Partida Rol por web

Diokles asintió enérgico y emprendió la marcha sin llegar a decir nada más... eso si, miraba a un lado y a otro atento a cualquier posible movimiento estando en alerta.

Avanzar por mitad de la jungla, a paso de tortuga, no era lo que Ethan definiría como eficiencia y economía en el gasto del tiempo, pero bueno, tampoco iba a ponerse a discutir. No llegarían los primeros. Pero confiaba que tampoco llegarían los últimos.
Con ese pensamiento en mente, Ethan golpea un patín contra el otro cuando ya están en el sendero relativamente llano, preparándose para lanzarse a velocidad terminal. Cuanto antes estuviera en el punto de destino, antes podría volver con el grupo.
Carga su cuerpo con el poder de la probabilidad, al que iba a recurrir constantemente durante aquel examen para cosas importantes como una carrera tranquila y sin incidentes. El último tropezón casi le cuesta la vida y estuvo magullado durante casi dos semanas... No quiere volver a repetir algo así.
Nos vemos en unos minutos.
Y antes de que termine de pronunciar esas palabras, dónde antes estaba el australiano, ahora solo hay una pequeña nube de hojas y polvo que se eleva pesadamente, extendiéndose por el sendero.

Después de unos pocos minutos de carrera (Porque, honestamente, no sabría decirte exactamente qué tiempo tardas en recorrer la distancia XD) llegas a una especie de aldea indígena de la selva, pero a primera vista completamente deshabitada.

Ethan desciende el ritmo de la carrera cuando se va acercando a la aldea despoblada hasta detenerse a unas decenas de metros de ella. Si no quería ser descubierto o atrapado de alguna forma, lo mejor sería ir con extrema cautela.
Se hace a un lado del sendero, sin llega a abandonarlo por completo, y descarga de nuevo su poder sobre su cuerpo, para estar seguro de no ser descubierto.
Se estaba comenzando a acostumbrar a la suerte, y eso, a la larga, sería un gran problema para él. Lo sabía, pero tenía que recurrir igualmente a sus habilidades si quería que el examen saliera bien desde el principio.

Con la ventaja táctica que le ofrece su poder, Ethan se interna en el pueblo con extremo cuidado, sin salir en ningún momento de la cobertura de la selva y aprovechando cada sombra, cada tronco y cada roca para ocultarse.

Para extremar la precaución, extrae dos cuchillos de sus vainas y avanza con ellos en las manos, tratando de fijarse en cada detalle del terreno o las construcciones, en busca de trampas o cualquier otro peligro.

Te escondes perfectamente bien en la maleza, y gracias a tu suerte la maleza a la vez te proporciona un refugioso abrazo.
Rastreas el pueblo y un poco de sus alrededores. Poco ves más que las chozas algunas semiderruídas y utensilios de la tribu que vivieseahí desparramados y sin uso. Se podría decir que la pequeña aldea lleva abandonada mucho tiempo, y al igual que ella, lo está de solitaria el resto de la zona.
Sólo el ruído de unos pocos animales rompe el silencio junto con el mecer de las hojas de las palmeras. Los sonidos de los pájaros y el graznido de un águila sobrevolando la aldea son los únicos seres vivos que llegas a percibir.

Negativo, y he peinado una zona de unos quince kilómetros de radio. Nos dijeron que cada grupo estábamos en un extremo opuesto de la isla, así que eso explica todo, pero tan pronto como lleguemos al punto del que te hablé seguramente podré tener contacto visual con vosotros y podremos reorganizarnos. Hasta entonces, sería conveniente que estuviéramos en contacto para informar los unos a los otros sobre los posibles peligros que puede tener oculta esta isla, ¿estás de acuerdo?
Continué hablando mentalmente, al tiempo que enfocaba de nuevo mi visión a lo largo del camino, siguiendo a Ethan para asegurarme de que todo le iba bien.

A Ethan le iba bien por el camino. Viajaba a buena velocidad, seguramente alcazara la pequeña aldea en pocos minutos.

Estoy de acuerdo. Te contesta Joseph. En tal caso, espero que no te importe que no cierre el canal de pensamiento contigo. Tranquilo, ignoraré los pensamientos que no vayan dirigidos hacia mi, no quiero invadir tu intimidad ni nada de eso. Añade, con cierto tono tímido y avergonzado.

Descuida... contesté, con una imperceptible sonrisa. No me molesta, pero espero que no te asustes, amigo. Sin más, continúo la marcha, alternando la vista entre Ethan y el camino.

Un par de pasadas rápidas por las principales calles de la aldea para tomar una idea general del entorno, y Ethan regresa por dónde había venido, de vuelta con sus compañeros, recorriendo a velocidad terminal el sendero que llegaba hasta la playa.
No quería pasar demasiado tiempo solo, pues se sabía el mas débil de su grupo y una emboscada bien preparada podría cogerlo por sorpresa e inutilizarlo para el resto de la prueba, cosa que no podía permitir de ninguna de las maneras.

No pasan apenas escasos minutos de que Ethan se vaya mientras recorréis a buen paso el sendero, cuando algo sucede.

De repente, unos 20m frente a vosotros, el sendero se eleva en una fracción cuadrada, como si hubiese un elevador bajo las hojas y la tierra. No tardais en ver que efectivamente es un elevador lo que emerge del sendero.
Su puerta metálica aún no se ha abierto cuando sube del todo, pero unos chasquidos y sonidos metálicos no cesan en él y su interior.

Algo te hace pararte en seco cuando, justo a casi menos de 100m de los otros, algo sucede en el sendero, justo frente a ti.

De repente, unos 10m frente a ti, el sendero se eleva en una fracción cuadrada, como si hubiese un elevador bajo las hojas y la tierra. No tardais en ver que efectivamente es un elevador lo que emerge del sendero.
Su puerta metálica aún no se ha abierto cuando sube del todo, pero unos chasquidos y sonidos metálicos no cesan en él y su interior.

Diokles se quedó a la espera preparado para entrar en acción en cuanto hiciera falta observando ceñudo y preocupado la caja metálica que no paraba de hacer ruiditos...

Ethan se detiene en seco e inmediatamente cambia la dirección de su carrera para poner algo de tierra entre él y el elevador que acababa de surgir de la tierra, frente a él. Cuarenta metros serían mas que suficientes.
Se trataría de una trampa, sin duda alguna, así que cuanto antes la eliminara, mejor.
Invoca su poder y sonríe maliciosamente al comprobar que este acude a su llamada, extendiendo el cosquilleo energético por todo su cuerpo como si de una ligera corriente eléctrica se tratara hasta llegar de la base del cráneo a la punta de los dedos de sus pies.
Encadena una descarga con otra, esta vez mucho mas poderosa, que aunque nace en el mismo punto de la fisionomía haze del australiano, se extiende hasta sus dedos desde dónde, tras forma un arco voltaico de un intenso tono dorado, sale disparado hacia el elevador, impactando contra él con certera puntería.

Tu rayo, en efecto, impacta certero justo en mitad de la metálica y enorma caja, haciendo que salten miles de chispas y aboyando y quemando en gran medida la compuerta en un gran estruendo.
La compuerta, que al parecer debía abrirse por la mitad a lo horizontal (Como algunos ascensores comunes) no o hace. De hecho, una de sus puertas cae inclinada, en señal de que las puertas han quedado totalmente inutilizadas...

Sin embargo...

De repente las dos puertas salen volando, golpeadas por algo del interior con una fuerza abrumadora, cayendo a saber dónde de la selva.
Entonces, del interior del elevador, sale echando humo y con un sinfin de ruídos metálicos una especie de máquina androide:

De 3-4m de alto calculas, 2 brazos y 2 piernas y un cuerpo con a saber qué clase de equipamiento, pues no llegas a concretarlo. Al menos a simple vista no parece que porte ningún cañón ni ningún arma a distancia.
De todas formas, la brutalidad con la que sale y el constante chirrido metálico de sus articulaciones y sistemas parecen hacer las mismas de rugidos de rabia.

Me aparto rapidamente del camino, adelantandome un poco y ladeandome detras de un arbol, para evitar tanto los disparos de los compañeros, como si lo que sale fuera a bulto a por el grupo, eso si, tratando de no hacer ruido, y como siempre tambien en mi forma mas util para el combate, con la mano en la empuñadura de la espada, por si aparece algo que parezca especialmente duro

Mike se queda de pie en el camino observando con cierta curiosidad, pero desde una distancia prudente la extraña caja metálica.
-¡Pero qué coño...!-maldice a la vez que se levanta un poco la visera del sombrero para poder fijarse mejor.
¿Y esto? ¿Qué se supone qué es?...Está claro que si fuera diseño mío ahora saldrían un montón de titis en bikini de esa cosa pero me da que no va ha pasar nada de eso...

-¿¡Pero qué...!? -pregunté, alarmado, llevando una mano a la empuñadura de la katana y la otra a una socom. ¿Qué demonios era aquello? Una especie de... ¿Caja de contención? ¿Por qué no había podido verla, aún a través de la tierra? Sin duda íbamos a enfrentarnos a algún tipo de peligro salido de esa cosa, y Ethan iba solo hacia el pueblo, donde podría haber más trampas de este tipo... Tenía que alertarle de alguna manera... Y sabía cómo hacerlo.

Entonces, las compuertas metálicas se abren por la mitad en una línea vertical hacia la izquierda y hacia la derecha. Del interior, entre ruídos metálicos y el resonar de algunos vapores, sale del ascensor un modelo robótico, de unos 3-4m de altura:

A simple vista, no parece tener armas de fuego o cualuqier otra a distancia, pero en los ``dedos´´ de sus extremidades se pueden ver el brillo de lo que parecen unos filos a modod e garras metálicas. Aunque si, como pensáis, en un robot programado para haceros difícil la tarea, quién sabe qué más equipamiento tendrá.
Con pasos potentes y pesados, sale del elevador, el cual ya ha empezado a cerrarse de nuevo.
El constante chirrido metálico de sus articulaciones y sistemas parecen hacer las mismas de rugidos de rabia.