Partida Rol por web

9 agosto 200...
22:43

La furgoneta gris oscuro rueda por Santa Anita, un avenida del distrito de San Gabriel en el este de Los Angeles.

El vehiculo lo ha suministrado el congresista Andrew Forbest, el mismo que os ha contratado para vengar la paliza que unos pandilleros han dado a su hijo.
Ayer os reunisteis con el, de madrugada en un parking del centro.
El negocio es claro, 100.000$ por matar a todos los cabrones de la banda para cada uno mas 50.000$ si grabais a alguno mientras lo torturais.
Os ha dado un movil prepago "limpio" para estar en contacto. El viejo lo dejo claro, os llamaba el o vosotros al terminar el trabajo.

Los datos los consiguio de sus contactos en la fiscalia. Habia una banda sospechosa, pero todavia no habia pruebas. A el le vale, son esos cabrones de mexicanos, seguro.

La banda conocida como Sureños M, tiene un lugar de reunion. Un antiguo almacen de metalurgia, a cuatro manzanas de donde estais ahora.

Asi que aqui estais preparando vuestras armas de camino a matar a unos chicos, que tampoco es seguro al 100% que sean culpables, pero claro 150.000$ es mucho dinero y esto solo son negocios, nada personal.

Cuando está concentrado en revisar su equipo, nada interrumpe la concentración de Carver.

Su arma principal es un subfusil de calibre 9mm HK MP5. Un arma que Carver usa para el combate a corta distancia al ser ligero y manejable. Suponiendo que el tiroteo tenga lugar dentro de ese almacén, este subfusil será la mejor de las opciones. El exSEAL lo tiene preparado para que dispare dos proyectiles con cada disparo.

Como arma secundaria, una pistola semiautomática del calibre 9mm SIG Sauer P226 Navy. Simple, segura y efectiva cuando le metes a tu enemigo dos tiros en el corazón y uno en la cabeza, algo que a Carver le resulta tan sencillo como respirar.
Un supresor sónico para la P226 Navy completa el conjunto, pero Carver lo montaría sólo en caso de ser necesario.

Por último, un cuchillo SOG SEAL, siempre útil.

Munición: Dos cargadores de 30 proyectiles más el equipado para el MP5 y uno más el equipado de 15 para la P226 Navy.

Por otro lado, el antiguo instructor lleva puesto un chaleco de Kevlar negro, que no destaca con el resto de su ropa, holgada y de tonos oscuros. También unas buenas botas militares, guantes finos, gafas especiales para evitar deslumbramientos y un pasamontañas listo para cubrir su rostro en el momento de pasar a la acción.
Todo ello cubierto por una gabardina negra de amplio vuelo que logra su objetivo al ocultar a media distancia todas las armas que lleva consigo.

La furgoneta da un bote al pasar por encima de un socavón, pero no importa. Lo que importa es que el exSEAL está todo lo preparado como puede estarlo.

Carver saca la pequeña cruz de plata de la cadena que lleva al cuello y se la lleva a los labios para besarla antes de volver a guardarla bajo el chaleco antibalas.

Gabardina en agosto, interesante.......y sospechoso.

Aquel había sido un día sumamente ajetreado. Se despertó a causa del teléfono, detrás de cuyo micrófono una voz fría le ofreció el trabajo. Preguntó "¿cuándo?", y poco más de un minuto después recorría las calles de L.A.

Si no hubiera sido por su pasado como "agente de la ley", jamás habría logrado conseguirla a tiempo. No era ningún capricho si tenía que caerles a tiros a unos pandilleros en su propia guarida, aún teniendo otros tres tipos frente a él (nunca a sus espaldas, por cuestiones de integridad física) Dick se tiró la mitad del día buscando algún buen samaritano que le vendiera lo que buscaba. "Roncha", un mexicano cuya frente portaba un lunar considerablemente grande, le proveyó a tiempo. Tenía suerte de haber hecho las veces de narcotraficante en su tiempo.

El resto podía encontrarlo en su morada. Dejó su nuevo juguete en casa, y se fue de putas hasta como las 22.20. Tuvo que apartar un par de nalgas de su rostro al ver que se le hacía tarde, y luego de pertrecharse salió hacia el punto de encuentro.

Miró su reloj nuevamente dentro de la camioneta. Acercó la muñeca a su rostro, pues una nube espesa de humo de cigarillo no le dejaba ver con claridad.

Comprobar armas

Mientras actuaba, la frase le vino a la cabeza como un reflejo del que nunca podría desligarse. Revisó la recámara del flagrante subfusil en sus manos, comprobó el cargador, la mira, y por último el seguro. De la misma manera procedió con la pistola que extrajo de una funda en su cinturón, mientras la punta del cigarillo que pendía de sus labios se encendía de a ratos, y del otro lado expulsaba una nube gris y hedionda.

-Reza por mí, ¿quieres?- dijo, esbozando una sonrisa sardónica, observando con diversión el ritual de Carver. Dejó caer un poco de ceniza en el suelo del vehículo, justo antes de ponerse una camisa opaca y oscura sobre su chaleco, que combinaba con unos pantalones del mismo color.

Conducia con precaucion, no era cuestion de que la poli los parara por una tonteria.
Miraba por el retrovisor; habia trafico, pero nada fuera de lo normal.
En el asiento de al lado, estaba su bolsa de deporte de Nike azul electrico. Sonreia al pensar en su contenido. Una Franchi SPAS-12 con postas, una Desert Eagle .50 AE y dos granadas lacrimogenas.
Se imaginaba a si mismo de pie disparando a los pandilleros, dando igual que se ocultaran detras de la paredes porque el abria agujeros enormes con la escopeta.
¡BANG!, ¡BANG!. Un escalofrio recorria su espalda, se lo iba a pasar en grande.
Tuvo que reprimirse en no acelerar para llegar cuanto antes.

Preparando la COLT 1911 A1 y guardándola en la funda, observaba al resto de sus compañeros.

Mucha pasta, nada personal... El viejo lo dejó claro, así que vamos a reventar a esos sacos de mierda pensaba con una media sonrisa.

Otras dos Uzis9mm preparadas. Armas cortas, fácil manejo para asustar a esos tipos. No sabía si eran muy duros o no. Pero el dinero sería suficiente aliento para él y sus compañeros.

Río ante el gesto de Carver y la respuesta de Dick.

- Seguro que Dios no querrá ver esto

La furgoneta llega hasta la calle donde esta el refugio de la banda. Es un gran almacen abandonado de ladrillo rojo. Alrededor hay un descampado lleno de matojos y escombros.
Hay montones de barras de hierro y vigas oxidadas tiradas por todo el terreno.
Todo esta rodeado por una valla de malla metalica en muy mal estado y con muchos agujeros para entrar.
El almacen tiene dos plantas y aunque no hay alumbrado exterior, se ve una zona de dentro que si tiene luz. Parecen ser las oficinas. no se ve movimiento ni en el terreno circundante , ni en el interior.

Antes de salir de la furgoneta Carver se da una pequeña palmada en el chaleco, justo donde guarda debajo la cruz. En realidad no se considera para nada religioso, pero su mujer es católica y le arrastra todos los domingos a él y a las niñas a la Iglesia. De hecho, la cruz que le regaló Martha es para él más un amuleto de buena suerte que otra cosa. Lo mismo le hubiera dado llevar una pata de conejo. La cuestión es que llevándola se salvó de una buena en Afganistán y está convencido de que le trae suerte.

Acercándose a la valla, observa el ruinoso edificio donde están refugiados los objetivos de la misión.
Se vuelve hacia el resto del grupo para susurrar en voz baja:

Lo primero será identificar todos los puntos de entrada del edificio. Luego, asegurarnos que no hay nadie vigilando el exterior. Después entramos desde varias direcciones a la vez y cuando estemos dentro, los eliminamos a todos antes de que sean capaces de reaccionar.
¿Roger?

Donovan observa el edificio mientras escucha a Carver. Un sitio realmente grande...

¿Resonarán mucho las balas ahí dentro?

Comprueba sus armas.

- Sencillo y directo, ¡me gusta! - dice mostrando una sonrisa lobuna

Dando una vuelta despacio y alejados de la valla, ocultandoos en la oscuridad de los edificios cercanos,observais el edificio.
La valla tiene una gran puerta enrejada cerrada con una cadena gruesa y un candado de grandes proporciones. A partir de ella sigue un camino hasta la puerta principal del edificio, una puerta metalica doble de unos 5 mts. de alto. Desde aqui parece cerrada.
Tambien hay una escalera metalica en un lateral que parece subir hasta las oficinas. En el rellano pequeño hay una puerta de madera con una minuscula ventana en la que pone en letras negras " Metal Jones & Sons".

Carver no lo ve claro.

La puerta de la valla y la principal del edificio están cerradas, claro. Es la entrada que utilizan para los vehículos. Además de esa está la puerta que da a las oficinas. Y nada más.

Tendremos que acercarnos más para ver si existe algún otro punto de acceso. Ventanas o algo similar...

Joder, ¿por qué no me traería los binoculares de visión nocturna?

Eso significa que voy a entrar a través de la valla hasta la pared del edificio. En cuanto encontremos más entradas haré una señal para que os acerquéis.

El exSEAL barre con la mirada al resto de los asesinos, con una mueca de disgusto dibujada en el rostro. No le gusta pensar que su vida depende de unos completos desconocidos, y los observa con detenimiento para adivinar quién de ellos podría convertirse en algún problema.

¿Algún voluntario para venir conmigo?

- ¡Tú llevas las riendas, jajá! Creo que necesito un trago... - exclama el tipo con una sonrisa amarga. Se mesa el cabello para obtener una visión del lugar y apartarse el sudor que le provoca los nervios - Servidor, jefe, ¡soy tu hombre!

Atravesando uno de los agujeros en la oxidada valla, Carver avanza agachado, con el pasamontañas puesto, mientras Donovan le sigue un segundo después.

A pesar de ser de noche, el terreno que han de atravesar no tiene apenas cobertura, por lo que se encuentran bastante expuestos durante los segundos que les cuesta llegar al edificio...

Observo como el ex-marine, o lo que quiera que sea, y supuesto cazarrecompensas profesional ¿Borracho antes de empezar? ¡Le van a freir como se descuide, ¿qué clase de profesionalidad es esa? ¡Joder, hasta yo sé eso!; se intentan adentrar en el edificio.

Mientras tanto, voy cogiendo todo mi equipo, mientras comento con Dick- No sé tú, pero yo espero pasarmelo ahí dentro de lujo... Seguro que será una gran fiesta... ¿No crees?. Además, está bastante bien pagado... ¿No?

Al ver que ex-policia no me contesta, me encojo de hombros, mientras sigo preparando mis cosas. Cuando lo hago, saco un cigarro de mi pitillera, encendiéndolo con mi zippo. No debería fumar, luego no puedo correr de seguido... Pero qué coño, algún vicio habrá que tener...

Donovan sigue a Carver, dejándose guiar hacia el interior del recinto, con una sonrisa todavía en los labios. Se relame los labios pensando en la recompensa que puede venir

Esto ya pinta mal. Putos aficionados...

El único que le inspiraba cierta confianza era Carver. Dick se mantenía en silencio, observando el despliegue con el ex-SEAL a la cabeza. Donovan y Fairlane parecían estar pasándola de maravillas, y ciertamente le preocupaba. Había visto una cantidad enorme de sádicos idiotas, que en mitad del frenesí terminaban acribillados, cegados por la adrenalina y la sed de sangre.

Dick tardó en contestar al mercenario, pues aún continuaba escrutando los movimientos del dúo que se había adelantado. Al tiempo que el desechaba su cigarrillo, su compañero encendía uno. -Tú concéntrate en cubrirme el culo, y yo haré lo mismo. Así los dos veremos un nuevo día y disfrutaremos de la paga, ¿eh?-

El ex-poli asió su arma con fuerza mirando hacia la nada, preparándose para el infierno. Segundos después, volvió a prestarle atención a Carver, esperando una señal. Observó el techo del lugar, en busca de alguna figura que contrastase con el blanco de la luna, en caso de que tuviera que alarmar a los otros.

Conforme os acercais los dos al edificio, ois una musica desde el interior, una especie de reggeton a todo volumen, que las pesadas paredes amortiguan mucho.
Las grandes puertas estan cerradas, pero las marcas de neumaticos en el camino parecen recientes.
Las ventanas estan a demasiada altura, unos tres metros o mas. No se puede ver nada del interior.
Dando una vuelta a todo el edificio solo parece que se puede entrar por la puerta de las escaleras.