Partida Rol por web

—Eh, habla por ti—refunfuñó Niren poniendo los brazos en jarras—. Yo no pienso pagar una pieza de cobre por pasar la noche en eso. Casi que prefiero la tienda de campaña dado el índice de "hospitalidad" cuando lo único que hemos hecho ha sido presentarnos de buenas maneras.

«Manda narices. No me extraña que nos pasemos el día dándonos de palos en mil guerras y mil tonterías... ¡La gente está paranoica!»

Parecía que se trataba de una invación... quizás no violenta, pero no por ello menos invasiva, por lo que Angelo tomó su arco y buscó una flecha, por si tenía que intervenír.

Sin embargo, se sentía demasiado lejos de la acción, había escuchado la respuesta, pero no la pregunta por lo que, con el arma en la mano avanzó lentamente, usando la vegetación para protegerse mientras le susurraba a su compañero - Quieto... no hace falta que intervengas - El tejón, como de costumbre, reaccionó ante la primer palabra, quedándose en donde estaba, pero Angelo solía tratar de explicarse con el... aunque fuera inutil

-Que se larguen he dicho!! - Gritó de nuevo la gruesa y ronca voz de dentro. -Ya esamos llenos aquí y no queremos su dinero. -Parecían decididos a no dejar entrar al grupo al refugio.

Los sonidos metálicos seguían sonando desde el interior de la casa, ya no se trataba de enfundar armas..... Quizá intentaban ponerse las armaduras, o quizá estuvieran haciendo algo más.....

- Pues vámonos, están en su derecho de defender esa cabaña, llegaron primero. Y no me apetece matar por algo así...

Errol se encogió de hombros. "¿Qué le vamos a hacer?" parecía decir con su gesto. Y tal como había venido, se comenzó a alejar de la cabaña. Entonces se acordó del pequeño detalle que les había traído hasta allí, se giró de nuevo hacia la maltrecha edificación y preguntó en voz bien alta:

-Sólo una pregunta, ¿saben qué le pasó a la cabaña y a los ocupantes originales de ella?

Quien sabe, a lo mejor lo sabían y se los decía, ahorrándoles a los aventureros el esfuerzo de averiguarlo de otros modos.

Valeria frunció el ceño. En una mujer tan impasible no era preludio de nada bueno.

—Tienen un auténtico arsenal ahí dentro —comentó, en voz baja para los suyos—. Desde luego tienen más armas de las que pueden utilizar dos personas. Me preocupa que sea el refugio de bandidos que asalten a viajeros menos pertrechados que nosotros.

Redwim estaba apunto de retirarse con el resto, ya que como habían dicho, ellos estaban primero y si no querían compartir su refugio, estaban en su derecho.

-Hay gente que no se da cuenta que lo mejor es colaborar para que todos obtengamos un beneficio...pero bueno buscaremos otro lugar..

Apunto estaba de agarrar las riendas de su caballo, cuando Valeria pronunció unas palabras clave que encendieron una luz en la mente del caballero.

-Es cierto- dijo brevemente mientas se daba la vuelta, aferraba con fuerza el martillo y el escudo- podrían ser asaltantes...y nuestro deber es averiguarlo. Si no tienen nada que ocultar...

Con un par de zancadas Redwim se situó junto a la puerta y la golpeó con el martillo a modo de aldaba a la par que endurecía el gesto de su rostro. Sin duda alguna había cambiado, sus ojos miraban con una mezcla de fiereza y determinación dejando atrás la simple alegría y buen humor.

-!ABRID LA PUERTA¡-rugió demostrando que si no lo hacían, la abriría él.-Prepararos...-dijo mientras ponía su escudo para cubrirse, cosa que había aprendido a las malas. No era un mensaje pacificador, pero si no había ningún mal en esas gente, ya reirían después...

Niren se palmeó sonoramente la cara.

«Lo dicho, paranoicos totales... »

—Menos mal que sólo buscábamos refugio—recordó repitiendo lo que hace nada acababan de decirle a ella—. Pero, eh, que nadie dijo nada de atacar...

Puede que Valeria tuviera razón, o puede que aquello fuera una estupidez del tamaño de un campanario. Cada una era una hipótesis tan válida como cualquier otra y desde luego, si de la tiefling dependiera, ahí se podían quedar aquellos "lo que fueran" con su ruina de refugio agujereado. No era problema suyo. Pero en vista de que la actividad hostil era inminente, de perdidos, al río.

  -Yo puedo responderte a esa pregunta, amigo Errol - Respondió el sátiro ante la respuesta de silencio que dieron los habitantes de la cabaña. -Era el hogar de una familia normal, criaba ovejas y cabras, pero hace un par de años, simplemente dejaron de ir a Nevesmortas, cuando la guardia vino, la familia ya no estaba, sus pertenencias, que no eran muchas, las dejaron atrás. Simplemente se fueron y ya!
Se alejó varios pasos al ver a un Redwim decidido a ingresar a la cabaña. -Lo mio no es el combate, pero puedo cantarles una balada heróica que los motive, eso siempre funciona!..... Siempre a una distancia prudencial, claro. -Desenfundó su flauta y la alistó en su boca.

El caballero recibió de respuesta un silencio que duró algunos segundos. -Entren, si se atreven!. -Dijo finalmente la voz de adentro en un tono desafiante.

Te acercaste lo más sigilosamente posible, a una distancia donde se podía escuchar claramente lo que hablaban los bandos, detrás de una roca en uno de los lados de la cabaña, escuchaste atentamente, mientras el compañero permanecía en guardia en su posición original, unos metros atrás.

-Que se larguen he dicho!! - Gritó de nuevo la gruesa y ronca voz de dentro. -Ya esamos llenos aquí y no queremos su dinero.

- Pues vámonos, están en su derecho de defender esa cabaña, llegaron primero. Y no me apetece matar por algo así... -Dijo el Minotauro para sus compañeros.

-Sólo una pregunta, ¿saben qué le pasó a la cabaña y a los ocupantes originales de ella? -Se apresuró a preguntar el hombre delgado y rubio, a los del interior de la cabaña..... solo recibió una respuesta de silencio, hasta que Bourdain, el sátiro, respondió: -Yo puedo responderte a esa pregunta, amigo Errol, Era el hogar de una familia normal, criaba ovejas y cabras, pero hace un par de años, simplemente dejaron de ir a Nevesmortas, cuando la guardia vino, la familia ya no estaba, sus pertenencias, que no eran muchas, las dejaron atrás. Simplemente se fueron y ya!.

La mujer de pelo corto y negro, interrumpió el relato deBourdain: -Tienen un auténtico arsenal ahí dentro —comentó, en voz baja para los suyos—. Desde luego tienen más armas de las que pueden utilizar dos personas. Me preocupa que sea el refugio de bandidos que asalten a viajeros menos pertrechados que nosotros.

El Enorme caballero montado había parecido estar deacuerdo con el minotauro, y había dispuesto las riendas de su caballo para retirarse y marcharse, pero le quedó sonando el comentario de la mujer. -Es cierto- dijo brevemente mientas se daba la vuelta, aferraba con fuerza el martillo y el escudo- podrían ser asaltantes...y nuestro deber es averiguarlo. Si no tienen nada que ocultar. -Con un par de zancadas se situó junto a la puerta y la golpeó con el martillo a modo de aldaba a la par que endurecía el gesto de su rostro. Sin duda alguna había cambiado, sus ojos miraban con una mezcla de fiereza y determinación. -!ABRID LA PUERTA¡-rugió demostrando que si no lo hacían, la abriría él.

—Menos mal que sólo buscábamos refugio—Protestó ligeramente la Tiefling. -Pero, eh, que nadie dijo nada de atacar...

-Entren, si se atreven!. -Finalmente respondió la voz ronca desde dentro de la cabaña.

Lo que Angelo escucho lo sorprendió. Aparentemente al minotauro no le agradaba combatir y una de las mujeres era capaz de ver a través de las puertas cerradas. Si lo de las armas era cierto el tambien participaría, nunca la habían gustado los bandidos. Y si no era cierto... bueno, visto como se estaban dando las cosas pronto lo averiguaría.

Solo quedaba averiguar cual era la reacción de los ocupantes de la cabaña ante el "gentil" pedido de apertura que estaban recibiendo... y cual la de los invasores ante la falta de acuerdo. Con su arco en la mano, Angelo se preparó para tomar la decisión en el momento en que tuviera algun dato que le permitiera saber a quien apoyar en el combate que se veía venir... y estaba dispuesto a usarlo contra uno u otro en consonancia con lo que entendiera de las próximas palabras que se pronunciaran

- Prefiero no atacar sin provocación previa ni prueba alguna de que sean bandidos. Busquemos otro refugio, una piedra que resguarde del aire será suficiente para plantar una tienda.

Algo cambió también en la actitud del aventurero humano, visto que se animaba "la fiesta". Si no tuvieran nada que esconder, no tendrían porqué no abrir la puerta, pero la actitud que estaban tomando era algo así como de resistencia a la autoridad, aunque nuestra autoridad tampoco nos hacía exactamente agentes de la ley. Pero los tipos de ahí dentro eran sospechosos y a Errol se le antojaba desentumecer un poco los músculos, algo de acción, para variar. Se había quedado con ganas de algo más que lo que se encontró al llegar al pueblo y ese algo lo podía tenera ahora. Sin dudar apenas y sin mediar más palabra, Errol sonrió un instante y buscó un asidero para encaramarse por la pared de la casita, con intenciones de subirse al tejado a echar un vistazo al menos.

Valeria extrajo un pequeño cuadrado de cuero flexible de un bolsillo interior cosido a la manga. Si aquellos hombres se estaban poniendo sus armaduras, ella no iba a ser menos.

—Ast menciptakan kendala tak'kelihatan keliling mayat —balbuceó la maga, mientras frotaba con ambas manos el retal de piel curtida.

Devolvió el cuero al bolsillo antes de añadir en voz alta:

—¡Abran en nombre de la Guardia Sortílega de la Marca Argéntea! Si se resisten a la autoridad se les tratará como a forajidos.

- Peleareis sin mí, aviso de nuevo, yo no me peleo sin motivo... -Y, en efecto, Pashma envainó su arma y se alejó un poco- No curaré a los heridos. Estáis preocupándoos por si son bandidos, pero sois vosotros los que queréis asaltar a dos personas que no han hecho nada y matarlas a golpes solo porque prudentemente no se fían de las intenciones de un grupo de aventureros armados más numeroso que ellos. Os las apañaréis sin mí. Si sois un grupo de ladrones, como estáis demostrando, tampoco continuaré con vosotros.

-Si ellos no tienen ninguna maldad en sus intenciones, no deben temer de nosotros- digo dandoles la oportunidad de abrir la puerta tras la palabras de Valeria

-Me viene ahora Pashma conque somos un grupo de ladrones...ya me las pagara ya...

Subes torpemente entre las paredes de madera de la casa, una tarea sencilla, complicada un poco por el agua que se condensaba en los puntos de apoyo.

Llegaste al techo y avanzaste lo más sigiloso posible, una tarea difícil por el constante crujir de una estructura en pobre estado. Te acercaste al hueco del techo para ver al interior de la casa:

Dos hombres, con ballestas en mano apuntando a la puerta de entrada, cubiertos detrás de una mesa volteada, uno tenía una maza a su lado, y el otro una espada mandoble.

Uno de ellos alcanzó a verte con el rabillo del ojo. Inmediatamente alzó la vista y disparó su saeta, por suerte falló y la saeta salió disparada al cielo, no sin antes hacerte dar un par de pasos hacia atrás....

La respuesta a Redwin fue un silencio absoluto, incluso el sonido apresurado del metal golpeando otras superficies había mermado, solo el viento frío de montaña sonaba, un frío que a medda que caía el sol, se metía mas dentro de las ropas.

Errol logró subir torpemente hasta el techo de la destartalada casa y desapareció de la vista de todos.