Partida Rol por web

- Bourdain ¿Podrías ir tú? Los demás no somos precisamente rápidos y es mejor que nos quedemos por si vuelven los amigos de estos dos.

-Pashma, ¿qué ganaríamos saliéndoles al paso? De todas maneras tendrán que descansar, fíjate a qué hora llegamos... Lo mejor es fortificarnos aquí y esperar a que vengan para arreglar las cosas antes de continuar. Vamos, creo -añadió finalmente Errol en un afán conciliador, para que sus palabras se alejaran del tono "verdad única e inquebrantable" y avanzaran más hacia un tono "creo que es la opción más razonable y me gustaría que coincidiéramos en ese pensamiento"- Y no estaría mal algo de comida fresca, si tenemos que esperar aquí nos acabaremos quedando sin comida antes e hacer nada.

- Los magos son listos, necesito a la maga... 

Angelo mira a uno y otro de los "discutidores" antes de preguntar, desconcertado - Pero quieren que las alcance? O que consiga comida? No tengo problema con ninguna de ambas opciones... solo que no puedo hacer ambas cosas en simultáneo -

-Podría ir sin problema -Dijo mascando su exótica rama seca de canela aún. -De hecho es mejor que vaya yo antes que cualquiera de ustedes, ellas debieron haber tomado el mismo camino por el que vinimos, y con esta bruma, solo yo se cual es ese camino..... quizá Angelo utilice otro camino cuando va a la villa.

Se levantó de donde estaba y aguardaba que le dijeran que hacer, mientras tanto, acomodaba sus cosas personales dentro de su mochila. -La chicas no deben estar muy lejos, si apretamos el paso, quizá las alcancemos. Pero debemos salir ya!

Se volteó a Errol -Tú, Pashma y Redwin podrán contener a esos rufianes si vienen?.

- Tengo algunas raciones de viaje, sobreviviremos hasta que volváis.

-¡Por supuesto! ¡Sólo nos superan 2 a 1! Jajajaja -la risotada de Errol hizo que quedara poco claro si era un loco, un fanfarrón o realmente creía lo que estaba diciendo. Pero fuera como fuera no se mostraba nada amedrentado- ¡Gáspode! ¡Si se mueven, arráncales las pelotas! -exclamó jovial señalando hacia a los dos bandidos a su perro, y dicho esto se encaminó hacia las inmediaciones- Echaré un vistazo por los alrededores, quiero hacerme una idea de por dónde nos podrían atacar.

- Bien, entonces vayamos a buscarlas - asevera Angelo que se asoma por la puerta y mira cuidadosamente a su alrededor antes de acariciar a su mascota - Caliope... rastrea, rasrea - le pide señalando al piso y esperando que su entrenamiento sea suficiente para seguir a las dos mujeres

Redwim se había levantado y había comido algo mientras se planteaban las posibilidades. Sin duda alguna, él podría ir cabalgando para encontrar a sus compañeras, pero no es que fuera un buen rastreados y viendo que Angelo si lo era, la mejor opción es que fuera junto a Bourdain para encotrarlas rápidamente.

Sin duda alguna, si Redwim hubiera tenido otro carácter, habría desconfiado de aquella situación: un hombre que apareció en el momento oportuno para frenar lo que podría haberse convertido en un combate fatal y un sátiro que sin duda alguna bailaba al son de las monedas antes que al de la lealtad iban a buscar a la parte menos numerosa de su grupo y puede que a informar al resto de bandidos... Pero Redwim, no era así y creía en las buenas intenciones mientras no se sembrara la semilla de la duda.

-Claro que podremos contenerlos si vienen, pero yo solo digo una cosa, si tardáis mucho, partiré en busca de esos ogros ya que no deberíamos demorarnos mucho en prestarles ayuda a esas gentes necesitadas.t

Llovía y eso no era algo que fuera a detener su avance.

-Un caballero no cede ante la lluvia ni la tempestad...

Incluso antes de que partieran Angelo y Bourdain, ya comenzó con ciertos preparativos para adecuar un poco más aquel lugar buscando tablones y maderas para reforzar la puerta y también para intentar tapar un poco el agujero del techo. Probablemente hubiera algunos clavos por allí y alguno de los muebles pronto se convertiría en escalera improvisada. A Redwim le gustaba aquello, ser de utilidad, y dado que parecía que tendríanque esperar un buen rato, lo mejor era entretenerse con algo ¿y qué mejor tarea que la de preparar un buen refugio

Mientras iba de aquí para allá, reparó en lo extraño del comportamiento de Pashma. Al principio, pensó que tal vez en los días lluviosos los minotauros se encontraran algo más torpes, pero recordó que ya había llovido antes y no había actuado así, además, las vacas toleraban bastante bien las lluvias ligeras como aquella. No dijo nada, esperando descubrir qué era lo que provocaba que Pashma se encontrara tan ausente.

El frío que no entraba por el agujero superior, entró cuando los viajeros abrieron la puerta de madera, prestos a traer a las dos mujeres que habían partido la noche anterior. No iba a ser una empresa fácil, pero con los conocimientos del entorno del Druida y el olfato del tejón, parecía que lo iban a lograr........ si la sonrisa de Tymora no les daba la espalda.

Salieron cubiertos por sus abrigos y rápidamente la bruma se los comió, dejándo atrás la cabaña abandonada.

Partes con Bourdain hacia un destino incierto, tanto tú como el sátiro sabian que no podian andar por las montañas hablando a todo pulmón, por lo que prefirieron permanecer callados mientras el sátiro guiaba el camino y Angelo y su mascota permanecían alerta al entorno.
La bruma no desaparecía y las huellas del caballo de la maga se hacían dificiles de seguir. Si las mujeres seguían su camino en caballo y ustedes a pie, terminarían alcanzándolas en Nevesmortas.

El sátiro y el recién aparecido hombre de la naturaleza partieron sin más reparos.

Ya habían pasado varias horas y la bruma no se discipaba, a juzgar por los estómagos, quizá fuera hora de almuerzo, pero ya no quedaba estofado de Redwin por lo que tendrían que volver a las escuetas raciones de viaje.

Los hombres no pararon de mirarse mutuamente durante toda la mañana, pero nunca pronunciaron palabra alguna.
Pashma rezó más de lo normal, con expresión constante de preocupación y desconcertación, quizá algún recuerdo que lo tenía perturbado y buscaba consuelo en su dios.... quien fuera el dios que le respondía sus plegarias.

Redwin ocupó toda la mañana reforzando ventanas y puerta. Errol, después de sus ejercicios lo ayudó. Sin embargo, la pila de escombros no era más que restos de madera podrido de poca utilidaad para intentar arreglar el techo, pero suficiente para las puertas y ventanas.

-Tenemos hambre. -Dijo finalmente uno de los prisioneros. -Queremos probar bocado!.

Tras el comentario del Chico, buscaste un leño de un tamaño que Redwin te había indicado, para trabar una de ls ventanas.

Al buscar entre los escombros, sin embargo, encotraste algo que llamó tu atención: Una argolla de hierro, de unos centímetros de diámetro, pegada la piso.
Sin duda alguna, debajo de esa pila de escombros, había una trampilla.

- Sí, yo también, mi dios ya me ha concedido conjuros de curación, ahora mismo podría arrancaros un brazo, saciar el hambre, y curar la herida rápidamente para que no os dessangréis. Es una posibilidad. Igual os alargo un poco más la existencia con alguna ración de comida de mi mochila. Lo estoy pensando. En todo caso no os tocará comer hasta que yo lo haya hecho... de una u otra manera.

El Aasimar no era un experto rastreador, Calíope se solía ocupar de esa parte, pero no pudo menos que reconocer las huellas del caballo y recordar como las humanas se habían ido con un animal. Eso compensaba cualquier diferencia de velocidad que pudieran tener

- Crees se detuvieron a dormir? No se como fue de largo vuestro día de ayer. Si no lo hicieron son demasiadas horas de diferencia y no creo que las podamos alcanzar - le comentó a su compañero mientras se planteaba más alternativas - quizás pueda moverme a traves del bosque para ganar algo de distancia, pero no se si podrás seguirme el ritmo entre la maleza - le propuso - Y correr no creo que sea una solución. No me gustaría enconrrar a alguien estando cansados -

-La jornada de ayer fue extenuante, larga y difícil para aquellos que no están acostumbrados, y ciertamente la muchacha guardiana sortilega, la mujer de pelo negro y corto, no se si la habrás visto!.

Sonrió para sus adentros y no pudo evitar expresarla en su peluda cara -La pobre cuando se bajó del caballo no podía ni caminar, parecía como violada por un ejército de orcos! Jaja. -Rápidamente borró su sonrisa de la cara, cayendo en cuenta de que Angelo noera de aquellos juerguistas amantes de las tabernas que les encantaban los chistes irreverentes.

-Ella definitivamente no pudo haber continuado durante la noche! No, no!. -Añadió rápidamente sin darle oportunidad al druida que se expresara sobre su "Enanusco" chiste.

-Mis cortas patas se quedarían atrás si decidieran seguir los pasos de las tuyas largas -Respondió ante la propuetsa del hombre -Y si cortaramos camino, les perderiamos el rastro.... La bruma no ayuda amigo.

El Aasimar miró al sátiro con curiosidad. La mención de los orcos no le había gustado, el tenía sus propios recuerdos sobre ellos, pero era consciente de que estaba en companía de un sátiro, no podía pretender que sus palabras fueran tan educadas como el hubiera pretendido

- Tienes razón, descartemos la maleza y esperemos que hayan estado lo suficientemente cansadas como para detenerse, así las podemos alcanzar. Pongámosle ritmo, en caso necesario, si la marcha es demasiado dura, puedo pedirle a Mielikki que nos ayude a recuperarnos - propone el druida mientras acelera el ritmo de marcha

Este minotauro era un cachondo, le estaba cayendo bien por momentos a Errol. Bueno, mientras no cumpliera sus amenazas, eso sería francamente desagradable. Aunque parecía poco probable por como se había comportado durante todo el largo camino compartido. Sin poder evitarlo, sonrió, pero no dijo nada. Que los bandidos se pensaran lo que quisieran, de momento no habría comido para ellos.

-Eh, aquí parece que hay una trampilla. Redwim, ¿me ayudas con esto?

Tras hacer lo que pudo con lo que había, Redwim comenzó a ayudar a Errol a retirar los escombros. Si había algo interesante allí, sería bueno descubrirlo cuanto antes, ya que podía haber algo que comer.

-No le hagáis caso- dijo ante el nuevo comentario de Pashma -esta un poco ir...irac...irsc...molesto porque su dios hoy no quería hablarle, pero no le va lo de comer brazos.

No había sido muy convincente, pero lo cierto era que Redwim estaba un poco extrañado por los comentarios del minotauro respecto a lo violento y cruel que podía llegar así. Nunca le había visto de esa manera y aunque desconocía casi todo de los de su raza, esperaba que esa no fuera una forma de actuación normal o tendría que vérselas con él.