Partida Rol por web

Gwra salió del agua por la otra orilla y sacudió su mole carnosa de lado a lado, proyectando la gotas de agua que habían quedado en su resbaladiza piel en todas direcciones. El guerrero, que se había soltado del cuerpo de la cambiaformas tan pronto como vio el suelo, trataba de recomponer su estómago y el color de sus carnes, pálidas del susto, sentándose sobre la arena del río. -Zalakk ir.- No le dejó mucho tiempo para descansar, Gwra, que ya se había transformado de vuelta a su ser y estaba dándole unos golpecillos con el lateral de su lanza.-Tener que volver en tronco vacío. Manada necesita. Yo poner delante y dirigir, espíritus del río guiarme por las aguas, tu con fuerza por detrás.-

El guerrero sacudía la cabeza para alejar aquellos pensamientos que le aterraban. Inhaló profundamente y se levantó intentando aparentar su temple cotidiano.

-De acuerdo... Vamos por ellos, el jefe nos necesita- Ayudó a Gwra a empujar la canoa tomando uno de los remos que le ayudaría a impulsarlo y cuando tenía el agua por los tobillos lo abordó.

-En cuanto estés lista-

Mientras Zalakk y la niña bestia se alejaban por el río, Kal se sentó junto a Lomo Plateado, quien parecía atento a cualquier sonido, y inspeccionó el utensilio que le había dado la joven.

Parecía una especie de de caña utilizada para proyectar los dardos que también le había dado. Aunque no creía que fuese a causar mucho daño, tal vez restregandolo con alguna de sus hierbas pudiese servirle bien.

El muchacho se había llevado la mano al cinto en cuanto la chica se le acercó, listo a rajarle el cuello si esta volvía a intentar desangrarlo para algún extraño ritual. A decir verdad, aún se sentía perturbado por lo que acababa de ver en el bosque. Sin embargo, ella le ofreció un obsequio en su lugar. ¿Por qué?

Kal observaba el río mientras jugaba con la cerbatana, con la mirada perdida y a la espera de que sus compañeros apareciesen con el bote. Podía ser que no fuesen tan mala gente. A lo mejor por eso Talik parecía confiar en ellos. Tal vez Gwra no fuese la bestia que Kal creía.

Tras la peculiar exhibición de fuerza y destreza de Zalakk y Gwra, ambos consiguen cruzar el río. ¡Hasta parece fácil!

La canoa atraca sobre las piedrecillas y el barro de la orilla del bosque, lo suficientemente asegurada como para que subáis todos los demás sin que vuelque y tener un desafortunado accidente. Al ver de cerca la embarcación y con el sol de media tarde —ya lleváis un buen rato fuera—, podéis observar unos acabados muy pero que muy toscos. Quien la haya tallado, no lo ha hecho con mucho cariño, casi como si tuviera que hacerlo de forma protocolaria porque de alguna forma hay que cruzar este río bravo. Nada que ver con Komsa, quien fuera un experto aunque todavía primitivo «moldeador de árboles», como a él le gustaba llamarse. Lástima que negligiera el mantenimiento de uno de sus «nuevos modelos de canoa». Desde luego que el agujero por el que le entró agua en mitad de las aguas azuzadas por los espíritus no era para nada revolucionario ni transgresor...

Sea como fuere, os subís todos a la embarcación y, aunque despacio, llegáis por fin al otro lado. Aunque tardáis solo unos minutos, se hacen eternos. Hay momentos en que la canoa pierde al dirección y casi os ponéis en perpendicular a la orilla, a punto de ser arrastrados por la marea. 

Atracáis cerca del resto de canoas, donde os viene un olor metálico fortísimo. Una de las canoas está literalmente encharcada de sangre. En el suelo pueden seguirse viendo esas despreocupadas y recientes pisadas desnudas que se pierden entre unos matorrales. Un poco más a la izquierda, más pisadas —aunque en menor número— junto con lo que parecen unas de ciervo conducen hacia un camino algo más ancho.

Aunque el río se encuentra en un gran claro, en esta orilla todavía se extiende el bosque desde el que vinísteis. Esta vez, el terreno es más irregular y resulta algo más difícil transitarlo.

Kal baja medio tambaleándose de la barcaza, sintiendo como el pedazo de carne que se comió esa mañana lucha por abrirse paso.

Con la mirada un poco borrosa, es capaz de discernir los rastros de sangre y el fuerte olor a éste que le llega. Por desgracia, antes de que pueda investigar la zona y sacar alguna conclusión, el mareo del joven le hace hincar la rodillas para, seguidamente, vaciar sus tripas con muy poca clase. Decididamente, a Kal no le gustaba el agua.

El cruce del río les ha llevado demasiado tiempo, y es mucha la prisa por tratar de salvar al jefe. Al llegar a la orilla y dejar la canoa, notan el olor de la sangre. Hay mucha sangre en una de las canoas, espero que no sea toda del jefe. Pero hay dos grupos de huellas unas se pierden en unos matorrales, y otras menos y con alguna de ciervo se van hacia un camino más ancho. Lo primero que hace Talik es tratar de saber que es lo que ha pasado. Parece que el grupo de pisadas con huellas de ciervo podría indicar que allí iban a realizar otro ritual.-Hay que tratar de seguir las huellas que conduzcan hasta el jefe, si nos confundimos, puede que no lleguemos a tiempo.-Y trato de saber por donde se han podido llevar al jefe, supongo que puede haber rastros de sangre, estará herido, no le habrán capturado sin luchar. Pero prefiere perder un rato en tratar de averiguar por donde continuar.

Finalmente en tierra el guerrero se encaminó hasta la canoa ensangrentada, estaba acostumbrado al hedor a sangre, pero esto era muy diferente de la sangre que se derramaba en las batallas o cacerías, no... Esto parecía tener un origen mucho más turbio. 

Observó en su interior y con un empujón de su pie la volcó para revisar completamente su interior. Se empapó dos dedos con la sangre, frotándolo con su pulgar mientras olfateaba. ¿Era sangre humana?

Gwra se quedó observando las diferentes huellas que del otro lado de la orilla se adentraban en el bosque.

Por un lado su instinto le decía que deberían tomar el camino de las huellas de ciervo. Qué duda cabía que los venados ocupaban un papel importante en los rituales que los hombres-oso habían estado llevando a cabo. Y que un único ciervo acompañara a un grupo de humanos no era algo que la druida entendiera que estuviese dentro del equilibrio de la naturaleza. Aquello era extraño, cuanto menos, sino sobrenatural.

Gwra se giró hacia el cazador para preguntarle sobre su opinión de las huellas, para ver si podía confirmarle sus sospechas, como experto en seguir rastros.-¿Talik? Tansum decir que jefe herido, él no poder caminar bien seguro. ¿Ver alguna huella de hombre herido?-

Por último se acuclilló sobre la sangre mezclada con la arena que el guerrero había volcado de la barca. -Si ser esta la sangre de Kushim, Gwra conocer. Un lobo nunca olvidar olor de otro lobo de la manada.- Diciendo esto, la druida empezó a transformarse una vez más como había hecho otras veces, sus dimensiones comenzaban a alterarse y un pelaje rojizo hirsuto de lobo empezaba a cubrir su cuerpo y sin embargo... Algo no parecía ir del todo bien esta vez.

En el grupo principal de pisadas, Talik pudo observar que había indicios de que estaban arrastrando a un hombre pesado, sin duda el jefe.-Nuestro objetivo es lograr poner a salvo al jefe, o al menos intentarlo, y son este grupo numeroso de huellas procedente de las canoas, donde veo que están arrastrando a alguien. Así que debemos de ir tras ellas, que se internan en los arbustos y en el bosque. Dejarme ir rastreándolas, y tratar de no hacer mucho ruido.- Con la ayuda del lobo voy siguiendo el rastro, que se interna en el cercano bosque.

Zalakk se limpió la sangre de sus dedos con la tierra. -Está no es sangre de ciervo, ni de ningún animal... Huele a sangre humana, pero está más oscura y espesa y hay algo más en su fuerte olor que no se parece en nada a cualquier otra sangre que he olido- Se incorporó con rostro preocupado y escuchó las indicaciones de Talik.

-Me preocupa lo que hagan con el ciervo, estos hombres oso parece que les gusta los ritos oscuros...- Observó hacia las huellas de ciervo -​​​​​​-Por allí parecen que van pocos de ellos, quizás no mas de 2 o 3. Kal es silencioso y cauto al igual que Gwra en su forma salvaje. Deberían ir a ver y si van a empezar a algún ritual, buscar la forma de detenerlo. Talik y yo, junto a su lobo seguiremos el rastro del jefe de guerra y lo rescataremos. ¿De acuerdo?- Se quedó en silencio mientras se acercaba a Talik, deberían tomar una decisión cuanto antes, pero prefería consultar la opinión de los demás antes de impartir órdenes.

Cuando la joven aprendiz de chamana comienza a transformarse en lobo rojo, su espalda se encorva hacia adelante, sus rodillas se flexionan y sus patas delanteras tocan el suelo, como tantas otras veces. El color fuego de su pelo comienza a extenderse por el resto de su cuerpo.

En este momento, su morro debería alargarse y su silueta, encogerse. Sus orejas, sus dientes, sus patas... Son tantas características de la forma humana las que hay que rendir a la naturaleza en tan poco tiempo que lo sorprendente es que, a tan corta edad, el cambio siempre se produzca correctamente. Desde luego, la conexión que Gwra tiene con la naturaleza no tiene precedentes, pero toda relación necesita un descanso de vez en cuando. Simplemente no es el momento.

Aunque la transformación no se completa, Gwra sigue cubierta de un vello cobrizo, un pelo corto, grueso y seco. Su aspecto es totalmente atroz. Su aspecto no es el de una humana ni el de un animal.

Cuando Talik escucha el plan de Zalakk, comenta al grupo:-Creo que es mejor no separarnos, y dado que tenemos que intentar rescatar con vida al jefe, propongo que vayamos todos juntos a por el. Separados seremos menos fuertes, y nuestro enemigo parece muy fuerte. Yo propongo que vayamos todos juntos.-Talik es un hombre práctico, lo importante es el jefe, lo demás accesorio. Podría ser importante parar ese ritual, pero separarse es debilitarse, y van a necesitar mucha fuerza y saber hacer para recuperar al jefe. Estos hombres oso, no parecen un enemigo sencillo de derrotar.

La horripilante bestia licántropa en que se ha convertido Gwra os mira con los ojos inyectados en sangre y emite un sonido gutural por su boca espumosa, que podría significar cualquier cosa. -GWRRRR.-

Cuando Kal se reincorpora de y se une al grupo, no puedo evitar pegar un salto y un "qué demonios" al ver el aspecto de la joven druida. Si eso era un animal, no lo conocía. Ni quería conocerlo jamás.

El joven se acercó a Talik y a Zalakk, rodeando a Gwra y sin perderla de vista. El guerrero proponía separarse en dos grupos, mientras que Talik prefería que se mantuviesen juntos. Aunque Kal prefería ir solo, no le hacía ninguna gracia volver a encontrarse con un ritual oscuro o con más ciervos moribundos.

- Si el grupo que ha raptado al jefe es tan extenso como parece por las huellas - dijo el joven casi en un susurro, mientras volvía a jugar con la cerbatana de Gwra - podríamos tener problemas de encontrároslos si estamos separados...

Sin dejar de preocuparse por lo que pueda suceder. El guerrero asiente a lo que propone Talik. -De acuerdo, vamos todos por el Jefe- Y se dispone a avanzar detrás del cazador.

Seguís las huellas del rastro de sangre y pronto os adentráis en esta nueva parte de bosque. Nada más poner un pie en él, notáis que la temperatura baja algunos grados. No es tan exagerado como el frío inhumano que pudiese haber dentro del extraño altar de donde habéis salvado a Tansum-Aha, pero hace fresco. Las copas de los árboles son altas y grandes y el follaje espeso, por lo que no traspasa gran parte de la luz de ese sol que ahora mismo está en lo alto, sino que únicamente algunos tímidos rayos que se abren paso entre las hojas.

Todavía podéis oír la corriente del río, que ruge con fuerza. Otra cosa que notáis es el ruido de animales. Aquí sí se oye el piar y el ulular de algunas aves y se ven las pisadas de algún que otro conejo. Frutos en el suelo a medio comer, ramas partidas... En definitiva, signos de vida animal.

Talik lidera la marcha junto con Lomo Nevado. El lobo es verdaderamente bueno siguiendo rastros. Avanza lento pero firme, olisqueando aquí y allá, concentrado sin perder en ningún momento la esencia de su presa. El terreno es completamente irregular, pero el animal se maneja perfectamente. Hay subidas y bajadas, piedras ocultas, gruesas ramas y todo tipo de obstáculos con los que cualquiera sin un poco de cuidado podría tropezarse y romperse el tobillo.

Ya bien adentrados en el bosque, el cazador siente cómo su fiel amigo pierde el rastro. Deambulando por los alrededores para ver si este dúo de rastreadores consigue recuperarlo, os encontráis cerca de una pared bastante escarpada. Sois habilidosos y probablemente podáis escalarla. Cerca de vuestra posición, podéis advertir algunas tiendas que parecen formar una especie de campamento. Pero algunas de ellas tienen una forma extraña, como si estuvieran rotas o volcadas.

Algo le ocurre a Gwra en su nueva forma. Se mueve con torpeza, apenas pudiendo encadenar dos pasos seguidos, ora con dos o con cuatro piernas, trata de mantener infructuosamente el ritmo del grupo quedando siempre por detrás, perdiendo constantemente el equilibrio y cayéndose al suelo. Cuando avanza respira con dificultad, jadeante, y con las babas cayéndole por la boca. Los diferentes olores y sonidos del bosque, que siempre le fueron tan familiares, ahora se aturullan en su cerebro nublándola por completo y haciendo que pierda el sentido del espacio. Ya que habéis viajado algún tiempo con ella sabéis que se encuentra realmente mal. Cuando le preguntáis por su estado trata de explicarse pero nada parecido a una voz sale de su boca, por lo que simplemente trata de seguir avanzando pese a lo penoso de su estado, apoyándose como puede con sus dos lanzas.

Tras ponerse de acuerdo en que lo mejor es que todos juntos siguiesen las huellas del grupo que se había llevado al jefe del clan, Talik sigue el rastro y entra en el bosque, no sin antes quedarse muy sorprendido del extraño aspecto de Gwra. No entiende que criatura esta representando, o si es algún nuevo truco de la joven. Con la ayuda de lomo Nevado van siguiendo las huellas, el bosque esta vivo, rastros de animales, el trino de los pájaros, y sus armoniosos cánticos, es cierto que es un bosque oscuro, y hace frío, pero al menos están en un sitio con vida. 

Pero el terreno es escabroso y se vuelve difícil por momentos, el tener que estar tan pendiente del rastro, para no perderlo, le hace resbalar y sufrir un rasguño. Menos mal que consiguió agarrarse a una rama en el último momento, o habría podido sufrir una dura caída. Lomo Nevado se acerca al ver caer  Talik, pero este se levanta y continua siguiendo el rastro.-Tranquilo amigo, no ha sido nada, un descuido.-Y espera que sus compañeros tengan más cuidado que el para no salir heridos de la travesía. 

Las huellas se pierden al llegar a una pared escarpada, a lo lejos se ven unas tiendas que parecen rotas o volcadas, que parecen formar parte de un campamento. Lo primero para Talik es tratar de buscar de nuevo el rastro, pues la vida del jefe esta en juego. Y para ello necesita de nuevo la ayuda de su amigo animal.-A ver si logramos saber por donde se fueron.-

Tal vez el golpe, o el cercano campamento, o el pensar que hayan subido por la escarpada pared, llenan de ruido la mente de Talik, que es incapaz de encontrar el rastro, ni con la ayuda de Lomo Nevado.-Maldita sea, no veo por donde sigue el rastro. A ver si podéis ayudarme. Tal vez tengamos que descansar un poco, y de mientras podamos echar un vistazo a ese campamento cercano. Con cuidado, ya que no sabemos que podemos encontrar.-

La niña bestia se comportaba más raro de lo normal, la forma que había adoptado no parecía la más adecuada, a saber que extraños ritos tenía con los espíritus, era mejor no meterse con eso. Con cada paso que daban el bosque era cada vez menos transitable y la dificultad crecía. Tropezando y resbalando cuando pasaban alguna roca suelta, fueron varios los raspones que la mayoría del grupo se ganó en aquella tortuosa senda.

-Debe ser su campamento... Digo que vigilemos primero a ver si vemos algo- Era extraño que el experimentado Talik confiese haber perdido el rastro. ¿Será que se dieron cuenta que los seguíamos y camuflaron su rastro? Adelantándose un poco aprovechando la tupida vegetación, el guerrero se agazapó cuál depredador mientras buscaba un lugar donde pudiera ver mejor la zona de campamento.