Partida Rol por web

Trampa de foso:

TS REF 20 10' caida daño 1d6 Buscar CD24 Inutilizar CD 20

Trampa cepo

TS REF 24 daño 1d6 Buscar CD20 Inutilizar CD FUE 15 o CD 20 Inutilizar mecanismo

Finalmente se pusieron en marcha. Timmy se puso rápidamente a buscar cualquier tipo de pista que pudiera hallar en el suelo, los arbustos, o dónde fuera. No obstante le fue imposible. Su idea inicial de ponerse al frente del grupo para ser quien les llevara hasta aquellas viejas ruinas muy pronto se desmoronó. Sin embargo, allí estaba Wynloc para solucionar el entuerto. Aquel avezado explorador conocía muy bien aquel bosque y además sabía como llegar a la antigua capilla.

Finalmente utilizaron la formación que el pequeño Timmy, reconvertido en el gran Timmy desde su hazaña con aquel lobo terrible había propuesto. Eso sí, tuvo una variación, pues el pequeño rastreador acabó cerrando el pelotón mientras era el explorador local, quien guiaba al grupo hacia su destino. Aunque aquello no le gustó demasiado a Timmy, aceptó su papel algo secundario en aquel rastreo, pues además de que Wynloc conocía el camino y él no, parecía que había encontrado un rastro.

A medida que avanzaban, la noche se fue cerrando al igual que las copas de las encinas, las cuales conformaban un techo vegetal que para nada dejaba pasar entre su follaje el reflejo de Maahan. Aunque Dwama, Ruff y Jack podían ver en la oscuridad y Elenair se defendía en las zonas de penumbra, aquella densa oscuridad era impracticable para los tres humanos. Por ello, Wynloc y Timmy se pusieron de acuerdo para encender varias antorchas y le facilitaron una tercera al conde. De esa forma prosiguieron su camino.

A medida que se adentraban en el bosque, éste se volvía más sinuoso y silencioso. El terreno era irregular, con terraplenes y lomas cada pocos metros. La vegetación era muy frondosa en aquella zona y muy densa, por lo que se hacía complicado encontrar una senda practicable. No obstante, Wynloc avanzaba decidido, como si hubiera recorrido aquella zona muchas veces anteriormente. El sonido nocturno del bosque era muy silencioso también. Era como si todos los seres que moraban en aquella parte bosque supieran de los peligros que les deparaban y hubieran decidido no articular sonido alguno.

Finalmente, tras casi media hora avanzando casi a ciegas empezaron a escuchar el sonido de una corriente de agua. Wynloc les hizo una señal al grupo paraque detuvieran la marcha y entonces avanzó unos cincuenta metros desde entonces hasta que se detuvo junto a un árbol. Desde allí oteó la zona y entonces se giró hacia sus compañeros haciéndoles un gesto para que se acercaran poco a poco. Una vez junto al explorador vieron la causa de dicho sonido.

Ante ellos se abría paso un pequeño riachuelo que acababa en un pequeño lago natural. Un poco más hacia el oeste de donde se encontraban pudieron observar una zona húmeda. Los restos de lo que parecía ser una construcción muy antigua todavía se alzaban evocando su glorioso pasado. Habían llegado al lugar del que Wynloc les había hablado, pero al menos de momento, no se observaba ningún tipo de actividad significativa en la zona.

Tras la caminata en la oscuridad, en que avanzamos con los sentidos totalmente alerta, siendo sólo sorprendidos por la extraña calma, llegamos a las inmediaciones de las ruinas.

Delante nuestro aparecen las ruinas de las construcciones, y nuestro camino directo hasta ellas, se encuentra flanqueado por un lago a un lado, y por terreno húmedo al otro. Dispersos árboles apenas ofrecen una cobertura adecuada... y además, si algo, o alguien que, hubiese estado vigilando, seguramente habría visto de lejos la luz de las antorchas que portábamos, o les habría llegado el aroma del humo de las mismas, si la brisa por encima de las copas de las encinas hubiese ido en la dirección correcta.

-No se a vosotros, pero a mí me parece que nos esperan, tengo un mal pálpito con este silencio. A nosotros nos emboscaron los lobos por la retaguardia, así que ya no me fío de nada.

... señalo con el mentón al oeste

-Por ahí se ve que el suelo es húmedo; puede ocultar charcos profundos, lodazales... mal terreno para avanzar y quedarse atascado.

... señalo al este

-Ahí tenemos el lago; al menos, los lobos no bucean, así que tendríamos ese flanco cubierto. No parece que la orilla sea muy fangosa, así que se podría avanzar cerca de él. No creo que haya ninguna criatura bajo las aguas, porque está aislado de otras masas grandes de agua.

... Me vuelvo al grupo...

-Lo fácil sería avanzar por la orilla del lago, hasta rebasar la altura del humedal del oeste, y a partir de ahí, desplegarnos directos a las ruinas; si ahí delante, hay algo con inteligencia y sabe que vamos, puede haberlo previsto.

... tras una pausa de un par de segundos, prosigo...

-Quizá deberíamos, antes de avanzar en bloque, ser más cautos... Jack y yo, que tenemos la ventaja de que vemos perfectamente en esta oscuridad, podríamos adelantarnos, uno por el humedal del oeste, para ver como es el firme y si hay trampas o encontrar una senda segura, y otro recto hacia las ruinas, para ver si hay sorpresas, o para descubrir lo que haya ahí dentro, con sigilo.

El gran Timmy avanzaba muy atento por si escuchaba algo, por desgracia el jadeo de su perro le complicaba el asunto, el pobre bicho no estaba acostumbrado a moverse tanto y su cuerpo tampoco estaba preparado para ello, provocando que el grupo estuviera un poco mas expuesto a ser localizado, aunque las antorchas en mitad de la noche ya les exponían suficientemente.

-Calla Valtonyc! se nos escucha a una legua! Espetó a su mascota quien respondió con unos sonoros ladridos de querer  jugar.

-Creo que si alguien nos tenía que escuchar, ya lo habrá hecho! perdonad! me falta mucho para que sea un gran compañero animal! de momento está en proceso. Pero bueno, somos muchos y no habrá bestia que pueda contra el Conde de Miramonte y sus fieles lacayos!

-Carguemos de frente y acabemos con esas sucias alimañas!

Henchido de orgullo por la audacia de su protegido, el conde no pudo contener una corta carcajada, que cortó de inmediato en cuanto se vio capaz.

-¡Mi fiel Timoteo! ¡Tu gallardía hace que me recuerdes a mi mesmo en mi infancia! Más aguarda, mi fiel!-puntualizó levantando el índice.-Pues en aqueste momento debemos ser asaz astutos. No olvides que no solo nuestra vida está en peligro, más aquesta es una misión de rescate y por ello debemos ser prudentes.

Elenair se encogió de hombros ante las palabras de Ruff -Yo me quedo con el resto, soy indispensable con mis bonitos ojos de sangre elfa para cubrir al resto del grupo y que no sean emboscados- Ella no quería avanzar a hurtadillas, quien sabe lo que podrían esconder esos parajes.
Ese bosque comenzaba a tener ya la imagen casi de un pantano -Este lugar me recuerda al de esa historia ¿Como era?... Hummm, si. La bestia del pantano ¿La recordáis? Era un lugar como este y esa... Cosa, se comió a más de 12 personas. Se ocultaba bajo los líquenes, en la oscuridad. Acechaba a sus victimas y sin realizar ningún ruido las estrangulaba con sus brazos que eran como lianas de los grandes árboles del sur- Se rasco la barbilla pensativa -Sino me equivoco... Nunca la atraparon ¿No?- Miró a su alrededor y la ver las caras del resto se acercó un poco más a Sir Godofredo. Un ligero escalofrío le había recorrido su menudo cuerpo.
Tranquilo que estaré cerca tuya para ser tus ojos- Esa mentira no engañaría a nadie. Elenair tenía miedo

-Dulce niña, nada debéis temer-dijo el conde tratando de reconfortar a la muchacha elfa.

-Maese Ruff se encuentra aquí con nosotros, y yo mesmo. Aquesta funesta noche será cosa del olvido en pocas horas, no desesperéis.

Pese a que le costaba ver más allá de unos pocos pasos, el clérigo avanzaba con paso firme y confiado.

Es como bien dices Ruff, cada uno coge una de las 2 rutas y cuando sepamos si es segura o no volvemos con el resto del grupo y decidimos como proceder. Tu puedes tomar el camino directo a las ruinas y yo tomaré el del humedal oeste, como soy de menor tamaño y más ligero puedo tantear el terreno para ver si es practicable por el resto o es una trampa arenosa que se traga a los incautos, ¿que te parece?

... asiento con un gruñido a Jack; por mí de acuerdo. De este modo evitaremos sorpresas desagradables para el resto de los compañeros

- Bien, parece que tenemos un plan.  - Dijo la enana. -  Nosotros aguardaremos aquí a la espera de noticias. - Añadió la enana que ya blandía su fiel urgrosh. - Timmy, Elenair, Wynloc, señor conde. Mantened los ojos bien abiertos. - Miró entonces a los  dos pícaros. - Tened mucho cuidado  y sed muy sigilosos. ¿De acuerdo? 

- No puedo quedarme parado... - Dijo entonces el explorador. - Permaneced vosotros aquí a la espera de que los pícaros comprueben el terreno. - Gruñó para sus adentros. - Yo daré un rodeo por detrás. Voy a asegurar la zona. No quiero sorpresas y ataques por la retaguardia o los flancos. ¡Esos lobos nos sorprendieron una vez, pero no volverá a pasar! 

Wynloc sin esperar otra respuesta se marcho rápido del lugar. 

Jack avanzaba a través del humedal. Todo permanecía en silencio y una fina bruma cubría la zona más cercana al suelo que pisaba. El mediano pronto fue consciente de que el firme que había escogido para explorar era algo resbaladizo. En algunas zonas el fango podría hacer caer a alguien que no caminara con cuidado. Mientras, en otras zonas, directamente estaban totalmente inundadas y los pies podías hundirse hasta casi las rodillas y en su caso incluso algo más. 

Dedujo que mientras caminaran con precaución no pasaba nada por escoger aquella ruta, sin embargo, si tenían que echar a correr, más de uno podía resbalar y acabar en el suelo, mientras que el movimiento del resto se podía ver reducido al pisar sobre un suelo no demasiado firme, con socavones y zonas inundadas. Por suerte a medida que uno se alejaba hacia el oeste, aquellas condiciones adversas empezaban a disminuir, encontrando una ruta bastante más segura.

Una sonrisa surgió en su rostro justo en el momento en que llegó a dicha conclusión y entonces se le borró de golpe. Pisó sobre algo duro, posiblemente metálico y un sonoro clac fue el sonido previo al dolor que sintió en su tobillo y no pudo evitar emitir un chillido de dolor. Al mirar hacia su pierna, se percató de que acababa de pisar una trampa de cepo, aunque por suerte, no era de los que tenían los bordes dentados, pues de ser así su pierna hubiera acabado hecha trizas. Lo que si era cierto es que estaba atrapado, pues el cepo estaba anclado a una argolla clavada en una roca al suelo a través de una cadena.

Pese a las prisas de Wynloc, Ruff siguió con el plan establecido y prosiguió con sus averiguaciones. Todo permanecía en silencio salvo por el sonido del agua y una fina bruma cubría la zona más cercana al suelo que pisaba. Sin embargo y pese a la neblina, pudo comprobar bastante bien el firme que pisaba. Pese a estar cerca del arroyo era bastante sólido y no parecía que pudiera haber peligro de caer. 

Al llegar hasta el pequeño lago, también pudo comprobar, como bien había predicho, que no tenía demasiada profundidad, a lo sumo, un metro y medio en su parte más profunda. Porlo demás, no encontró nada remarcable. No parecía que hubiera trampas dispuestas, ni nada peligroso para que el grupo pasara por aquella zona. Además, si se trataba se encontraban ante una nueva amenaza animal, el agua podía ser un buen refugio en el peor de los casos.

Finalmente Ruff se marchó hacia el este para comprobar la zona del arroyo y Jack hacia el oeste, buscando una ruta segura a través del humedal. Todo permanecía en silencio salvo por el sonido del agua y una fina bruma cubría la zona más cercana al suelo que pisaban. A priori todo estaba bastante tranquilo, aunque solía pasar que esos momentos de clama se interrumpieran de forma abrupta.

Sus zancadas eran descuidadas y un tanto ruidosas. Sin duda, parecía estar pensando más con el corazón que con la cabeza. Ruff se había movido sigiloso en dirección a la corriente de agua, entonces Wynloc muy pronto superó a Ruff pasando como una exhalación sin tan siquiera dedicarle una mirada. En menos de lo que canta un gallo, su figura se perdió entre la maleza y la arbolada.  

Fue entonces cuando se escuchó un leve chillido por parte de Jack, pese a que estaban bastante cerca de su posición, no lee veían, la bruma muy posiblemente le había cubierto por completo, lo que era posible si es que Jack había caído al suelo. Segundos después y antes de que ninguno de  ellos pudiera reaccionar de otra manera, se escuchó un aullido de un lobo.  El aullido era sin duda muy perturbador y procedía de la zona en la que se encontraba Jack, quien escuchó claramente el aullido a sus espalda, no muy lejos de su posición.

... Los ruidos provenientes del oeste me sobresaltan. Intengo agudizar la vista lo máximo posible, pero esta dichosa neblina, y los matorrales dispersos, me interrumpen la línea de visión; aferro con fuerza mi ballesta, por si el escrutinio me revela algo

Pocas veces se quedaba callada la joven elfa y mucho menos con la boca abierta como sucedió en cuanto escuchó el aullido -Ya viene, viene a por nosotros. Vamos a morir en un lugar tan feo como este. No debimos separarnos ¿Cuantos son?- Frunció el ceño, entrecerró los ojos para intentar ver algo más que sombras.
Sir Godofredo, le necesitmaos. Sus brazos, su acero. Estoy preparada para ayudar... En lo que pueda- De su mano derecha brotó una bola de luz, amarilla, intensa pero que no percibía calor -Alan can, shala-- Susurrando las palabras mágicas que desencadenaron el conjuro de Luz para depositarlo sobre una pequeña rama. Esa rama daría visibilidad y era fácil de transportar o lanzar al suelo y dejar así Libertad para las manos. Tambien serían un blanco más fácil, quizás así salvasen la vida del antes pequeño y ahora gran Timmy

Intento inutilizar el mecanismo que me aprisiona -Pero a quien se le ocurre poner una trampa en medio de un cenagal-

El gran Timmy cogió con fuerza su arco compuesto, no mostraría miedo, para eso bastaban los gemidos desesperanzados de su gran amiga elfa.

Grrrr! No temas Elenair! Aún queda un explorador en el grupo y tengo flechas para ensartar a una docena de lobos! Canta para nosotros mientras limpiamos de lupos este bosque! Luego ya crearás una balada sobre nuestra victoria!

Preparado Valtonyc! Cuidado la retaguardia. Y el engendro se giró para proteger la espalda de su amo.

-Sosiego, gentil dama. nada debéis temer puesto que la protección de San Cuthberg sigue en vos. Yo seré objeto de vuestro daño.

Entonces, el aullido rompió la quietud de la noche.

-¡En guardia todos! ¡espalda con espalda! ¡No descuidéis los flancos!- Gritó como si su voz fuese un trueno. 
-¡Avancemos sin pausa, más nuestro camarada nos necesita!¡Mont Jouar!¡Saint Denise!¡Por Dios, que me muera si flaqueo!