Partida Rol por web

tenía que acercar a la valla para poder quemar a los primeros orkos que nos encontremos, los cuales se estaban mofando y construir una linea de defensa, por lo que había que acabar con ellos rápido.

Habían puesto a la del lanzallamas la primera y a Grenda la segunda para disparar sobre los gretching. Katarina ansiosa habría pasado corriendo a por el orko en lo que los enanos cogían sus armas, pero esta pandilla de cobardes sólo quieren usar armas grandes, cuanto más grandes mejor, y correr a cubrirse con el Chimera.

Katarina tiene la pistola en mano y aguarda que haya un hueco para poder disparar a algo. Poco más puede hacer.

Los dos disparos láser de Grenda impactan en su objetivo. El primero en el pecho abriendo un surco profundo. El segundo en la cabeza dejó un quemazón del tamaó de una pelota de golf. El cuerpo cayó a plomo al suelo, mientras su compañero tiraba la pala y salía corriendo mientras gritaba, horrorizado, que los estaban atacando.

Fue entonces cuando el orco asomó por la parte trasera y, al veros, sale corriendo con un rugido imperativo, una orden, hacia otros posibles gretchin que allí hubiera. Pero la trayectoria del orko no es recta como pensábais, sino que se dirige hacia una gruta de la cueva.
 

Curce se llevó las manos a la cabeza cuando vio que eran descubiertos.

-¡Matadlos! ¡Y vamos por ese orko! Vamos chicas, hay que dejar espacio. -señaló esto último a Nastya y a Grenda.

con los disparos de grenda, saco mi carabina laser y apunto sobre el pequeño piel verde.

Gritos. Muchos gritos. Laura derrapó hacia la entrada y se quedó apuntando con el morro hacia la gruta. Entonces se trasladó al bolter pesado más cercano y lo amartilló:

- Sargento, aquí Bianchi: tengo la entrada cubierta, Cambio 

Grenda sonrió tras abatir a aquella mierda verdosa. Por fin demostraba de lo que era capaz. Enseguida se adentró en la caverna dejando espacio a sus compañeras. La entrada era demasiado estrecha y si querían aprovechar el factor sorpresa debían ser rápidas.

En su avance aprovechó para efectuar un disparo contra los pieles verde que huían. Por desgracia en esta ocasión no dio en el blanco.

- ¡Vamos chicas! - Gritó. - Por el emperador!

Nastya suelta su lanzallamas para sacar la carabina y disparar al gretchin, pero sus disparos quedan cortos  e impactan contra el suelo. Grenda en cambio avanza para hacer sitio a las demás mientras coge posiciones.

Katarina ve un hueco y no se lo piensa, haciendo suya también el ánimo de su compañera.

-¡Por el emperador!- grita para animar y animarse.

Entra a la carrera en la caverna, espada y pistola en mano en persecución del orco entrando como un bulldozer, pasando cerca de gretching y todo aquel que se encuentre por su camino que no tenga las dimensiones de un orco.

De lejos no parecía tan grande. Es lo único que puede pensar mientras con los ojos abiertos está miera bien, por primera vez, a la raza brutal. Con un poco de suerte, el ver que somos hembras puede confundirlo. Katarina se quita el casco con un movimiento, su pelo rubio enjaulado desborda por ambos hombros y hace lo posible por sonreirle al orco y poner cara de delincuente, desafiándolo, lo llamo con la espada.

Laura escuchaba el tráfico de radio, inquieta. La resistencia no parecía importante. Comprobó los periscopios de la torreta antes de dejar el bólter en paz un momento y coger el auspex. Tal vez podría darles una cifra aproximada de enemigos, un nivel de certeza...

https://www.youtube.com/watch?v=VancAKcmO6s

- ¡Uuuuups!

Randall decidió darle cobertura a Katarina que avanzaba ..tampoco quería que se expusieran demasiado, tal vez habría que retroceder para entrar en el radio de acción del Chimera en el futuro cercano.

-¡Seguid disparando! Y preparadas por si tenemos que retroceder- el sargento se preparó para disparar y cubrir a Katarina esperando que todo fuera bien.

Agachando el culo todo lo posible, Yulia avanzó bajo la lluvia de disparos. Ya no podían quedar enemigos, todos estarían abatidos bajo el fuego del lanzallamas y las descargas de las carabinas.
Agarraba con fuerza su arma hasta alcanzar una mejor posición de tiro. Estaba más contenta que antes porque de momento no escuchaba ningún grito de una voz amiga. Eso significaba que no había heridos, de momento.
- Tomando posición, señor- Quizás no había gritado lo suficiente o incluso lo que estaba diciendo no tenía sentido. Ya le daba igual, la adrenalina llenaba su cuerpo

En la cueva todo era un caos. Los disparos se sucedían, los gritos en orko se mezclaban con los gritos en bajo gótico mientras unos corrían adelante y otros intentaban llegar.

Katarina retó al orko que perseguía y este, al verla, se detuvo para enfrenarse a ella. Detrás del orko un hoyo, literalmente, excavado en el suelo daba paso a un nivel inferio por donde bajaba la tubería que transportaba agua desde el manantial.

Al jaleo de la cueva, dos gretchins más asomaron por el otro túnel con sendas escopetas, que mas bien parecían tubos oxidados con palos atados a ellos. Sin embargo el primer disparo os sacó de dudas. Eran armas que mataban.

Katarina tenía la iniciativa, así que no se lo pensó dos veces y atacó con velocidad dispuesta a hacer su famoso ataque en cruz que había acabado combates en el primer asalto del entrenamiento.

Sin embargo, su espada sólo surcó el aire inofensiva frente al enorme orco. Había perdido una oportunidad de oro, pero el combate no iba a ser tan fácil. Se preparó para el contraataque del enorme bicho.

Detectas dos formas de vida (los gretchins que han asomado por el túnel) y multiples formas en la parte más nororiental de la cueva. Parecen nerviosas pero por alguna razón no pasan de una esquina de la cueva.

A parte de eso, otra forma más de vida está inmóvil en la zona de A7 (el gretchin que salió corriendo) y luego el orko que combate contra katarina.

No detectas nada más.

Grenda apuntó con su carabina hacia uno de los gretchins y cuando lo tuvo a tiro no lo dudó. Apretó el altillo y dos balas salieron del cañón directamente hacia aquel malnacido. Impcatraron contra su cuerpo haciendo que la sangre salpicada por doquier. Por fin estaba demostrando su valía, era la segunda sabandija que abatía en poco tiempo.

- ¡Vamos! - Gritó entusiasmada.