Partida Rol por web

- ¡Sargento! -exclamó Bianchi por el comunicador- ¡Múltiples señales de Auspex en el lado Nororiental de la cueva! Parece... que corren de un lado a otro sin avanzar hacia usted. -Miró con más atención- Y no olviden que hay un emboscado al fondo de la cueva.

Volvió a la torreta y alternó con nerviosismo el auspex y los periscopios. El arma ya estaba cargada. Solo quedaba esperar.

el enemigo se estaba acercando, por lo que guardo mi carabina y recojo mi lanzallamas, ahora si iba a tocar limpíar este lugar de xenos, "estoy cogiendo el lanzallamas, no te preocupes por esos puntos, van a pasar de pieles verdes a pieles negras" digo en tono broma al oír la adventencía de Blanci, aunque sabía que había que tener cuidado.

Era el momento de disparar, de ayudar al resto. Apoyada con una rodilla en el suelo, apuntó con tranquilidad a uno de los gretchin con escopeta. Era un blanco fácil así que con suavidad apretó el gatillo y vio como la carabina fallaba -Soy un puto lastre- Cerró sus ojos para lamentarse -Como no los maté con unas granadas, no se como voy a ser capaz de ayudar en algo-
Con suerte el resto de la escuadra no sería tan negados como ella. Si las tropas del emperador fuesen como Yulia, no habrían conquistado tantos mundos y exterminado a tantos xenos

El sargento tomó nota de las lecturas del Auspex...piensa que tal vez todas esas señales sean como las criaturas de antes, tal vez con el tanque, apuntando hacia una salida tan estrecha como la de la cueva puedan exterminarlas a todas con el lanzallamas...así que el sargento dio la orden de ir retrocediendo ordenadamente hacia la salida:

-Nos vamos moviendo, no deis la espalda, ¡seguid disparando pero id retrocediendo a la salida!-ordenó, pensando que ojalá no se equivocara.

Pero antes, avanzó hacia el orko para ayudar a Katarina. Espada en manó cargó contra el gigante ser verde.

El gretchin levantó su arcaica escopeta soldada de trozos de varias armas, apuntó al sargento y.... ¡BAM!. El cañón explotó en su cara dejándosela completamente negra mientras se balanceaba de un lado a otro del túnel sin rumbo. Si hubiera sido un dibujo animado, habríais visto estrellitas sobre su cabeza.

Randall Cruce puede que sea novato en lo de ser un sargento, pero tiene huevos. Se enfrentó al orko impactando con su espada sierra en su verde pecho. La sangre comenzaba a salpicar, la sierra arrancó la placa pectoral de la armadura del orko y profundizaba más hasta que se dio cuenta de que el grito del orko no era de dolor, sino de rabia. Una macheta tipo carnicero, mellada y oxidada, descendió en un pronunciado arco hacia su cabeza. La macheta le hubiera partido la cabeza como un melón si no se hubiera apartado lo suficiente. La brutal arma en manos del brutal ser impactó en el pecho del sargento atravesando la armadura, la piel y los músculos, desgarrando todo a su paso. 
 

Grenda vio como el orko golpeaba muy duro sobre el sargento. Ella no tuvo ninguna duda. Aquel ser enorme y verde acababa de matar a Curce. Grenda imploraba venganza y entonces apuntó y disparó sin pensarlo demasiado.

Las balas salieron de su carabina en dirección al orko con un ruido ensordecedor. Todo parecía que iba bien. El tiro había sido bueno. Ya había abatido a dos gretchins y tenía una enorme confianza en si misma. Lo iba a lograr, iba a matar a aquella bestia. Y entonces se dio cuenta...

- ¡Cuidado! - Gritó para alertar a sus compañeros de sus propios disparos.

Katarina vio bajar el hacha del enorme Orco a un velocidad infernal, ignorando su propio dolor golpeó en el pecho del sargento que cayó a plomo en el suelo de rodillas. Entoces pasó al ataque la soldado aprovechando que estaba concentrado en su compañero atacó con fiereza, o mataba ella, o la mataban.

De reojo veía a Grenda "tiro loco" apuntando en su dirección y un escalofrío le recorrió la espalda, no intuía nada bueno. Así que atacó a la cabeza del orco, este se giró hacia ella viendo como la espada sierra iba hacia él. Iba con mucha fuerza y con un giro de muñeca volvió a atacar, apuntando a su cuello.

Se oían gritos inhumanos y dientes de espada sierra por el comunicador. Disparos y una explosión, así como una repugnante lengua alienígena llena de "Z's" y lo que sonaba como maldiciones. Volvió a consultar el Auspex. Temía que alguna criatura se acercase al tanque por detrás y le plantase una mina o algo.

La sierra sonaba forzada mientras seguía cortando, machacando los músculos de esa bestia verde y finalmente, con un chasquido, la columna. Un chorro de sangre salpicó al sargento y a la soldado en la cara obligándolos a cerrar los ojos mientras el cuerpo caía al suelo. La cabeza rodó un metro y se detuvo con sus ojos observándoos con furia.
 

Yulia corre hacia el sargento olvidando al gretchin. -Ya lo abatirá otro que tenga más puntería que yo.-
Al llegar a su lado lo encuentra cubieto de sangre, en el suelo y conmocionado. La herida de la macheta atravesó la placa pectoral blindada y atravesó la carne. Un quejido de dolor hace que sus manos tiemblen. -¿Y si no era capaz de ayudarle?.

Poco a poco se arrodilla a su lado y dispone su medikit. Saca desinfectante, vendas, pinzas y un bisturí para retirar los excesos de piel muerta. De esa manera la sutura será más limpia.

-Vamos allá.- Lentamente quita la placa pectoral y comprueba que la Macheta a penetrado unos dos centímetros en el pecho. No era grave pero necesitaba atención. Con un suspiro Yulia comienza a ejercer su profesión. -No es grave, pero tengo que atenderlo. Volverá enseguida al combate.- Dijo en voz alta, más para serenarse ella, que para informar a las demás.

Grenda apuntó al gretchin que había sido cegado. Era un blanco fácil. Apuntó y disparó una ráfaga. Las balas impactaron contra aquella plasta verde salpicando de sangre igualmente verdosa los alrededores.

- ¡Buen tiro! - Se dijo a si misma. - ¡Queda otro oculto tras una roca! - Les indicó a sus compañeras. - ¡Yulia, hazte cargo del sargento! ¡Vamos a acabar con todos ellos! ¡Gritad muerteeeeee!