Partida Rol por web

Abrís finalmente la puerta del norte, en la que está dibujado el triángulo rojo. Tras abrirla os adentráis en una pequeña sala, solo con la presencia de vosotros cinco ya está prácticamente llena. La habitación está totalmente vacía salvo por dos puertas, una que lleva hacia le frente, en la dirección norte y otra que lleva hacia la izquierda, en dirección oeste.

En la pared del este hay un gran tapiz con estos tres símbolos superpuestos uno encima del otro.

Me acerco, mirando hacia todos los lados esperando un ataque hasta los simbolos, manteniendome a unos 10' de ellos y trato de ver de que se tratan

Falcon prepara su espada, vigilando que pasa con Saleuricos cuando se acerca al simbolo.

Con su calma metódica habitual, Aramil señala las puertas a los pícaros, esperando a que las comprueben. Mientras, aprovecha el silencio de sus compañeros para observar con detalle el tapiz, buscando cualquier marca, firma o defecto que pueda revelar algo de información sobre su origen o significado.

Arther seguia las intrucciones de Aramil y con cuidado se acercaba a las puertas en busca de trampas. 

El tapiz no era más que los tres símbolos anteriores superpuestos. Uno dentro de otro. Fuera estaba el círculo amarillo, dentro de él el cuadrado verde y por último el triángulo rojo.

Al acercaros a el nada pasó. Tan solo era un tapiz con el símbolo dibujado, exáctamente los mismos símbolos que estaban en cada una de las puertas.

Después Arther investigó cada una de las puertas que había en la sala para darse cuenta que eran seguras. No había problema en cruzar ninguna de las dos.

Parece que Arther no ha encontrado trampas, y el tapiz no contiene ninguna información nueva, de modo que lo mejor es seguir adelante.

-¿Continuamos? Por la puerta de frente, será más fácil mantener la orientación. Falcon, ¿preparado?.- Pregunta Aramil, mientras se acerca para abrir la puerta.

Falcon sujeta su espadón fuerte con la mano.

- Naci preparado.

Estoy detrás de vosotros. - dijo Arther que no se encontraba del todo bien.

Al parecer el pícaro estaba equivocado y cuando Aramil abrió la puerta una gran cantidad de estacas cayeron sobre el otro pícaro. Dimple acababa de morir ensartado por una gran cantidad de estacas inusual. La sangre había empapado todo el suelo, bajo vuestros pies el ladronzuelo se había desangrado de forma rápida y sin dejaros opción a hacer absolutamente nada por él.

Aquella víctima se cobraba una vida más.

Adiós Dimple.

Al menos su muerte había evitado que el resto fueráis ensartados por esas mismas estacas. Y ahora, que podíais cruzar a la siguiente sala, pudisteis comprobar que os llevaban a un nuevo pasillo, a la derecha el corredor se extendía por la torre, a la izquierda una escalera os permitía acceder al siguiente piso de la torre.

Aramil intenta cerrar la puerta cuando oye el mecanismo que activa la trampa, pero ya es demasiado tarde. Observa, sin poder hacer nada, como los virotes saltan e impactan de lleno en el pícaro. El mago se muestra contrariado, aunque realmente no es tanto la muerte de su compañero lo que le angustia, si no el hecho de que es la segunda vez que hace saltar una trampa poniéndose en peligro a él y al grupo; debe estar más atento y ser más racional en sus acciones.

Se abstiene de hacer ningún comentario, aunque permanece en silencio, contemplando el cadáver de Dimple en señal de respeto, esperando unos momentos por si alguien del grupo quiere decir algo en honor al pícaro. Tras unos instantes así, recupera la compostura. -Bueno... puede que tenga algo que nos sea útil.- Se acerca al cuerpo inerte y lo explora, evitando la sangre, buscando qué llevaba el pícaro que pueda servirles de algo más adelante. Realmente no lo hace por codicia, si no porque parece lo más lógico en las complicadas circunstancias que les rodean, y confía en que el grupo lo interprete así.

Después avanza en la retaguardia, detrás de Falcon al menos, por el pasillo que se abre ante ellos.

Ups - digo mientras veo como el cuerpo del hombrecillo se convierte en un alfiletero. Apenas le conocia, por lo que su muerte me daba un poco igual, pero me ayudaría a tener los ojos abiertos cada vez que pusiera el pie en cualquier lugar - Pobre hombre, parece que no somos bien recibidos por aqui...

Aramil entrega a Arther las ganzúas de Dimple, y se queda con los objetos que le parecen más útiles. El resto los deja sobre el suelo, junto al cadáver; no parecen merecer la pena, pero puede que alguno de ellos crea oportuno cogerlos.

Falcon reza una pelgaria silenciosa por el alma de Dimple mientras losn demás deciden por donde ir.

Gracias Aramil. Creo que tambien me quedare con esa ballesta y los virotes así puedo ayudaros en el combate-  dijo Arther mientras cogía la ballesta y los virotes. - ¿Seguimos?