Partida Rol por web

- Que se supone que están haciendo? - de entre la maleza, a unos pasos de la puerta de la cabaña surgió alguien que parecía un humano con un arco en la mano y preguntando a los gritos - Bourdain... nunca pensé que te dedicaras a invadir chozas ajenas - exclamó en voz alta, dejando claro que conocía al sátiro

- Salgan de allí y antes que deba lastimar a alguien - insistió antes de aclarar - Y los de adentro... a ver si nos calmamos un poco, una respuesta amigable y se hubieran evitado estos problemas -

- Elfos sangriengos, por fin alguien con un poco de cerebro... Bienvenido desconocido, a ver si consigues meter algo de sentido común en esta gente...

-¡Demonios de los nueve infiernos! ¡¿Y ahora nos lo dice?! ¿¡No podría haber dicho eso mismo antes de que me destrozara el hombro contra la puerta!? Vale, veamos, ¿conocéis al de fuera? -dijo Errol dirigiéndose a los dos hombres atrincherados- Lo que dice suena inteligente -comentó, su pose de medio lado, dispuesto a usar de nuevo su estoque a la mínima amenaza- Salgamos *todos* de la cabaña y tengamos una pequeña conversación sobre "porqué abrir a la autoridad es mejor que resistirse a ella", ¿de acuerdo?

Bueeeeeno, pues parece que al final no voy a utilizar ese nuevo movimiento que había estado entrenando...

-Maltit... Una saeta había perforado la armadura y un pequeño pinchazo había hecho que el caballero diese un respingo por la sorpresa, pero no parecía nada, así que las cosas habían cambiado, ya no parecían simples viajeros, no parecían dos inocentes dispuestos a rendirse sino un par de desesperados que pensaban vender caro su pellejo

Algo interrumpió el avance de Redwim, una voz desde el exterior. Alguien había llegado y estaba saludando a Bourdain, no solo eso, sino que les instaba a salir.

Sin perder de vista a los que están atrincherados, dio un par de pasos hacia la puerta -tu mantenlos a raya Errol, voy a ver lo que ocurre.

Cuando estoy ya cercano de la puerta echo un vistazo a quien ha llegado -Saludos, mi nombre es Redwim y junto a mi compañero Errol, estábamos comprobando la naturaleza de las gentes que había en esta casa. Muy reacios a ayudar a viajeros y con una actitud un tanto sospechosa. Como cabía la posibilidad de que fueran bandidos dispuestos a asaltar a otras gentes menos preparadas que nosotros decidimos entrar a comprobar sus intenciones...¿y tú quién eres?

Los hombres tomaron un respiro y se miraron mutuamente ante la propuesta de Errol, uno de ellos, herido en el hombro, había probado el acero del estoque del hombrecillo y ciertamente no querían probar de lo que era capaz el gran hombre, soltaron sus armas e hicieron caso de salir de la cabaña, ciertamente asustados.
su sorpresa fue mayor al ver a una bestia de dos patas que jamás habían visto. Se arrodillaron y empezaron a pedir clemencia.
Por si parte, bourdain miraba fijamente al recién aparecido, si rostro se le hacia familiar, pero no recordaba exactamente de donde.....

La bestia de dos patas se acercó al herido y examinó su herida. Con la punta de sus dedos la tocó y una sensación cálida invadió el hombro del herido al tiempo que sobre la herida se extendía una luz amarilla, después, con un segundo toque, una luz más intensa hizo que la herida fuese curándose hasta que unos segundos más tarde estaba completamente curada.

-Ruego perdonéis a mi compañero -dijo Errol mirando al recién llegado- Es un estupendo guerrero pero un pésimo diplomático. Buen Bourdain, ¿Os importaría hacer las presentaciones?

Al ver como el minotauro parece apoyar su plan de interrumpir el combate, Angelo se deja ver sin soltar el arco de su mano. Al observarlo más de cerca es posible darse cuenta que no es exactamente un humano, sino que por sus venas corre sangre divina

- Yo tampoco hubiera abandonado la casa si me lo hubiesen pedido como lo hicieron - contesta el Aasimar dando cuenta que los estuvo observando durante un tiempo - Y defender el nido propio es algo que hace cualquier animal. Aunque estos generalmente lo hacen a muerte. Se nota que no tienen crías allí - añadió en un claro mensaje "naturista"

- Mi nombre es Ángelo. Ángelo Bonaluz y he compartido con Bourdain alguna que otra noche de música en la taberna de NevesMortas - continúa al darse cuenta que el sátiro no parece reconocerlo - Y yo también pensaba descansar en esta cabaña... estuvo abandonada mucho tiempo. No se si son bandidos o no, pero seguramente, ahora que estamos todos reunidos nos podrán explicar que hacían allí. Y porque. Y desde cuando - continuó antes de emitir un agudo silbido tras el cual un pequeño tejón surgió de la maleza y se colocó entre los pies de Angelo y, aparentemente escuchó su voz mientras le indicaba señalando sus espaldas - Calíope, vigila. No quiero que nadie nos sorprenda -

Una vez fuera, Redwim guardó sus armas totalmente dispuesto a solucionar este entuerto. Las palabras del recién llegado no le gustaron demasiado, hablaba de animales y cosas así y esto no tenía nada que ver con madrigueras de conejos..

-Angelo, ciertamente no se cómo harán los animales, pero los hombres que no tienen nada que ocultar, no tienen ningún problema en abrir su casa a quien lo precisa-la sangre ya no le hervía por el combate así que mucho más relajado buscaba un lugar donde apoyarse mientras se quitaba el yelmo- y si alguien viene de buena fe como nosotros, qué menos que tratarnos con esa cortesía, yo creo que tienen algo que ocultar.

La situación parecía controlada, pero el hombretón no acababa de fiarse de ninguno de los presentes. Aquel hombre aparecido de la nada tal vez fuera parte del grupo del interior de la casa y parecía estar muy en forma.

-Es como si nosotros por cómo has aparecido, nos hubiéramos lanzado al ataque- dijo mirando a los presentes-lo único que mostraría es que nuestras intenciones no podrían ser muy buenas y queríamos ocultar algo..

Para  Redwim las cosas eran así de sencillas, esperaba que la gente de primeras tuviera buenas intenciones y buen corazón ya que no le gustaban los que se andaban con segundas y maquinaban para jugar con las personas.

Pasados unos instantes comienza a ascender una brusca risa desde lo más profundo de su ser hasta exteriorizarse de forma escandalosa.

-Jajjaja, ¿pero os imagináis que fuéramos como animales? Errol sería un conejo todo el día haciendo crías, Pashma sería ...seria...-la risa se le congeló un instante mientras pensaba en algo, pero al ver que era incapaz simplemente continúo riendo-todos seríamos conejos, es lo mejor jajaja

En la mente de  Redwim parecía que la batalla había terminado y por ende, debía comenzar la fiesta...

- Así que tu abres tu casa a cualquier grupo armado que te lo exija? - preguntó el druida curioso - Es bueno saberlo si alguna vez necesito dormir en... donde sea que vivas - comentó antes de continuar - Y como he aparecido? Manteniendo las distancias, dándoles tiempo a que me vean y aclarando que conozco a uno de Uds. Creo que no es lo mismo... pero si quieren lanzarse al ataque... bueno, será vuestra decisión - sonrió confiado pero sin soltar el arco - Creo que no es una buena idea retar a un servidor de Mielikki en su propio entorno, pero como dije es vuestra decisión -

- Supongo que lo mejor sería esperar una explicación de los agredidos, pero si prefieres comenzar otro pleito... -

Los hombres se volvieron a mirar y luego a Pashma, asintieron con la cabeza en señal de agradecimiento, pero no pronunciaron palabra alguna y mantuvieron la cabeza gacha, con la mirada clavada en el suelo.

-OOOHHHHhhhhh aaaaauuuu siiiiii. -Interrumpió ruidosamente la conversación del Druida con el guerrero. -Pero claro!, tú debes ser el Druida de Bosque Grevel, no es así?. Vaya, claro que ya te recuerdo, y también a ese gracioso grupillo de Gnomos que vino la última vez que te ví.
Bueno, Séñores, este buen hombre cuida de una aldea de gnomos, y tú, Angelo, estos son mis amigos. El grande es Redwin, el flaco es Errol y Él es Pashma!. Habían otras dos mujeres en la comitiva, una Tiefling cazatesoros y una guardia Sortilega, pero se han ido al pueblo a informar de la situación, a este par de hombres se les acusa de no hacer caso a la ley, y Mannock será puesto al tanto!
Venimos de Nevesmortas y nos dirigimos al este, donde un grupo de Ogros ha estado haciendo de las suyas a los granjeros.

Los hombres se volvieron a mirar. -No hemos hecho nada malo, déjenos ir por favor! -Protestó uno de ellos.

-Solo estamos aquí de paso, encontramos esta cabaña y la convertimos en nuestro refugio, pero ya no nos interesa, pueden quedársela si quieren, pero déjenos ir. -Habló el otro hombre.

Escuchaste atentamente la explicación de los hombres. Mentian, definitivamente mentian!

- El mismo - asintió Angelo a la extensa explicación del sátiro - y Supongo que si son tus amigos me puedo confiar de ellos, más si el grupo incluye... o incluía a un guardia -

- Ogros vs. granjeros... quizás podría ayudaros con eso. No me gustan los ogros, no tratan bien a la tierra - aseguró antes de escuchar a los desconocidos protestando por su inocencia.

El arco se movió apenas unos centímetros, pero fue lo suficiente como para que la flecha que Angelo mantenía empulgada apuntara a uno de los desconocidos - Quizás podamos compartir la cabaña entre todos... y nos contais de donde venis y de como sobrevivís en la zona- propuso el druida - hasta que vuelva la guardia -

Tras una pausa, y tras ponerse mucho mas serio agregó - O nos podreis decir la verdad y quizás, solo quizás, os dejemos marchar ANTES de que llegue la guardia -

-Es una estupenda sugerencia, señores -intervino el grácil aventurero de modales floreados, pasando en un pestañeo de llamarles "malandrines" a llamarles "señores", algo de lo más inquietante- La batalla estaría ganada antes de comenzar, ahora están a campo abierto, sin nada en lo que refugiarse y con un druida que les podría localizar en un abrir y cerrar de ojos por todo el territorio. Así que sí, les conviene hablar, sobre ustedes y sobre todo lo que sepan de los ogros...

Redwim se quedó boquiabierto ante las palabras del druida. No había entendido muy bien casi nada de lo que le había dicho y se sentía un poco confuso-¿retar a un servidor de Mielikki? tampoco entendía muy sus acciones, así que dado que Errol parecía tener la situación controlada junto a Angelo, Redwim retrocedió para recoger las cosas que había dejado atrás.

-Hablen o no, una cosa es segura, no pienso dejar que se marchen hasta que regresen nuestras compañeras con el veredicto de la guardia, si van a ser tomados como delincuentes, no podemos permitir que vaguen por ahí.

Ya no estaba para nada enfadado y aquella afirmación había sonado simplemente contundente.

-Pero lo mejor será que entremos todos dentro, animales incluidos, preparemos algo de comer y entonces, cuando estemos un poco más resguardados del frío, veremos qué tienen que decir estos dos...¿o queréis pasar frío ahora que hemos abierto la puerta? jajaja

Tras lanzar parte de su equipaje al interior de la casa y tomar las riendas de su corcel para introducirlo dentro, Redwim comenzó a buscar algo que sirviera para cerrar nuevamente la puerta.

El druida se acercó a la puerta, colgándose el arco a la espalda y sacando de su cinto una maza de armas que empuñó con ambas manos - Tienen contacto con los ogros? - preguntó tras escuchar a Errol - entonces mejor que hablen... mientras eh... ¿Redwin? se ocupa de preparar la comida -

El druida se acercó a la puerta de la cabaña y les mostró el arma a los "bandidos" - Como dije... no me gustan los ogros! Y tampoco la gente que me quiere mentir - completó encogiéndose de hombros

Redwin no tuvo problemas en encontrar algunos maderos que servirian para atrancar la puerta.

Pero Bourdain, Angelo, Errol y Pasma nootaron el evidente temor que tenían los hombres. Se limitaban a mirarse y agachar la cabeza cuando se les inquiría, solo acentían, los habían agarrado y no los dejarían ir; ellos lo sabían.

- Ogros?, esos malditos?, jamás..... mataron a un par de nuestros compañeros!!. -Dijo uno cuando se les mencionó su relación con esos gigantes.

Ingresaron a la cabaña, quizá para estar más cómodos y huir del frío que se metía en las ropas a medida que el sol se ocultaba y la luna llegaba con un nuevo canto nocturno.

- Mi nombre es Kiram, hijo de karam, de cormyr. -Dijo el mismo hombre que había hablado, incómodo rompió el silencio mientras su compañero agachaba la mirada sin decir nada. -Trabajamos con Belis...... -Vaciló un momento -asaltamos a los buscadores de oro que tienen consigo alguna ganancia!. Pero se los juro, solo lo hacía para alimentar a mi familia, mueren de hambre mientras Lanzagélida gobierna para ella y los acaudalados de Nevesmortas. Por favor, no me hagan daño, no me lleven a la cárcel, mi familia quedará sin nadie que responda por ellos, una mujer enferma con cuatro hijos menores. Por favor, clemencia, por el buen corazóon que tienen, no me lleven!!

-Belis? -Inquirió con curiosidad el Sátiro -He oido hablar de ese bandido, ha ganado cierta reputación en Villasnieves, o eso he oido.

- Ah, pobres de tus hijos que no tendrán que comer si les falta el padre ladrón que deja sin comer a los hijos de otros. ¿Cuántos huérfanos has dejado tú personalmente? ¿Cuantos trabajadores arruinados a los que les has robado todo? Mira, al final estaba yo equivocado, y mis compañeros hacían bien en asaltar la cabaña... Tanta duda ética por mi parte sobre el proceder de mis compañeros, y resulta que tenían razón.

Angelo miro con curiosidad al Minotauro que había hablado con sentido común e inclino su cabeza un momento, en un gesto de reconocimiento a la sabiduría de sus palabras.

- Supongo que las opciones son matarlos o encerrarlos... y particularmente no me gusta matar a un ser humano, aunque dado lo que nos están contando dudo si llamarlos así - comentó el Aasimar mientras, con calma buscaba una cuerda en su mochila.

- Atemoslos hasta que vuelva la guardia - propuso - Si quieren escapar deberemos tomar acciones más extremas... espero que no nos obliguen - agrego antes de mirar al resto de los que compartían la choza - Como les comentó Bouduin, mi nombre es Ángelo - se presento - Y este es Calíope - agregó mientras acariciaba a su tejón

- Mientras sean cuidadosos los dones de Mielikki, con la naturaleza, podremos ser amigos - sonrió alegremente - Que es eso de unos ogros? - preguntó más serio - "Esos" no suelen ser muy respetuosos de la madre... no sabía que había un grupo cerca, pero si es así me gustaría acabar con ellos -

- Quien es ese Belis? - preguntó por lo bajo, cuando los prisioneros no podían escucharlo? - Vale la pena dejar que estos estupidos nos lleven en su dirección? Quizás si les pedimos información sobre esos compañeros que los ogros mataron, cuando y donde, y como premio los liberamos nos lleven en su dirección -