Partida Rol por web

Del otro extremo de la calle principal, salió una mujer de negras vestiduras, ru negro ropaje la camuflaban en la oscura noche y cubría por completo su rostro.

Avanzaba hacia tu posicón caminando apresuradamente. De repente, dos negras sombras empezaron a emerger desde el suelo a cada lado de la mujer, avanzando a su paso.

De repente, la mujer alza su cabeza y te lanza una mirada penetrante, las antorchas alcanzaban a iluminar su extremadamente pálido rostro, sus ojos estaban completamente enegrecidos y sus ojeras eran negras y pronunciadas.

-Ishak danlu sharen parak.. -Pronunció, mientras sentiste que una fuerza extraña se empezaba a apoderar de tu cuerpo.

Niren escuchó que pasos apresurados. Por instinto giró la cabeza emitiendo un sonido interrogante para ver qué pasaba, no le gustaba la gente "con prisas" y menos si esa gente empleaba las prisas para acercarse a ella.

Los ojos ambarinos de la tiefling se abrieron muchísimo al ver aquel esperpento tan raro de luces y sombras sin comerlo ni beberlo en medio de la calle. Y la cara de una tipa el doble de rara.

Aunque sólo le dio tiempo a hacer eso: abrir mucho los ojos porque su cuerpo dejó de hacerle caso cuando quiso ponerse en guardia. Soltó un gruñido pero no había forma, no podía moverse. Por poder, no podía ni hablar.

«¡¿Pero qué... ?!»

..... Tras algunos segundos en que nadie estuvo seguro como reaccionar, el cuerpoi del caballero de Lazhander empezó a convulsionar violentamente, el instinto -o quizá el miedo- de Mannock lo hizo saltar unos pasos para atrás.

El cerpo dejó de convulsionar y quedó inmovil, pero una sombra empezó a salir de su cuerpo, una sombra negra como la mas profunda oscuridad vista en las peores pesadillas de los mortales, se elevó sobre el suelo algunos centímetros y empezó a observar a los que lo rodeaban.

Llenándose de valentía, el capitán Mannock atacó a la sombra, pero su espada traspasó el cuerpo incorpóreo de la criatura sin hacer daño alguno. Los tres guardias siguieron su ejemplo y se lanzaron al ataque, pero sus espadas resultaron ser inútiles contra ese no-muerto que se alzó del cuerpo del paladín.

—¡Por la oscuridad de Shar! —renegó Valeria, preparándose para el combate.

Normalmente tiras saber religión ya que se trata de un no-muerto; sin embargo, esta es una criatura no muy inusual para tí....

En el Zulkir de Nigromancia, allá en tu lejana tierra natal, los magos convocaban este tipo de criaturas para que fueran sus asesinos y su ejército. La sombra no hace daño físico, pero su toque gélido se mete hasta las entrañas de los huesos y succiona la fuerza física de aquellos mortales que so víctimas de él.

Su poder se centra en que si matan a un individuo con el toque gélido, el cadáver se convierte en otra sombra al cabo de unos pocos segundos, además, poseen una resistencia mayor de lo normal contra el ahuyentar muertos vivientes de los clérigos buenos!.

Cuando se recuperó del sobresalto, Valeria pudo identificar a la criatura.

—¡No dejéis que os toque! —urgió a todo el mundo—. ¡Os succionará vuestra fuerza física hasta que no seáis más que una carcasa sin vida de la que brotará una nueva sombra!

- ¡Atrás capitámm!, solo puede ser herida por armmas mmágicas, le devorará la vida. Luz, nnecesitammos luz para poder verla, que sus hommbres emmciendamm antorchas. Que nno les toque, las armmaduras y los escudos nno no sirvemm.

El extraño animal de carga bípedo había reconocido rápidamente a su enemigo, su tutor le había hablado de él repetidamente, era uno de esos seres que él había combatido toda su vida.

Errol se detuvo casi en seco su carrera al llegar a la escena del crimen. Su estoque ya estaba en su mano cuando el muerto viviente emergió del cuerpo sin vida del seguidor de Lathander. Y como cabía esperar, dio un respringo al darse cuenta de contra qué se enfrentaban.

-¡Maldición! ¡1.000 millas con un frasco de agua bendita a cuestas y me lo he dejado en el mulo! ¡Entretenedle, vuelvo en seguida! -exclamó Errol dándose media vuelta y corriendo de regreso hacia el lugar desde donde había partido- ¡Gertruuuuud!

Cuando llegaron al origen de los gritos Sven se quedó paralizado, aquello superaba a muchas cosas de las que había visto hasta el momento. Siguiendo la estela de los guardias a punto estuvo de atacar él también con su espada, pero las oportunas advertencias de sus compañeros, así como el comprobar como las armas no hacían nada en aquella sombra, consiguieron hacerle desistir de su intento.

Se apartó para evitar el contacto con aquel ser pero mostrando su frustración ante el hecho de no poder hacer nada para ayudar. Él sólo conocía el manejo de la espada y parecía que el acero nada podía contra aquella sombra.

Redwim frenó el caballo ante la escena y habría desmontado si no hubiera visto las convulsiones del paladín y tras eso, la ineficacia de las armas de los guardias. ¿Qué podría hacer él contra una criatura así?. 

Escuchó las palabras del minotauro pero no por ello reaccionó con presteza, ya que aquella situación realmente le había impactado. Siempre había luchado contra "cosas" a las que las armas hacían daño, pero eso era distinto.

-Pe...pero...-fue capaz de decir antes de comenzar a buscar alguna antorcha encendida en las calles para recogerla y mantener a raya a esa sombra.

Errol se apresuró hacia su mula, había recordado de un frasco de agua bendita que podría causar daño a la criatura'y rápidamente se perdió de vista tras volear por la esquina de un edificio.

Los ataques de los guardias eran completamente inútiles. La sombra aprovechó y contratacó...

El toque gelido traspasó el escudo y la armadura de uno de los guardias, y una estela oscura pudo visualizarse mientras succionaba parte de su energía vital. Era evidente que ahora el guardia se sentía muy debil; su armadura, su espada y su escudo de repente parecían pesar mas de lo que podía cargar. Lanzó un grito de dolor y cayó al suelo, aún vivo, pero muy débil.

En el otro extremo de la calle, algo lejos aún, varias personas se apresuraban en dirección al combate, ¿Mas guardias?, muy probablemente....

Tras voltear apresuradamente sobre la esquina del edificio, Errol se detuvo instantáneamente ante la escena que tenía en frente....

Niren se hayaba completamente paralizada, no podía mover ni un músculo, ni siquiera para gritar!.
Una mujer vestida completamente de negro pasaba apresuradamente a su lado, junto a dos sombras iguales a las que se encontraban enfrentando los demás!.

Por suerte, aún no se habían percatado de Errol, y al parecer no tenían la intención de hacerle daño a Niren; pasaron a su lado y siguieron de largo.....

La mujer se volteó y le propinó una fulminante mirada a la Tiefling, quien inmediatamente sintió un escalofrío correr por todos los nervios de su cuerpo. Luego lanzó un conjuro que inindó una amplia zona de oscuridad, una profunda oscuridad que ni la visión de la Tiefling podría penetrar!!

Valeria dibujó con una mano un símbolo centelleante en el aire.

—Halilintar, dari mas kartu ke mereka... —musitó.

Un rayo de electricidad brotó de la punta de sus dedos extendidos, crepitando y bifurcándose para evitar aliados y obstáculos. No obstante, la hechicera había apuntado mal y se acabó perdiendo en el aire, dejando sólo tras de si un olor a ozono en el aire.

Valeria apretó los dientes, enfadada consigo misma por haber errado el tiro.

Pashma apretó los dientes y su mano voló hacia la sombra, cuando la tocó se produjo como un chispazo y una luz anaranjada pareció salir de su cinturón, recorrer todo su tórax, y se deslizó hacia la punta de los dedos donde se deshizo en una especia de onda que por un instante se mezcló con la negrura del muerto viviente hasta que luz y sombra desaparecieron para siempre.

- Te ha comido la vida amigo, pero has tenido suerte, otro golpe como ése y no la cuentas pero el daño que te ha hecho no es permanente, dos o tres días en la cama sin hacer nada y estarás recuperado... ¡Sacadlo de aquí, y alejados todos, el combate no ha terminado! Va a surgir otra sombra y el que no tenga un arma mágica debe alejarse. Quiero un círculo de antorchas a mi alrededor pero lejos, quiero ver bien al engendro y necesito luz. Si hay clérigos en la ciudad id a buscarlos, harán falta.

Después, comenzó a realizar algunos gestos, listo para comenzar a conjurar.

Errol llegó corriendo a la escena, pero sus pasos eran ligeros y su armadura liviana como un cuero sencillo, de manera que cuando vio qué estaba sucediendo con Niren, casi cae de boca al suelo tan rápido frenó su carrera. Ni un segundo después ya estaba buscando el cobijo de las sombras, las sombras de verdad, de los edificios. Y a continuación el veterano aventurero buscó una ruta alternativa hacia Gertrud.

Fuera quien fuera esa mujer de negro, si hubiera querido acabar con Niren, controlando a dos de esas sombras absorbe-fuerzas, ya lo habría hecho. Parecía que la tiefling se había salvado gracias a su alma oscura, sus ancestros abismales o alguna otra razón, pero el hechizo que había lanzado la mujer no estaba consumiendo el lugar, sino cubriéndolo con una espesa capa de oscuridad. Niren no corría peligro. El que corría peligro era él mismo y lo único que podía contribuir a su tranquilidad personal era tener entre manos la ampolla de agua sagrada que tantas millas había recorrido con él...

Joder, joder, joder, DOS más. Y una bruja. Este pueblo tiene un problema nigromántico de narices...

«Humanos... » Niren resopló para sus adentros. Si hubiese podido, habría puesto los ojos en blanco «Primero pierden el culo por hacerse los héroes y luego se lo hacen encima en cuanto ven un par de cosas raras. ¡Quien los entienda, que los compre!»

Ella sí había visto a Errol porque mirar en derredor era lo único que podía hacer, y sabía por tanto que él también la había visto a ella. Por supuesto no es que hubiese esperado en ningún momento que nadie fuera a molestarse en ayudar a un tiefling pero la lógica de los acontecimientos se le antojaba ausente. Aunque al siguiente segundo ya no vio ni la lógica ni a Errol.

De hecho no veía nada.

Su vista era tan aguda que podía penetrar las sombras y ver estando completamente a oscuras pero en medio de aquel manto de sombras no veía nada así que sólo podía tratarse de oscuridad mágica. Genial. ¿Y ahora qué diablos estaba ocurriendo? Por más que se esforzaba era incapaz de mover un músculo y aquello estaba empezando a cabrearla.

«¡En cuanto me libre de esto le voy a dar tal patada a esa zorra que le va a faltar cielo para dar vueltas!»

Pasaron unos cuantos segundos que parecieron minutos u horas, pero al final, la oscuridad mágica se desvaneció por completo.... y con ello, el silencio propio de un pueblo entrada la noche.

Ni la mujer ni las sombras se encontraban a la vista, se habían... ¿Desvanecido?.

La praálisis de la Tiefling también culminó, y ya sus miembros eran libres de moverse, aunque una extraña sensación había quedado sobre todo su cuerpo y su mente, como quien tiene una pesadilla y se levanta de repente, sin saber si fue verdad o mentira lo que había acabado de soñar.

Un toque del minotauro había bastado para exterminar a la sombra, y por ahora el silencio reinaba. los dos guardias ilesos se precipitaron a ayudar a su compañero debilitado, mientras Mannock enarcó las cejas y realizó un ademán en señal de agradecimiento al minotauro, pero aún no pronunció palabra alguna.

Luego de asegurarse de que su compañero se encontraba bien, los guardias y Mannock empezaron a bajar las antorchas de algunos edificios, haciendo caso a las órdenes de Pashma.

Mientras llegaban tres personas corriendo apresuradamente: Dos hombres vestidos con armadura de placas, espada y escudo; y un anciano de larga barba blanca. El trío, claramente, eran seguidores del Dios del Alba, de Lazhander, su simbolo estaba pintado en sus armaduras, escudos, anillos y amuletos.

-Demonios Mannock, que ha sucedido acá?. -Dijo jadeando aún por la larga carrera.

-Que la luz del alba los ilumine señores, mi nombre es Ashnar, y soy el sacerdote de la atalaya del alba, ¿Que demonios ha ocurr..... -Su mirada se centró en el cadáver del que surgió la sombra. -Por el puño derecho de Helm..... si es.....

Se apresuró a su lado y lo empezó a tocar, intentando pronunciar algunas palabras y realizando gestos extraños, sin que ocurriera nada en particular. -pero es vilto... ohh ¿QUE RAYOS HA PASADO EN ESTE LUGAR?. -Volvió a inquirir con vehemencia, esta vez, dirigiéndose a todos los presentes, agitado aún, pero mas por la agonía de haber perdido a uno de sus hombres que por el cansancio físico.