Pero yo no soy tu mejor elección... Quiero lo mejor para tí, y yo no soy lo mejor.
Me quedo pensando, buscando una comparación.
Es como aquella chica que se quiso aprovechar de mí... Y tú estabas en contra. ¿Recuerdas? Ella no me merecía. Es lo mismo.
-Ella quería aprovecharse de ti, era diferente.
El caso es el mismo. Ella no estaba a mi altura, y yo no lo estoy a la tuya.
Sonrío con tristeza.
Ahora mismo, aunque puedo estar contigo, no puedo ser tuyo. No podría ni aún queriendo y deseándolo nada más que en este mundo, y en todas mis reencarnaciones. Ahora mismo estamos pagando por un error del pasado, la humanidad está en peligro, y a ello pertenezco. No es una elección, es lo que ha de ser.
Me quedo en silencio unos segundos, no lo soporto más.
-Tienes razón, tenemos que centrarnos - Digo levantándome de nuevo - Me voy a mi habitación, será lo mejor.
No digo nada, sencillamente la miro con tristeza.
Abandono la habitación y me voy a la mía.
Una vez que ha salido descargo mi puño contra el suelo con rabia, llegando incluso a hacerme sangre, lo cual es mucho decirn en mí.
Maldita sea... ¿Por qué se ha tenido que complicar todo tanto?
Salgo de la estancia directo a hablar con el general, con un cabreo de narices. No quería hacerle daño, y creo que hasta a un experto le costaría recomponer sus pedazos. Soy un genio, un jodido genio.
Tu puñetazo parte la baldosa y perfora en parte el hormigón que hay debajo.
Después sales a buscar a Henning, no tardas en encontrar su dormitorio.
Motivo: Fuerza
Tirada: 3d6
Resultado: 5, 2, 3
Motivo: Fuerza
Tirada: 1d10
Resultado: 9(+8)=17
-Adelante - Digo aún sentado en mi escritorio trabajando en unos documentos.
La habitación es bastante austera, como las vuestras, con la diferencia de que tiene un escritorio y es un poco más grande. Henning no lleva el uniforme militar entero, de hecho se ha quitado la chaqueta.
Entro adentro.
Primero, comunicar que por un problema de control... Me he cargado parte del hormigón y la baldosa del suelo. Lo siento.
Reconozco en primer lugar.
Segundo, me gustaría recibir el entrenamiento más duro posible, quiero ponerme al límite en todos los aspectos. Y tercero... Necesito que nos ayude a organizar nuestro grupo.
Cierro el documento en que trabajaba.
-No se preocupe por la baldosa, es un bien material remplazable. Sobre el enternamiento, si quiere recibir entrenamiento por nuestra parte, se someterá a lo que mis hombres digan, si ven que pueden explotarlo más, lo harán, les diré que exijan mucho, pero llegarán a su límite.
Sobre la organización, no creo que ni al señor Nesta, ni a Jarvis ni a Nielsen ni a Pedersen les agrade esa idea.
Pues mal vamos. Sin organización terminaremos luchando cada uno a la nuestra y me harán tener más trabajo...
Protesto débilmente.
¿Cuando comienzo?
-Mañana a primera hora, tendré hombres preparados.
Y esa organización debe nacer de ustedes como grupo, no se la puedo imponer. No puedo ni quiero hacerlo, ustedes son civiles.
Ya, pero pensé que a lo mejor podríamos aprender algo. Mañana pues.
Me giro para volver a mi habitación, bastante frustrado.
-Puedo poner a unos hombres que les enseñen, pero solo a los que quieran asistir esas "clases".
Perfect. Thanks.
Dicho esto, me marcho, aunque posiblemente la preocupación en mi rostro pasaría desapercibida para mis compañeros, dudo poder engañar a un hombre como él, por ello me retiro antes de que me pregunte.
-Relájese y trate de dormir, no conseguirá nada dándole vueltas a lo que quiera que esté pensando. - Digo antes de que se marche.
Y sin más, vuelvo a la cama.