también pueda acompañarnos, también parecía conocer un poco la ciudad y estaba libre de heridas miró finalmente a Azra, lanzó un suspiro, y desvió la mirada hacia Ania antes de regresar a la guerrera ¿vienes con nosotros? Preguntó, quizás encontraran algo más sobre la hermandad, o sobre esos inquisidores, o averiguaran de donde venían estos tipos que eran capaces de dominar a los animales.

Las palabras de Teela hicieron que se girara hacia ella no es conveniente que te muevas… dijo acercándose a su posición tienes que descansar, te vamos a necesitar más adelante entendía los motivos por los que no quería quedarse allí, la entendía muy bien por favor… le pidió enfatizando la súplica con la mirada, no podía obligar a nadie, pero no quería que le pasara nada.

Abrió los ojos y miró a Erik.

- ¿Yo? Has dicho cuatro, ¿no? Tu, Ania y yo ya somos tres, tendrás que escoger muy bien a la cuarta persona porque yo moverme sigilosamente sé solamente cuando estoy sola y de caza, si viene otra persona más, que sepa moverse en sigilo, porque si ya has dicho que el sigilo no es tu fuerte, no será bueno que vaya otra cacharrería.

Miró a Teela cuando dijo de ir ella y simplemente su percepción de que aquella mujer estaba loca y solamente buscaba suicidarse se hizo más evidente. Estaba claro que en su estado no haría sino perjudicar al resto y ponerles en peligro. La verdad es que a veces era patético el orgullo que se gastaba la gente.

- Vamos, Teela quiere que te la lleves, así seguro que... - Miró a Dante al sentir cómo la miraba y suspiró hastiada - Vale, vale, joder...  Me voy con vosotros, pero solamente porque no me da la puta gana que te cargues también a Ania. 

Se levantó y cogió sus cosas para prepararse para el camino.

Un cosquilleo. Algo cálido que le envolvía el interior de su pecho. Ni siquiera la bordería destinada a otros pudo evitar que sonriera con disimulo mientras se movia por la zona buscando a Helena.

Se movió por la habitación, rascandose con suavidad la mejilla, intentando recordar por donde se había ido Helena. Al oir que iban a necesitar a una cuarta persona.

- La tal Keira... parece lista. Y pequeña - se encaminó hacia la salida - Voy a ver si le apetece darse una vuelta. Ahora vuelvo - Salió esperando encontrar a las dos no lejos de allí

En un principio, la reacción de Erik ya le pareció un poco confusa, haciendo que frunciera el ceño. A ver, si, le dolía existir, y aumentaba a momentos, pero tampoco es que fuera tan lejos. No podría ir lejos ni aunque quisiera, estando como estaba. Parpadeó, desconcertada ante la súplica en la mirada del hombre. Por un lado, se le hacía rarísimo que alguien que no fuera Shawn se preocupara tanto de ella, y por otro, seguía sin entender de qué se preocupaba.

Lo que dijo Azra fue lo que terminó de unir las piezas del puzzle que, en su aturdimiento por el dolor, le había costado tanto llegar a vislumbrar. Y entonces hasta se le escapó una sonrisa, que con el leve batir de las costillas por la exhalación, se torció ligeramente por el dolor.

No decía de ir al bunker, joder. Ni yo estoy tan puto loca. - aunque tendría su gracia intentar ser sigilosa cuando apenas podía moverse - Decía de acompañarte a buscar a los otros dos, como te dijo Dante. - abrió un poco más los ojos - Aunque ya va Ania, así que sí... me quedo. - se encogió de hombros apenas ligeramente - ¿Necesitan algo para llevar? - si ella se iba a quedar ahí, bien podía dejarles equipo - No tengo tanto pero de lo que tengo... excepto mi ballesta, claro.

Ahhh… Erik respiró aliviado al escuchar a Teela te entendí mal esbozó una ligera sonrisa igualmente es mejor que no te muevas mucho, es mejor que el estimulante vaya haciendo su trabajo, en un par de horas seguramente podré sacarte el tubo y te encontrarás mucho mejor le dijo mientras revisaba por encima el trabajo que había hecho para asegurarse de que todo seguía en su sitio.

Ignoró los comentarios de Azra, no iba a perder el tiempo discutiendo con ella, él se mantendría en la retaguardia, avanzando sólo cuando los más sigilosos dieran el visto bueno.

Gracias por el ofrecimiento, pero creo que tenemos lo necesario dijo a la morena lo importante es que no hagáis explotar nada en nuestra ausencia ¿vale? Dijo alternando la mirada entre ella y Dante con expresión divertida volveremos pronto, no vamos a arriesgarnos, sólo a ver si hay via libre y ver si podemos obtener algo más de información, pero si intuimos problemas, regresaremos añadió ya más serio.

Se dispuso a salir al exterior, buscaría a la joven del pueblo que le había ayudado con los heridos para darle alguna instrucción antes de marcharse.

Una mano en el hombro, notandose el cuidado en el gesto. No por lo peligrosa que fueras, sino por las formas y porque parecia captar por donde iban los tiros. Una mirada clara e intensa, donde quedaba claro que lo de ver morir a otros no era nada nuevo, pero en este caso conocia a los que podian a morir.

Intentemos que no muera nadie mas... y diras lo que quieras, pero se te da bastante bien conseguir eso. - Antes de que hablases, sonrei de nuevo. - Solo por esta vez, no digo que les salves el culo, pero intenta que no mueran.

Las palabras de Erik obligaban a una respuesta tambien.

Era consciente de que no me debias nada, que el encuentro habia sido lo que habia sido, pero era capaz de ver la fuerza que habia en tu interior. Podia entender tu enfado, pero ahora mismo necesitabamos ir a una.

Me levante de mi sitio al lado de Azra y mire a los demas, tras haberle susurrado algo a la amazona.

Sonrei a Teela levemente, ante sus palabras. - No es mi especialidad pero intentare que no empeore... - Un guiño en ultima instancia para que no se preocupara, aunque mi mirada a su pecho, al tubo que aun habia alli y la vuelta a sus ojos, dejaba claro que quizas deberia mirar mas por si misma en este caso.

Rei levemente ante las palabras de Ania sobre Lizzie. - Bueno... podria haber sido peor...

Lizzie hizo un gesto de encogimientos de hombros con una sonrisa que sin duda dejaba claro que simplemente estaba siendo ella misma.

Una nueva interaccion entre Erik y Azra sobre la posibilidad de ir al bunker. Acabe por mirar a esta ultima ante uno de sus reniegos y no pude mas que asentir cuando a su manera, acepto acompañarlos.  No sin antes lanzar una ultima pulla, no podia decir que no tuviera razon en cierta forma, pero ahora no ayudaba tampoco mucho. Aun asi mejor tener a la loba que no tenerla.

Mire a Erik, esperando que quedara ahi el tema, porque les gustase o no, ahora mismo ibamos cortos de gente que supiera repartir.

Cuando Teela aclaro sus palabras, la mire y despues señale donde estaba tumbada hace un momento. - Haga el favor de sentarse, puesto que parece que ahora tambien estara a mi cuidado... señorita. - El humor denso y simple de las palabras era claro, me estaba cachondeando de ella, pero a buenas.

Mire a Erik. - No te preocupes, me encargare de las cosas por aqui hasta que volvais. - Aun asi no pude mas que levantar las manos y señalar con humor a Teela, ante el comentario de las explosiones. - Ella es la que va cargada con los regalos del irlandes, a mi no me mires.

La chica que andabas buscando, no estaba muy lejos y acepto cuidar de tu gente, pero dejando claro que tambien tenia gente aqui a la que echarle un ojo asi que no podria dedicarles todo su tiempo.

Una sonrisa tranquila, aunque se la veia cansada y tambien asustada.

Gracias... - Quisiera o no te habia escuchado, el como buscabas una forma para sacarlos a todos de aqui, aunque fuera para ir a Parody.

Ania salio un momento y no tardo en localizar a Zack, puesto que se veia parte de su cuerpo, mas alla de una cortina que daba pie a cierta intimidad. Aun asi estaba vestido por lo que ella era capaz de vislumbrar, asi que tras acercarse y comentar los planes de Erik, tanto Zack como Keira decidieron unirse a la expedicion al bunker.

Escuchaste callada todo lo que tenia que decir, incluso aquellas partes que podian ser mas dificiles, sin hacer ningun gesto extraño y sobretodo atenta a mi. Era interesante de repente sentir toda tu atencion puesta en mi. Queria sonreir pero no lo hice, no podia, ni debia. No estaba aqui por esto, tenia otras cosas que hacer por mas que esta chica tan extraña y arisca tuviera algo que no sabia definir. Quizas era esa fuerza que sacaba como si el mismo mundo le deberia algo, os implemente para mostrar sus uñas al mundo dejando claro que no claudicaria.

Aceptaste mis palabras como suficientes. Debia admitir que habia cierta sorpresa, no estaba tan seguro de que yo hubiera aceptado y sin duda, quedaba claro que tenias algo de Erik en ese sentido. Aun asi me mantuve quieto y levemente serio delante de ti.

Avanzaste y notaste entonces una mirada mas intensa, una mirada fija y clara sobre tus ojos, que unicamente por un segundo debido a la distancia se desvio a tus labios, aunque claro podia ser simplemente para entender los gestos tras tus palabras.

Los movimientos de tus manos atrajeron mi atencion y aunque mi mirada paseo por tu cuerpo y por las curvas que lo definian, no notaste ese punto de babeo o lascivia que la mayoria de las criaturas que se llamaban hombres en Parody habrian dejado entrever. Sin duda me gustaba lo que veia... pero no seria tan burro de mostrarlo en una situacion como esta y algo me decia que te habias dado cuenta.

Notaste como mi ceño se fruncia, como tus palabras se colaban por alguna rendija que antes ni siquiera estaba ahi y lentamente mi mirada se desvio a mi biceps y volvio a ti. Tu explicacion tenia una logica dificil de pasar por alto. Un leve suspiro denso y una mirada directa. Casi pudiste contar los bombeos de tu corazon. Cinco para ser exactos antes de que me moviera. Con un movimiento habitual y simple comence a quitarme la chupa desgastada y machacada que llevaba, dejando ver debajo un cuerpo definido de una forma clara y precisa. Si, tenia el cuerpo de un militar. Los musculos no estaban marcados en el sentido de impresionar, sino de ser funcionales y practicos.

Alli, justo oculto bajo el biceps, en el interior de esa parte del brazo, estaba el tatuaje que te habia llamado la atencion y ahora sin ninguna duda, fuiste consciente de que el hombre que tenias delante pertenecia a la Hermandad.

Me parece una gran idea... y sinceramente preferiria que todos... - La forma de decirlo estaba claro que te incluia, pero claro, tambien incluia a los demas, pero estabas segura de que era mas por ti que por cualquier otro motivo. - Volvieramos de una pieza.

Movi mi cuerpo para que no se pudiera ver el tatuaje desde fuera y extendi el brazo a la espera de que harias tu. - De donde eres... Kora? Que hacias aqui, en esta ciudad al borde del mismo Infierno? - La distancia se habia acortado un poco mas, el tono habia bajado y por eso cuando mencione tu autentico nombre, notaste un punto mas intimo en cierta forma. No flirteo, solo cercania en cierta forma. Era raro, pero estaba claro que no habia amenaza, sino... confianza, si es que eso existia en este mundo.

Mientras vuestras anteriores palabras quizas podrian haber sido escuchadas de haberse acercado alguien, ese ultimo susurro no habia ido mas alla de tus oidos.

Haciendo caso tanto de las recomendaciones del médico como de las miradas de preocupación de Dante, fue a sentarse donde antes estaba. - El último que me llamó señorita se comió la suela de mi bota - sonrió - Así que yo me esforzaría por probar lo necesario de mis cuidados - bromeó, riendo un poco, aunque enseguida se interrumpió por el dolor en su pecho.

Se hubiese quedado más tranquila si hubiesen tomado un poco de equipamiento, un par de granadas saltarinas por último, pero confiaba en que podrían cuidarse solos. O al menos, quería creer que así sería, y que volverían todos enteros y bien de la excursión al búnker.

Venga, habla - elevó la barbilla en un movimiento corto, instándolo a hacerlo - Aprovecha que nos quedamos solos - dijo a Dante, para luego dar una mirada a Isaías. Estaba bastante segura de que seguía noqueado, pero tampoco le importaba que él escuchara. Confiaba lo suficiente en ambos para hablar con tranquilidad.

Ni de coña le había bastado con aquello: aún seguía intimidada.

¿Pero qué iba a decirle? ¿Que no se defendiera si se encontraba en peligro? Era obvio que estaba en su derecho de hacerlo, igual que el resto... Pero pensándolo fríamente, ni a Zack le interesaba tenerlos como enemigos, ni Erik era un hombre agresivo predispuesto a abrir fuego contra alguien sin preguntar. O eso quería creer... Porque lo cierto es que no sabía a ciencia cierta cuánto había cambiado Tanner en aquellos años.

La cuestión era que, sin haberlo pretendido, había acabado entre dos fuegos. Ella, que no se casaba con nadie y que en otras circunstancias le hubiese importado bien poco si los de la habitación de al lado se acribillaban entre ellos o no. Irónicamente, le tocaba mantener la calma y asegurarse de que todo fuera como la seda durante las próximas horas. Aunque no tenía muy claro el por qué de su predisposición a cubrir a Zack... Sólo que Erik no estaría más a salvo con aquel militar en su contra.
 
Por qué coño me preocupo, él no... Ni siquiera sé cómo habría reaccionado de haberle dicho que no... Lo mismo... Agh, prefiero no pensar en ello... Joder, ¿qué...? ¿Llevo algo...? - Puede que no tuviera ninguna intención de incomodarla, pero la intensidad de su mirada hizo que la joven se diese un repaso a sí misma, comprobando que no se había dejado nada a la vista al salir de la bañera - ¿...Por qué me siento como si fuera desnuda? - A diferencia de la mayoría de las mujeres que acompañaban a su padre, Kora no dejaba nada a la imaginación en su forma de vestir. No es que las formas de su cuerpo no estuviesen marcadas, pero su piel estaba cubierta casi por completo: literalmente, hasta el cuello.  

No era ni mucho menos el primer hombre que la recorría con los ojos, pero sí el primero que daba la impresión de procurar hacerlo lo más discretamente posible. ¿Eran imaginaciones suyas o Zack estaba dejando que fuese ella quién medía la distancia entre los dos...? Porque no se había aproximado a ella en ningún momento... Ni siquiera la había rozado. Si aquello era caballerosidad...

...NO. No. No bajes la guardia.

Esperó pacientemente a que él le diera una respuesta a su petición. Pacientemente era un decir, porque, en efecto, los latidos de su corazón se hicieron de notar mientras el militar se lo pensaba, hasta que finalmente pudo respirar más tranquila cuando se dispuso a retirarse la prenda... O quizás no tan tranquila. Era evidente que estaba en perfecta forma física, y mentiría si dijera que aquella musculatura definida no le parecía atractiva, pero era difícil para ella no sentirse intimidada ante una complexión más poderosa que la suya. Y el tatuaje, de nuevo al descubierto, le recordaba que pertenecía a un gremio que le infundía mucho, mucho respeto. Y también temor.

Me parece una gran idea... y sinceramente preferiria que todos volvieramos de una pieza.

Kora había alzado la vista para mirarlo a la cara con las cejas alzadas, creyendo entrever el verdadero significado de sus palabras. Tras un momento de vacilación, respondió con gesto altivo:  

- Todas mis ideas son buenas.

Lo dejó acomodarse, rascándose la nuca con aire pensativo cuando lo vió extender el brazo, buscando con qué cubrirle aquello. No tardó mucho en decidirse a utilizar el largo pañuelo que llevaba pegado al cuello, del cual se deshizo tras girarse disimuladamente hacia la izquierda para quedar de perfil frente a él. Le siguió el ya habitual gesto de "pásame el cuchillo" para terminar cortando un largo suficiente después de un par de intentos. El tejido era fino.

Que le preguntase por su procedencia la pilló completamente desprevenida, y por un momento dió la impresión de no saber muy bien qué contestar, acomodándose lo que quedaba del pañuelo de vuelta. No le gustaba hablar de Angeltown.

- ”Al borde"... - Bufó una risilla pesimista... Como si el mundo en el que habitaban no fuera un Infierno en toda su totalidad - Si sólo fuera el borde... - Musitó aquello para sí misma, meditando las palabras que iban a salir de sus labios a continuación, aproximándose un poco más para comenzar a vendarle el brazo, apenas rozándole - Soy de un pueblo pequeño que quedaba hacia el sur... Una población agrícola... Bastante aislada... Gente pacífica... - Hablaba seria, como si aquello no fuera con ella. Como si no añorara cada piedra y ladrillo que mantuvo la ciudad en pie hasta su caída - Como fuera: acabé en Parody. Aprendí un oficio... Y aquí estoy - Miró al hombre de reojo; quizás lo tenía demasiado cerca - Socio muerto*. Cliente muy probablemente muerto también... - Se enfocó de nuevo en su brazo, ajustando la tela a conciencia - ¿Qué puedo decir? Tengo el don de la oportunidad... - Obviamente se reservó para ella las partes crudas. Y aún estando centrada en su tarea, controlaba de manera inconsciente los movimientos del hombre, confiando en que éste seguía pendiente de que nadie se acercaba por el pasillo.

A aquella distancia tan corta se podía percibir una ceja partida, la izquierda, donde descansaban dos discretas cicatrices, únicamente visibles al contraluz. No era ni mucho menos su marca más llamativa, pero contrastaba sobre aquel rostro angelical.

- ¿...Tú?

Rei levemente mientras levantaba las manos. - Es una suerte pues, que ahora mismo no puedas poner la bota a la altura de mi boca... - Me acerque hasta ella y la ayude a sentarse con cuidado. Sabia que habria mirada asi que abri los ojos en plan, venga, se buena, yo lo intento. - No tengo ganas de cuidados, te lo prometo mas aun cuando no estais para dar lecciones de autoconservacion.

Lo directa de Teela me hizo sonreir mientras me apoyaba no muy lejos, donde tuviera acceso a la puerta y al mismo tiempo visualizase a los demas presentes y su estado. - No es justamente yo quien tiene que hablar no crees? - Me puse a jugar con un vial entre los dedos. - Es obvio que sabes mucho de la Hermandad y esos tios no son de ir comentando sus cosas sin mas... menos aun sobre sus bonitas armaduras. Asi que supongo que hay una historia detras y me gustaria saber lo que tengas a bien compartir...

Habia curiosidad, pero no malsana, ni de la que activa las defensas. Dante era muchas cosas, algunas de ellas no las conociais o solo pensabais que era trabajo, pero sin duda era un tio "honorable" dentro de lo que era la mierda general de Parody.

Respondiste de nuevo con esa fuerza y esa garra, como queriendo dejar claro que la situacion era de lo mas normal... cuando ambos sabiamos que no era asi. Aun asi, era bueno que mordieras y sacaras las garras a pasear, demostraba fuerza y no la fisica, sino la mental, era lo que te mantenia medio cuerdo en este mundo.

Seguro que todas? - La cabeza ligeramente ladeada. la mirada precisa y clara, con una sutil sonrisa de lado. Juego, entretenimiento, buscando romper la posible tension o el remanente de la misma, para luego mirar mi brazo, que no al tatuaje, dejando claro que habia apuestas que eran arriesgadas y tu habias apostado, y por ahora te habia salido bien.

Un sutil giro, un perfil mas que agradable y justo cuando hacias el gesto, notaste el mango del cuchillo en el bor de tus yemas. Casi como si te hubiera leido los pensamientos.

Bueno ahora ya tengo algo con lo que comerciar por mi pistola... sobretodo si cierras la ventana. - Un juego que se extendia a palabras previas, pero que sobretodo te desconcentraria antes de las siguientes palabras.

Bingo. Los cambios de tema bruscos o que no esperabas, te desorientaban lo suficiente para entender que no eras una experta en segun que cosas, lo que a su vez permitia una mayor "confianza"

Una sutil sonrisa cuando mencionaste lo del "borde, con toda su extension. - Lo es... el borde al menos... - La seriedad hizo acto de aparicion, pero no de malas formas, sino diciendote una verdad que a veces nadie queria oir. Este lugar, que antaño habia sido seguro era un buen lugar, porque mas alla de el, lo que habia era mejor dejarlo para mentes menos cuerdas. - Hay sitios peores... pero tambien mejores... - Un punto de esperanza o de conocimiento.

Tras eso notaste como escuchaba, como cada palabra que deicas era estudiada y catalogada, pero sobretodo creiste darte cuenta como cuando diste un par de pasos para menguar la distancia y asi poder vendar, mi respiracion se detuvo por un par de segundos. Solo una posibilidad, un reflejo quizas, pues no estabas segura al cien por cien de ello.

Te mire cuando dijiste lo de la "oportunidad" y mire tu cabeza, para bajar a tus ojos. - Puedes apretar un poco mas. - Dejando que tu decidieras como hacerlo, pero estaba claro que tus roces no me molestaban. - Lo tienes... sin duda... pero eso no siempre es malo... despues de todo ahora estas aqui, estamos juntos y tu padre esta vivo... - Notaste el nacimiento de un movimiento, como si hubiera ido a hacer algo para detenerme de repente. No parecia algo malo, pero estabas casi segura de que implicaba contacto... contigo.

Si miraste viste como estaba atento a la ceja partida, a las dos pequeñas cicatrices pero antes de poder preguntar, lo hiciste tu.

Del norte. Una comunidad propia formada bajo unas reglas bastante claras. Autosuficiente en su mayoria. - El tono tranquilo y calmado era por un motivo obvio, decia mucho, sin decir nada realmente.

La mano se levanto esta vez, cerca pero sin tocar, aunque casi podias sentirlo aun asi, tan cerca estabais. Señale la ceja. - Que criatura se atrevio a atacar a una fiera y salvaje be... keira?