Partida Rol por web

     Surga estaba concentrado en su tarea de aniquilar a sus adversarios. Con el primero caído, solo quedaba uno para plantar cara. Tras varios golpes certeros que hicieron que el escudo del piel verde se hiciese trizas, el nórdico le asestó una nueva estocada, aunque con menos vigor que las veces anteriores.

Volker volvió a descargar su acero con el mismo efecto que en su embate anterior: ninguno. El pielverde se resistía a abandonar el mundo de los vivos por mucho que Hammet se esforzara en ello. Pero pronto caería, el mago lo tenía claro.

-¡Vamos muchachos, un esfuerzo más y son nuestros!-

dijo a sus compañeros

Berger esquivó agilmente el golpe que se dirigía contra su cabeza, y acto seguido respondio con un fuerte ataque que dío en su objetivo. El orco aullo fuertemente, comenzaba a estar tanto frustrado como herido, y ambas sensaciones no le producian ningun placer. Mientras tanto el orco que estaba luchando contra Sura pudo apartarse de la trayectoria de la espada del Nordico y aprobechó el movimiento para asestarle un tajo lanzado con muy mala leche. Algo parecido le sucedio al mago del grupo, que sin haber acertado su golpe al piel verde que lo acosaba, acabó recibiendo un corte.

{{ NUEVO TURNO, 7º }}

Magnus Berger: C.A.C (-1/12)
Volker Hammet: C.A.C (-2/12)
     Sura Raudi: C.A.C (02/12)
Orko 1: (03/12)
Orko 3: (04/12)
Orko 4: (08/12)

     El nórdico estuvo apunto de recibir una estocada por parte del piel verde, pero consiguió desviarla con el escudo en el último momento. Aprovechando el movimiento de cintura que hizo para bloquear con su escudo, lanzó un tajo de revés bien colocado. Con un poco de suerte eso pondría fin al combate.

El orco no andaba muy fino, pero el mago tampoco. Aún así, el pielverde había conseguido traspasar las defensas del mago y éste se había salvado por poco. Otro golpe así y moriría sin lugar a dudas.

Volker soltó un bufido cuando falló otra vez su ataque, estaba claro, las espadas no eran lo suyo. Bastante tenía con mantenerse en pié.

¡VAMOS! ¡ARRASEMOSLES! - gritó Berger después de superar el canguelo inicial. Trató de engañar al orko con una finta, pero lejos de la realidad, Magnus no logró nada en absoluto... consciente de su mal paso, trató de atacar al piel verde, pero su lanza solo le rozó con el asta del arma

Se notaba que aquellos seres eran un poco descerebrados incluso en sus momentos más violentos (y los Orkos tampoco eran muy listos*). El orko que se enfrentaba a Sura no pudo apartarse a tiempo cuando la espada de este bajó y le pilló de lleno haciéndole otro tajo largo y profundo. Otro rugido de dolor y frustración acompañó la herida. Mientras, Berger y Volker intentaron atacar a sus respectivos enemigos pero fallaron rotundamente. Herido, el Orko al he había dañado Sura intentó responder pero cuando hizo un barrido con la espada esta salía despedida por los aires, fue un momento un tanto cómico, pues ya había perdido el escudo y ahora se le iba de sus rechonchas manos la espada. Se quedó ahí de pie, mirando sus manos vacías sin entender muy bien que era lo que acababa de pasar y entonces Sura arremetío contra el piel verde empalandole el corazon con su arma. Los otros dos Orkos también atacaron a los mercenarios pero son lograr herirlos.

{{ NUEVO TURNO, 8º }}

Magnus Berger: C.A.C (-1/12)
Volker Hammet: C.A.C (-2/12)
     Sura Raudi: C.A.C (02/12)
Orko 1: (Muere)
Orko 3: (04/12)
Orko 4: (08/12)

     Había que sentenciar el combate. Con efectividad y contundencia Surga había acabado con sus dos oponentes y ahora tenía que ayudar a sus maltrechos compañeros. Viendo que el orko que luchaba con Volker era el que mal herido estaba, decidió rematarlo para limitar la amenaza. Cuantos menos quedasen para atacar, mejor.

-¡Gracias Surga!-

gritó el mago cuando el norteño arremetió contra el orco y lo mató. Ahora sí que el combate se estaba decantando a favor de los mercenarios así que Volker aprovechó la intervención providencial de su compañero para cargar contra el orco que hostigaba al patrulla de caminos.

Con infructuosos resultados, como de costumbre.

Superado el miedo inicial, Berger siguió enfrentándose a su enemigo piel verde... dio unos pasos a un lado y a otro como tanteando al fornido enemigo hasta que fue capaz de ver una amplía obertura en la guardia del orko... el guardia de caminos se abalanzó como un rayo sobre el clavándole con fuerza la lanza - ¡MORIIIID! - gritó hinchado por la ira y la adrenalina

Viendo que dos de sus compañeros habían caído los Orkos redoblaron sus esfuerzos sacando energías de donde parecía que no podían surgir. Intentaron esquivar los ataques de los dos mercenarios pero ninguno de los dos seres logró apartarse de la trayectoria de los filos. El Orko que se enfrentaba a Berger recibió un feo corte en la pierna y echó sus manos hacia ese punto mientras miraba colérico al patrulla de caminos, que se defendía muy bien en tierra hasta ese momento pese a sus heridas. Sura, todo músculos y agresividad contenida entre oleadas de testosterona hizo un potente ataque contra su oponente y le amputó la pierna derecha lanzándola varios metros dando vueltas por el aire, mientras de la tremenda herida del Orko contra el que luchaba escapaba una densa y oscura sangre como si fuera una presa rota. El Orko cayó hacia atrás y murió.

{{ NUEVO TURNO, 9º }}

Magnus Berger: C.A.C (-1/12)
Volker Hammet: C.A.C (-2/12)
     Sura Raudi: C.A.C (02/12)
Orko 1: (Muere)
Orko 3: (Muere)
Orko 4: (01/12)

     Con la nueva muerte causada Surga estaba enardecido. Su espada estaba ya cubierta de sangre de piel verde hasta la empuñadura. Dando la vuelta sobre sus talones se afianzó en el suelo para lanzarse contra el superviviente con toda su fuerza. El orko lo vio llegar como si de un carruaje de guerra se tratase, con todos los músculos en tensión y un gruñido en los labios. - ¡¡GRRRRR!! El norse lanzó un tajo descendente con una fuerza salvaje, esperando que el maltrecho monstruo no pudiese evitarlo y con ello acabase el combate.

Las cosas estaban ya decididas, los mercenarios del mal camino iban a masacrar a los pielesverdes sin que los pobres diablos pudieran remediarlo. Pese a todo, el mago había sido muy dañado en el combate y tenía que andarse con ojo. No obstante, decidió cargar al oponente que quedaba, también muy perjudicado por la acción conjunta y el último ataque del norteño.

-¡Muere perro!-

le gritó el mago al tiempo que lanzaba una estocada directa a la cabeza, con un poco de suerte se la seccionaría y acabaría con sus miserias.

¡A EL! - bramó a sus compañeros tratando, futilmente, ensartarle con la lanza mientras le enseñaba los dientes en señal de reto

(*)

Surra corrió a por su objetivo rugiendo mientras en su brazo, su centelleante espada lo acompañaba desprendiendo brillantes gotas rojas carmesíes. Como un relámpago corrió a por aquel orko que oyendo el rugido de Sura giró la cabeza y lo miró con unos ojos amarillos muy abiertos. Los músculos de los brazos y piernas de Sura estaban tensos y sus venas casi emergían de su piel como alambres. Cada zancada soltaba polvo a cada paso que daba y hacía temblar la tierra a sus pies. Lanzado a plena carrera el nordico pasó junto al Orko rugiendo mientras de derecha a izquierda hacía un arco con su mortal arma.

Más gotas carmesíes salieron volando mientras Sura pasaba de largo su objetivo y clavaba los pies en la tierra para frenar su carrera a la vez que se daba la vuelta. Unos surcos de tierra surgieron donde había clavado los pies, y en sus punteras se acumularon pequeños montones de tierra. Mientras patinaba por la grava del camino giró su melenuda cabeza para ver como la del Orko salía volando habiendo dejado en su rostro una mueca de dolor y furia contenida.

La cabeza volaba mientras un potente chorro de sangre salía del cuello cercenado del Orko como si de una fuente se tratara. El cuerpo del enemigo muerto permanecía de pie, manchándolo todo con su sangre cuando Sura logró frenar y se volvió a encarar hacia el cuerpo muerto del Orko mientras los pelos le caían sobre el rostro rojo por la ira y el esfuerzo.

El cuerpo muerto del Orko no caía al suelo, y Sura pude ver que se debía a que un preciso lanzazo le había atravesado el corazón al mismo tiempo que su cabeza era cercenada. Con mano firme y rostro regio, Berger sostenía la lanza que había lanzado al ataque como un aguijón envenenado antes de que Sura se cruzara en su camino con su espada en la mano. El Cuerpo del Orko permanecía de pie gracias a la tensión de la firme lanza de Berger, y ahí estaba lanzando a todos lados ese negro fluido mientras la cabeza por fin comenzaba a descender.

Con los ropajes al viento, el mago seguía de muy cerca a Sura y llegó un segundo después de todo ello. Su arma cercenó el torso del Orko en una diagonal desde el hombro hasta la mitad de las costillas desprendiéndole un importante pedazo y quedando también así marcado con la sangre de la bestia. El cuerpo del Orko fue resbalando poco a poco por el hasta de la lanza y se desprendió cayendo hacia atrás para estamparse con un ruido sordo.

Todo el grupo respiraba con dificultad tras haber hecho de ese último enemigo picadillo.

{{ FIN DEL COMBATE}}

Magnus Berger: C.A.C (-1/12)
Volker Hammet: C.A.C (-2/12)
Sura Raudi: C.A.C (02/12)

Jadeando, retiró la lanza del cuerpo muerto del orko y miró a sus compañeros... estaba en silencio, solo se oía el sonido de los árboles al ser mecidos por el viento, pero Berger no decía nada. Sacó su odre con parsimonia y bebió agua empezando a sentir, nuevamente, el dolor... la adrenalina había dejado su cuerpo par dejar paso a ese punzante y agudo dolor en el rostro. 

El guardia de caminos se llevó la mano a la cara pero no llegó a tocarse, hasta el simple hecho de beber agua le había supuesto un infierno. No dijo nada. Se puso a rebuscar entre los cuerpos muertos de los pieles verdes en busqueda de algo de valor o interesante...