Partida Rol por web

[DM 08/19] ¡No quiero ser rey!

Capítulo I

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25/07/2019, 19:15
Director

Es una cálida tarde de verano, casi perfecta. Una fría brisa sopla desde el noroeste, trayendo consigo un bien recibido respiro al calor diurno junto con la promesa de un otoño deseado.

Os sentís felices de poder relajaros con una fría jarra de cerveza y las comodidades que esta sencilla posada pueda ofreceros, en mitad de ninguna parte. El cielo está despejado y el sol brilla y no tenéis más preocupaciones que la terrible perspectiva de beberos entre todos hasta la última gota de las existencias del local.

La comida tiene un precio más que razonable para su calidad extraordinaria y vuestros anfitriones son una pareja encantadora de granjeros retirados, tan maltratados por el tiempo como el letrero de madera que chirría sobre la puerta y en el que apenas se puede leer el nombre del establecimiento.

Con la amistad exaltada por el alcohol, estáis a punto de alzar vuestras jarras en un alegre brindis cuando una figura abre de golpe la puerta de la posada, sobresaltándoos a todos.

Tras ensayar unos temblorosos y cojeantes pasos, el recién llegado se desploma de bruces en mitad del comedor; derribando en el proceso una de las mesas desocupadas.

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29/07/2019, 10:57
Hector "el incorrupto"

La tarde se hacía amena con compañeros de jarras, las bebidas se disparaban una tras otra, pero cuando Hector sintió que el alcohol le estaba haciendo el efecto de sentirse contento dejó de beber más con una modestia inusitada hacia el tabernero. Miró en la lejana ventana y vio la suerte que tenía el compañero de estar cerca de ella y mirar hacia el exterior, su armadura y armas le estorbaban en aquel tabernáculo, pero sabía del sacrificio del paladín, de su ayuda a toda persona en el tiempo que fuera, y debía de portar sus armas y armadura en todo momento a no ser que estuviera durmiendo que no era el caso. Sus horas de sueño eran también escasas apenas llegaban a las seis horas y su comida frugal, todo para atemperar los apetitos sexuales que le venían en forma de enemigo, y no solo estos sino otros como el orgullo, la cólera, el desparpajo, teniendo que recatar su mirada a lo que era estrictamente necesario sin mirar lo que no le convenía.

Se encontraba riendo entre jarras hasta que un hombre que entró y andaba zigzagueando se derrumbó en el suelo volcando una mesa, con la premura posible el paladín se levantó y lo socorrió atendiendo sus heridas, mientras le preguntaba qué le había pasado. 

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29/07/2019, 15:06
Dwama Pillin

Cerveza... no había nada mejor a ojos de la joven Dwama Pillin, que compartir una cerveza en una buena taberna, con una buena compañía y con una buena canción de fondo. Aunque a aquella enana no le gustaba demasiado ser el centro de atención, esa tarda cálida de verano, ningún bardo se había acercado hasta aquel local para amenizarles con su voz y la melodía de sus instrumentos. Pero ella estaba de buen humor y conocía una canción perfecta para esa tarde. Una canción que aprendió de su madre y que nunca olvidaría.

Nace de lúpulo y cebada,

y vive en una botella encerrada,

puede ser morena o dorada,

puede ser de trigo o cereza,

para ser sincero sin rodeo digo,

buena amiga es la cerveza

 

Siempre fresca y helada,

bajo el sol te acompaña,

siempre suave y espumosa

y siempre tan amorosa,

es que siempre hace bien a la cabeza,

en los días de verano,

abrir una buena cerveza.

Y mientras se encontraba interpretando aquella canción sucedió algo inesperado. Alguien acababa de entrar en la taberna. Alguien tembloroso y con una severa cojera, quien nada más acceder al lugar se desplomó de bruces contra el suelo entarimado del local. La enana, ya en pie corrió junto a aquella persona y se agachó a su lado. Allí se encontraba un conocido suyo, que respondía al nombre de Hector. Un hombre recto y santo, que frecuentaba aquella taberna al igual que ella.

¿Cómo está? - Le preguntó. Sabía que aquel hombre tenía poderes de sanación, al menos lo había oído hablar, así que era el más indicado para atender a aquella pobre persona. - ¿Necesitas algo de mi? - Se ofreció.
 

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29/07/2019, 17:15
Targax Ceoldra

En los últimos tiempos no he tenido mejor ocupación que la de controlar la población de conejos en la zona. Una tarea no muy estimulante pero lo suficientemente lucrativa como para poder disfrutar de manera ocasional de una comida caliente, una cerveza fría y dormir alguna noche bajo techo. Pequeños placeres de la vida que le debo sin duda a mi Freyan.

Hago caso omiso de las miradas de reprobación que me lanza la posadera cuando tiro al suelo parte del estofado que estoy comiendo y le acaricio la cabeza a mi loba, tendida a mis pies.

«Buena chica —pienso, mientras ella comienza a lamer del suelo la parte de mi cena que merecidamente le corresponde—. Disfrútalo, bonita mía, ¿quién sabe cuándo volveremos a comer en condiciones tú y yo?»

El local está concurrido y, pese a sentarme tan alejado de los demás como puedo, me resulta imposible no alzar mi jarra en honor a la cantarina enana. Tiene una voz de mil demonios y carece de oído para la música pero lo compensa con un entusiasmo contagioso.

Por suerte o por desgracia, una inesperada interrupción viene a poner fin a la canción y yo me levanto de mi banqueta, derribándola con mi brusco movimiento. Freyan se levanta también y gruñe, sobresaltada. Echo mano a mi lanza y me asomo a la ventana, recelando que aquellos que han agredido al recién llegado estén poniendo cerco a la posada.

Lo bueno es que el lugar está lleno de individuos que parecen competentes con las armas que empuñan. Lo malo, es que no estoy seguro de cómo estamos de borrachos ninguno de nosotros.

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29/07/2019, 19:19
Grob el Malnacido

Conejo por la mañana, conejo al medio día, conejo para merendar y conejo para cenar. Y si se levantaba por la noche con gusa, conejo. Grob llevaba unos días a base de conejo. Había conocido a un sacerdote de esos a los que en su pueblo solían hacer caso más o menos (a los otros también los hacían, pero a la parrilla, lo mismo que a otros extraños, de manera harto democrática).

El tío traía conejo un día si y otro también, y Grob, obediente, conejo comía.

Era un verano de esos que él sufría a más y mejor. El calor es que no lo soportaba bien, así que tenía que templarlo con cerveza. Tenía todavía algunos dineros, y esperaba filosóficamente a que se le acabaran para buscar algo más de trabajo.

La vida estos días era, pues, una especie de cosa nebulosa de tono dorado con un fuerte aroma a cerveza, y el suelo salpicado de pequeños huesecillos de conejo, de esos que te obligan a mantener el tono, para no morir atragantado.

En medio de esa niebla habían aparecido últimamente varias voces, una de las cuales cantaba algo sobre cerveza. Eso llamaba su atención, a veces, aunque solamente fuera para corear eso de: ¡buena amiga es la cerveeeeza! Todo ello con un acento que tiraba de espaldas a extranjero de los de a tomar por culo de ahí, un aliento cervecero salpicado de eructos y un buqué de sobaqué de los que casi no se notan de puro rancio, hasta que el poseedor del mismo levanta entusiasmado los brazos coreando las canciones.

Total, que se estaba escarbando entre los molares con un huesillo conejil, cuando algo se recortó contra la puerta abierta, dejando pasar el calor de fuera. Estaba a punto de obligar a esa cosa a cerrar la puerta a base de patadas (el fuego encendido donde se asaban unos conejos ya era suficiente, gracias) cuando la cosa esa se vino abajo por si misma.

Por eso, con la misma filosofía reflexiva que esos días usaba, se levantó sin dejar de hurgar en sus molares, y se dispuso a volver a cerrar la puerta sin dejar de echar una curiosa mirada hacia el exterior.

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29/07/2019, 21:17
Marcius Neldor

El paladín es el primero en acudir en auxilio del recién llegado, a pesar de que su armadura le impedía actuar con presteza. Se agacha junto a él y le da la vuelta, poniéndolo bocarriba para poder examinarlo mejor. Los huesos de su pierna derecha crujen de forma desagradable mientras el infeliz gime angustosamente.

Descubrís entonces a un hombre de mediana edad, ricamente vestido pero con la ropa hecha jirones. Está vivo, pero apenas. Ha sido apaleado hasta el borde de la muerte y a Héctor le sorprende que haya logrado llegar hasta aquí por su propio pie. Su pierna derecha está retorcida en un ángulo decididamente incómodo.

Tiene el rostro empapado de sudor y la mirada nublada por su intenso dolor. Parpadea en un vano intento de quitarse el sudor salado de los ojos pero no estáis seguros de que pueda veros.

Se agarra con inusitada fuerza al brazo de la enana y sus magullados labios se mueven en un susurro que la mayoría de vosotros sois incapaces de comprender. Después, la misericordiosa inconsciencia acude en su auxilio y pierde el conocimiento.

Héctor niega con la cabeza, dolorosamente consciente de que no hay nada que él pueda hacer para ayudar a este infeliz que tal vez ya no vuelva a despertar.

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29/07/2019, 21:37
Marcius Neldor

—Mi hijo... —oís que susurra de forma casi ininteligible el angustiado recién llegado— Tienen a mi hijo...

Para aquellos de vosotros que os asomáis tanto a la puerta como a la ventana, no veis a primera vista a nadie merodeando por el exterior.

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29/07/2019, 21:44
Grob el Malnacido

En no viendo a nadie fuera, Grob cerró la bendita puerta, algo deslumbrado por el sol. Luego miró al tipo, con la pierna a la virulé y con una paliza de esas que todo el mundo debería recibir al menos una vez en su existencia, para saber lo que hay que saber sobre el mundo.

Aham. Miró a la concurrencia y trató de explicar: él tiene hijo. No. Se lo pensó. Ellos tienen hijo. Eeeeh. ¿Cómo coño se decían las cosas en este idioma? Ellos tienen hijo él, concluyó. Volvió la vista al tipo ya inconsciente y, con toda la normalidad, preguntó: ¿quién "ellos"?

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29/07/2019, 22:47
Dwama Pillin

Dwama miraba a Héctor tratando de descubrir si necesitaba algo de ella, pues lo cierto fue que aunque le ofreció su ayuda, no llegó a pedirle nada. Lo que si encontró en la mirada de aquel hombre fue una inequívoca certeza. Aquel hombre vestido con ropajes nobles hechos jirones, no iba a ver un nuevo amanecer.

A punto estuvo de abrir la boca para decir algo, aunque no sabía realmente muy bien. Que decir, cuando fue al que llamaban el Malnacido como sobrenombre quien comenzó a soltar una serie de palabras y preguntas que aparentemente, o al menos para la enana, no tenían sentido alguno.

- ¿Pero que carajo estás diciendo, Grob? - Le preguntó. Entonces miró a Héctor. - ¿Seguro que no hay nada que hacer? - Se interesó por el futuro de aquel hombre.

Acto seguido empezó a rebuscar entre sus ropajes en busca de algo que pudiera indicar quien era ese tipo o que le había sucedido.

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29/07/2019, 23:04
Larbond

Mientras la curiosa enana comienza a registrar al inconsciente viajero, el viejo dueño de la posada se acerca también para ver si hay algo que él pueda hacer.

—¿Marcius? —pregunta para sí mismo, mientras contempla de cerca el rostro mortalmente pálido y amoratado tirado en el suelo de su local—. ¡Dioses, sí que es él! ¿Qué demonios le habrá pasado?

Se da media vuelta y encara a su esposa, situada al otro lado de la barra.

—¡Karnnan, querida, es Marcius Neldor! Alguien le ha dado una paliza de muerte al pobre. Ya te dije que estos caminos cada vez eran menos seguros para la gente honrada...

Para entonces, Dwama ha terminado de registrar a fondo al tal Neldon. No hay ni rastro de documentación, pero lo que sí lleva encima es una pequeña bolsa colgando de su cinturón con medio kilo de monedas de oro. Si de algo saben los enanos es del peso del dinero.

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29/07/2019, 23:19
Targax Ceoldra

A pesar de no descubrir a nadie acechando en las inmediaciones de la posada, no me quedo del todo tranquilo.

—Quienquiera que haya asaltado a este pobre diablo no lo ha hecho lejos de aquí —comento a mis compañeros sin apartar los ojos de la ventana—. En su estado, seguro que no ha venido caminando un largo trecho —y añado, al escuchar el tintineo de la bolsa que sujeta la enana—: Y también es seguro que no le han asaltado para robarle o habría llegado sin un mísero cobre. Yo pensaría en atrancar puertas y ventanas por si acaso esos cabrones están buscando pelea.

Me aparto de la ventana de mala gana y me acerco al posadero. Le conozco desde hace tiempo y es un buen tipo, siempre está dispuesto a cambiar conejos por cerveza.

—¿Y dices, Larbond, que tú conoces a este tipo? Yo no le había visto en mi vida, pero parece que nuestro amigo Grob sí. ¿Es verdad que tiene un hijo?

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29/07/2019, 23:40
Karnnan

—Por supuesto que conocemos a los Neldor —responde la posadera en lugar de su esposo—. Buenos clientes, pagadores escrupulosos, no como algunos que yo me sé...

Deja la acusación en el aire y algunos de vosotros ponéis los ojos en blanco o apartáis la mirada como si aquello no fuera con vosotros.

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29/07/2019, 23:49
Larbond

—Son una familia de respetables mercaderes —aclara el viejo posadero con tono conciliador, poco deseoso de que se inicie una discusión en su local—. Creo que son de la ciudad de Tarbenay pero viajan por aquí a menudo, comerciando con los pueblos de la zona. Y ahora que lo mencionas... es verdad que es raro que Lucius no esté con su padre. Hasta donde yo recuerdo, siempre han viajado los dos juntos. ¿No es así querida?

»¡Dioses! ¿Qué les habrá ocurrido? Grob, sé un buen muchacho y ayúdame a subirle a una habitación para que descanse. Y los demas, ¿seguro que no podéis hacer nada por él? Es un hombre honrado, en serio. ¿Hector, no? ¿Y qué me dices tú, Targax? Estoy convencido de que sabes de plantas medicinales y todas esas cosas más que ninguno de los que estamos aquí. El sanador más próximo vive a varias jornadas de camino y si esperamos a que alguien vaya a buscarle me temo que el pobre Marcius no vivirá para contarlo.

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30/07/2019, 00:29
Lasar Etreri

Llevaba ya una buena temporada residiendo en la posada. De camino a ninguna parte encontré este sitio y decidí que sería un buen lugar para encontrar compañeros a los que unirme en busca de aventuras y fortuna. Conocía a estos tipos de saludarlos y verlos de vez en cuando por aquí, aunque nunca habíamos tenido una conversación larga.

Esta tarde me encontraba refrescándome con la buena cerveza de Larbond, pues hacía un intenso calor afuera. Había bastante bullicio en la sala y la gente brindaba constantemente. Yo ya iba un poco chispa cuando de repente... se abre la puerta de golpe y entra un tipo moribundo, que se derrumba en el centro de la sala.

Enseguida se levantó Héctor para intentar ayudar al tipo, aunque por los gestos de su cara no creo que le curara. Hubo ya un pequeño vaivén de gente: la enana se arrodilla junto al herido, el druida y su lobo se asoman a la ventana para ver si hay alguien afuera, el gigantesco bárbaro va a cerrar la puerta, y yo... la verdad que sentí algo de curiosidad, con lo que también me acerqué al herido.

Mi oído captó las palabras que salían de su magullada cara antes de caer inconsciente. Al parecer el grandullón también tenía buen oído... pero no sabía expresarse en condiciones.

-"Amigos, creo que se refiere a que la gente que le ha hecho esto a este tipo tiene a su hijo."

Larbond se acerca y reconoce al herido, parece ser un noble de la zona. Él y su mujer parecen conocerle bien y confirman que tiene un hijo, llamado Lucius, y que siempre viajan juntos. Nos pide que intentemos curarle, pero por mi parte no va a ser. No tengo ni idea ni de cómo hacer un vendaje.

-La observación del druida me hace qué pensar, tiene razón al decir que los asaltantes no deben estar muy lejos. Seguramente, si le devolvemos a su hijo, nos recompense generosamente...

-"Bueno, Larbond tiene razón. Habría que curar a este pobre hombre moribundo o sino se morirá en breve y esa muerte recaerá sobre nuestra conciencia. También creo que deberíamos salir a buscar a su hijo, como bien dice Targax, no deben de andar muy lejos los asaltantes. Si esperamos más, seguramente ya no los podamos coger para llevarlos ante la justicia."

Hago mi arenga con un tono de entusiasmo en mi voz que intenta animar a mis compañeros a partir en busca de los asaltantes.

-"¿Y bien? ¿Quién se apunta a una cacería humana?"

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30/07/2019, 06:48
Hector "el incorrupto"

- Volveré hasta entonces si nadie sabe algo de sanación que no lo toque, los huesos de la pierna los tiene destrozados, habrá que entablillarla, pero tiene muy mala espina lo más seguro es que muera. No obstante moverlo lo menos posible, pero llevarlo a la cama, y no le toquéis después sino sabéis como arreglarlo, un paño húmedo para mojar sus labios nada de agua. También podéis limpiar su rostro pero nada más, volveré para ver lo que puedo hacer por él, pero por ahora urge encontrar a esos truhanes y a su familiar. Si tuvierais un caballo para prestarme sería rápido y así podría ver hacia donde se dirigen, si vamos andando lo más seguro es que lleguemos tarde.

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30/07/2019, 08:56
Dwama Pillin

- Maese Héctor, por lo poco que le conozco, le considero a usted un hombre santo. - Dijo la enana. - He sido testigo del poder de sanación que las manos de hombres como usted tienen sobre las heridas ajenas. ¿Esta seguro de que nada más puede hacer por este hombre?

Dwama no quería parecer impertinente, no quería insinuar que aquel hombre no estaba haciendo todo lo que podía por el herido, pero hablaba sinceramente cuando decía que había visto sanar con el único poder de la fe y de las manos. Aunque también podía ser que Héctor no pudiera hacerlo o que no pudiera hacerlo aún.

- Sea como sea, os acompañaré. No me gustaría que unos maleantes camparan a sus anchas por nuestra pacífica aldea. - Martilleó con sus dedos sobre la empuñadura de su hacha. - Si no se puede hacer nada más... Partamos cuanto antes.

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30/07/2019, 11:46
Hector "el incorrupto"

- Creo que se ha equivocado de hombre Maese Dwama, soy hombre de dios, pero no me ha concedido ningún poder de sanación a no ser que sea por mis conocimientos adquiridos, tampoco sé de plantas, pero sé cómo entablillar una pierna, aunque es algo arduo en este caso y difícil, estamos hablando de un hombre apaleado hasta estar moribundo, solo los dioses pueden hacer el milagro, y en cuanto a mí aplicar mis conocimientos y rezar solo eso. ¿Sabe vos montar?, digo en un caballo, pues no rechazo alguien detrás de mi montura, sobre todo si es un guerrero, pero si no sabe montar puede que no sea buena idea ir conmigo. 

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30/07/2019, 11:57
Dwama Pillin

- Disculpe entonces... - Rectificó la enana.

A Dwama le pareció extraño que aquel hombre santo no pudiera utilizar su fe para sanar las heridas de aquel moribundo. No obstante, no insistió más. Si decía que no podía obrar aquel milagro, le creería. No tenía porqué desconfiar de él.

- Se montar. No es mi fuerte, pero se montar. Lo he hecho muchas veces y seguro que puedo aguantar la marcha al galope. - Con la pregunta respuesta, la enana se dirigió a la puerta. Era momento de alcanzar a los atacantes de aquel pobre hombre. - ¿Vamos?

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30/07/2019, 12:19
Hector "el incorrupto"

- No dispongo de montura, si el tabernero puede prestarme una por la vida del familiar de este hombre entonces haré lo que esté en mi mano para salvarlo. Es mejor esperar a ver si posee algún jamelgo que dejarnos ir a pie, sería lento y farragoso, seguro que ellos disponen de algún medio más ligero que sus piernas, y si este hombre es comerciante, puede que poseyera carro con caballos, ¿qué dices vos? Le comentó otra vez al tabernero sabiendo que si lo habían atacado era posible que aquellos caballos estuvieran en posesión de los bandidos. - Nos urge salvar una vida y le indemnizaremos si el caballo sufre un percance en el camino, soy buen caballista no tema por ello. Le confirmó al tabernero su entrenamiento con montura.

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30/07/2019, 18:17
Karnnan

—¡Ja, caballos! —ríe la posadera—. Los viejos jamelgos de carga que teníamos en la granja hace lo menos diez años que acabaron en el fondo del puchero...