Partida Rol por web

Tampoco sé realmente por qué hemos venido a Middenheim. Es decir, el capitán ha muerto sus órdenes murieron con él y nos buscan por...bueno, por error. No nos conviene llamar la atención acudiendo a ese sitio. No veo recompensa por ningún lado.

Dejó caer sus impresiones en el gruupo.

Di mi palabra de que salvaría a esas personas y aunque tenga que arrastrarme con las tripas en la mano durante el resto del viaje así será chaval.-Dijo el soldado Estaliano sentado en el suelo y apoyado en el perro que los miraba a todos con sus grandes ojos abiertos y curiosos.-Marchaos sin mi si quereis, dedicaos al pillaje, la caza o a alquilar vuestras espadas...yo iré a cumplir mi palabra....solo o acompañado.

Soy de la misma opinión. Al parece aquí hay algo más de lo que parece. Fijaros bien... ¿Es casualidad la llegada de un buscado corrupto a Middenheim quizás? Que oportuno... ¿No? Yo no lo creo. La verdad es que había que ponerse en marcha si queríamos cumplir la misión. El alcaide dijo algo sobre más gente sobre la pista, y que ya habían asaltado el lugar al que íbamos con anterioridad y seguramente volvería a suceder. No podemos dejarlo pasar. ¿Y si esto es el preludio de algo... peor? ¿De algo más grande? ¿Dónde nos esconderemos si vuelve a haber otra guerra? Estaba claro que el imperio no sobreviviría a ello. Yo voy contigo Diego… Aunque no me haga ninguna gracia, acabarás haciendo que me maten. Murmuró la ultima parte de la frase.

- Si, cogí las órdenes, y algo de dinero. Yo voy con vosotros, Diego, Umbra. Tú dirás qué prefieres hacer, Otto. - se cruza de brazos, esperando su reacción. ¿Se convencerá de acompañarles, viendo que los tres viajarán juntos? - Y... aunque no vayamos a entrar a la ciudad, este no es mal sitio para pasar la noche, al menos cerca de más gente, ¿o con los sonidos del bosque queréis volver a internaros en él? Sin embargo, deberíamos descansar e irnos con las primeras luces. - sonríe, condescendiente, al fin y al cabo ella podría irse ya, no es como si necesitara tanta luz como estos humanos...

A mi me parece bien si a vostoros os parece bien. Comentó Umbra acerca del tema del descanso aquella noche. La gente estaba herida, desde luego la tranquilidad era bien recibida, aunque mirandolo detenidamente el objetivo tambien requería rapidez y precisión. Bueno, lo que vosotros decidais. Dejó la decisión para sus tres compañeros.

Estoy herido, pero podemos continuar...aguantaré.-Comenta el Estaliano haciendo de tripas corazón y pensando en sus ultimas dos pociones como la diferencia entre vivir o morir.

No estoy convencido de esto -aunque iba a hacerlo- todo ese asunto con la Inquisición nos traerá severos problemas -fulminó a Otto-; aunque hagamos una buena obra estoy seguro de que nos colgarán por algo, o nos quemarán. Nos eligieron por ser criminales, estoy seguro de que el capitán tenía órdenes de matarnos o apresarnos al acabar el asunto.

Pasemos la noche aquí, mañana habré tomado una decisión.

¿Habíais recuperado los papeles del capitán no? Preguntó la maga de pronto. ¿Los tenéis a mano? El fuego ardía con vivas llamas, la gente estaba atemorizada y a un par de decenas de metros de donde os encontrabais habían unido los grupos y os miraban con cara rara, como si por no estar con ellos pudierais ser una amenaza. ¿Qué loco se quedaba a parte en un ambiente como aquel? Lo cierto era que nadie tenía muy claro que era lo que podía llegar a pasar frente a las puertas de Middenheim. Hasta el fuerte hedor de la ciudad llegaba hasta donde os encontrabais, no se veían ni alimañas. Me gustaría echar un vistazo a sus papeles, quizás podríamos sacar algo en claro. Mi lectura es buena. Extendía la mano a la espera de los papeles.

Está bien...descansemos por aqui.-Comenta Diego mientras se reclina en alguna roca o árbol con evidente cansancio por sus heridas.-Necesitaré algo de remiendo...y mañana iré a un médico a solicitar sus servicios.-Dijo encogiéndose de hombros y pensando en su cada vez mas escasa bolsa de monedas.

Eira saca de entre sus cosas los papeles que recogió del cuerpo del Capitan. Ni siquiera se molesta en echarles un vistazo, pues la lectura no es una de sus muchas habilidades... por lo que se los pasa a Umbra, esperando que los temores de Otto sean infundados, y los papeles sean de verdad, una llamada a la tranquilidad para el grupo, al asegurar su libertad tras terminar esta buena obra.

Los papeles no aclaran mucho más la explicación que ya nos dieron. Se limita a decir que tenemos que buscar a la joven desparecida lo más rápido posible ya que alguien más podría estar detrás de ella, aunque no pone la razón. Si que pone que se podría haber escondido por los alrededores. Tal vez lo mejor ahora que no podemos entrar a la ciudad sea ir al norte a investigar el lugar del ataque hasta que las aguas bajen más calmadas.

En cuanto a las órdenes que tenía el capitán sobre nosotros… hago una pausa dramática y levanto la vista en dirección a Otto con una socarrona sonrisa al terminar nuestra misión tenía órdenes de llevarnos de vuelta a la prisión… para ser indultados y recompensados. Cosa que dudo que ahora que el capitán esta muerto y con la inquisición detrás nuestro logremos. A no ser que además de llevar a cabo nuestra misión consigamos encontrar y entregar a la inquisición al noble que nos engaño. Aún así yo lo encontraría y lo mataría gustosa aunque no nos sirviera para librarnos de la hoguera.

El resto no es más que relleno y formalismos, nada que nos pueda servir. Ahora es cuando toca hacernos la pregunta importante, ¿nos aventuramos a entrar en la ciudad pese a saber que la entrada está prohibida y que la inquisición nos busca, o investigamos lo sucedido con esta muchacha?

¿Indultados, de verdad? Eso no me lo esperaba...

Aquello cambiaba por completo su situación. Bueno en realidad no cambiaba su situación, sólo su porvenir. Había una esperanza.

Si encontrara a esa muchacha supone nuestra libertad...pero deberemos tener mucho cuidado. Mucho.

Eira sonríe tras las palabras de Umbra, pues tampoco estaba segura de que fueran de verdad indultados. 
- Aunque sea de un delito que ni siquiera cometí en primer lugar. - piensa.

- La inquisición suele hacer demasiado bien su trabajo - susurra Eira. - Y nosotros tenemos uno más importante... tanto para al chica, como para nuestro porvenir. Deberíamos movernos en cuanto podamos - mira de reojo a Diego - y avanzar lo más rápido posible.

Diego mira a la Elfa.-Podéis dejarme atrás si lo veis necesario...os alcanzaré mañana o pasado...pero primero necesito visitar a un galeno.-Dice tajante el soldado, que sabiendo la gravedad de sus heridas comprendía que es probable que no llegara muy lejos en su estado.

--{{ Tirada general de PERCEPCIÓN, caballeros y señorita }}--

Encontrar a la chica suponía la libertad con el capitán vivo y sin la inquisición detrás nuestro. En este otro caso… Sigmar sabrá si nos indultarán o no.

En cuanto al galeno digo mirando al malherido Diego o encontramos uno en este campamento o lo vas a tener complicado, dudo que la guardia te deje pasar dadas sus órdenes. Además yo no me acercaría mucho a la puerta, porque si la gente sigue presionando de esa forma puede que la guardia tenga que intervenir con violencia, y dado tu estado pelearte con un guardia entrenado no parece muy buena idea…

- Puedo volver a mirar tu herida, pero antes deberías mejor descansar, tal vez mañana antes de movernos... porque Umbra tiene razón, no creo buena idea que intentes entrar... ni que nos separemos, a no ser que haya quien no quiera seguir con esto. - Mira a todos alternativamente. - Si es así... - parece que deja en el aire la frase, pero tras unos segundos continúa. - mejor saberlo a la de ya. No cuando más necesitemos de unas manos útiles.

Iba a ser complicado... pero no imposible. La maga los conocía bien, y ahí entre los grupos de gente que acurrucaban a los niños pequeños entre mantas, se movía un hombre con un maletín visitando a los más pequeños. ¿Altruismo? No parecía estar cobrando, al menos a los jóvenes. Por sus acciones y sus movimientos, así como por el instrumental, Umbra vio claramente que se trataba de un galeno. Ahí estaba, retenido a las puertas como el resto.

Tranquila.-Diego esboza una media sonrisa cansada a la elfa, había sido apuñalado hasta la saciedad pero al igual que la ocasión anterior, Diego se caracterizaba por ser un superviviente Nato, al menos en lo que ha confrontaciones se refería.-Sobreviviré hasta mañana y podremos partir hacia nuestro destino con cierta celeridad.-Dijo encogiéndose de hombros resignado ante la idea de que tendría que correr y esforzarse pese a sus heridas.-Pero tranquilos, para bien o para mal, ni yo ni Asche os abandonaremos en la misión.-Dijo para alivio o desgracia de quien fuera, si por algo se caracterizaba aquel estaliano era por su fiel palabra.

No va a ser necesario que nos dejes… al menos por ahora le digo con una ambigua sonrisa al herido Diego resulta que por algún designio de Sigmar no somos los únicos que nos hemos quedado a las puertas. Ahí tienes a alguien que parece ser un galeno le digo señalando en dirección al hombre con el maletín tal vez consigamos la ayuda que necesitas sin tener que arriesgarnos a entrar en la ciudad.