Partida Rol por web

Diego se acarició el bigote y la barba con aire distraído mientras contemplaba el mapa con interés,lo había visto muchas veces antes, en otros lugares y en otras situaciones pero conocía un poco demasiado el mapa del imperio.-Hummm.-entrecerró los ojos mientras observaba la ruta a tomar y el lugar al que tenían que ir junto a los detalles de la misión.-Está bien...tenemos que llegar a ese lugar y custodiar ese objeto? o ese templo? o evitar que vuelvan esos malditos asaltantes?.-Diego no había prestado mucha atención al alcaide mas bien al mapa y en la ruta a seguir...A pie por caminos secundarios,a caballo raudo veloz por los caminos imperiales...o...-Tendremos papeles de viaje señor? o caballos tal vez? dinero para el viaje?provisiones? o nos soltará pro las puertas a nuestra suerte?.-Diego dejó sus palabras en el aire mientras se mesaba el bigote y daba algunos pasos por la sala.-Tal vez...aquellos caminos...-Murmuraba para sí mismo dejando la mirada vagar por el mapa,la sala y el ventanal hacia el exterior.

Encogiéndose de hombros el alcaide responde a algunas de las preguntas formuladas. ¿Adoradores del caos? No se sabe con certeza, ninguno de ellos fue capturado con vida, y sus procedencias por lo que se ha podido averiguar discretamente eran muy variadas, gente de todos lados, sin una conexión aparente... Piensa sobre el tema cerrando los ojos y recordando lo que el emisario de Middenhein le había comunicado. Pero había algo que todos tenían, una marca, sin registrar en los archivos antiguos, todos la llevaban en el brazo, como marcada a fuego...

Niega distraídamente. No sabemos si eran adoradores del caos, pero lo que sí está claro es que fueron enviados por las fuerzas del los poderes oscuros, ¿Pues quien si no tendría como objetivo un lugar de culto si no las fuerzas del caos?.

La naturaleza del asalto no está clara aun, en el templo se niegan a soltar prenda, en parte por el voto de silencio... Lo único que conocemos es que entre los supervivientes y los fallecidos tan solo había tres personas que no aparecen por ningún lado. Una novicia, una ama de llaves y un joven guardia. Abarca la sala con un amplio ademán como si en una audiencia multitudinaria se encontrase. Nadie sabe su paradero.

Su expresión se volvió muy seria de repente, amenazante incluso ante las ideas que le recorrían su mente. Bajo su manto sacó un pergamino oscuro y enrollado, y lentamente lo extendió mientras lo releía lentamente. Luego si vista se fijó en vosotros. Vuestra misión ha sido transmitida sin duda alguna. Consistirá en encontrar a aquellas personas antes de que otros lo hagan, averiguar que tienen de especial y escoltarlas a un lugar seguro. Solo Sigmar conoce la causa de la falta de esas personas, pero se cree que eran el objetivo del asalto, pues nada más falta, y los caídos... ninguna relevancia especial tenían según los conocimientos sobre ellos.

Con un dedo señaló al Capitán mientras sus ojos permanecian clavados en vosotros. Se os devolverán las armas, y partireis desde aquí hacia vuestro objetivo. Sois gente de recursos, quizas no los suficientes pues aquí habeis acabado, pero nada teneis que perder. Cumplir estar misión y no solo obtendreis gratitud y reconocimiento, sino el indulto y una buena recompensa en oro.

Ya de pies, aunque aún maniatada, escuche atentamente al alcaide y al capitán, aunque mis ojos no se apartaban del primero. Intentaba leer sus facciones y sus reacciones, y estas parecían desvelar que la misión tenía bastante de suicida como había dicho el violador pero aun así sigue siendo una mejor alternativa a una muerte sin remedio ni posibilidad de lucha. Además estamos hablando de un templo, tal vez de esta manera no solo consiga el perdón judicial sino el perdón de las Shallyanas y la posibilidad de saber algo acerca de mi madre.

Encontrar a los desaparecidos y escoltarlos a un lugar seguro. De acuerdo, así se hará. Pero como ya han dicho no nos vendría mal algo de ayuda. Como ha dicho pese a que somos gente de recursos no andamos precisamente sobrados, y conseguir los recursos necesarios para un viaje tan largo de una manera que no vuelva a dar con nuestros huesos en prisión podría llevarnos un tiempo del que no disponen las personas a las que buscamos, ¿no cree alcaide?

Yo no creo nada, me limito a seguir las... peticiones que me han llegado, de un grado muy elevado de urgencia. Pero como comprenderá señorita, esto no es un banco, ni la beneficencia, así que poco podemos hacer al respecto en cuanto a temas de fondos. Se levanta lentamente y se sitúa al lado del Capitán Hiemdrich colocándole una mano en su hombro. En cuanto nota el contacto el soldado se pone firme en un segundo con un entrechocar de tacones que restalla en toda la sala.

A demás, el capitán Hiemdrich los acompañará en esta misión. El puede perfectamente encargarse de los temas económicos sin ningún problema. Así que si algo necesitan de él, solo pídanselo y se encargará de proporcionarlo, si es pertinente según el momento. ¿Comprenden?

Hiemdrich asiente con gesto firme mientras el alcaide habla sobre las gratas compañías de las que el grupo disfrutará en su viaje.  Se les devolverán sus pertenencias inmediatamente, se les dará de comer y se les soltarán los grilletes, de forma que partirán nada más salir el sol. ¿Alguna duda que deseen preguntar antes de ponerlos en marcha?

A mí me gustaría tener más datos sobre las personas que vamos a buscar, pero supongo que una vez que lleguemos a nuestro destino nos darán todos los detalles que necesitemos comento encogiéndome de hombros pero sí que tengo una duda bastante grande sobre los asaltantes. Ha dicho que llevaban una especie de marca en el brazo, pero no nos ha dado ningún detalle sobre ella. ¿Qué forma tenía dicha marca?

Ha si... La marca... Un segundo. El alcaide empieza a rebuscar entre los papeles que había acumulados en un lado de la mesa. Fíjense, ciertamente es desconcertante... Por fin consigue hacerse con un trozo de papel, en el que hay un sello que a todas luces parece oficial de alguna institución imperial. La hoja contiene una serie frases junto al sello pero no alcanzáis a verlo. En dicho papel figura una imagen extraña*.

Esta es la marca. Y sobre las personas desaparecidas no se tiene información. El templo guardaba muy celosamente la identidad de sus hermanas, así como del personal que las protegía. Todos criados entre aquellos muros desde que eran críos pequeños... Como ya dije se trata de una novicia, que según hemos logrado averiguar se acogió al templo con una edad avanzada... Hace memoria visiblemente ...6 años me dijeron que tenia. La otra persona desaparecida es un ama de llaves de avanzada edad que habia pasado toda su vida en aquel lugar, y el ultimo un joven guerrero que no debe sobrepasar los 16 años.

No parece una marca del Caos -susurró el escudero- se asemeja más al emblema de una institución imperial...

Otto iba a preguntar algo que prefirió guardar para sí mismo. No era conveniente mencionar la no tan secreta hostilidad entre las Iglesias de Sigmar y Ulric. Quizá hubiera más de un modo de acabar en la horca. Había que ir con sumo cuidado en este espinoso asunto. La falta de información era su peor enemigo.

Tal vez sea una marca arcana, de algún ritual mágico o hechizo de control. O puede que incluso pertenezca a algún grupo de hechiceros no registrados comento más para mí misma que para el resto del grupo mientras le echo un vistazo al símbolo.

Tras un rato observandolo detenidamente niego un par de veces con la cabeza o realmente no es ningún tipo de simbolo arcano o si lo es mi maestro nunca lo menciono en sus clases.

Es complicado... Comunica dándole vueltas al papel en sus manos. Nadie de los expertos bibliotecarios de Middenhein ha conseguido obtener ninguna información sobre esta extraña marca. Nada de nada... Pero lo curioso es que todas las marcas eran exactamente iguales. Total y absolutamente iguales, sin margen de error. Y eso puede que sea lo más extraño pues cualquier marca realizada, aunque sea a fuego, tiene formas diferentes según la curación del sujeto, o si se movió durante su imprenta... Bueno, vayan ustedes a saber... Es lo que sabemos, sé que no es mucho pero por eso los hemos elegido a ustedes en vez de mandar a soldados del lugar... ¿Comprenden? El fuego chisporroteaba tras él, frente a vosotros. En la estancia se palpaba la tensión, el desconcierto ante la revelación de los recientes acontecimientos, la incertidumbre por el futuro porvenir.

¿Alguna duda más? Pregunta el Capitán, claramente impaciente por partir. Cada segundo cuenta, y cuanto más nos demoramos más lejos pueden encontrarse aquellas personas. Por no mencionar los peligros. No son tierras para ir desprotegidos, y aunque no cuestiono el valor de esas personas, dudo que lleguen muy lejos por estas tierras, más plagadas de peligros que nunca.

Es probable que a la hora de hacer la marca sí que haya intervenido la hechicería, eso explicaría que las marcas sean exactamente iguales en todos los casos. Lo cual implica que sea lo que sea a lo que nos enfrentamos posee alguien que sabe controlar los vientos del Aethyr comento ante la explicación de la marca hecha por el alcaide sin apartar la vista del símbolo para memorizarlo completamente.

Una vez ya tengo cada traza del símbolo guardada en mi memoria alzo la vista en dirección al capitán de la guardia de la prisión por mi parte no hay más dudas, podemos partir cuando digáis.

Yo llevo mucho tiempo listo, y deseando volver a los campos de la justicia.

Todas mis dudas han sido aclaradas, no tengo nada más que comentar. Tan solo espero que logremos cumplir la misión que garantice nuestra libertad, y que las promesas formuladas hoy aquí se cumplan según lo estipulado. Comenta el contrabandista con una amplia sonrisa. Partimos cuando digáis.

Todo parecía muy inquietante, pero no había otra posibilidad, tendíamos que cumplirlo así que negué con la cabeza cuando se preguntaron si había alguna pregunta más y esperé en silencio a ver que sucedía entonces. Los grilletes pesaban en nuestras muñecas y laceraban la carne tras tanto tiempo sin aflojar la presión. Realmente incomodo... Espero que sean retirados pronto.

Perfecto entonces. Esto os vendrá bien en vuestra tarea, estoy seguro. Os dije el alcaide entregándoos el mapa enrolladlo. Señor Hiemdrich, creo que va siendo hora de que los acompañe a sus alojamientos, que descansen y se alimenten bien, devuélvales sus pertenencias y a ver si el buen señor... dice haciendo un gesto con la mano a Diego... puede hacer callar a su perro durante un rato, es realmente persistente. Un gran animal con una gran lealtad, como todos los perros bien educados.

De uno de los cajones de la mesa saca un saquete que tintinea, claramente monedas de curso legal, y se las entrega al Capitán. Recuerde bien que es una misión lo más discreta posible, así que ir vestido de oficial no le hará ningún bien. Si me disculpan, caballeros esperaré noticias suyas con impaciencia... !Ah eso me recuerda...! Hágase cargo de los mensajes Capitán, usted ya sabe cómo. Buenas noches a todos. Y que Sigmar os acompañe en vuestra tarea.

El alcaide de la prisión sale por la puerta y el Capitán se asegura de que haya salido cuando con recelo pero sabiendo que es necesario, se dirige a vosotros con unas llaves y os quita los grilletes. Luego os hace un gesto de que lo sigáis dirigiéndose hacia la otra puerta de la sala. La chimenea continúa chisporroteando cálidamente en el lugar.

Diego Sonríe de manera siniestra cuando hablan de su perro y sus grilletes tocan el suelo.-Tranquilo señor...es un perro bien educado....!Asche¡,Sientate..-Diego le gritó la orden al perro desde la ventana y el animal tras reconocer a su amo rápidamente procedió a tumbarse,impaciente por la ausencia de su amo...y el hambre,Diego acto seguido se unió al grupo y mientras se desentumecía las manos y se repasaba la ropa miró al capitán a la espera de mas palabras o instrucciones.-Algo mas?...-Dejó las palabras en el aire  a la espera de la respuesta del hombre.

Nada, solo acompáñenme. Hoy no dormirán en las celdas, no deben hablar con nadie sobre esto, y supongo que preferirán un descanso mas cómodo que las tablas. ¿No? Comentaba mientras cruzaba la puerta y os guiaba hasta una estancia con 4 literas en su interior. Es parte de los alojamientos para la tropa. Pero ahora nuestros efectivos no ocupan todos los camastros, así que podréis descansar aquí, en un rato traerán algo de comer. Nos veremos tras el amanecer, y partiremos en cuanto se puedan transitar los cominos con algo de luz. Buenas noches y que descansen. Comenta cerrando la puerta.

Los aventureros se dispusieron a descansar cuando entró un tipo con unos cuantos platos de carne guisada, todo un manjar tras las sopas de meados de las celdas. Pero no acabó ahí el asunto, pues poco después volvió de nuevo con vuestros enseres, ayudado por un joven muchacho, ya que tantas armas y armaduras eran un gran peso para un solo hombre. No dijo nada, pues parecía bastante intimidado. Cado uno recibió sus enseres, todo lo que había sido requisado en su arresto, y esto era lo más curioso del asunto... incluyendo el dinero. !Hasta el último cobre! !Insólito....!

Esta vez sí, tras su marcha, pudisteis descansar durante unas cuantas horas. Quizás hubieran pasado 5 o 6, cuando los malditos gallos empezaron a incordiar haciendo de las suyas. Era hora de levantar.

Después de un par de semanas comiendo aquella “sopa”, en el momento en el que me pusieron la carne guisada delante la devore rápidamente y con avidez, prácticamente engullendo sin tragar los trozos de carne. Dudaba de que fuese una carne de excelente calidad, pero dadas las circunstancias fue casi como un banquete dado en el palacio del mismísimo emperador.

Cuando nos trajeron los enseres solté un suspiro de alivio al ver que el amuleto de mi madre aún se encontraba entre ellos. Al fin y al cabo era lo único que me unía a ella, por lo que le tenía un cariño especial. De haber desaparecido no hubiese dejado piedra sin remover en todo el imperio para encontrarlo. Pero o los trabajadores de esta prisión son increíblemente honrados o esto ya lo tenían pensado de antemano. Y algo me dice que lo primero es tan probable como ver a un enano afeitarse la barba voluntariamente.

Y finalmente por fin un poco de descanso autentico desde la llegada a prisión. Las literas no eran una maravilla, pero al igual que en el caso de la comida el drástico cambio comparado con lo que teníamos hace solo unas horas hizo que fuera el mejor descanso de mi vida. Y eso que había dormido en camas mucho más mullidas cuando estuve en el colegio de magia. Pero era otra situación, no tan desesperada e incómoda como esta. Cuando sonó el gallo me levante como nueva, con energía y ganas de partir y alejarme de este deprimente lugar, así que me vestí todo lo rápido y silenciosa que pude y me quede esperando apoyada contra la pared que había junto a la puerta a que el resto se despertara para partir.

El escudero apartó nervioso sus objetos, buscando algo en concreto entre sus pertenencias, volcó sin miramientos la bolsa de monedas sobre la mesa y juntó todas las monedas, descartando en primer lugar las de oro y bronce. Revisó cada una de las monedas de plata, buscaba una con una inscripción concreta. Otto no sabía leer, pero sí sabía reconocer la inscripción concreta de esa moneda, pues era SU moneda. La encontró, y dio gracias a Morr por haberla encontrado. Su alma seguía siendo suya y él estaba a salvo de nigromantes y demonios de la oscuridad.

La comida y el descanso en un lugar al que llamar hogar fue otra de las alegrías del momento. Al salir el sol estaba listo para partir.

Señor capitán, estoy a su servicio.