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[DM 07/21] La espera

Días de espera - Escena de Juego

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01/07/2021, 18:56
Director

Castillo de Chamarría (al norte de Oñate y este de Mondragón). En algún momento del siglo XIV.

Llegaste allí montado en una yegua con Mateu, un siervo oriundo del reino de Aragón que te acompañaba desde hacía ya casi un año en tus idas y venidas. Él iba andando, con el petate a la espalda, pues era un mozo de unos diecinueve años fuerte y robusto, aunque alguien no muy despierto para algunas cosas, aunque sí muy servicial en otras. Le conociste en Mondragón hace ese tiempo, y supiste que era alguien a quien poder cargar tus cachivaches alquímicos cuando cambiabas de estudio; a quien poder mandar recados cuando estabas enfrascado en tus lecturas de grimorios y, en definitiva, un muchacho con don de gentes, pero que a veces podía pasarse de inocentón. Eso sí, tan contento estaba con los cinco maravedíes que le dedicabas a fin de mes.

El caso es Mateu y tú pusísteis pie en la rampa de aquel castillo, el de Paskal de Urretxu, en aquellos montes de Satui. Aquella comarca era un lugar de altibajos y bosques tan frondosos, que uno no sabía si el castillo protegía la zona o el bosque protegía al castillo. Éste se alzaba sobre una única torre, y sus muros no es que gozaran de gran altura, pero sí de robustez.

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01/07/2021, 19:00
Mateu

Don Paskal guardaba relación contigo desde antaño, antes de conocer al propio Mateu. Ahora necestabas algo de él, o bien tan sólo ibas a visitarle (como bien pensaba tu criado).

¿Y de qué dices que conoces a ese tal señor, Ramiro? -te preguntó Mateu, intrigado, una vez que estábais muy cerca de la entrada de la fortaleza-.

Notas de juego

Comenzamos. Tienes que narrarme, en primer lugar, el porqué de tu visita al castillo y de qué conoces a don Paskal, noble vasco.

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01/07/2021, 19:24
Ramiro

Me dolía la espalda de tanto vaivén de la yegua, por no decir que tenía las piernas algo dormidas. Llevábamos algunas horas de camino y no había querido hacer una parada, para llegar a tiempo de la comida. Con suerte, nos invitarían a la mesa y comeríamos de caliente ricas viandas. Delante nuestra estaba el portalón de entrada, algo desvencijado por el mal cuidado de su señor. El bueno de Mateu se preguntaba qué hacíamos aquí y qué lazos de amistad me unían con este señor venido a menos. Le hice una seña para que agarrara las riendas y desmonté del equino. Lo primero que hice fue estirarme cual largo era, como hacían los gatos, para después alisarme las vestimentas y estar así presentable.

-"¡Ah! Mi querido Mateu. Largo tiempo ha que conozco al señor de esta tierras. Hace mucho tiempo pasé por esta pedanía en busca de sabiduría, de ampliar mis conocimientos, y el destino quiso que me topase con él en el camino. Estaba yo pernoctando en el bosque aledaño, siendo verano comprenderás que se estaba mejor al raso que en una piojosa cama de posada, cuando de entre los arbustos y árboles circundantes apareció una bestia colmilluda con cara de mil infiernos. De un avieso jabalí se trataba, el cual huía aterrado de la partida de caza de Paskal de Urretxu, que la perseguía con tesón. Al verse allí acorralada la bestia, ésta decidió cargar contra mi pobre persona. No tuve más remedio que subirme rápidamente a un árbol que había al lado para preservar mi vida. Allí subido me encontró el noble señor, que acabó con la bestia de varios saetazos. Para darle mi gratitud, me ofrecí a servirle durante unos meses totalmente gratis: como asesor, médico, astrólogo, herborista... Soy hombre de ciencia, así que domino muchas artes. El caso es que aceptó mi proposición y me llevó a su castillo, el cual tenemos delante. Aquí pasé al final casi medio año, tiempo en el que entablé amistad con Paskal y donde pude ver la maravillosa y poco usada biblioteca que alberga en una de sus salas. Varios libros muy interesantes allí había, pero no tuve tiempo para leerlos todos, porque un buen día tuve que partir. Esa es otra historia, aunque tú conoces parte de ella desde que estás a mi lado."

Avancé hacia la entrada para presentarme a los guardias, mientras miraba cómo el muchacho traía detrás mía a la yegua.

-"Si te preguntas el por qué de mi vuelta, es muy sencillo: ¡conocimiento, chico, conocimiento! Hace poco descubrí un tratado muy interesante que habla de una fórmula magistral. En esa fórmula se hace mención de una planta en cuestión y recordé haber leído algo sobre ella en un raro libro. ¿Y sabes dónde está ese raro libro? Jajajajajaja." Dije riéndome.

Estaba de buen humor y esperaba que el señor se acordase de mi y me diera permiso para rebuscar en su biblioteca el libro que buscaba. No es que hubiéramos terminado bien, pero tampoco terminamos mal, por lo que primero había que ver si su hospitalidad seguía siendo como antaño.

Notas de juego

La personalidad que quiero darle a Ramiro es del típico caradura que se hace pasar por erudito para buscar trabajo entre la nobleza y así tener dinero, vivir bien y tener acceso al conocimiento que ansía. Tiene moral, pero si se le pone a prueba puede tender a la inmoralidad. Aún así, no es tonto, ya que es bastante sagaz.

No sé si mi historia viene al caso con la aventura, pero ahí está. Si ves que no cuadra cómo nos conocimos o lo del libro que busco, dímelo y narro otra cosa.

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01/07/2021, 20:23
Mateu

Mateu escuchó atento a tu historia, poniendo un rostro extrañado, pero a la vez cómico, y se rascaba la barba que cubría su mentón.

Tu... ¿sirviendo? -se preguntó incrédulo en alto, no entendiendo muy bien que estuvieras bajo el mandato de aquel noble, sabiendo que no solías hacer más caso que a tu instinto-. Sin embargo tu criado se encogió de hombros, y esbozó una torpe sonrisa cuando mencionaste la palabra "Conocimiento". Ese era el Ramiro que conocía Mateu, un tipo dedicado por y para el estudio de... bueno... ¡de todo cuanto hubiera y pudiera estudiarse!

Tras acercaste tras bajar de la yegua hasta el desvencijado portalón. Estaba ya mal apuntalado, fruto del poco interés por salvaguardarlos con los años. Allí no había guardia alguno, y aunque destartalada, la puerta estaba clausurada a cal y canto. No se te ocurrió más que llamar, que no era menester hacer otra cosa, mientras Mateu miraba el lienzo de muralla que recogía tal puerta.

¡Llama más fuerte, Ramiro, no vaya a ser que no nos oigan...! -apuntó el criado-. Y en tanto que hiciste aquello, tras el crepitar de unos pasos en el suelo, los goznes dela puerta se movieron y rechinaron.

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01/07/2021, 20:24
Dunixi

Detrás de ésta apareció un tipo alto, de casi unos treinta, con barba y cabellos negros, entornando la mirada hacia ti, tu acompañante y tu yegua. No hizo acopio de discreción en escudriñaros bien.

Buen día, ¿quieren algo? -portaba una librea de criado-.

Notas de juego

Sí, muy original la idea de ser un caradura ;) Lo que no sé aun es si lo que le has contado a Mateu es cierto. ¿Has estado antes en el castillo o era una total invención para hacerte el interesante? :)

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02/07/2021, 10:29
Ramiro

Aporreé la puerta con insistencia, ya que se encontraba cerrada a cal y canto. Ningún guardia había en el portalón, ni siquiera en las almenas de la muralla. Al cabo de un rato la puerta se abrió y apareció un criado, que nos observó detenidamente para ver que tipo de personas éramos. Al preguntarme, hice una noble genuflexión, bastante exagerada, y me presenté.

-"Buenos días. Soy Ramiro, sabio y erudito. Este de aquí es mi fiel ayudante Mateu. Pasábamos por casualidad por la zona y me decidí a venir a visitar a mi viejo amigo Paskal de Urretxu, quien hace tiempo conozco. Espero que nos reciba y nos de cobijo durante esta noche, ya que estamos cansados del viaje y desearíamos quitarnos el polvo del camino durante al menos unas horas. Espero que tu señor se halle en el castillo, me apenaría no poder verle y saludarle." Dije con voz melodiosa.

Esperé a que el sirviente hablara y nos dejara paso franco a las estancias interiores, pero su mirada escrutadora seguía calibrándonos. Me puse todo lo recto que podía y me volví a alisar los ropajes. Me esmeré en poner una enorme sonrisa en mi ancho rostro.

Notas de juego

Bueno, en principio sí es verdad lo que le he contado a Mateu, aunque algo adornado, por supuesto. En realidad no trabajé gratis para Paskal, sino que cobraba por mis servicios y a parte le sisaba lo que podía, por eso terminamos algo mal y tuve que partir de aquí. Nunca pudo probar que le robaba, pero tenía sus sospechas, así que me largué antes de que me ajusticiaran por ladrón. Aunque de eso hace ya unos cuantos años.

Conozco el castillo y mi gancho para volver es ese libro que he comentado, donde se habla de una planta poco común que necesito para elaborar una fórmula magistral.

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02/07/2021, 15:59
Mateu

¿De casualidad? -te miró Mateu, y luego miró al que os abrió la puerta- ¡No, no! -hacía aspavientos con las manos-, si veníamos aquí, ¿es que no te acuerdas Ramiro? ¿eh?

Definitivamente, comprobaste una vez más que tu criado-acompañante no tenía a buen grado grande luces, y que soltaba la verdad a la primera (y tal que así era su poca picardía...).

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02/07/2021, 15:59
Dunixi

Tu sonreías, sin decir nada más que aquella presentación, esperando caer en gracia a aquel tipo. Éste miró a Mateu y luego a tí, comprendiendo que habías adornado un poco tu entradilla, pero que en realidad no importaba mucho. El tipo entonces os habló.

Hola señor Ramiro -asintió y luego otro asentimiento a Mateu, a quien colocó rápidamente en un estatus por debajo de tí-. Don Paskal estará alegre de guareceros en su hogar -añadió-. ¡Pasad! Adentro pues. Mi nombre es Dunixi, siervo de este buen castillo y de su señor.

Paskal de Urretxu era un hombre entrado en años para aquella época (unos cuarenta y tantos) y no se le conocía familia, pues había estado casado dos veces y no había generado descendencia. Una vez accedísteis tirando de la yegua, íbais cruzando el patio del castillo. Alli dentro no había apenas ruido: ni soldados, ni otros criados. Todo estaba limpio y ordenado, pero parecía falto de personal.

Don Paskal no está en estos momentos en el castillo -informó mientras caminábais por el patio empedrado-. Acudió hace unos días a la diócesis de Mondragón, en esa ciudad, para aclarar un asunto sobre el arcipreste de la iglesia de San Juan Bautista... Bueno, sobre la muerte de ese clérigo que os digo. Por lo visto un amigo suyo, un tal Sancho de Irache, se entrevistó con él el mismo día de su desaparición... Supongo que no tardará mucho en regresar, tal vez un par de días, tres... 

Entonces Dunixi se paró y se giró hacia a tí, acariciando la bella yegua que sujetabas.

¿Y de qué conocéis vos, si puedo preguntar, a don Paskal? -se interesó-.

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03/07/2021, 09:30
Ramiro

Estaba yo en una postura incómoda, con una ancha sonrisa forzada en mi rostro, cuando el mentecato de Mateu soltó que no pasábamos por casualidad por aquí. Debía de haberlo previsto, ya que no era muy lumbreras el chico y cada vez que habría la boca, subía el pan. Así estaba yo, en una situación casi cómica, cuando el servil criado nos invitó a entrar. Me recompuse y me alisé de nuevo los ropajes, algo nervioso. No valía la pena reprobar a Mateu, ya que lo hacía inconscientemente. Era innato en él.

-"Gracias Dunixi."

Dejé que Mateu llevara a Melinda, que así se llamaba la yegua, mientras seguíamos al interior a Dunixi. El castillo estaba vacío, excepto por nosotros y los insectos y aves que revoloteaban aquí y allá, más algunos roedores que asomaban curiosos sus hocicos en algunas sombras. La noticia de la ausencia de su señor me cogió desprevenido, ya que pensaba que al dejarnos entrar al castillo, el noble se encontraba en él.

-"¡Vaya, qué mala suerte! ¿Dices entonces que tardará varios días en llegar? Trágico suceso lo del arcipreste. El Señor se queda sin uno de sus baluartes en la Tierra. Supongo que tu señor habrá ido a las exequias por el difunto, ¿no?"

Al parecer tenía varios días antes de que Paskal volviera. Tal vez pudiera engatusar al criado para quedarnos esos días esperando aquí al noble. Techo y comida gratis, y la posibilidad de escabullirme y obtener la información que precisaba de su pequeña biblioteca. Aún no había pensado en la manera de comentarle a Paskal que el motivo de mi visita era leer uno de sus libros, quizá di por sentado que me lo dejaría ojear sin más. El caso es que no estaba aquí y yo sí.

-"Somos antiguos colegas. Tu señor me salvó la vida al matar a una bestia enorme en el bosque de aquí al lado. Un feroz jabalí más grande que mi yegua, sí. Estuve un tiempo conviviendo en este castillo con su merced, pero hace años ya que me fui. Dime, joven Dunixi, ¿llevas mucho tiempo sirviendo a tu señor? No recuerdo haberte visto nunca cuando estaba por aquí. Y si no es indiscreción, ¿dónde está todo el mundo? Recuerdo que en su día había más de veinte y cinco personas por el castillo. Ni perros ni resto de animales oigo por el patio..." Dije mirando alrededor.

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05/07/2021, 16:26
Dunixi

El Señor se queda sin uno de sus baluartes en la Tierra. Supongo que tu señor habrá ido a las exequias por el difunto, ¿no?"

A las exequias supongo que habrá asistido, pero sobre todo a arreglar un asunto con el suyo amigo, el que les he nombrado, ese amigo suyo -respondió Dunixi-. El criado asentía cuando le resumiste la historia de tu relación con su señor, sorprendido por lo del jabalí.

Vaya, jamás lo pensé de don Paskal... -respondió-. Mi señor no va a cazar, pues sufre dolores fuertes de una pierna desde que entré a trabajar aquí... De hecho sé que tiene un par de cazadores a su cuenta para limpiar sus tierras de alimañas. Un servidor lleva aquí seis meses, cuando vine a pedir cobijo desesperado por la nieve que azotaba en el invierno, y de una forma u otra acabé sirviendo en este buen lugar.

Todo esto lo hablaba mientras caminábais, y enseguida se detuvo en la puerta de la entrada del castillo.

Y si no es indiscreción, ¿dónde está todo el mundo? Recuerdo que en su día había más de veinte y cinco personas por el castillo. Ni perros ni resto de animales oigo por el patio..."

Nada, señor Ramiro -respondió-. Vos mismo lo decís, y yo mismo lo pensé en cuanto llegué. Don Paskal es un hombre taciturno y a quien el ruido le sobrepasa. Ni animales ni soldados, pues eso para él es demasiada compañía -añadía Dunixí-. Tan sólo estamos Míkel y Alaiñe, un a pareja de hermanos que también sirve a don Paskal, junto con un servidor. Nuestro señor, según dice siempre, "no precisa a nadie más".

¡¡Mikeeeeel!! -gritó entonces Dunixi, en plena puerta-. ¡Ven a guardar una yegua en el establo! -hasta el bueno de Mateu se sorprendió de la voz-.

Acto seguido, tras unos segundos, apareció un tipo encorvado, con una gran joroba en su espalda. Su rostro estaba algo demacrado, pues debía haber pasado algún tipo de enfermedad (pues entre los ojos y la boca había cicatrices de pústulas ya curadas).

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05/07/2021, 16:30
Mikel

Enseguida, Dunixi. Buenos días, señores -dijo entonces el jorobado, quien no parecía tener ningún tipo de defecto aparte de aquella incapacidad física-. Con su permiso -y le tendió la mano a Mateu para que le entragara las riendas-. Bonita yegua. La dejaremos allí -señaló con la cabeza en en un lateral del castillo, en la cuadra. Estará bien.

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05/07/2021, 16:30
Dunixi

Entremos -os invitó Dunixi mientras su compañero se alejaba con el animal-. Le pediré a Alaiñe que prepare una habitación, y yo iré a por algunas hortalizas para esta noche. Supongo que esperarán al señor... ¿o tienen prisa por partir?

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06/07/2021, 14:01
Ramiro

Escuchaba atento lo que me relataba el criado mientras le seguía adentro del castillo.

-"Bueno, como te he comentado, hace años que estuve por estos lares. Supongo que en todo este tiempo tu señor haya perdido parte de la vitalidad de antaño."

Al parecer, solo estaban en el castillo Dunixi y dos criados más. Nada de guardias ni familia. Al aparecer Mikel, me quedé un poco extrañado al verle. Una gran joroba, como la de un dromedario, sobresalía de su espalda prominentemente. Su cara no tenía mejor pinta, la verdad. Saqué un pañuelo de un bolsillo de la chaqueta y me lo llevé a la cara para taparme la boca y la nariz, en un acto reflejo.

-"¡Vaya! Que caprichosa que es la naturaleza a veces... Hola Mikel, buenos días. Trata bien a Melinda, por favor." Le dije al deformado.

Vi cómo se llevaba a la yegua y me giré a Dunixi, quitándome ya el pañuelo de la cara.

-"¡Ehhh, sí! Claro que esperaremos a tu señor. Por entretenernos unos pocos días aquí no pasará nada. Nuestro viaje puede esperar sin problema. Tengo ganas de hablar con el noble Paskal."

Esta noche dormiríamos en cama y cenaríamos caliente, cosa que agradecía. Quizá incluso pudiera colarme en la biblioteca para ojear el libro que había venido a buscar. El caso es que seguimos al criado adentro, a las salas del desvencijado castillo, para asearnos y prepararnos para la cena.

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06/07/2021, 18:50
Alaiñe

Dunixi asintió, y entonces os hizo pasar al zaguán del castillo. Éste se componía de suelo de lanchas y piedra, y muros altos donde apenas había decoración. Algunos accesos se veían aquí y allá. Entonces apareció una muchacha, bella de rostro y de cabellos oscuros y brillantes. Dunixi entonces marchó a la huerta trasera a por unas hortalizas, según comentó.

Bienvenidos, yo soy Alaiñe, para serviros -dijo la joven con gracia pero a la vez con cierta timidez-. Entonces se quedó mirando a Mateu, quien había colocado una bobalicona sonrisa.

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06/07/2021, 18:51
Mateu

Gr... gracias, señor..., eh , uhm... ¡señora...! -parecía que las palabras se le atragantaban, y no era extraño, pues la joven parecía tener la edad de tu joven acompañante-.

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06/07/2021, 18:52
Alaiñe

Les arreglaré una de las alcobas de la planta de arriba, en la torre... -añadió-. Iré a prepararla, y luego haremos la cena. ¿Les gusta la el estofado de carne y nabos? -preguntó, poniendo un pie en la saliente escalera que allí había, dispuesta a subir a preparar vuestro descanso-. Pero antes de que pudiérais decir nada, ésta se marchó por la escalera grácilmente, subiendo los escalones de manera rápida y enseguida desapareció en las alturas.

Notas de juego

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06/07/2021, 18:53
Mateu

Es muy bella ¿no te lo parece, Ramiro? -hablaba claramente de Alaiñe, mientras se rascaba la frente, llena de sudor pese a que no hacía excesivo calor. Mateu finalmente resopló.

Notas de juego

Te dejo el mapa del castillo. Es una idea aproximada:

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06/07/2021, 19:38
Ramiro

La moza que había aparecido era bastante atractiva y no se me pasó por alto que mi joven pupilo se quedó sin aliento al verla. Nos preguntó por la cena y cuando iba a responder, ésta salió disparada hacia arriba de la escalera para preparar nuestra habitación.

-"¡Sí, si que nos gusta!" Dije gritando.

La verdad es que no me había dado cuenta del hambre que traía, pero al decir estofado, el estómago rugió de placer. Detrás mía, el atolondrado Mateu seguía embelesado por la joven.

-"Sí, sí que lo es. Si yo fuera más joven ya estaría en mis brazos cortejada y seducida. ¿Nunca te he contado que en mis años mozos era todo un galán y las mujeres se me rifaban?" Dije mientras andaba hacia el salón.

Como ya me conocía el castillo, no me fue difícil llegar allí y dar un pequeño paseo por la estancia para ver si algo había cambiado con los años.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Puezs... creo que empezamos con una pifia, ¿no? Como en la anterior partida.

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06/07/2021, 20:34
Director

Mateu te miró, pues no te tomaba por un don Juan, pues tan sólo le habías mostrado, hasta el día de hoy, una retahíla de tareas, una tras otra, listas para cumplir. El caso es que tras dar una vuelta por aquel zaguán lograste recordar que todo estaba igual que siempre. No había habído ningún cambio en el interior de aquellos muros.

El caso es que enseguida pasásteis al salón, pues Dunixi regresó y os invitó a esperar allí. El criado llevaba una cesta de nabos, y alguna que otra zanahora llena de tierra, y el comedor se encontraba en el segundo piso. El criado lo presentó como el gran salón, lugar donde su señor acostumbraba a comer y, en los últimos tiempos, a ser acompañado por ellos mismos en tales almuerzos.

El caso es que Mateu miraba por doquier, alegrado por estar en tan buen refugio, y tras unos veinte minutos o algo más apareció Alaiñe con una gran olla entre sus manos (los platos ya os habían sido servido, y además Mikel había regresado e informado de que la yegua descansaba).

Notas de juego

Creo que pifia no es, aunque tampoco lo tomo como relevante.

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06/07/2021, 20:35
Alaiñe

Espero sea de su agrado, señores -dijo la muchacha mientras comenzaba a serviros, delante de vuestras narices-. Aquel estofado de carne y verduras olía muy bien, estaba caliente y tenía buena pinta. Debía ser muy buena cocinera aquella joven. De hecho, ya empezábais a discernir los roles de unos y de otros: Dunixi se encargaba de la huerta y, en realidad, era la mano derecha de don Paskal; Mikel pululaba por las cuadras (ahora falta de animales), y demás estancias del castillo (aquellas que se encontraban en el patio de armas, no en la fortaleza); y Alaiñe se encargaba de la alimentación y las habitaciones.